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A cinco años de la muerte de Pinochet

Aquel gesto inolvidable

Fuentes: El Siglo

Se cumplen 5 años desde la muerte del más despreciable chileno : Augusto Pinochet, el general traidor, el cobarde, el pillastre, el corrupto, el sujeto que no vaciló en someterse a las órdenes de una potencia extranjera aliada a la gran burguesía local y a una patota de politicos rastreros que hicieron coro a los […]

Se cumplen 5 años desde la muerte del más despreciable chileno : Augusto Pinochet, el general traidor, el cobarde, el pillastre, el corrupto, el sujeto que no vaciló en someterse a las órdenes de una potencia extranjera aliada a la gran burguesía local y a una patota de politicos rastreros que hicieron coro a los golpistas. Encabezó el sangriento genocidio que enlutará por siempre a nuestra nación. En esta fecha debe rescatarse un gesto memorable del pasado reciente.

Hablo del joven Francisco Cuadrado Prats, nieto del general asesinado por la dictadura. En diciembre de 2006, tras larga espera en medio de los fascistas que concurrieron al funeral del dictador, rodeado de militares indignos que rendían honores a un criminal – lo que nunca hicieron con los últimos generales democráticos del ejército chileno, Schneider y Prats – este chileno tuvo el coraje de escupir con desprecio sobre el ataúd del golpista. Un gesto simbólico y valiente que nos representa a todos los hombres y mujeres bien nacidos de todos lados del mundo. Conocí a Francisco un 11 de septiembre en un acto de la izquierda en Las Condes en que se celebró además el reaparecimiento del mural de María Martner hecho con hermosas piedras regaladas por Neruda en el frontis de la casa de Tomás Moro. El fue uno de los descubridores de aquella obra que los militares habían tapiado luego de robarse las piedras valiosas. Un joven cuyo gesto de hace 5 años representa la valentía de lo nuevo.

Pinochet representa en cambio el período más negro de nuestra historia. Miles de víctimas entre desaparecidos, ejecutados, degollados, torturados, prisioneros en campos de concentración, cientos de miles de exiliados, mujeres violadas por sus carceleros o por perros, cuarteles secretos donde se experimentó el gas zarin con prisioneros, hombres y mujeres lanzados desde el aire al mar tras abrir sus vientres para que no flotaran aunque muchos aun estaban vivos ; en fin la reconocida acción de estos «valientes soldados». Todo para desnacionalizar el Cobre y entregarlo a los que pagaron el golpe, re privatizar la banca, devolver la tierra a los latifundistas, privatizar la salud, la educación, la previsión social, reimplantar en fin el capitalismo a ultranza. Cambios estructurales ultrarecaccionarios. Un retroceso histórico que en los 20 años de la Concertación no se revirtió.

Pero lo cierto es que a 5 años de muerto el tirano el pueblo está en las calles y como siempre la juventud es la primera. Y sucede que las encuestas dan como la figura más popular de Chile a una joven comunista : Camila Vallejos. Por su capacidad personal, por sus ideas y por la forma de transformarlas en acción de masas. Se respira mejores aires.

Cierto es que el dictador no murió en la cárcel como debió ser, pero sí desaforado y procesado judicialmente, en Chile y en otros países por crímenes contra la humanidad. Sus compinches siguen hoy enjuiciados, algunos condenados, y no se detendrá el movimiento de derechos humanos hasta alcanzar toda la verdad y el máximo de justicia. Su nombre es sinónimo de lo siniestro. Una minoría de los suyos logró hacerse del gobierno pero todo indica que será por un período extremadamente breve. El escupitajo de Francisco se torna cada vez más en incontenible oleaje de rechazo colectivo a todo lo que Pinochet y la derecha representan.