FRENTE A SU CAMPAÑA ELECTORAL, NUESTRA CAMPAÑA ES DE ORGANIZACIÓN Y LUCHA.
Las asambleas territoriales y organizaciones populares agrupadas en el Referente Político Social (RPS), saludamos a todos los Pueblos que se levantan en revuelta en Nuestramérica y en el mundo, representando una fuente de esperanza para el Sur Global y para el futuro de la humanidad.
Saludamos también a las diferentes expresiones del movimiento mapuche autonomista que lucha consecuentemente por su autodeterminación a pesar de los duros golpes recibidos de parte del Estado, los latifundistas y los grandes capitales; saludamos a las organizaciones de mujeres y a los movimientos de las disidencias sexuales que apuestan por el derrocamiento del orden patriarcal a partir de luchas autónomas y populares; a las asambleas y organizaciones territoriales que antes y después de la revuelta de octubre vienen pujando por la recuperación de la soberanía popular y la construcción de poder popular comunitario; a las y los miles de jóvenes populares que habitan la precariedad del sistema en todas sus formas y que buscan incesantemente espacios de participación, lucha y organización frente a la estrechez de las formas de participación tradicional, llámense partidos, sindicatos, centros de estudiantes u otros.
Hoy, como nunca en los últimos treinta años, existen condiciones políticas favorables para que esta pluralidad de experiencias y organizaciones nos constituyamos como un sujeto colectivo con presencia, voz y opinión política propia, con capacidad de acción e iniciativa general más allá de nuestras experiencias particulares.
Así como hay condiciones favorables, también existe una necesidad histórica; atravesamos una profunda crisis no solo del régimen político a nivel nacional, sino también a nivel internacional de consecuencias insospechadas, es decir, estamos situadxs en un momento histórico que anuncia eventos y transformaciones de gran envergadura que no dejan mayor espacio a salidas intermedias.
Por lo mismo, los pueblos que hemos echado a andar, nuevamente estamos frente a la encrucijada de sumarnos a los caminos que nos proponen el Poder decadente para salvar al viejo mundo, o constituir con claridad una alternativa por la emancipación de la clase trabajadora, los pueblos oprimidos y la humanidad en su conjunto. Tal es la trascendencia de los desafíos del presente.
Para el caso chileno, es sabido que este camino que nos proponen desde el Poder se encuentra en el Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución de Noviembre del 2019 y el itinerario que de ahí se desprende, que este 15 y 16 de mayo celebrará la elección de las y los representantes a la Convención Constitucional (sumada a las demás elecciones). Somos enfáticxs en señalar que éste es su camino, pues si bien es producto y no sería pensable sin las grandes movilizaciones populares de octubre y noviembre del 2019, está diseñado para no permitir el ejercicio de la soberanía popular, y su objetivo fundamental es y ha sido contener, reprimir, encauzar y en definitiva disipar el potencial transformador de nuestro pueblo.
Este es un proceso que descansa en la impunidad de los criminales del Gobierno y las FFAA y de Orden, en la violación a los DDHH, la muerte, la persecución y la prisión política de cientos y miles de luchadoras y luchadores populares en diferentes zonas del país hasta el día de hoy; es también un proceso que se desarrolla bajo Estado Excepción, la persistente presencia de las FFAA y de Orden en la vida pública, restricciones al derecho de reunión y manifestación, entre tantos otras libertades restringidas.
Por esta razón, denunciamos la falsedad de su excepcionalidad, de su carácter histórico y democrático, es más bien una nueva versión de los procesos “participativos” que durante más de 30 años han mantenido a los mismos en el poder.
No nos oponemos a las esperanzas democratizadoras de nuestro pueblo. Criticamos de manera directa a las y los dirigentes que siembran expectativas falsas al interior del movimiento popular respecto del proceso institucional en curso, y le decimos con claridad a nuestro pueblo, que el sistema político – incluida la futura Convención Constitucional – no es capaz de llevar adelante las transformaciones democráticas hasta sus últimas consecuencias, pues el orden social del capital se ha demostrado incompatible con la democracia y la soberanía popular.
Nos oponemos a ser vagón de cola del itinerario trazado por los sectores en el poder y por ello rechazamos este proceso mal llamado “constituyente”.
Es más, nuestra historia y nuestra propia experiencia reciente, nos enseña que los poderosos no dudarán en utilizar todos los medios a su alcance para conservar su poder y disciplinar a quienes osen rebelarse contra su orden, por lo que ni siquiera se puede asegurar que el restringido itinerario constitucional se desarrolle íntegramente.
Por todo lo anterior, las asambleas territoriales y organizaciones populares agrupadas en el RPS, decimos que la única manera de llevar adelante y materializar las esperanzas democratizadoras de nuestro pueblo, es construyendo Poder Popular desde abajo para cambiarlo todo, y esta responsabilidad no puede delegarse en otros ajenos al propio proceso de lucha y organización que venimos dando durante las últimas décadas y particularmente, después de la revuelta de octubre.
Llamamos a redoblar los esfuerzos para evitar el desarme político promovido por los sectores en el poder, profundizar el ambiente de politización actual, seguir siendo parte de ese pueblo en su lucha cotidiana y ampliar la franja de militantes y activistas comprometidos/as con la construcción de una política propia, con el desarrollo de un poder autónomo, que surja desde las necesidades colectivas, para defender la vida y forjar un futuro sin explotación ni opresiones.
FRENTE A SU CAMPAÑA ELECTORAL, NUESTRO CAMPAÑA ES DE ORGANIZACIÓN Y LUCHA.
Al sur de Nuestraamérica,
Asambleas territoriales y organizaciones populares agrupadas en el Referente Político Social (RPS)