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Porque sufrimos miseria asaltamos, el derecho a comer

Asaltos, carritos, hipermercados, bancos de alimentos, caridad, mercados y monopolios

Fuentes: Rebelión

El asalto a dos grandes supermercados por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) ha supuesto todo un revulsivo para las adormecidas conciencias en esta canícula veraniega. Vaya por delante el agradecimiento a estos sindicalistas por orientarnos a las personas comprometidas en el largo «invierno» neoliberal. Como toda acción de desobediencia civil ha tenido sus riesgos […]

El asalto a dos grandes supermercados por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) ha supuesto todo un revulsivo para las adormecidas conciencias en esta canícula veraniega. Vaya por delante el agradecimiento a estos sindicalistas por orientarnos a las personas comprometidas en el largo «invierno» neoliberal. Como toda acción de desobediencia civil ha tenido sus riesgos pero ha valido la pena aprender de los errores de la acción.

Este asalto tenía el evidente objetivo de llamar la atención sobre la situación desesperada que viven, después de años de crisis y recortes, centenares de miles de hogares sin recursos en este país o los millones que viven con menos de mil euros. No se trata de extenderse sobre esto de sobras conocido por la izquierda más comprometida. Lo de Écija y Arcos era una acción simbólica que pretendía poner el ojo en la situación de miseria que vive mucha gente en los barrios populares de las grandes ciudades y pueblos del país.

Después se ha extendido a Extremadura, Catalunya (PAH del Penedès) y otros lugares con cobertura mediática más local. Quitar a los «ricos» para dar a los pobres siempre ha sido una poderosa arma mediática. La acción del SAT ha demostrando la deslegitimación del discurso neoliberal del Gobierno y la Troika comunitaria en esta crisis. Ejemplo de ello han sido las frases del ministro del Interior Alberto Fernández: «la ley es igual para todos» o «pagar lo que se debe es una obligación moral», después de la borrachera usurpadora de las élites financieras estos años de bonanza cuando la fiesta se acabó.

Pero debemos profundizar aún más pues no se trata sólo de dar unos paquetes de comida sustraídos a gente sin recursos, deberíamos avanzar en el derecho universal a comer que tiene mucho que ver con el tipo de producción de los alimentos, su proximidad y el sistema de distribución de los mismos. ¡Que no quede en agua de mayo!

Gracias a la enseñanza y la sanidad pública nadie duda de reclamarlos desde hace años como derechos fundamentales, conquistados con años de lucha. Por eso aún hemos de conquistar el derecho a la vivienda pública de calidad expropiando los pisos de los bancos, del «Banco Malo de Rajoy». Y con el SAT debemos conquistar el derecho a comer. Porqué la caridad se mendiga pero los derechos se pueden exigir.

El alquiler, la hipoteca, el IPC, el IVA y la policía se ensañan con los pobres

La pobreza no gusta al discurso oficial de las élites políticas-económicas ahora que nos piden arrimar el hombro en la crisis más dura desde la guerra civil. El Estado español, que fue en tiempos de Zapatero la «séptima» potencia mundial, el turismo y la pobreza no casan en la calle. El poderoso lobby del turismo pide mano dura contra la pequeña delincuencia y la venta ambulante por la mala imagen del país. ¿Qué hacen los turistas alemanes y japoneses rodeados de pobres, rateros y rufianes en la Rambla o en la playa de Barcelona? El mismo razonamiento que usó el Ministro del Interior después del asalto al súper… ¡que poco patriota es usted, señor Gordillo!

La caza del pobre es una orden que tienen las diferentes policías que actúan en las calles de nuestras ciudades y pueblos gastando millones de euros en sueldos mientras arriba de todo de la pirámide social banqueros, políticos y oligarcas de todo pelaje defraudan, evaden y ganan dinero a manos llenas en plena crisis.

Se persigue a lateros, a vendedores ambulantes, a recogedores de metal y basura o merodeadores de contenedores. Resulta exasperante ver como las «normativas cívicas» escudriñan y reglamentan hasta el acto más íntimo y personal, como una meada, pero estos políticos que ponen las reglas, amigotes de los defraudadores, son incapaces de usar una ley, si existe, para poner a un sólo banquero en prisión, ni siquiera delante de un tribunal de la supuesta justicia que nos gobierna.

