La guerrilla ha logrado resistir los operativos militares más grandes que este continente haya visto en tiempos modernos desde el 21 de diciembre de 1997 cuando cayó prisionero el cabo Moncayo cuando 190 guerrilleros subieron 4200 metros para destruir la base militar más importante del ejercito colombiano en el sur del país. Llegué dos semanas […]
La guerrilla ha logrado resistir los operativos militares más grandes que este continente haya visto en tiempos modernos desde el 21 de diciembre de 1997 cuando cayó prisionero el cabo Moncayo cuando 190 guerrilleros subieron 4200 metros para destruir la base militar más importante del ejercito colombiano en el sur del país.
Llegué dos semanas después el ataque a un lugar en la selva a pesar de los inmensos operativos por parte del ejército, aviación y también muchos asesores militares estadounidenses que venían de la base USA en La Manta, Ecuador, solo dos minutos de vuelo a la frontera de Colombia. Y allá, en la selva hablé con el guerrillero Rodolfo, de mando medio del Frente 48, cómo había sido la toma, el ¿por qué? y ¿cuál era el trato de los prisioneros de guerra en las manos de las FARC?
La prensa oficial como El Tiempo, emisoras y canales de televisión como RCN, Caracol, entre varios, asumieron el papel casi como voceros públicos de las Fuerzas Militares para dibujar la toma como cobarde o cruel, que los pobres soldados armados con morteros de M-79, ametralladoras eran presas fáciles de los guerrilleros que «asesinaron» a once de los soldados en la base militar mientras los otros fueron «secuestrados».
Hice la pregunta al guerrillero si las palabras del general Bonett, que decía dijo que la acción era «un acto de cobardía de parte de las FARC, porque había sido contra una central de comunicaciones» y me contestó que «esas afirmaciones son para tratar de sortear la situación y la presión que les hace la opinión publica, pero si fueran hombres desarmados seria otro cuento, pero eran soldados armados y entrenados para la guerra.
D.E: ¿Que material de guerra recuperaron?
R: Se recuperaron, 2 morteros, 2 M-79, una ametralladora M-60, 27 fusiles, 125 proveedores para galil, 21 equipos, y cerca de 10.000 cartuchos.
D.E: ¿Ustedes fácilmente habrían podido acabar con los 18 soldados que se llevaron como prisioneros de guerra?
R: No, porque hay unas normas internacionales que nosotros respetamos y fuera de eso, uno sabe que clase de gente de personal es el que integra esas fuerzas militares, cuales son profesionales y cuales no.
D.E: En las normas de las FARC ¿existe algún punto que los obligue a ustedes a respetar los prisioneros de guerra?
R: Claro, esa es una obligación y no respetarlos es a la vez un delito, nosotros nos basamos en nuestras normas y en las del derecho internacional, además no tiene ningún sentido eliminar un soldado que se ha rendido.
D.E: ¿Ya cuando los retienen que hacen con ellos?
R: Los llevamos a un lugar donde se les pueda prestar la debida asistencia, los dotamos de lo que necesiten mientras se dan las condiciones para devolverlos a sus familias.
Liberados 400 prisioneros de guerra
Decía el guerrillero en enero de 1998 desde la selva.
En junio de 2001 fueron entregados a la Cruz Roja Internacional y a las FF.MM. colombianas casi 400 prisioneros de guerra que mantenía la guerrilla, entre ellos unos 17 soldados de la toma del Cerro Patascoy. La entrega unilateral por parte de las FARC de soldados «rasos» fue para «descongelar» el proceso de paz entre presidente Pastrana y las FARC que ante las masacres de los paramilitares en todo el país había entrado en una situación muy complicada. Los medios como El Tiempo, RCN y Caracol bombardearon minuto por minuto al proceso de paz con la finalidad de enterrarlo definitivamente, lo cual pasó en febrero de 2002. Quedaron los oficiales militares y policías en las manos de la guerrilla.
Hoy, el 30 de marzo de 2010 sale en libertad el cabo Moncayo, no por que Uribe lo quiere sino por que el mundo entero lo ha obligado.
El Sr. Uribe termina su mandato en agosto de 2010 pero deja atrás un país con secuelas terribles por la guerra, una guerra que prometió acabar en 120 días pero que la intensificó, dejando atrás miles de muertos por su obsesión militarista de lograr lo que nunca se va a lograr; doblegar al pueblo colombiano en su lucha para una Nueva Colombia.
Lea la entrevista completa en: http://dickema24.blogspot.com/2010/03/colombia-asi-cayo-prisionero-de-guerra.html