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Los Comunes: deserciones, mentiras y traiciones

Apuntes sobre el caso Gómez Hurtado

Fuentes: Rebelión

La camarilla de Timochueco se ha desnudado en tiempo récord como lo que son: una parranda de traidores, renegados, descompuestos, mentirosos, pícaros, torcidos, cobardes y desertores. Los sucesos de esta semana vienen a confirmar que acá no hubo ingenuidad sino un acto de traición y de infiltración al más alto nivel.

El régimen de Uribe comenzó a estimular la política de deserciones individuales y colectivas hacia la guerrillerada, con toda clase de estímulos y prebendas, que no eran sino engaños -el cachorro de Uribe, Santos, fue quien más éxito tuvo con esta política. El proceso de paz de Timochueco y su camarilla no fue otra cosa que un acto de deserción masiva. Colectivamente, se abandonaron los principios y las causas de la lucha, se entregaron las armas, y uno a uno se fueron sometiendo, individualmente, a los rebeldes a ese sistema que alguna vez habían combatido. Las consignas usadas por esa camarilla no fueron diferentes a las del régimen: “guerrillero, tu familia te espera”, “guerrillero, ahora sí nos cumplirán y darán oportunidades”, “guerrillero, podrás estudiar”. Jamás le explicaron a la guerrillerada que los esperaba la miseria y una fosa.

¿Podemos suponer que fueron tan ingenuos? ¿Puede la estupidez (y hay que reconocer que Timochueco no es precisamente un tipo muy pilo) explicar esto? Timochueco ha dicho que odiaba a las FARC-EP y que nunca estuvo de acuerdo con sus acciones… ¿qué hacía entonces un tipo así por décadas en los más altos niveles de dirección de esta organización? ¿Cómo se llama alguien que está en una organización a la que odia, sino espía? Al parecer, y toda la evidencia apunta en este sentido, esto fue el resultado de una hábil infiltración al más alto nivel de la guerrilla, con la cual la fueron moldeando hasta llevarla exactamente a dónde querían.

Así convirtieron a la guerrilla campesina heredera de la gloriosa gesta de Marquetalia, la guerrilla más antigua del hemisferio, en una patética procesión de Magdalenas que llegaron a Bogotá marchando ante un país indiferente, pidiendo que por favor los dejen de matar. Que se reúne con los mismos que los estigmatizan y persiguen para decir que confían en su palabra. Liderados por un bobo que le escribe a Santos para que le haga el favor con Duque, argumentando que si se acuerda del día en que se dieron la mano en La Habana, como la novia despechada que le dice al novio “¿te acuerdas papi cuando nos dimos el primer beso?” ¡Qué triste y vergonzante espectáculo!

Pero no contentos con esto, se están dedicando a exterminar la memoria de la resistencia campesina y popular en Colombia. Timochueco y su amanuense Gabriel Ángel han salido a argumentar que la guerrilla estaba “descompuesta”, cosa que a ninguno de nosotros nos consta, pues vimos el valor y el compromiso, y el espíritu de sacrificio de la guerrillerada hasta el final. Los descompuestos son ellos. Nadie más. Con engaños y con las promesas de prebendas y de un botín que nunca les van a dar, se han convertido en ventrílocuos del régimen que eructan todas las patrañas contrainsurgentes. Repiten lo de la supuesta “descomposición”, mientras reducen las retenciones (secuestro lo llaman ahora) a hechos aislados del contexto de conflicto que se vivió, convirtiendo a una organización revolucionaria en un “aparato criminal”. A la vez, aplauden en el parlamento a los generales involucrados en los falsos positivos, demostrando hacia donde es que realmente se inclina su corazón.

Pero no basta con la estigmatización colectiva. Además, les toca asesinar moralmente la memoria de los revolucionarios que orientaron a las FARC-EP y les dieron sus principios que hoy ellos pisotean. Con una cobardía impresionante, ahora echan la culpa de todo al Mono Jojoy, a Alfonso Cano, a Marulanda y ellos con cara de yo no fui. Llevaron de la mano a miles de ex combatientes que confiaron en ellos a una justicia que sigue en manos de la clase que ha sido la causante de todas las miserias y violencias en Colombia, y ellos tratan de salir librados. ¿La masacre de los diputados del Valle? Hombre, da grima ver a un ex guerrillero arrepentido como El Grillo, que a diferencia de tantos otros comandantes queridos y apreciados por sus comunidades fuera modelo de prepotencia y maltrato a las comunidades (a él no lo quería ni su sombra), utilizar su testimonio en la JEP para exculparse y echar de este alevoso crimen, injustificable desde la perspectiva revolucionaria, al comandante Alfonso Cano (https://www.elespectador.com/noticias/judicial/el-relato-del-carcelero-de-los-diputados/). Triste verlo decir que solamente seguía instrucciones, cuando todos saben de sus excesos y maltratos. Ahora, como un cobarde, echa la culpa de todo a Cano, quien desde su tumba, no puede defenderse.

