INTRODUCCIÓN El ascenso y decadencia del movimiento libertario en Chile es una historia fascinante. Hay más para la historia que el simple interés histórico, sin embargo. Chile es un país al borde del desarrollo y por lo tanto está más cercano a un país europeo que para una nación verdaderamente subdesarrollada. Chile es tan […]
INTRODUCCIÓN
El ascenso y decadencia del movimiento libertario en Chile es una historia fascinante. Hay más para la historia que el simple interés histórico, sin embargo. Chile es un país al borde del desarrollo y por lo tanto está más cercano a un país europeo que para una nación verdaderamente subdesarrollada. Chile es tan urbano como cualquier país desarrollado y aun en 1900 cerca del 20 % de la población vivia en ciudades, alrededor del mismo porcentaje que Canadá en aquel entonces. El crecimiento demográfico es bajo y las estadísticas demográficas están en el nivel desarrollado. Las mujeres tienen un más estatus más igual con los hombres que en cualquier otro país Latinoamericano.
Chile es uno de los pocos países donde la ideología libertaria tuvo hegemonía sobre el movimiento laboral. El movimiento chileno dio origen a un nivel sin precedentes de unidad popular, si bien por un breve momento, aunando la inmensa mayoría de la población en contra de la élite. El libertarianismo chileno fue notable en su sentido práctico, su populismo, su naturaleza no ideológica y su falta de violencia. El movimiento fue altamente adaptable, constantemente cambiante con sus métodos y no quedando empantanado bajo el dogma. El movimiento chileno también muestra el peligro opuesto de ser «no dogmático», muchos sindicalistas se convirtieron en corporatistas.
Mientras el pasado no puede servir de modelo por ahora, las experiencias chilenas nos pueden dar algunas ideas para basar un movimiento libertario. El nivel de unidad popular que crearon es exactamente lo que es necesario crear para doblegar el Estado leviatán que amenaza con tragarnos. La importancia de la adaptabilidad y de no quedar atrapado en dogmas es algo que ciertamente vale coger prestada. En esta era nihilista, revolcándose en la ignorancia inducida por el gobierno y el soporte lógico informático, su énfasis en la educación y la ética debería ser reconsiderado. Los chilenos también construyeron una gran red de sociedades de apoyo mutuo, señalando una alternativa para el «Estado Providencia» insolvente presente.
LOS ORÍGENES DEL MOVIMIENTO MUTUALISTA
La primera forma que el libertarianismo tomó en Chile fue el mutualismo. Antes de la victoria de lo que reclamó la élite fue liberalismo económino, la artesanos chilena se organizaba en gremios. Las organizaciones de estos trabajadores fueron una fuerza importante en la lucha de la independencia y eran la mayoría de sector radical del movimiento revolucionario. El nuevo gobierno postcolonial prestó poca atención al patriotismo de los trabajadores y desbandó los gremios. Así los medios de vida del artesano entraron en pronunciada decadencia y este período probó ser la etapa más difícil en su historia… Con la independencia nada ganaron los artesanos. [1]
Los tipógrafos fueron los más activos de los artesanos y en 1845, unas dos décadas después de prohibidos los gremios, produjeron un periódico, El Artesano Opositor, que criticaba las condiciones de trabajo de la población.
Un año más tarde apareció una publicación independiente llamada El Pueblo. Su lema era ¿Qué es el Pueblo? ¡nada! ¿Qué será? ¡todo! El Pueblo fue influenciado por los sucesos revolucionarios en Francia y el pensamiento libertario francés, especialmente el de Proudhon y Lamennais. Las obras de Proudhon fueron populares en Chile como se demuestra por catálogos contemporáneos de vendedores de libros. Aún tan temprano como en 1850 sus obras eran fácilmente disponibles en las librerías. (Las traducciones en español llegaron en los 1870’s.) El libro de Lamennais, Le Livre du Peuple fue traducido y publicado en Concepción ya en 1843. En 1847 se fundó una Sociedad de Artesanos en Santiago, pero se conoce poco acerca de esta organización.
El Pueblo atrajo a una camarilla de jóvenes intelectuales republicanos de tendencia libertaria. Estaban interesados en el concepto de asociación voluntaria. Los republicanos sentían que libertad sin igualdad era un sin sentido y la única forma genuina para lograr una sociedad igualitaria era crear asociaciones democráticas entre la gente. También creían que los artesanos deberían ser políticamente autónoma y intentaron evitar que cayeran bajo la influencia de los partidos aristocráticas como los Liberales y Conservadores.
LA SOCIEDAD de la IGUALDAD
En 1850 dos hombres regresaron a Chile de una larga estancia temporal en Francia. Francisco Bilbao y Santiago Arcos habían estado presentes en París durante la revolución de 1848 y habían presenciado el papel que jugaron los artesanos. Estaban familiarizados con los pensamientos de Proudhon y habían sostenido debates con Lamennais, convirtiéndose en seguidores del exsacerdote. Bilbao puede ser considerado fundamentalmente libertario.[2] El 10 de abril de 1850 Bilbao, Arcos, el escritor Eusebio Lillo y un número de otros republicanos radicales celebraron una sesión con representantes de los zapateros, sombrereros, músicos, y sastres. Forjaron a La Sociedad de la Igualdad (o S.I.) Con su publicación, El Amigo de Pueblo.
El SI fue devoto del concepto de «societarismo», la soberanía completa de la gente y fraternidad universal. Buscaron un proyecto de desarrollo moral, material e intelectual para el artesanado.[3] Promovieron el derecho de la gente a organizarse, algo que supuestamente garantizaba la Constitución chilena pero que ignoraba la élite. El SI requirió la creación de una república real y la regeneración de Chile, [4] que debia ocurrir a través de asociación voluntaria. En octubre de 1850 crearon una escuela para artesanos, con cursos de lectura, aritmética, música, inglés, baile, e historia antigua y chilena. El SI puede considerarse el modelo, en estructura organizativa e ideología, de las sociedades futuras de apoyo mutuo.
La composición educativa y moral marcha directamente a través de libertarianismo chileno de los Igualistas a la CGT de los 1930’s. Esto era común a todos los movimientos obreros anarquistas. Al igual que la revolución industrial en Europa, la industrialización en Chile fue muy destructiva para la familia y la sociedad. Las familias campesinas son patriarcales. Por mucho tiempo vivieron como gente que trabajaba la tierra como una unidad familiar y vivian en comunidades de aldea, esto no tuvo demasiadas consecuencias negativas. La proletarización y el residencial cambiaron esta realidad.
El hombre tomaba su sueldo, y los de su esposa y sus hijos y los gastaba como le daba la gana. Sin comunidad que le diera una influencia positiva y con una miríada de vicios de ciudad entre los que escoger, el hombre a menudo malgastaba «su» dinero en bebida o en los dados. Las familias ya pobres se volvieron aun más pobres por ésto y la violencia doméstica floreció.
La temprana industrialización creaba no una clase obrera genuina sino un lumpenproletariado con todas las actitudes irresponsables, violentas y llenas de prejuicios de ese grupo. La sociedad no puede existir donde el lumpenproletrariado predomina, sólo es una selva cuya única ley es «hacer lo que me parece correcto». Tener una sociedad requiere autonomía, solidaridad y apoyo mutuo, todo cuál requiere un sentido de responsabilidad y actitudes democráticas.
El alcoholismo, la adicción a las drogas y la inestabilidad de la familia causaron en los campesinos una profunda incapacidad para adaptarse a la vida urbana y al trabajo.[5] La carencia de educación tenía un efecto negativo en la población obrera pues ensancha el rango de sueldos, debilita la solidaridad y hace a los trabajadores campesinos insensibles a las explicaciones complejas y por consiguiente abiertos a los demagogos.[6] Las organizaciones de trabajadores trataban de crear ciudadanos de clase obrera y los medios para hacerlo era civilizarles.
EL SI BAJO ATAQUE
El Partido Liberal, que había contado con los artesanos entre sus partidarios, no estaba satisfecho con esta competición. Trataron de acoger o destruir el propio SI. y para causar daño les acusaron de comunistas.[7] Ante esta calumnia Franciso Bilbao contestó, … no somos comunistas y no nos gusta el comunismo, el cuál consideremos un sistema falso … [8]
La represión vino pronto. Se usó a policías espías y a menudo rompieron reuniones. La Iglesia intervenida denunció al SI desde el púlpito. En una Comisión directiva irrumpieron dieciséis hombres armados con palos y cuchillos y amenazaron con matar a los miembros. Pero los Igualistas pudieron ahuyentarles defendiéndose con ferocidad. Los ataques se extendieron por los barrios populares, dónde el SI tenía muchos partidarios, pero la gente respondió del mismo modo. El gobierno, frustrado en su empeño de apagar de un soplo esta chispa de libertad, lo ilegitimó para llevar armas y así desarmó la oposición. En el rencor de esta represión, el SI tuvo 3000 miembros en Santiago.