Desde hace décadas la vivienda, convertida por esas élites en un activo financiero en el ojo del huracán de la burbuja inmobiliaria, madre de toda la crisis, se ha llevado buena parte del salario de las clases trabajadoras. El alquiler y la hipoteca valen la totalidad o buena parte del salario del precariado español que se ve obligado a comer en casa de los abuelos que tienen pensiones miserables. Por ello, el IPC, las subidas del IVA y los infinitos recortes que se avecinan de la mano de Rajoy y la Troika europea van a situar a más familias contra la pared: o pagar el piso y servicios como el agua y el butano o quedarnos sin comer.

Los seis millones de parados, el fin del petróleo barato, la sequía inducida por el cambio climático y la carestía de la vida están tensando demasiado, y podría romperse, el sistema de distribución de alimentos en las grandes ciudades. Algunos alimentos recorren ya demasiados kilómetros para llegar a destino mientras las mejores tierras de cultivo al lado de las ciudades se han llenado de cemento o se llenaran (EuroVegas) en el Estado que aspiró en los años 80 a ser el huerto europeo.

La miseria ha lanzado a la gente a comprar marcas blancas y los supermercados rivalizan en ofertas sin IVA. Esas cadenas de distribución ya controlan el 75% de la comida que llega a los 45 millones de habitantes de este país. Y son esas grandes cadenas las que rivalizan por reducir los precios de venta a asalariados precarizados a costa de hundir aún más en origen los precios de los productores. Y son esos hiper los causantes de incrementar el valor de las patatas y las cebollas hasta un mil por ciento entre lo que pagan en plazos de 90 días al agricultor, arruinado entre deudas, y los sufridos consumidores de las ciudades. Señores como Juan Roig de Mercadona, primer español en la lista FORBES de los más ricos del planeta, que juega después en el mercado de futuros de Chicago apostando a incrementos del 20% en los cereales y la soja a causa de las malas cosechas, ya es dueño del mercado nacional de aceites de oliva en Portugal.

Son los Pescanovas que piratean pescado del Índico después de esquilmar los caladeros nacionales y las artes de pesca tradicionales. Son esos que apuestan por el ajo chino para hundir el ajo murciano, hunden la manzana de Lleida trayéndola de Chile o apuestan por variedades transgénicas foráneas mientras el campo español pierde campesinos, saberes ancestrales y valiosísimas variedades genéticas de huertos y de la cabaña ganadera autóctona.

Comer se suma a la vivienda en las principales preocupaciones familiares

Los que luchamos por el derecho a la vivienda, como las PAH-Plataforma Afectados por la Hipoteca (1) o nuestra Asociación 500×20 (2), hemos comprobado que la gente que llega a nuestras asambleas pidiendo ayuda contra el banco o el casero vive al día en cuanto a comida se refiere. Los problemas del pago de la vivienda están ya asociados a las dificultades de comprar comida y pagar las facturas del agua, energía, etc. En muchos hogares la pérdida del trabajo va asociada a la del piso, a los problemas de pareja, de salud y a la depresión. Después de años de crisis, las llamadas clases medias ya han empezado a sufrir esos azotes que hasta ahora estaban reservados a jóvenes, viejos, inmigrantes y familias monoparentales. Por eso se pide un Plan de Rescate Ciudadano (3).

Los servicios sociales de los barrios populares están recibiendo una avalancha de solicitudes de ayuda para la comida. Cáritas y los bancos de alimentos están desbordados y carecen de recursos mientras que Sánchez Gordillo denunciaba que toneladas de comida se tiraban en los super.

En las colas para recoger bolsas de comida en los barrios populares ya se juntan la vergüenza de la que fue tendera de la calle con el ecuatoriano que trabajaba en la construcción. Los juntan el paro, el alquiler, la hipoteca y la bolsa de comida para llegar a final de mes. En el almacén los voluntarios de Cáritas y otras organizaciones se afanan por dignificar la entrega de las bolsas de comida. Cada mes van al banco de alimentos (3) a recoger mercancía que ha sido depositada por aquellas grandes cadenas de distribución de las que hablábamos antes y por donaciones caritativas del BBVA o el Santander (4). Todos los políticos que se precian han pasado por un banco de alimentos, desde el exalcalde de Barcelona Jordi Hereu hasta el ministro de Agricultura, representante sempiterno de los intereses latifundistas, el señor Arias Cañete. Los bancos de alimentos han sido declarados «entidades de utilidad pública» por el Ministerio del Interior (5) por lo que las caritativas donaciones de Mercadona o del BBVA se pueden desgravar. Es norma habitual que la gente de bien de este país pague menos impuestos que los sindicalistas maleducados y currantes pedigüeños.