Más turbio aun es el culebrón que se ha inventado Carlos Antonio Lozada, “Tornillo” y su maestro Timochueco, con el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado. Éste no era santo de devoción de las FARC-EP y con razón. Su nombre está asociado a la agresión a Marquetalia y su retórica ultraderechista fue la campeona para justificar el exterminio de tantos luchadores y expresiones de izquierda. Pero la FARC-EP no estuvo detrás de su asesinato, y ni Marulanda ni Jojoy supieron de esto. Su asesinato, como bien se sabe, corrió por sectores del ejército, de la mano de paramilitares y narcotraficantes, y con la complicidad de la corrupta y venal casta política (Serpa y Samper). En esto ha insistido la familia de Gómez Hurtado y toda la información que se maneja apunta en ese sentido. Pero fieles a esa política de cobardía como la del Grillo, Timochueco y Tornillo dicen que fue orden de Marulanda y Jojoy. Pero ya están siendo cuestionados por la misma JEP a la que se sometieron, que le ha dicho a Tornillo y a Timochueco que dónde están las pruebas (https://noticias.caracoltv.com/colombia/jep-dice-que-explicacion-de-rodrigo-londono-sobre-crimenes-confesados-es-un-poco-insuficiente y https://noticias.caracoltv.com/colombia/jalon-de-orejas-de-la-jep-a-julian-gallo-a-ver-las-pruebas-del-asesinato-de-gomez-hurtado ). La verdad es que no las hay.

De hecho, muchísima otra información -incluida las declaraciones de otros ex comandantes ante la JEP y del paramilitar Carlos Castaño (https://noticias.caracoltv.com/informes-especiales/correos-de-carlos-castano-controvierten-version-de-exfarc-sobre-magnicidio-de-alvaro-gomez-hurtado )- desmienten la falaz atribución de este magnicidio a las FARC-EP. Tornillo dijo que la prueba maestra eran los computadores de Jojoy. Pero el único documento de esos computadores que menciona al tema, no parece sostener la versión de que Marulanda o Jojoy habían dado la orden. Esto es lo que dice una carta de Marulanda sobre el asunto:

Alfonso me dice que Miguel preguntó seguro que fuimos nosotros. Por ello llamamos a Carlos Antonio y dijo que no y que además no tienen contacto con el partido. Ateniéndome a ello cualquiera de nosotros que converse con ellos nos deben señalar la fuente. Para saberlo. Porque nosotros no estamos obligados a dar explicación a nadie de cosas como estas, pero sí debemos saber por dónde andan las cosas” (https://noticias.caracoltv.com/informes-especiales/las-farc-y-el-magnicidio-de-alvaro-gomez-hurtado-informe-secreto )

O sea, no hay ninguna prueba de que esto haya sido ejecutado o planificado por las FARC-EP. ¿Por qué entonces autoinculparse de un crimen que no cometieron? Sencillamente para favorecer a sus compinches en el ejército, porque seguramente acá hay prebendas de por medio. Intercambio de impunidades, como se dijo alguna vez. Ustedes se inculpan de este crimen y nosotros nos encargamos de no revelar otras cosas. Timochueco y Tornillo demuestran lo podridos que están con esta mentira con la cual intentan descarrilar las investigaciones y las funciones de la JEP. No es primera vez que obran de esta manera: estos dos siniestros personajes y Pablo Catatumbo ya habían excluido de la lista de presos políticos de las FARC-EP a verdaderos revolucionarios, para incluir a narcos y capos de la mafia con quienes tenían acuerdos económicos. Traidores que como Judas abandonaron a sus compañeros por plata (https://www.france24.com/es/20170910-las-farc-incluyen-25-capos-narcos-entre-los-beneficiarios-de-la-paz ).

Esta letrina se está destapando y es muy probable que, de probarse este falso testimonio, tanto Timochueco como Tornillo puedan quedar por fuera de la JEP y enfrentar a la justicia como son -como unos vulgares delincuentes comunes, pues como ellos mismos afirman, odiaban a las FARC-EP y no estaban de acuerdo con su línea ideológica. Entonces todas sus acciones ya no pueden explicarse por el principio de la rebelión sino como la actividad de sapos y bandidos.

De lo que si no hay duda es de que es muy probable que Tornillo si haya estado involucrado en este crimen, pero no en su calidad de guerrillero, sino en su calidad de infiltrado del ejército en las FARC-EP. Todo el mundo sabe que Tornillo era un infiltrado, aparte de un ladrón de los bienes de la organización; las recientes declaraciones de Piedad Córdoba ante la JEP así lo demuestran (https://www.eltiempo.com/unidad-investigativa/alvaro-gomez-lo-que-piedad-cordoba-dijo-en-la-jep-sobre-el-magnicidio-577981 ). De hecho, muchos de los bombardeos al Bloque Oriental se dieron justo después de misteriosas visitas relámpago de Tornillo, incluido el asesinato del camarada Jojoy. No es raro que el ejército lo haya contratado para utilizar sus servicios sicariales en este crimen, y que haya podido involucrar inocentemente a miembros de la Red Urbana Antonio Nariño de las FARC-EP. Luego se tuvo que deshacer de la evidencia -por eso la masacre de Mondoñedo. Por tanto Tornillo tendría que responder, no solamente por el magnicidio, sino por su participación también en esa masacre.

Como se ve, la letrina recién se está destapando. Pero lo que sí está claro es el carácter siniestro de estos dos personajes, Tornillo y Timochueco, que infiltraron a la guerrilla, que son responsables del asesinato de incontables luchadores, y que lideraron la más grande desmovilización colectiva de una guerrilla en la historia de Colombia. A cambio de nada. Simple deserción. No se puede tener ninguna solidaridad con estos personajes, así que respondan a la justicia a la que se sometieron y que comiencen a cantar toda la verdad, porque sus amigotes ya los abandonaron a que se ahoguen en su inmundicia.