La violencia de las autoridades aumentaba. Las casas eran registradas de arriba abajo por el ejército o las pandillas de partidarios del gobierno. Francisco Bilbao se vio obligado a esconderse y muchos Igualistas fueron arrestados, detenidos y torturados. El 20 de abril de 1851 la última manifestación importante del SI en Santiago fue violentamente doblegada por el Estado. Este acontecimiento marcó la muerte de la organización. Había sido una corta pero fecunda vida. El SI sembró en Chile las semillas del … apoyo mutuo … [9] Un miembro del grupo, Pablo Muñoz, había formado una rama de la Sociedad de Igualdad en el pueblo de La Serena, donde él enroló a más de 100 artesanos locales. Esta asociación fue menos movimiento político que el SI y más una sociedad verdadera de apoyo mutuo. La Sociedad La Serena es el vínculo entre el SI y el Sociedades Mutuales.
LAS PRIMERAS SOCIEDADES de APOYO MUTUO
La represión de los Igualistas fue parte de una guerra civil mayor que estaba ocurriendo en Chile a la sazón. El ganador de esta lucha desigual fue el General Manuel Montt. Si bien los artesanos fueron derrotados y el país quedó en manos de un dictador, el apoyo mutuo no pasó al olvido. En 1853 los tipógrafos, influenciados por el Mutualista nacido en Perú, Victor Laynez, forjaron la primera sociedad permanente de apoyo mutuo. Su función principal fue proveer servicios médicos para sus miembros. Dos años más tarde una organización similar fue establecida en Valparaiso.
La depresión de 1858 condujo a más desasosiego, la guerra civil y la represión. Los tipógrafos Mutualistas sufrieron pero lograron sobrevivir. La artesanos se pusieron del lado de la facción más cercana de sus ideales republicanos y Montt fue derribado. Jose Joaquin Pérez se convirtió en presidente. Pérez garantizó las libertades ciudadanas básicas escritas en la Constitución chilena. De este punto las Mutuas comienzan a desarrollarse en serio. Debería señalarse que entre las reglas del derecho constitucional estaba el establecimiento de organizaciones de trabajadores como mutuas, cooperativas y asociaciones sindicales. Una gente dependiente de los antojos de un déspota o la oligarquía brutal nunca tiene la libertad y la seguridad para organizar asociaciones duraderas por consiguiente efectivas.
La Unión de Artesanos se formó en 1862 en Santiago. Esta organización inspiró el desarrollo de sociedades en otras partes de Chile. La Unión fue una mutua general para todos los artesanos todos los comercios. Proveyó servicios médicos e intentó crear un taller para los desempleados. Un cometido importante fue la educación, y así fue que la Escuela Benjamin Franklin se formó para proveer el aprendizaje para los artesanos y sus niños. La elección del nombre es significativa. Franklin era un artesano, un autodidacta y adoptó una doctrina republicana enfatizando el esfuerzo propio – algo así como los Mutualistas.
Para 1860 había unas 70 cooperativas, tanto consumidoras como productoras, pero no fueron muy exitosas.[10] En 1863 los zapateros y los sastres crearon sus mutuas. Valparaiso no se quedó muy atrás creando su Sociedad de Artesanos de Copiapo 1864 y en 1866-67 Talco, Chillán y varios otros pueblos establecen sus organizaciones. Los sastres y los zapateros organizaron las cooperativas – trabajadoras que estaban inspirados por el socialista utópico Ramon Picarte.
Las disputas políticas y religiosas dentro de la Mutua Talco dieron origen a un estatuto que permitió a cualquier miembro formar parte de cualquier iglesia o partido y creer en cualquier fe, pero que la Sociedad no discutiría o tomaría partido en tales materias. Este concepto fue universalizado entre las mutuas. Evitaron la disensión y las mutuas podrían enfocar la atención en su cometido verdadero de ayudar a la membresía.
EL CRECIMIENTO DEL MUTUALISMO
A las 1870 había 13 Mutuas [11] pero la depresión económica causó mucho sufrimiento entre los artesanos. Las mutuas tuvieron su importancia en aliviar la miseria – tanto como podían dentro de su manera limitada. A pesar de la desgracia, el apoyo al Mutualismo creció y más sociedades fueron forjadas por comercios individuales. Las ramas de La Unión también se extendieron por más de una docena de ciudades. Además de las funciones usuales educativas, de salud y de bienestar, La Unión creó la Sociedad de Trabajadores Filarmónicos en 1876.
La Filarmónica daba clases de música y baile, patrocinaba obras teatrales y musicales, de recitales, de poesía, corales, y festivales para miembros de la familia. Las Mutuas también formaron sociedades contra el alcoholismo y crearon sus farmacias. No estaban las sociedades de apoyo mutuo restringidas a los trabajadores independientes. Hacia fines del Siglo XIX fueron organizadas mutuas de obreros y empleados administrativos.
Las mutuas crearon un tipo de cultura o sociedad alternativa. Los trabajadores y los artesanos crearon su mundo, un micro-mundo…Dentro de estas sociedades crearon una república paralela … [12] Tras este micro-mundo estaba la idea de que la sociedad podría ser transformada pacíficamente a través de un proceso civilizador que involucraba la aplicación de la libertad, la mutualidad, la solidaridad, la educación y el esfuerzo propio.
En 1879 las mutuas se agruparon y publicaron El Taller que se convirtió en la voz del mutualismo. En 1880 había 39 sociedades de apoyo mutuo[13], La Razón, más educativo en naturaleza, apareció en 1884. Tres años más tarde, La Sociedad de Trabajadores para el Apoyo Mutuo fue formada en Valparaiso. Este grupo fue la primera mutua desarrollada específicamente para mujeres.
Juana Roldán fue la más influyente de las líderes mutualistas de mujeres. Ella fue también directora de la Filarmonica José Miguel Infanté. Fuera de esta sociedad en 1888, desarrolló el primer grupo político de mujeres, la Sociedad de Emancipación de las Mujeres. Dos años más tarde Roldan fundó La Fraternidad de ambos sexos a los que se aplicó mejorar la situación de mujeres chilenas, el avance de educación e higiene. Roldan fue también una militante en el Partido Democracia Populista.
POPULISMO MUTUALISTA
El mutualismo se había convertido en que una fuerza importante en Chile y el Partido Radical, representando el ala izquierda de la élite gobernante, trató de tomar el liderazgo del movimiento. Los Radicales tenían un cierto número de partidarios entre la clase obrera y les usaron para restablecer la Sociedad de Igualdad. Fue un «grupo de vanguardia» y nada parecido a la sociedad libertaria de Bilbao y Arcos. El problema para los Radicales fue que sus miembros trabajadores no eran secuaces agudos.
La mutua de tipógrafos se hizo más combatiente en los 1880’s, adoptando un tipo de protoanarcosindicalismo. Como consecuencia, tuvieron dificultad en ver su publicación en la calle, El Gutenburg. Los tipógrafos se vieron forzados a usar al pseudo-SI como editor y se encontraron con los Radicales de la clase obrera. Resultó que los Radicales dejaron su partido y se uniéron con los Mutualistas. Este grupo fue el centro del Partido Democracia (PD) formado en 1887. El primer acto del partido fue organizar una campaña en contra de la tarifa en carne de vaca Argentina que estaba fastidiando a la gente. El PD fue la voz política de las organizaciones de los trabajadores y estaba más o menos controlado por las mutuas, de hecho, una facción del PD … estaba compuesta de anarquistas … [14] El PD fue un precursor del populismo politico.[15]
La Plataforma de PD incluia; La emancipación política, social y económica del pueblo, la independencia de las municipalidades y la protección de industria. Un estatuto era un preludio del capitalismo de Estado. Pedía la supremacía del Estado sobre todas las asociaciones, asistencia estatal para el cuidado de la salud y los ancianos… El autor de esta cláusula, Malaquia Concha, estaba enamorado del socialismo de Bismarck, habiendo visitado Alemania, él sintió que Chile estaba necesitado de la social democracia alemana. La cláusula de supremacía estatal enfureció a los Mutualistas resultando muchas disenciones. Después de mucha presión de las organizaciones de trabajadores, el estatuto fue descartado. Los elementos autoritarios se quedaron en el partido, formando una corriente social demócrata que se separó para formar el primer partido socialista Estatal efectivo.