¡Eh! Qué las familias tiramos demasiada comida que serviría para su labor caritativa

El diario El Mundo (6) publicaba dos días después del asalto del SAT las declaraciones del Presidente del Banco de Alimentos -FESBAL-, José Antonio Busto, dando lecciones a Gordillo de que lo que debía hacer era apoyarlos «Hay iniciativas mucho mejores para ayudarnos», aseguró el presidente de la Federación de Bancos de Alimentos. «Pueden trabajar para que la Unión Europea mantenga en vigor el Plan de Ayuda para los más necesitados, que va a desaparecer como ayuda alimentaria para el periodo 2014 a 2020». Por supuesto se negó a recibir la comida usurpada por los sindicalistas. Los bancos de alimentos que reciben la comida de los supermercados no tienen a bien recoger la donada por «Robin Hood» trasnochados.

En dicho periódico se recogía también que los datos de FESBAL indican que los culpables del desperdicio de alimentos son en un 42% los hogares y un 38% en origen. Los hiper sólo desperdician un 5%. Lo confirmaba Ignacio García, Presidente de la Federación de Distribuidoras como Mercadona, Carrefour, Día, etc… asegurando que ellos son muy eficientes y ahorradores.

Vamos, que Sánchez Gordillo no sólo roba a los amigos del pueblo sino que es entre su propia gente donde debería buscar a los que desperdician la comida. El populacho más culpable que nunca. Vamos, que me siento tan culpable ahora que voy a poner a un pobre en mi mesa a comer las sobras de casa antes de tirarlas miserablemente al contenedor de basura. Mea culpa.

En Barcelona, en el distrito más popular de la ciudad, Nou Barris, con la calle con más desahucios del Estado, el Ayuntamiento del barrio, en manos de Unió Democrática (que vota todos los recortes aquí y en Madrid aplaudiendo el desahucio-exprés) ha apoyado con toda su energía un centro de distribución de alimentos para los pobres, llevado por voluntariado de la Iglesia. ¿Alguien en su sano juicio asaltará un super de mi barrio habiendo realizado la Administración una labor ímproba por los pobres y hambrientos? Pero hay quién aún se pregunta si mucha de esa gente gorda y con coche que se lleva la bolsa de comida realmente la necesita. Para ser pobre hay que serlo y además demostrarlo. Hay quién incluso cree que hay aprovechados. Yo he llegado a oír que las abuelas con el cajón lleno de medicinas son las culpables del euro por receta.

Los pobres tenemos derecho a los bombones Ferrero Rocher caducados de la Preysler

¿Los gordos pasan hambre? En esta sociedad de la productividad, de la prisa, de la desesperación, de la miseria intelectual y moral, de la inmigración y muchas otras cosas la obesidad está causando estragos entre las clases populares. No se trata de opulencia se trata de comida basura. Se trata de la pérdida de las costumbres culinarias ancestrales, de la cocina con tiempo, de la comida rápida, industrial y barata, de la desinformación generalizada a través de los medios de comunicación. No hace falta más que leer o ver lo que se recoge en los bancos de alimentos o en las bolsas de comida. Mucho alimento elaborado y muy poco fresco que haya que cocinar. A los pobres las sobras (7). En junio daban en mi barrio la bolsa de comida con los bombones Ferrero-Rocher, de la Isabel Preysler, pero que conste estaban caducados. No tenía mucha importancia pero estaban caducados. Los pobres deben su tiempo a la productividad para ser competitivos.

Y después de todo este bombardeo hipócrita de los medios de comunicación qué queda del simbolismo de los sindicalistas andaluces. ¿Le dieron la vuelta? Molestan los Robin Hood pero no las almas caritativas pérfidas que lo que dan al pueblo con una mano se lo roban doblado con la otra. Se criminalizan la reivindicación, la valentía y se glorifica la humillación que supone aceptar la caridad. Yo he visto en mi calle a mujeres con niños llenas de vergüenza saliendo con la bolsa de comida caritativa para un mes pero que se la comen en 3 días… Y después el almacén solidario cerró todo el mes de agosto porque los voluntarios son eso,voluntarios que bastante hacen.

Nada de hipermercados… en los mercados de barrio de toda la vida está el derecho a comer sano.

