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Asamblea Constituyente: el cuco que aterra a la derecha

Fuentes: Rebelión

Si existe algo que causa terror a la derecha chilena es la posibilidad de una asamblea constituyente. La asamblea constituyente es el Cuco que provoca la histeria de la derecha, sobre todo de la derecha pinochetista, representada por personajes como Hermógenes Pérez de Arce, Carlos Larraín, Raúl Hasbún, Pablo Rodríguez, Sergio Onofre Jarpa, Agustín Edwards, […]

Si existe algo que causa terror a la derecha chilena es la posibilidad de una asamblea constituyente. La asamblea constituyente es el Cuco que provoca la histeria de la derecha, sobre todo de la derecha pinochetista, representada por personajes como Hermógenes Pérez de Arce, Carlos Larraín, Raúl Hasbún, Pablo Rodríguez, Sergio Onofre Jarpa, Agustín Edwards, Pablo Longueira, Andrés Allamand y tantos otros golpistas del 73 y, por lo tanto, encubridores de los atropellos a los derechos humanos, entre lo que se cuenta la tortura, ejecuciones, desaparecidos, quemados vivos, degollados y violaciones. En nuestro país debería existir una ley que prohibiera el pinochetismo lo mismo que en Alemania se prohíbe el nazismo. Los criminales no deben tener derecho a voz ni voto en una sociedad verdaderamente democrática y respetuosa de los derechos humanos.

En una entrevista reciente, refiriéndose a lo planteado por el abogado Fernando Atria acerca de convocar a una asamblea constituyente mediante un decreto supremo, el «demócrata» Hermógenes Pérez de Arce amenaza con que, si esto sucediera, podría generarse un golpe de Estado. Es decir, le salió el Cuco al señor Pérez de Arce y nada mejor que clamar el auxilio de los militares, pues para él -como para toda la derecha- resulta normal que cuando el pueblo quiere expresarse libremente hay que reprimirlo a punta de balazos. Ante estas declaraciones, sepa el señor Hermógenes y sus secuaces, que la actual sociedad chilena no aceptaría un nuevo golpe de Estado. Esta vez, al contrario del 73, y con la experiencia acumulada, saldría a las calles y defendería su derecho a la libertad al precio que fuese necesario. La criminalidad de la derecha es ancestral y sus actuales misioneros no escatiman esfuerzo para tratar de hacer pasar «gato por liebre». Pero no, esta vez no. Ya basta de amenazas. Todos debemos estar atentos, como dijo don Lucho, «por si las moscas».