Un INTERLUDIO TRÁGICO – BALMACEDA Y GUERRA CIVIL
Ni el PD ni los Mutualistas fueron dejados en paz, pues una guerra civil estalló en 1891, resultando la muerte de 20.000 trabajadores y leyes represivas limitando el derecho a la huelga y a formar asociaciones. La disputa se originó sobre un conflicto entre Presidente Balmaceda, un reformista progresista, y el Congreso chileno dominado por terratenientes reaccionarios. Balmaceda había formado parte del Club Radical de Reforma en 1868 y había profesado muchas de las ideas estimadas por los corazones los Mutualistas. Él creía en esa libertad sagrada y necesaria pues todo crecimiento moral e intelectual del individuo, está opuesto al monopolio, a favor de la libertad de trabajo, la autonomía y buscado limitar la autoridad del estado, descentralizar el poder y crear autonomía provincial.[16]
Que un miembro de la élite como Balmaceda tuviese tales ideas e intentase actuar conforme a ellas, muestra la extensión con la que el radicalismo había empapado a la sociedad chilena. Pero fue derrotado, (encarcelado se suicidó) también muestra la extensión limitada en la que estas ideas fueron aceptadas por la clase dirigente. La derrota de Balmaceda garantizaba un futuro poco prometedor para los trabajadores y Chile perdió una oportunidad convertirse en una sociedad moderna.
Las mutuas lograron sobrellevar este desastre y probaron su valor, desde que fueron la única fuerza operativa que ayudaba a la gente en su aprieto.
Otra vez, a pesar de la violencia y opresión, el movimiento creció. Pero esta vez se levantó una tendencia intensa hacia la federación de la multitud de sociedades.
La FEDERACIÓN NACIONAL
Ya en 1888 las mutuas comenzaron a federarse en niveles de ciudad y provinciales. La llamada a la federación no era enteramente ideológica. El sustento miserable y los bajos sueldos ponían en tensión los recursos de las mutuas locales. Necesitaron agruparse por razones financieras. Esto ilustraba la contradicción del Mutualismo. La mayoría de los trabajadores eran demasiados pobres para ayudarse, y mucho menos para alcanzar el objetivo a largo plazo de una república mutualista. Uno quiere decir que para vencer esta deficiencia había que obtener a la fuerza un alza de los salarios para que los trabajadores pudieran pagar servicios adecuados. Ésta era la solución anarcosindicalista. El método propuesto por el PD fue hacer al patrono pagar los cargos mutuales de los trabajadores. Los socialistas autoritarios querian despojar a las mutuas de sus derechos y rechazar el programa de asistencia social por una burocracia Estatal. Luis Recabarren, portavoz de los autócratas … urgió oposición absoluta para las iniciativas anarquistas … [17]
El 23 de septiembre, 1894 todas las organizaciones mutualistas en Chile enviaron delegados a Santiago donde formaron a la Confederación de Trabajadores que más tarde se convirtió en el Congreso Social Obrero, (CSO) Chile ahora tenía una federación nacional de sociedades de apoyo mutuo. En 1900 había 240 Mutuas, [18] en la comparación con las 39 de hacía 20 años, muestran el crecimiento espectacular del movimiento. Las mutuas bajo el CSO no organizaron solamente las actividades usuales de educación y seguros sino que también lucharon por leyes sociales y protestaron por el costo de vida. En 1925 el CSO y varias federaciones más pequeñas se unieron a formar la Confederación Nacional Mutualista que tuvo más de 100.000 miembros.
Dejamos a las mutuas en este punto, (regresando más tarde) no porque no fueran importantes o hubieran sido superadas. Una fuerza libertaria nueva entró en la escena histórica. Éste fue el anarquismo revolucionario, un movimiento más ideológico, más fuerte, un movimiento que enfatizaba la acción directa y el cometido de largo plazo – la abolición del Estado y el capitalismo – en un grado mayor que el mutualismo. Uno, sin embargo, no debería caer en el error de tratar el desarrollo de los movimientos laborales y populares como temas de «evolución social». Tal evolucionismo es favorecido por historiadores de orientación marxista que reclaman un desarrollo progresivo del mutualismo antidiluviano, al anarcosindicalismo primitivo, de ahí al sindicalismo finalmente ( ¡la fanfarria por favor! ) moderno y declarado socialista. Este esquema es poco más que la racionalización de su política.
El mutualismo no fue una «etapa historica», sino idealmente adecuado al trabajador independiente. Desde que los artesanos y los comerciantes fueron un sector importante de población chilena, el mutualismo persistió. Y el anarquismo no fue un primitivismo semiproletario, pues los anarquistas chilenos fueron trabajadores y no artesanos o proletarios … [19] El Sindicalismo no «evolucionó» en su existencia, sino que fue reemplazado por alguna forma «más alta» de asociación sindical. Que el movimiento hizo errores no hace falta decirlo, pero fueron mayormente inspirados por autócratas del ala izquierda y derecha.
ANARQUISMO REVOLUCIONARIO
El Comienzo de la Industrialización
El período de industrialización en Chile (1890-1910) vio un crecimiento del 50 % en la fuerza laboral. Mientras los sueldos aumentaron, y lo mismo hizo la inflación en una tasa aun mayor, causando una caída de los salarios reales y por lo tanto empobrecimiento. En el período 1911-25 los trabajadores gastaron el 97 % de su ingreso en las necesidades básicas .[20]La industrialización en Chile vio los mismos horrores que la Revolución industrial en Inglaterra en los barrios bajos, enfermedades, una alta tasa de mortalidad, de prostitución, de ebriedad y de familias rotas.
Esta miseria estaba acompañada por un nivel de brutalidad de parte de la élite que el trabajador británico o americano nunca experimentó.[21] Una fina banda de capitalismo fue impuesta en una sociedad esencialmente feudal en sus actitudes. El capitalismo requiere el concepto de ciudadanía – libertad individual, maximizando su ventaja en un intercambio racional. Alguien a quien se le garantiza la vida y la propiedad bajo un orden jurídico. Esto existió sólo en una forma muy rudimentaria, si acaso, en Chile. La élite no consideraba a los trabajadores y campesinos como ciudadanos sino como «ganado humano» y si este «ganado» pedía sus derechos, pues bien, ¡los liquidaban con una pistola Hotchkiss!
Al mero comienzo de esta era (1890) 100 trabajadores del nitrato en Iquique fueron fusilados por el ejército. Su «crimen» era ir a la huelga. La huelga de los marinos de 1903 vio al menos 40 trabajadores muertos. Durante la «la Semana Roja» de octubre de 1905, una protesta contra la inflación en Santiago, 200 personas fueron masacradas por las tropas. El peor ejemplo de esta crueldad fue la matanza por ametrallamiento de 2500 trabajadores del nitrato en Iquique en 1907, conocido como la Santa Maria Massacre como el patio de la iglesia donde la matanza tuvo lugar. Dado este catálogo de horrores, no es de extrañarse que muchos trabajadores chilenos se sintieran atraídos por una forma más militante de libertarianismo.
La influencia revolucionaria más temprana anarquista vino de la literatura radical argentina. El primer núcleo anarquista fue organizado por un Bakuninista español, Manuel Chinchilla. Carlos Jorquera, el primer anarquista chileno, fue influenciado por Chinchilla. Estos anarquistas fueron se asociaron con la Unión de Tipógrafos. En 1892 formaron los Centros de Estudios Sociales y un año más tarde el primer periódico anarquista, El Oprimido. Jorquera forjó la Unión Marítima. El primer intento de federación de sindicatos en Valpariso, FUPTS, fue iniciativa de anarquistas. Otros anarquistas que estaban dentro del CSO produjeron El Grito del Pueblo en 1896. Un año más tarde, había más de 100 anarquistas organizados en Santiago y Valparaiso. Las escrituras de Kropotkin y Bakunin aparecieron en forma de folleto.