Sólo me faltaría hacer aquí una crítica a los del SAT que bastante tienen con la que les esta cayendo. En este documento hemos querido criminalizar esos monopolios «satánicos» con «olor a azufre» que son los supermercados que controlan el 75% de los alimentos que se distribuyen en nuestro país. Y precisamente la campaña de requisas de alimentos vuelve a focalizar en ellos a toda la prensa. ¡Bastante poder tienen como para que les hagamos propaganda gratuita!

Yo me quiero referir a los mercados tradicionales, los que hay en cada barrio. Los que tienen las paradas de verduras, ultramarinos, pescado, carne, embutidos, encurtidos… esos. Han perdido una enorme fuerza económica estos años a favor de los super e hiper, pero les puedo asegurar que son tan baratos como los otros y la mayoría de productos son de proximidad, sobre todo los alimentos frescos. Que como frescos necesitan su tiempo para comprarlos, limpiarlos y cocinarlos. Ese tiempo que la economía capitalista competitiva niega a las clases populares. También a las cooperativas de consumo de productos ecológicos, de las que tenemos en mi barrio dos ejemplos que anteponen la calidad de los alimentos de proximidad a las grandes superficies.

Miren las paradas de los mercados. Sus dueños son pequeños tenderos con un pequeño volumen de negocio que han visto mermar en favor de los hiper. Pero, ojo, desde el punto de vista del trabajo ocupan a mayor número de personas que nuestros odiados Mercadonas para el volumen de negocio que generan. Muchísimo más. Los tenderos son halagados por los partidos de orden como el PP, CiU, PSOE, PNV, etc. Pero las políticas de estos partidos les han hundido en la miseria.

Propongo un sencillo ejercicio de suma del derecho a la alimentación sana con los mercados municipales. Una familia de tres miembros con una renta de poco menos de 1.000 euros se puede hoy sentirse agraciada pero no digamos una de 4 miembros que sólo recibe un PIRMI o sencillamente nada. Con una bolsa de comida al mes no van a ninguna parte, aunque buena es. Y algunas pasan vergüenza y los voluntarios van desbordados.

Si las familias no llegan a final de mes vamos a exigir a los Servicios Sociales del Ayuntamiento una baremación y que se entregue a cada familia una tarjeta con código cargada con un importe entre 200 y 500 euros para canjear por comida en los mercados municipales y en el pequeño comercio. Los mercados de abastos de mi ciudad tienen tecnología para restar en las tarjetas con banda magnética las compras de comida. Obliguemos a los ayuntamientos a poner en marcha este sistema eficiente y discreto. Prohibido este sistema en los super. Eso asegurará el derecho a que mucha de nuestra gente pueda llegar a final de mes. Asegura una economía productiva de proximidad y más eficiente y sostenible. Asegurará más puestos de trabajo. Y sobre todo los mercados municipales están gestionados por los municipios y podremos influir en ellos. Las grandes superficies son totalmente privadas.

La batalla contra los ayuntamientos para que acepten el derecho a comer no será nada fácil. Pero está vez tendremos además a los tenderos, cooperativas de consumo y al pequeño comercio a nuestro favor. Y tendremos a la patronal de los supermercados, AEDAS, muy enfadada porqué cambiaremos muchos millones de euros de manos y hábitos de compra. ¡No es la revolución, pero se los tocaremos! Y si queremos acción reivindicativa seguro que encontraremos la manera de requisar comida en un mercado con el beneplácito y apoyo de sus tenderos para la causa y de la manera más lúdica. O bien daremos la tabarra reivindicativa en el plenario más importante del ayuntamiento del pueblo o barrio.

Las requisas a los super tienen su recorrido, pero el derecho a la comida ha llegado para quedarse. Lo asaltaremos.

Y por favor, la revolución también empieza en cada uno… ¿ya sabéis dónde comprareis este sábado?

Salva Torres es miembro de 500×20

El documento completo en prouespeculacio.org

Notas:

(1) PAH-Plataforma Afectados por la Hipoteca… web

(2) Asociación 500×20 «el Alquiler 100% Público y Asequible» y prouespeculacio.org.

(3) Plan de Rescate Ciudadano … web

(4) Federación española de Bancos de Alimentos, su web http://www.fesbal.org/-

(5) Listado entidades de utilidad social del Ministerio del Interior. Banco de Alimentos de España

(6)Diario «El Mundo» declaraciones del presidente de la Federación de Bancos de Alimentos (Fesbal), José Antonio Busto.

(7) Banc d’Aliments. Donació d’aliments … web

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR