Al fin entendieron aquello de “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, lo siento Antonio Machado, ahora los caminos que se hacen conducen al mismo sitio: la ventana. Sobre todo aquella que da a la calle.
Un tal Franz Kafka y su club de fans esperan que alguien amanezca convertido en un insecto cucaracho, pero se equivocan, el cucarachón es un bichito invisible que nos tiene dando la vuelta a nuestro mundo en escasos minutos. Se jodió, Julio Verne. El bicho ya está en las páginas de la socio-virales, los voyeristas a través de sus ventanitas microscópicas, consumiendo micras (µm), lo miraron en pelota. Totalmente viringo. Y resulta que es eso, una pelota llena de pinchos. Con ese dato no hay voluntad risueña para escribir La Metamorfosis 2ª Parte. La jovialidad es un mal menor.
Más allá de la ventana, el paisaje repetido es de la calle casi vacía, a ratos un o una caminante. Es una calle rara sin niños peloteando y con gente enmascarada. El Chombo define calle: una vaina larguísima que no tiene muebles y casi sin gente. Exacto, la mía es así. Ahora es una vía de no comunicación, los saludos son sonidos apagados y el volumen de datos llega por la web. El Big Data es un planeta de dudas. De saber qué significa qué. Y las preguntas que te llegan por Messenger o WhatsApp. Es caudaloso el palabraje recargado, confuso, abstruso y profuso. Claro, total incomunicación sistémica y sistemática. Help me. Ahí les van las ‘v’: volumen, variedad, velocidad y veracidad. Desde la otra ‘v’, la víctima. O las víctimas. El Big Data de estas 1891 palabras es para des comunicados. O para principiantes. O para apurados. ¡Qué sé yo!
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Ambiente: Es ese geosistema lleno de luces, oscuridades, aguas floridas, tierras prometidas y aires irrespirables; en donde cada bicho, animal humano o inhumano, vegetal milenario o reciente hace lo mejor que puede. Desde hace medio siglo el ambiente ya no lo es. No hay ambiente, o sea no está completo, solo está ‘medio’. En los libros se dice medio ambiente, aunque podrían estar exagerando, podría ser solo ‘un cuarto’. Un cuarto de ambiente o un tercio. ¿El Covd-19 el ambiente nos expulsa de nuestras calles de ambiente y vacile?
Barrio: O slum. Ese sitio donde mucha gente tiene poco territorio. ¿Entiende? Henry Fiol nos advirtió: Nací en New York, en el condado de Manhattan. Yo nací en New York, en el condado de Manhattan. Donde perro come perro y por un peso te matan. Ya no es social o ambiental, es post ambiental.
Covid-19: Sencillísimo. Es el acrónimo de ‘Convidado del Diablo en este 2019’. Otros dicen que es de Coronavirus disease 2019. No sé es un tema que da para una conversación hasta que se agoten las disociaciones ambientales. […] “es que la causa de la COVID-19 y otros patógenos de esta clase no se encuentra tan solo en el objeto de cualquier agente infeccioso o en su curso clínico, sino también en el ámbito de las relaciones ecosistémicas que el capital y otras causas estructurales han postergado en su propio beneficio”[1]. ¡Hum, muy interesante!
Democracia: Mira tú. De la misma cepa etimológica griega dêmos se derivan palabras como demagogo, epidemia, pandemia y endemia. Y claro, democracia también, pero eso es como el ambiente un ‘valor de uso’.
Encierro: enseñanza de ecología con letra brava. “Maestra vida, camara’a, te da, te quita, te quita y te da”. Después de estas semanas de maestranza ecológica, ¿habremos aprendido la lección? En pocas semanas lo sabremos mientras tanto: “A tu escuela llegué sin entender por qué llegaba. En tus salones encuentro mil caminos y encrucijadas. Y aprendo mucho y no aprendo nada”[2]. Algunos presidentes más de lo último.
Expertos: Presumidosgrupos tribales. Sus miembros se jactan de sabérselas todas y muchas más por si no pegan una. Algo es cierto, son más virales que el Covid-19.
Filmes: Uno solo, The Thing (La Cosa), de John Carpenter. Sospecho que el Covid-19 la vio hasta comprender el truco del mimetismo. En serio.
Filosofía: Es el estoicismo aplicado a este encierro, pero de otro libro y con otra melodía. El estoicismo del siglo XXI es el retorno a la ética implícita en el Ubuntu o en el Sumak Kawsay. Estos estoicos guarachean, bien bonito, con eso de que una de las principales virtudes es vivir en armonía con la naturaleza. Una ética ecológica cimarrona.
Gea: Tiene 4500 millones años. Más joven que el universo. La biogea comenzó, con unos bichitos parecidos al Covid-19, hace unos mil millones años hasta llegar a la selva amazónica. La necrogea no tiene más de 150 años. Un pinche grano de arena en esta clepsidra fatal. A la necrogea suelen adornarla como antropoceno. Igual es el ecocidio, sin importar cómo se llame.
Holoceno: Todo bien mientras se entendió que la humanidad era del mismo material que cada gramo de naturaleza. El cogito ergo sum[3] arranchó la condición de ‘divina’ a la naturaleza para convertirla a un objeto de brutal dominio como marca registrada del “desarrollo humano”. Y un día de diciembre de 2019 el Covid-19 nos devolvió a la naturaleza. Un poco tarde y fatal.
Imbecilidad: En este tenebroso crepúsculo, los dioses neoliberales quisieran así a nuestras comunidades, de este tamaño, con ese chininín de ánimo. Débiles de piernas, débiles mentales y débiles políticos. Mientras se pretendía la ocurría la tzantza[4], llegó ese insignificante bicho, el Covid-19, para retratarlos de cuerpo entero. Y ampliado hasta para que los vean desde cualquier rincón planetario. ¿Volverán a joder como antes y los jodidos se dejarán joder como antes? Ese ese es el imbáculo post- Covid-19. ¡Oh, yeah!
Jodido: Habitante de cualquier guasmo del mundo antes volverse cimarrón. Podría ser un estado de ánimo, pero jamás una condición política. En inglés le tiran este coloquial; fucking. Lumpen en la sociología y maroon por estos días. Un rapero la subió con pólvora negra: “jodido pero no corrompido”.
Kamikaze: Si es un piloto y su avión, vale; pero si es un gobernante pilotando un país y millones de personas de pasajeros…
Lázaro: Ya tenemos alguna idea de aquel socio bíblico en el sepulcro. Cuando los Gobiernos la suelten cristiana: ¡ya pueden salir sin ‘toque de queda’! La desconfianza nos tendrá invitación permanente: volver a nuestras casas.
Libros: No sé, cuáles. ¿Decamerón, La Peste, El amor en los tiempos del cólera? Poesía, mucha poesía. Y trova afropacífica y caribeña.
Muerte: Este traspiés global y fatal debería convencer a ciertos gobernantes, tercamente neoliberales. Es que la diferencia entre los capitalistas contumaces y el gentío de barrio adentro es un bicht, perdón un bichito Un puto bichito.
No y no: O sea Неt и неt[5]. Fue la respuesta de Vladímir Putin a las propuestas indecentes de Donald Trump. ¿Qué quería el man del copete anaranjado? Disminuir la producción de petróleo para aumentar su precio. En ese zangoloteo de grandotes los pequeñitos son quienes reciben los pisotones. Pregúntele a mi país, Ecuador. Un bolón con chicharrón cuesta más que un barril de petróleo.
Ñángaras: Negacionismo pertinaz del bichito letal por algunos gobernantes para hacer nada. Las víctimas de sus inacciones serán ánimas en pena que los perseguirán por el resto de sus días. Ojalá.
Orillas: Periferias urbanas. Cuando los de acá se refieren a los de allá señalan una línea divisoria entre el cielo y la tierra y dicen la frase: “por allá”. Un paisaje desigual de casas. Un punto lejano en la geografía de barrio adentro. O slum. El gentilicio no es orillero sino lumpen. Pero en este siglo XXI es algo diferente al glosario marxista. Al #QUÉDATEENCASA, la mujer emberracada respondió: “no sé qué hacer, me jode el bicho o me jode el hambre”.