Mientras las influencias venían del exterior, el anarquismo chileno fue esencialmente indígena y no estaba sujeto a la hostilidad antiinmigrante de la población local. Ser indígena era pragmático, no gastar energía en disputas doctrinales o aventuras suicidas como los soviets en Argentina o la revuelta brasileña de 1918. Los anarquistas chilenos fueron por consiguiente no tan ideológicos como los de los otros países latinoamericanos y si bien sufrieron en la mano de las autoridades, … no se achantaron por la represión … [22]
La mayor parte de estos primeros anarquistas eran jóvenes obreros cualificados que habían sido mutualistas. Favorecieron una retórica carnal y violenta en sus ataques contra la corrupción y las iniquidades de sociedad chilena. Como el periódico semanal de Santiago, La Tromba en 1898, Ninguna cosa quedará de la basura política, económica y religiosa de esta sociedad sodomítica…Todo se destruirá. O, el mismo año en El Rebelde, Nos limpiamos las nalgas con el papel con el que usted escribe en letras de imprenta sus leyes … [23] Por esta última declaración que las autoridades cerraron el periódico y encarcelaron al editor. Dos anarquistas importantes del período formativo fueron Magno Espinoza, el rebelde y el sindicalista, Alejandro Escobar. En 1900 aparece la publicación teórica, El Acrata. ( Acrata significa «opuesto a la sociedad».) La visita anarquista italiano Pietro Gori en 1901 también contribuyó al desarrollo de anarquismo chileno.
De 1900 para 1910 los anarquistas fueron el mejor organizado de todos los grupos radicales. Estaban fuertemente implantados en oficios como tipógrafos, panaderos, zapateros, y los trabajadores portuarios de Valparaiso. Habia mineros del carbón anarquistas en Concepción. Escobar fundó la primera Sociedad de Resistencia (SR) importante, la Unión de Carpinteros, que jugó un papel principal en la Huelga General de Santiago de 1907. Los anarquistas formaron la Federación de Tipógrafos en Santiago en 1902 que tuvo 7000 miembros.[24] Un primer intento en formar una federación anarcosindicalista ocurrió en 1906 con la formación de la FTCh, la Federación de Trabajadores de Chile. Los anarquistas también dirigieron la Federación de Zapateros que ayudó a organizar FOCH, la primera federación del nacional exitosa.
Con la desintegración de las sociedades de resistencia después de 1904 el movimiento anarquista tuvo una decadencia temporal. El movimiento Mancomunal no fue específicamente anarquista pero algunos anarquistas tuvieron posiciones importantes en él. Después de 1905 la huelga general fue generalmente aceptada por los anarquistas. El periódico anarquista más importante del posterior período fue La Batalla fundado en 1913 hasta que fue reprimido en 1925.
Muchos jóvenes intelectuales fueron atraídos por el anarquismo, especialmente después de 1ª GM. La universidad y los estudiantes de universidad organizaron la Federación de Estudiantes chilenos (FECH) como una unión anarquista. Algunos líderes anarquistas importantes del período de Posguerra fueron Manuel Rojas, un novelista que estuvo más tarde en el IWW, el escritor, líder Eugenio de Gonzales-Rojas, Juan Chamorro, del marinero y de líder de IWW, y Augusto Pinto, principal de la Unión de Zapateros.
OTRO TIPOS DE ANARQUISMO
- En 1904 Colonia Tolstoyana fue formada por Augusto D’Halmar – era una colectividad campesina de la tierra. La colonia falló debido a su naturaleza impráctica. Una colonia Tolstoyana existió en Santiago también y publicó La Protesta Humana.
- El único intento de asesinato anarquista fue por un español, no un chileno, en contra del General Renard, responsable de la masacre de Santa Maria.
- Las publicaciones del Anarco-comunistas incluyeron a La Accion Obrera en 1915 y La Defensa en 1916. La Alianza de Zapateros y los IWW optaron por el anarco-comunismo en los 1920’s, como hizo la CGT en 1932
- Los anarquistas influenciaron a la Union Femenina en 1922
- Los anarquistas formaron clubes culturales en 1920 llamados Centros Libertarios.
LAS SOCIEDADES de RESISTENCIA
Las Sociedades de Resistencia (SR) estaban inspiradas por anarquistas e influenciadas por el movimiento argentino. Una polémica sucedió entre los Mutualistas y las SR. Los mutualistas excluyeron a los SR de su afiliación en su conferencia de 1901, pero las Mutuas acturon como sociedades de resistencia igualmente. La primer SR se formó en 1898 por empleados del ferrocarril. Al poco tiempo los grupos establecidos entre zapateros, mineros, tipógrafos, panaderos y carpinteros. Escobar y Espinoza fueron importantes en el desarrollo de las SR. Las sociedades fueron concentradas en Chile Central y encontradas principalmente entre los trabajadores industriales. En 1900 había 30 de ellos. Este número creció hasta 433 en 1910, con una membresía total de 55.000.[25]Las SR eran descentralizadas, de liderazgo rotante y practicaban la autonomía. Fuera de las SR salieron una serie de publicaciones; El Alba (para mineros de carbón), El Obrero Libre y La Agitacion. Durante este período, y hasta los 1920’s, los trabajadores lucharon para reducir la jornada de trabajo a ocho horas y se opusieron a abusos tales como la «tienda de la compañía» y el uso de pagarés como paga. Querían un salario realmente efectivo que pudieran gastar donde quisieran.
Los primeros trabajadores en ganar una huelga fueron los tipógrafos. Las huelgas esta vez eran guerras civiles desde que los patrones rehusaban negociar y podrían subvertir huelgas con esquiroles y matones armados. Los trabajadores rompían las máquinas y algunas veces hizo erupción el amotinamiento y el pillaje. Las leyes laborales tuvieron poco efecto y trabajadores y jefes preferían que el gobierno se mantuviera fuera. Las mejoras de los ingresos o en las condiciones laborales durante este período eran el resultado de la acción directa en el trabajo. Algunas huelgas fueron exitosas y los intentos de recortar los sueldos quedaron en nada.
En 1890 los marineros de Iquique fueron a la huelga, exigiendo el pago de sueldos en plata, no en papel sin valor. La huelga de marineros dio lugar a una ola de desasosiego involucrándolos con los mineros de nitrato y los trabajadores de más al sur. Los marineros ganaron la huelga, pero 100 trabajadores de nitrato fueron heridos por la tropa durante una manifestación. Las mujeres de Valparaiso se amotinaron por el precio elevado de los bienes y 50 de ellos fueron matadas por los militares.[26]
La conflictividad laboral ocurrió en toda la siguiente década, alcanzando un pico en 1907, con una marcha de 30.000 trabajadores y sus familias a través de las calles de Santiago. Una intentona de huelga general fue quebrada, parando momentáneamente la rebelión. La huelga general falló por una falta de coordinacion entre las Sociedades de Resistencia. Este error fue rectificado en el futuro. Calculemos cumulativamente las dificultades para los huelguistas, como la depresión de 1907 y la masacre en Iquique que, como uno adecuadamente puede imaginar, desalentó cualquier entusiasmo de la militancia.
El período 1909-1914 vio la reconstrucción de las Sociedades de Resistencia y mantuvo el crecimiento de las mutuas. Muchos trabajadores se retiraron a las mutuas después de la disolución de sus uniones. Pero esta retirada no duró, se derivó como la afiliación sindical de 65.000 en 1909 a 90.000 en 1913.[27] la influencia anarquista en Valparaiso y Santiago fue mayor que en toda la historia, y los Anarquistas, a través de sus sociedades de Resistencia…El unionismo obrero se mantuvo vivo en Chile en 1905-1916.[28]
A pesar de la represión, en 1909 los trabajadores eran muy activos, con 29 huelgas que implicaron 200.000 obreros.[29] Una vez más, la ola de militancia fue sólo temporal. La depresión que ocurrió inmediatamente tras el arranque de la 1ª GM, causó dificultades a los trabajadores y por consiguiente una pérdida de fuerza de las uniones. Los anarquistas cambiaron la dirección y formaron uniones de arrendatarios para reducir rentas. No tuvieron éxito en este empeño, pero … formaron la base para las futuras uniones de arrendatarios en los 1920’s.[30]
LOS MANCOMUNALES
Las (Hermandades) Mancomunales salieron del movimiento mutualista y sirvieron como sociedades de apoyo mutuo y asociaciones sindicales. Su función principal defendía a la membresía, pero también se lanzaron cooperativas. Las Mancomunales fueron influenciadas por las Resistencias y las Mutuas. Enfatizaron en la mejora de las condiciones de trabajo y de la seguridad, la educación de miembros y la oposición al alcohol, juegos de azar y prostitución. Los fondos para estas organizaciones nunca … fueron fraudulentamente utilizados sino gastados en escuelas, bibliotecas, periódicos y apoyo mutuo durante la enfermedad.[31]
Las Hermandades se federaron. En 1904 se formó en una reunión en Santiago la Gran Mancomunal de Obreras con 20.000 miembros, secciones en 16 ciudades y 11 publicaciones. Mientras las Sociedades de Resistencia eran locales, las hermandades fueron organizadas en una base territorial, aunando oficios diferentes, primero en un nivel local, luego nivel provincial y finalmente nacional. Fueron las primeras asociaciones sindicales verdaderas en Chile.[32]
Las Mancomunales usaron la acción directa y permitían un nivel mayor de organización y solidaridad que las Sociedades de Resistencia. El primer mancomunal se formó en 1900 en Iquique, de los esfuerzos de anarquistas, trabajadores portuarios y pronto tuvo 6000 miembros – la mayor parte de los trabajadores del nitrato y marítimos en el Norte.[33]Sus publicaciones incluyeron al Trabajo de Iquique y El Maritimo de Antofagasta. La Mancomunal de Iquique organizó el Partido Mutualista en 1900 y produjo un periódico, El Obrero Mancomunal. Una huelga de la hermandad de Iquique en 1902 cerró el puerto 60 días. Los huelguistas fueron sustentados por el PD así como también otras agrupaciones de trabajadores. Todas las principales huelgas en el norte (el área de Nitrato) se debieron a los mancomunales.[34] Por desgracia, casi se extinguieron después de la represión militar y la depresión del 1907. La trapacería política involucrando a los Partidos Radical y Socialista no ayudó. Las confraternidades renacieron en 1916-18 y estuvieron involucradas en la creación de la Federación Chilena de Trabajadores.
ESTUDIANTES ANARQUISTAS Y MAESTROS
FECh, dirigido principalmente por anarquistas y IWW, enfrentados por la reforma del sistema universitario – proponiendo autonomía de universidad, la extensión del sistema universitario y una revisión de metodología educativa. Una huelga estudiantil se vio llamada a luchar por estas reformas. Tuvo mucho apoyo hasta que el gobierno consiguió dividir a las bases. El FECh fue tomado por los Comunistas en 1932 y la influencia libertaria decreció. La Asociación de Maestros formada en 1922 fue fuertemente mutualista y tuvo influencia anarquista y de IWW, como hizo la Sociedad de Maestros de Escuela primaria fundada en 1915. Como la unión de estudiantes, las organizaciones de maestros fueron a dar a las manos Comunistas.
ANARCOSINDICALISMO
Los anarcosindicalistas resultaron ser el elemento más dinámico y exitoso en la clase obrera de 1902 a 1927.[35]
Dividir a los libertarios militantes entre «anarquistas» y «anarcosindicalistas» en este período no es particularmente exacto. El movimiento anarquista organizó las primeras asociaciones sindicales militantes. Muy pocos anarquistas del período anterior a 1920 fueron antisindicalistas, pues los anarco-comunistas de línea dura e individualistas eran pocos en número. Sin embargo, antes de 1ª GM el movimiento laboral había estado fragmentado (a pesar de los intentos anarquistas para lo contrario) y sólo en 1919 vemos una federación sindicalista de masas originándose en Chile. Así, podemos caracterizar este período más reciente como un tiempo de desarrollo del anarcosindicalismo.
Al igual que las Mutuas y mancomunales, las uniones sindicalistas no trataron solamente de sueldos y condiciones de trabajo, sino que también enfatizaron ocio y actividades culturales y percibieron una necesidad deslumbrante de entretenimiento.[36] Los anarcosindicalistas organizaban una plétora de conferencias, conciertos, bailes, juegos y encuentros deportivos.
Durante la huelga general de Valparaiso en 1913 se formó un comité central de todas las diversas uniones. Esta huelga fue la más significativa de este período y con su sentido de organización fue un preludio de los métodos de anarcosindicalistas futuros. Los empleados del ferrocarril organizaron la Gran Federación de Trabajadores en 1909 como Mutua. Cinco años más tarde, los mancomunales y sociedades de resistencia fueron desarticuladas totalmente por el gobierno y a estos grupos se les permitió unirse a la «Gran», que cambió su nombre por Federación Obrera Chilena. (FOCh) De la unión resultó un grupo paraguas que contenía todas las tendencias – mutualista, populista, anarquista y socialista, así se convirtió en la primera confederación nacional verdadera de sindicatos. Como la militancia aumentaba, el FOCH se radicalizó.
Luis Recabarren y otros socialistas del PD se desligaron para formar la Partido Socialista Obrero. Desde 1912 – los anarquistas se encontraron en disputa con una tendencia fuertemente marxista que trataba de tomar el control del movimiento obrero y canalizar el rumbo al Capitalismo de Estado. El área principal de actividad laboral Socialista era organizarse dentro de FOCh. Atacaron al mutualismo como amarillo y contrarrevolucionario, y como los monos de las organizaciones de trabajadores.[37] Los Socialistas tuvieron éxito al dividir al FOCh en dos facciones, una adicta a la acción directa y la otra al mutualismo. Había en esta época por encima de 338 sociedades mutuales con un total de 98.000 miembros. Ésta era mayor que la membresía de las asociaciones sindicales. La oposición al movimiento mutualista dividió la población e hizo mucho daño. Una división desgarró el movimiento popular y desorientó a la clase obrera…La pérdida es la falta de comunicación entre lo «tradicional» y «moderado» con el movimiento popular, dando origen a consecuencias graves desde el punto de vista de la autonomía gremial y unidad.[38]
La facción militante de la FOCh, una alianza de anarcosindicalistas y socialistas estatistas llevaba ventaja. En 1919 la unión adoptó principios anarcosindicalistas y una estructura federal regional. El FOCh tenía aproximadamente 60.000 miembros. Pero el FOCH sindicalista tuvo corta vida, pues quedó pronto bajo el control de los Comunistas.
La mayoría de asociaciones sindicales fuera de FOCh en el 1917-1922 de período fueron también de anarcosindicalistas. Sin embargo, la ideología no era considerada tan importante como el sindicalismo práctico. La estabilidad y el éxito de la unión estaban por encima de consideraciones ideológicas.[39] Este sindicalismo práctico fue también muy combatiente. Entre 1916 y 1921 hubo 13 huelgas generales, 29 huelgas intersectoral y 259 huelgas por todo lo ancho en la industria.[40] Durante este período y varios años después, los anarquistas gozaban de más prestigio entre los trabajadores en Santiago y Valparaiso que los marxistas … [41] Se fundaron numerosas publicaciones para exponer la filosofía libertaria. Por nombrar unos cuantos, Verbo Rojo, Inspiración creativa, Accion Directa, (La publicación de IWW) y Mar y Tierra.
El costo de vida era un asunto principal. Como consecuencia, se originó un movimiento sin precedente para la unidad popular, aunando a los anarquistas, FOCh, uniones católicas, populistas, socialistas, sociedades mutualistas, profesionales, estudiantes y las clases medias. Llamado la Asamblea Obrera de la Alimentacion (AOA) que señaló el nivel más alto de unidad popular en la historia chilena. La AOA pedía la abolición de impuestos y obligaciones en los alimentos y la formación de mercados gratuitos de agricultores en las ciudades. Las demostraciones atrajeron a más de 100.000 personas en Santiago en 1918 y a 50.000 en Valparaiso en 1919. La huelga general fracasada de la FOCh en Santiago debilitó a la AOA y el movimiento fue incapaz de empujar conseguir reformas. La coalición rápidamente se hizo pedazos. Los anarquistas chilenos nunca más podrían organizar una coalición tan vasta, por culpa de los comunistas – el sectarismo imposibilitó tal unidad.
LOS IWW
Los IWW chilenos se formaron primero en Valparaiso en 1918 por anarquistas trabajadores de los muelles disconformes. Los miembros de la Unión de Trabajadores del Transporte Maritimo de los IWW americanos se encontraron con los trabajadores chilenos de los muelles y los marineros de la ciudad portuaria. Juan Chamorro quedó desilusionado de FOCh, pensó en la apuesta de los IWW por el federalismo y ayudó a organizar el nuevo centro de la unión. Se desarrollaron ramas también en Iquique y Antofagasta. En una convención nacional en 1919, los IWW chilenos quedaban constituidos y pronto expandidos a 19 ciudades. La membresía total ascendió a unos 10.000 en este periodo.[42]
En 1920 los IWW dirigieron una larga huelga de 3 meses para protestar por la exportación de grano durante una escasez de comida. El gobierno reprimió a los IWW y a los anarquistas, llegando inclusive a intimidar a los Wobblies con una bomba. Fracasaron en destruir el movimiento. Los IWW chilenos se unieron a la AIT en su formación en 1922. Con el calor en los talones de la depresión de posguerra en 1920 los patrones se lanzaron a la ofensiva y en 1921-23 dieron duros golpes a las alianzas. Hubo una masacre en San Gregorio el 4 feb 1921 con 565 de mineros de nitrato muertos.[43] Aunque los miembros de IWW no estuvieran involucrados, esto da una idea de la situación en la cual los trabajadores vivían a la sazón.
Aunque cooperando fácilmente con los IWW, la mayoría de uniones anarquistas no se unieron a la organización por miedo de perder su autonomía. En 1924 los IWW adoptaron el anarco-comunismo y descentralizaron radicalmente su estructura. Pero esto no preservó la unión. En los combates entre Comunistas y anarquistas, los IWW perdieron a muchos miembros que fueron a los sindicalistas excepto los de San Antonio y Valparaiso. La dictadura de Ibañez ayudó a destruir a los IWW. Los Wobblies renacieron brevemente en 1942-45. Una de las causas de la disolución de los IWW fue la disputa entre una estructura regional (federal) y estructura unitaria en la unión. Los trabajadores portuarios, los panaderos e tipógrafos se unieron para formar una nueva organización llamada FORCh.
ANARQUISTAS CONTRA COMUNISTAS
En 1921 los Comunistas bajo Recabarren tomaron la FOCh y una comenzó batalla entre los bastidores libertarios y autócratas del movimiento laboral. Esta lucha puso a las uniones Comunistas a un lado, y a los IWW y los Anarquistas por otro. Los Comunistas atacaron y golpearon a los anarquistas en una marcha en Valparaiso en 1923, un acto típico de sus métodos. La prensa del PC calumnió a los anarquistas y a Wobblies como «agentes de la policía y fascistas» – otro método normal en su repertorio. Esta matonería no fue un incidente esporádico, sino parte de una conspiración mundial para tomar o destruir a las asociaciones sindicales democráticas y libertarias. El FOCh se convirtió en una herramienta del PC y los oficiales poco comunistas fueron expulsados. Muchas uniones de la izquierda no comunista abandonaron la federación y ésta quedó gravemente debilitada.
Recabarren y sus partidarios no rompieron la unidad popular menos de tres veces – primero separando a los Socialistas de los populistas, segundo fragmentando el movimiento de trabajadores en mutualistas y militantes sindicalistas, y tercera parte convirtiendo al FOCh en una vanguardia Comunista.
El PC impuso un «fino ajuste ideológico» en el movimiento laboral, que hasta ahora, había mostrado poca inclinación hacia la tontería sectaria y la violencia entre grupos. Así para 1924 Comunistas, Wobblies, Anarcosindicalistas, Demócratas y católicos … se habían definido ideológicamente … y la unificación del movimiento laboral se convirtió en imposible.[44] Otra vez, la manipulación del PC no fue solamente un fenómeno chileno. Antes del bolchevismo, los movimientos de protesta obreros de todo el mundo, a pesar de cualquier diferencias que podrían tener, se veían pertenecientes a la misma familia. Los trabajadores fluian por organizaciones diferentes, o forman parte de varias diferentes. Este pragmatismo fue reemplazado por el abuso y el odio – el último resultado del cual, fue la destrucción del movimiento laboral.
La REPRESIÓN Y LA HAZAÑA DE 1927
Alessandri ganó la presidencia en 1920 en una plataforma de reforma seudopopulista, sin embargo, los cambios deseados no se materializaron. El ejército se sublevó en enero de 1925, insistiendo en que las reformas tuvieran lugar. Su cometido en este punto, era cooperar antes que reprimir al trabajo. Alessandri dimitió y huyó del país. Una junta de almirantes y coroneles gobernaba. Un golpe de Estado por los Coroneles Marmaduke Grove y «Paco» Ibañez resultó en que Alessandri fue invitado a gobernar otra vez. El número de huelgas aumentó, alcanzando un pico en mayo. La mayor parte de estas huelgas fueron provocadas por uniones anarquistas y no por la FOCh.
Los trabajadores de la mina Marusia en marzo de 1925, temiendo una matanza por parte del ejército, se defendieron con fusiles y dinamita, matando a 36 soldados.[45] Esta fue una de las pocas veces que los trabajadores pasaron a la ofensiva y no fueron simplemente víctimas del Estado. Alessandri resolvió poner freno a las huelgas y el 4 de junio fueron cañoneados por la tropa unos 6-800 mineros de nitrato en La Coruña. La prensa anarquista fue clausurada y hubo arrestos masivos en Iquique y otras ciudades. La represión de gobierno trajo la ola de huelgas de 1925 a un fin repentino. En septiembre Alessandri dimitió otra vez, quedando el poder en las manos de Ibañez quien se convirtió en un dictador. Su mandato fue «legitimado» en 1927 a través de una elección presidencial.
El movimiento laboral se empezó a debilitar después de la represión de 1925. Pero el gobierno no fue la única causa de éste. La economía estaba en depresión y la unidad de los obreros había sido quebrada. Las organizaciones de trabajadores estaban partidas de seis formas – Comunistas contra Anarquistas, federalistas contra sindicalistas industriales y mutualistas contra sindicalistas. Los Comunistas, por todas sus maquinaciones, estaban en peores condiciones que los anarquistas, así el FOCh perdió la mayoría de su apoyo.
El gobierno aprobó una ley de seguro social demandando pagos obligatorios al estado. Las mutuas despertaron, dándose la mano con los sindicalistas en un intento de derrotar la legislación. La campaña fracasó porque la FOCh del PC rehusó apoyar la Huelga General del 20 de febrero de 1926 llamada en contra de la institución del seguro social de gobierno.
Una nueva central, la Federación Regional (FORCh) de Trabajadores, fue establecida en 1926 compuesta de disidentes de las uniones de anarcosindicalistas y de IWW. La unión aunó los conceptos regionales y los de sindicato industrial. El FORCh no tuvo mucho tiempo para organizarse. El 23 de febrero 1927 el Coronel Ibañez formalmente abolió el movimiento laboral y las oficinas de la unión fueron asaltadas, los grupos anarquistas fueron desbandados y todas sus publicaciones cerradas.
IBAÑEZ Y EL ESTADO CORPORATIVO
La vista generalmente aceptada es que la decadencia del movimiento anarquista fue un resultado de la represión del régimen Ibañez. Pero la clase obrera había sufrido de lejos más que antes y se había hecho más fuerte que nunca. La naturaleza descentralizada del obrerismo chileno dificultó su destrucción. Había sido machacada y renacida otra vez en 1907, 1914, 1920 y 1925. A todo esto, 978 personas fueron arrestadas e internadas por el régimen de Ibañez y sólo el 12 % de éstas era anarquistas, los comunistas eran los más numerosos de ese grupo. Ni hubo ninguna masacre. Durante la dictadura, funcionaron las uniones de tipógrafos anarquistas y de estibadores y los anarquistas marcharon abiertamente durante la manifestación del 1 de Mayo de 1928. Se organizaron huelgas y apareció el periódico Rebelión. Alguna otra cosa tuvo que ser el responsable de la derrota, pues los efectos de la persecución eran de importancia secundaria comparado con las consecuencias de las políticas sociales del gobierno..[46] Muchos anarquistas optaron por el corporatismo y el movimiento quedó dividido y se debilitó.
Ibañez era un «Paco», (un término rudo para los miembros de los Carabineros o el Policía Estatal) y como los pacos venian de planos humildes, él tenía alguna simpatía para los trabajadores. Pero esta simpatía se plasmó en el corporatismo en vez del anarcosindicalismo. Ibañez y sus oficiales asociados no eran conservadores que desearan un regreso a las relaciones laborales feudales, sino que querían un Estado corporativo para proveer de mejoras a los trabajadores y también integrar las uniones en la estructura estatal. Ellos, como Juan Perón, eran fascistas en el sentido genuino de la palabra.
Como un primer paso hacia la creación de un Estado corporativo, Ibañez decretó una serie de leyes sociales, la legislación que había estado en boca de todo el mundo hacía unos años, solo que nunca se puso en marcha debido a la oposición de la oligarquía. Él entonces convocó una elección y los trabajadores le apoyaron abrumadoramente a él. (Ganándose el 74 % de la votación.) La aplastante victoria es comprensible dado esta era la primera vez que un gobierno había hecho algo sustancial para ayudar a la clase obrera. El nuevo estado también creó así las llamadas uniones legales. Las leyes bajo las cuales estas uniones se les obligaba a funcionar ilegitimaron muchas uniones anarquistas. (Una de las restricciones era que las uniones tenían que ser estricamente no-ideológicas). Esta medida fue minar al movimiento anarcosindicalista.
El ANARQUISMO Y CORPORATISMO
Dos tendencias principales existían dentro del anarcosindicalismo. Una de estas era el sindicalismo revolucionario, la otra era el «sindicalismo puro» o la tendencia gremialista. Sin embargo, las distinciones no eran demasiado abruptas. El sindicalismo puro buscaba mejoras inmediatas en los sueldos y las condiciones de trabajo y no estaba preocupado con revolución o sus cometidos finales. Este grupo maximizaba las actitudes antiideológicas y antipolíticas encontradas generalmente dentro del sindicalismo chileno, rechazando la ideología y la política mayormente por miedo de quebrar la unidad de los trabajadores. Ibañez se dio adecuadamente cuenta de las diferencias entre los puros y los revolucionarios y se aprovechó de estas diferencias.
Sin embargo, las actividades sindicalistas, a pesar de la declarada ideología, involucraban mejoras inmediatas de la situación de los trabajadores y no justificaba la existencia de un principio revolucionario dentro de las uniones.[47] La revolución era por consiguiente algo para el futuro, no de ahora, y esto resultó en una actitud apolítica y una concentración en lo cotidiano. Los anarquistas revolucionarios y no-revolucionarios a menudo terminaban sonando y actuando exactamente igual. Además los versados ideológicamente anarquistas revolucionarios, eran pocos en número y existía una vaguedad general de principios dentro del movimiento laboral. Así, las uniones anarquistas quedaron reducidas a organizaciones que luchaban por mejorar las condiciones y para muchos militantes el «cometido final» quedó reducido a la formación de un movimiento sindical puro, poderoso, democrático y unificado, la revolución quedó reducida a la vida interna de la unión.[48]
Antes de Ibañez, todas las mejoras en las condiciones de trabajo vinieron a través de las huelgas. Los anarquistas se oponían al proceso legislativo y esto reflejaba la realidad de su tiempo, el gobierno oprimía a los trabajadores. Sin embargo, las leyes sociales Ibañez cambiaron esto. Para los puros las nuevas leyes se vieron como una herramienta efectiva para ayudar a oponerse a los capitalistas, pero no aceptaron la «armonía de intereses», ideología de corporatismo. Mientras pocos anarquistas, si alguno, fue corporatista, entonces estaban dispuestos a aceptar lo qué pensaban que eran sus beneficios. La idea anarcosindicalista de una economía controlada por las uniones tenían similaridades superficiales con el corporatismo, lo que provocó bastantes confusiones a muchos trabajadores.
Así, la sección más grande del movimiento anarcosindicalista, los puros, fue barrida hacia la estructura de «unión legal». Los puros no parecieron pensar en ésta ruptura con la ideología del pasado y en la mayor parte de casos, vemos una coherencia en las acciones y las palabras antes y después de la apariención de las reformas de Ibañez.[49]
No sólo el movimiento unionista fue afectado por el corporatismo. Causó disputas dentro del movimiento Mutualista igualmente. La dirección de la Confederación Mutualista quiso que la membresía se manifestara en apoyo de Ibañez en 1927. Muchos miembros fueron los que se opusieron, pues el corporatismo era un peligro para el movimiento mutualista, quitandoles la razón de su existencia. Una parte mutualista compitió en la elección de la Confederación para «salvar el movimiento de la política» La sección ganó la elección, pero luego cambió y también sustentó a Ibañez.
LA DECADENCIA DEL ANARCOSINDICALISMO
Los anarquistas nunca se recuperaron totalmente de Ibañez y de su Estado corporativo. Si bien se reagruparon en 1931-32 para forjar una nueva federación sindicalista, y aunque eran aún más poderosos que los Comunistas, habían perdido su papel de liderazgo. La central más grande de las uniones eran las uniones legales, la Confederación Nacional de Uniones Legales, organizada en 1932 de dos diferentes federaciones de uniones legales.
Los Legales excedían en número a los anarquistas revolucionarios en más de cinco a uno. El Partido Socialista pronto llegó a dominar las uniones legales, muchos militantes socialistas eran antiguos anarcosindicalistas puros.
En 1931 fue forjada la Confederación General del Trabajo (CGT), uniendo los restos de IWW con FORCh y otras varias uniones anarcosindicalistas. En vez de basarse en el concepto del sindicato industrial de IWW, la CGT adoptó el regionalismo de la central anarcosindicalista argentina, la FORA. La nueva federación tuvo 25.000 miembros incluyendo algunos de los trabajadores más cualificados y altamente pagados de Chile.[50] Las 35 uniones diferentes incluian a los Carpinteros, los Electricistas, y Editores. La publicación de CGT fue La Protesta, la cual se convirtió en el periódico libertario más importante en Chile. Los Comunistas intentaron revivir la FOCh pero no tuvieron tanto exito como los anarquistas con la CGT. En 1936 la CGT todavía tenía 15.000 miembros con federaciones en 10 ciudades y afiliados en cuatro más.[51] Tuvieron algún éxito en acortar la semana laboral y subir los sueldos. Otras uniones anarquistas permanecieron independientes de la CGT, como la Unión de Yeseros quien tuvo su propio periódico – publicado hasta 1955.
En 1936 las uniones Comunistas, Socialistas, independientes, legales y la CGT se reunieron para forjar una nueva federación. La CGT rehusó asociarse. No por miedo de la dominación Comunista, sino por oposición a las «uniones legales». El PC, los Radicales y los Socialistas respaldaron a las uniones legales y así es que el grupo más grande de trabajadores organizados fue a llenar el bolsillo de los partidos políticos y no como aliados de los sindicalistas.
En 1946 la CGT era una mera concha de su anterior fuerza. Parte de esta decadencia se debia al hecho de que la CGT sufrió más represión que cualquier otra unión. Muchos de los pobres que apoyaron sus campañas en contra de los impuestos, las altas rentas y la inflación se vieron abrumados por las victorias del Frente Popular en el gobierno y abandonaron a los anarquistas. La absorción por los partidos de las «uniones legales» también los socavó. En su congreso de 1931 la CGT votó a favor del comunismo libertario como objetivo final del movimiento. Propusieron un acercamiento ideológico en el momento mismo en que la tendencia dominante dentro del anarcosindicalismo chileno iba en sentido inverso.
Virtualmente todos los sindicatos de obreros de Chile se juntaron en 1953 y forjaron el Central Unida del Trabajo (CUT). Esta vez la CGT se asoció. El ejecutivo del CUT en 1953 tenía a cuatro anarquistas miembros, Ramon Dominguez, Hector Duran, Ernesto Miranda y Celio Poblete. Dentro de la nueva federación, los anarquistas controlaban a los Zapateros, Impresores y la uniones Marítimas de trabajadores. Aunque minoría, tuvieron un papel importante que jugar, durante los primeros años del CUT la principal oposición a los Comunistas vino del los anarco-sindicalistas.[52] CUT acabó siendo dominada por los Comunistas en alianza con los Socialistas hasta ahora anticomunistas cerrados.
Con el nivel nuevo de unidad laboral dándoles confianza, los trabajadores se intranquilizaron. La tensión subía según las huelgas y las demostraciones se hacían más comunes. «Paco» Ibañez fue presidente otra vez, esta vez por elección y no por la fuerza de las armas. Recordando la represión de hacía 25 años, los trabajadores se prepararon para rebelarse. En julio de 1956 la membresía forzó al CUT a proclamar una huelga general que paralizó el país entero por dos días. Pero la mayoría Comunista y Socialista pronto acordó acabar la huelga, si bien Ibañez había hablado de acabar con la CUT. Otra huelga general se convocó en 1957 pero los trabajadores ya no confiaban en la CUT y la huelga fracasasó en cobrar impulso.
Después de que este fracasao la mayoría de los anarcosindicalistas se retiraron. Los que se quedaron tendían a boicotear los comicios de la unión. Para 1960 la influencia anarquista en el movimiento chileno se convirtió en minima.[53] Los Anarquistas que habían estado en CUT formaron la CNT en 1960 e ICFTU y ORIT se les unieron, pero Victor Alba escribiendo en 1968 declaró que … su desarrollo ha sido lento … [54]
Uno de los anarquistas que permanecieron en CUT fue Ernesto Miranda, líder de la Unión de Trabajadores del Zapato, quien se unió al Movimiento de Fuerza Revolucionaria, (MFR) Clotario Blest (cristiano radical, líder del CUT) un grupo que intentó aunar las Fuerzas Armadas extrema izquierda, antielectorales en 1961. En 1965 que este grupo se convirtió en el MIR y Miranda fue uno de sus líderes. Dos años más tarde, cuando el MIR fue tomado por un grupo de jóvenes militantes que favorecian la lucha armada, Miranda y Blest se retiraron.