Pandemia: La OMS pone fácil esta clasificación del Covid-19. Es pandemia porque afecta a varios continentes, salvo a la Antártida. Y ya es micro residente comunitario, está emboscado en gotas de saliva. Hay una tercera que olvidó la OMS, llamada disparatemia, corresponde a algunos gobernantes ninguneadores del bichito. “Si no lo veo no creo”, pudieron haber dicho.
Petróleo: Crudo + Covid-19 = Crisis Económica · (Crisis Política)3 · (Gobiernos) ½. Mejor dicho apocalipsis now. Versión siglo XXI. En estos días nadie quiere petróleo, ni ragala’o.
Quijano, Aníbal: […] “el actual patrón de poder mundial es el primero efectivamente global de la historia conocida. En varios sentidos específicos”[6]. Hasta para culpar del Covid-19 a quién diablos se les ocurra. ¿Quién dijo “virus chino”?
Rebelión: Axê, Silvia Arana. Nos trajo las voces del más allá geográfico urbano, es decir, de la periferia de Guayaquil.
Riesgo: Según Mike Davis la ecuación es: Riesgo=Peligro · Recurso · Fragilidad. Son directamente proporcionales. El Covid-19 confirma el teorema.
Sentipensantes: Médicos, enfermeras, bomberos, servicios sanitarios urbanos, servicios de seguridad pública, periodistas, mujeres y hombres sin pantalla. Esta frase vale para ellos y ellas: “Desborde de amor en los tiempos del Covid-19, hermanxs”.
Trump, Donald: “Vamos a estar abriendo relativamente rápido. Va a ser en un poco más de dos semanas, pero me encantaría que el país esté abierto para pascuas (el 12 de abril)”. ¡Nanay, no ocurrió!
Virus: Son legión, en realidad millones, pero apenas se sabe de unos 5 mil, entre ellos el Covid-19. Estos bichitos tienen casa aparte en la biología, su propia ciencia, llamada virología. Aguas arribas etimológicas significa toxina. ¡Y cómo está de tóxica la política en los países americanos!
Ubuntu: Además del Sumak Kawsay, el Sumak Qamaña, sus principios filosóficos no son el ayer, al revés, son el presente, el ahora mismo de las comunidades negras e indígenas. Los mantras de Occidente sufren daños colaterales y directos causados por el Covid-19.
Wuhan: 武漢市 Capital de la provincia de Hubei, República Popular de China. Desde un mercado de esa ciudad el bicho se contrabandeó a todo el mundo, menos a la Antártida.
Xi Jinping: Dicho a un periodista: “Algunos men de allá, maganceando con la barriga llena, dedican tiempo y persona a hablar paja contra nosotros. Vamos por parte, China exporta revolución, pero tecnológica. Además, no le jodemos la vida a ningún país para que padezca hambre y necesidad. Finalmente, yo tengo la culpa por pararles bola. Entonces, qué, vayan por la sombrita”. Esta fue la versión Nº 1. La versión Nº 2: “Algunos extranjeros con los estómagos llenos y nada mejor que hacer se dedican a señalar con el dedo hacia nosotros. En primer lugar, China no exporta la revolución, en segundo lugar, no exporta hambre y la pobreza, y en tercer lugar, no tengo que perder el tiempo con usted. Entonces, ¿qué más hay que decir?”
Yuan: En el 2025, cotizaremos en yuan, en barriles de petróleo o en euros. ¡Ah, claro, también dólar!
¡Zafa, cucaracha! Al Covid-19 y a sus Gobiernos aliados.
[1] COVID-19 y los circuitos del capital, Varios autores, Conocimiento Libre, www.rebelion.org del 15 de abril de 2020.
[2] Maestra vida, de Rubén Blades, letra e interpretación.
[3] Pienso, por lo tanto soy, en latín.
[4]Tzantza, tsantsa o cabeza reducida es práctica del pueblo Shuar. «Reducir cabezas». Este místico procedimiento sirve para conservar las cabezas de sus enemigos como talismán y trofeo de guerra. (Estas líneas podrían ser inexactas).
[5] Pronunciase: niet y niet. Significa: no y no, en ruso.
[6] Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina, Aníbal Quijano, CLACSO, Buenos Aires-Argentina, 2014, p. 792.