Miranda fue también miembro del Frente Revolucionario de Accion Sindical de Blest que se presentó inexitosamente a los comicios del CUT en 1972.
AFILIACIÓN POLÍTICA DE LOS DELEGADOS DEL C.U.T.[55]
1953 1957 1959 1962
Anarquistas 7,9% 2,2 2,0 2,0
Radicales 6,3% 9,0 4,1 6,2
Trostkistas 0,7% 1,3 1,1 0,8
Cristiano Demócratas 6.3% 14,7 14,6 17,9
En la formación del CUT en 1953 los anarquistas eran más influyentes que el Partido Radical, que tenían una larga tradición de apoyo de la clase obrera y los Demócratas cristianos que iban a tener una gran significación más tarde entre los trabajadores. Esto muestra que en aquellas fechas, el anarquismo era un movimiento minoritario pero todavía no completamente marginalizado. (El grupo «anarquistas» está en lista en 1968 teniendo el 1.8 % de los delegados de la CUT pero el MIR, un grupo del ML estaba entre ellos.)
EL RÉGIMEN DE ALLENDE
Cuando el gobierno de Unidad Popular de Salvador Allende fue elegido en 1970, movimiento obrero y los movimientos populares estaban dominados por las partidos Marxista-leninistas. La única oposición seria para el leninismo venía de la izquierda moderada – la facción social democrática dentro del Partido Socialista, los partidos Radicales, y Democrata-cristianos. Los anarquistas estaban demasiados marginalizados para promover una alternativa al Capitalismo de Estado. No obstante, hubo desarrollos similares en espíritu para el viejo movimiento de anarcosindicalista. Estos ocurrieron espontáneamente. En octubre de 1972 hubo una huelga más o menos general de patrones, la «Huelga de los jefes» que se hizo contra el gobierno de Unidad Popular. Los trabajadores respondieron con la ocupación de fábricas y organización de la producción por ellos mismos. Para coordinar la distribución de los productos y para defenderse contra los ataques, los trabajadores organizaron los Cordones industriales. En el campo se organizaron Consejos, similares en el funcionamiento a los Cordones.
Los poblaciones (los barrios pobres de la clase obrera) vieron la creación de Comandos Comunales que pasó por encima de las organizaciones ineficientes del gobierno llamadas JAPS. Aquí se proclamó la existencia de «barrios autónomos» y por primera vez, la gente que previamente había quedado excluida de participación en la vida social podia hacer decisiones acerca de las realidades básicas de sus vidas diarias.[56] El MIR intentó dominarlos, así es que los comandos no quedaron libres de políticos.
Durante el golpe las áreas donde los cordones y comandos operaban fueron asoladas por el ataque del ejército. Fueron también las áreas donde más resistencia hubo. El número de víctimas más grande fue en las poblaciones. Irónicamente, si hubiera ocurrido una revolución chilena «exitosa», entonces esta misma gente podría haberse convertido en las primeras víctimas de la «dictadura proletaria» – como los marineros anarquistas en Kronstadt o a los anarquistas en la Revolución cubana.
DESPUÉS DEL GOLPE
La izquierda libertaria comenzó a reorganizarse en 1979, unos seis años después de la toma militar. Un grupo paraguas, Pensamiento y Acción Socialista (PAS) fue formado aunándo a bastantes anarquistas mucho tiempo militantes y socialistas libertarios … independentes de la coalición Unidad Popular. Éstos últimos habían sido anteriormente miembros de la escisión del ala izquierda de la Democracia Cristiana, MAPU. En julio de 1982, PAS sostuvo una conferencia nacional en Santiago y produjo una Declaración de Principios. Esta manifestaba que el grupo deseaba un nuevo orden social basado en la federación libre de la gente para el apoyo mutuo y la cooperación de la producción de la riqueza social. También buscaban un mayor desarrollo de autonomía del barrio y la revocabilidad inmediato para los oficiales de unión. PAS, en esta época tuvo que hacer las veces de una organización subterránea.
En un documento sacado a la luz en noviembre de 1982, PAS escribía que el régimen de Pinochet era más probable que restaurase la democracia frente al desasosiego creciente que se arriesgara a una explosión social. Ellos también consideraban que el restablecimiento de democracia en sí mismo podría traer una explosión según el movimiento reemergiera como la llama que golpea el aire.[57]
EL REGRESO DE LA DEMOCRACIA
El restablecimiento de la democracia parlamentaria no condujo a una explosión social, de hecho ocurrió lo contrario. Esto tiene sentido. Para 1989, los chilenos habían experimentado unos 20 años de violenta agitación y sólo buscaban la paz social y la normalización. No obstante, los grupos anarquistas continúan produciendo propaganda y participando activamente de luchas sociales. El Acrata se restableció en 1994 por el grupo KAS en Santiago. Como a su predecesor de 1900, se concentra más en los aspectos teóricos del anarquismo. El sindicalismo es favorecido y entre otras cosas, el grupo hizo una campaña contra las condiciones insalubres de las prisiones. (Sin embargo, al escribir este artículo no pude contactar ni con El Acrata, ni con KAS).
Las Sociedades Mutuales todavía funcionan, y en una sociedad donde el Estado del bienestar es casi inexistente, la ayuda mutua juega un papel mucho mayor que en otra parte.
También encontramos cooperativas en Chile, tanto agrícolas como consumidoras, aunque no tienen la misma influencia económica que sus semejantes en Europa Occidental o Canadá.
Hay otros desarrollos de tendencia libertaria. Los cristianos de extrema izquierda y ex-Marxista-leninistas que rechazaban al partido de vanguardia formaron «los comités de base» locales trabajando en las poblaciones. Funcionan como las sociedades de apoyo mutuo y se centran en organizar los asuntos locales. El libertarismo de libre mercado tiene un interés creciente entre un sector de la clase media profesional, en parte como resultado de las políticas económicas de mercado «exitosas» de Pinochet y teniendo éxito gobiernos democráticos. El Movimiento Verde alejado ya del Partido Comunista en los últimos comicios presidenciales. La mayor parte de estos activistas ecológicos suelen ser autoritarios, como en otras partes, pero hay también una facción descentralizadora, que aboga por un control local. Un ejemplo de esto es un grupo que anima la jardinería intensiva en las poblaciones, tanto como buen ambientalismo como para mejorar la dieta de chilenos pobres.
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BIBLIOGRAFÍA
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Vitale, Luis, Interpretacion Marxista de la Historia de Chile, Tomo 5 1891-1932, LOM, Santiago.
NOTAS
1. Illanes 18,19
2. Alba 88
3. op cit, 30
4. ibid 34
5. Alba 205
6. ibid
7. ¡Otra generación de elitistas acusaría a los mutualistas de fascismo!
8. Illanes 37
9. ibid 44
10. Alba 246
11. Albert
12. Illanes 81
13. Albert
14. Alba 46
15. Skidmore 120
16. Balmaceda
17. Alba 46
18. Albert
19. DeShazo xxvi
20. ibid 62
21. En Gran Bretaña en 1819, 11 fueron matados en Peterloo
22. DeShazo xxvii
23. ibid 93
24. Albert
25. ibid
26. Alba 246
27. DeShazo 130
28. ibid 134
29. Vitale 102
30. DeShazo 134
31. Angel 21
32. Vitale 94
33. Alberto
34. Angel 21
35. DeShazo xxv
36. ibid 79
37. Illanes 141
38. ibid, 141, 144
39. DeShazo 155
40. Vitale 103
41. DeShazo 157
42. ibid 199
43. Vitale 276
44. DeShazo 207
45. Vitale 286
46. Flores 144
47. ibid 98
48. ibid 101
49. ibid 99
50. Angel 26
51. Greenfield
52. Alexander 98
53. Albert
54. Alba 253
55. Angel 218
56. Point Black
57. Re-emergence NMG
58. Hubo cuatro modelos fundamentales para el desarrollo, fascismo, stalinismo, social democracia y liberalismo pragmático.
59. La actitud premoderna fue que los trabajadores que se rebelaban eran un tipo de vida animal enferma y que había que matarlos