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Así fue la primera movilización del Primero de Mayo en Colombia en 1914

Fuentes: Rebelión

El viernes 1ro de mayo de 1914, se celebraba por primera vez en Colombia la movilización más importante de la clase obrera  a nivel mundial, fecha que pasara a la historia por sus peculiares características, la localización de sus repertorios de acción y la significación y aporte para la tradición de la protesta popular en el país.

Esta primera movilización de las y los trabajadores colombianos contará con una asistencia aproximada de tres mil personas según información de la prensa nacional, como también su estructura estará determinada por prácticas propias de la Colombia de principios del siglo XX, donde los artesanos jugaran un papel importante y serán quienes desarrollen las primeras significaciones obreras que se van a escuchar en el calor de la plaza pública; allí se  destacara la importancia de la organización Unión Obrera de Colombia,  que a través del Concejo Municipal de Bogotá logró acceder al permiso departamental para llevar a cabo lo que los artesanos llamarían la “fiesta del trabajo”.

Entre dichas particularidades se encontraron elementos que distaban en principio con la conmemoración mundial de la clase obrera, pues la movilización realizada en la capital no fue efectuada por obreros típicos, puesto que se estableció como una movilización desarrollada por artesanos que en una gramática conjunta se hacían llamar obreros, pero que en la practica real de sus labores no lo eran, pues otra sería la lógica formal del obrero industrial que se conocía a principios de los años de 1900; a su vez esta se organizo bajo el amparo de las autoridades y no como acto de rebeldía de los trabajadores que le disputaban al patrón, el tiempo de un día de trabajo. Paradójicamente, fue por medio de un ente del gobierno capitalino que

en concordancia con la organización de la Unión Obrera, el Concejo Municipal de Bogotá acordó celebrar la conmemoración en ese año, concediendo vacaciones a los trabajadores de la capital, instándolos a asistir a la sesión solemne que realizaría esa corporación, invitando a todos los municipios del país a hacer otro tanto y comprometiéndose a levantar una columna en homenaje al trabajo en uno de los barrios obreros de la ciudad. (Vega, 2002, p. 33)

Este hecho repercutió en el desarrollo de los actos trazados por las y los trabajadores que se movilizarían de manera atípica a como tradicionalmente se realizaba este acto en el mundo. En Colombia por ejemplo, se realizaría un desfile, el cual iniciaría desde la Plaza de Bolívar hasta el barrio La Perseverancia, el desfile de los trabajadores tendría como fin último un barrio popular de la entonces Santa Fe de Bogotá, un lugar habitado por obreros y en el cual por disposición de la Unión Obrera y el Concejo Municipal se pondría la primera piedra para la construcción de una columna en homenaje al trabajo.

A esta primogénita movilización, asistirían artesanos, trabajadores de la construcción, la dirigencia de la Unión Obrera, Concejales de la ciudad e incluso, la banda musical de la Policía Nacional; también gentes de los barrios populares de La Catedral, San Pablo, Las Cruces, Santa Barbara, Las Aguas, Egipto, San Victorino, Las Nieves, San Diego y Chapinero, barrios habitados por artesanos que se encontraban en el orden de la convocatoria del acto festivo y que reportaría el periódico El Republicano el 2 de mayo de 1914.

Un repertorio simbólico muy nacional.  

Algunas de las características que van a llamar la atención de este acto es la disposición pacifica y familiar que va a tener, y su alto componente simbólico nacional, se encuentra por ejemplo que a la vanguardia del desfile se ubicaron una serie de elementos como la bandera blanca que al parecer simbolizaría a la Unión Obrera y a su lado el pabellón nacional junto a la bandera tricolor, se le rendirían honores a los mártires de la independencia y los actos terminarían con el Himno Nacional,

la simbología empleada en esta primera conmemoración es reveladora de su carácter. No se encontraban banderas rojas y negras como ya se empleaban en casi todo el mundo como símbolo destacado del Primero de Mayo, sino una blanca que se muestra como la “bandera del trabajo”, que quizá representaba la idea de paz y concordia que pretendían difundir los artesanos. (Vega, 2002, p. 39)

Tampoco se van a escuchar los himnos de la Marsellesa o la Internacional, clásicos en las movilizaciones obreras, lo que refuerza la hipótesis de que en este Primero de Mayo, la idea de una clase obrera consiente de su papel en la lucha de clases no existe y que en el país va a tardar algunos años para que dichas prácticas se radicalicen,

era una fiesta donde participaba todo el pueblo no solo una clase, y en la que se combinaban las mas diversas actividades, desde desfile de carros alegóricos al trabajo hasta la marcha de niños y niñas con el ritual de elegir una columna como homenaje al trabajo, junto con los discursos de los dirigentes artesanales. (Vega, 2002, p. 37)

Este repertorio de acciones ponderaba una práctica ceñida a los intereses de los artesanos de la época, que a su ves mantenían un perfil ideológico cercano al liberalismo, a fin a los postulados de la Revolución Francesa y de la gesta Libertadora, que revelaba un carácter  local de la celebración, así como un desconocimiento de las principales luchas del movimiento obrero internacional anarquista y socialista, que a demás, se reforzaba con una retorica religiosa marcada por las improntas conservadoras heredadas de los gobiernos post 1886.

Discursos y expresiones del nacimiento de una movilización.

 La tribuna de este viernes estuvo precedida por la Unión Obrera de Colombia y organizaciones análogas, sociedades y corporaciones obreras que hacían parte del mundo organizativo de los trabajadores para el año de 1914, en esta primera oportunidad de vociferar las consignas de los trabajadores, la Unión Obrera tendría las primeras palabras a cargo de José Nicolás Guzmán,

Prosigamos adelante, compañeros, todos unidos, sin matices políticos de ninguna especie, hasta obtener de una manera definitiva la reivindicación de todos nuestros derechos, y en seguida contemplar a nuestros enemigos en aquel lugar donde el destino les tiene ya reservados, donde expiarán sus crímenes, porque la justicia de la tierra se impone a tanta perversidad de caudillaje y gamonalismo.

No nos preocupemos por la carcajada inmoral de nuestro opresor, porque mañana el Pabellón de la Paz y del Trabajo estará izado y respetado de todo faccioso, y significando la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, base primordial que perseguimos  (Vega, 2002, p. 42)

 Con estas palabras, el director general de dicha organización, haría referencia a los postulados franceses de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que ponen en evidencia las posiciones discursivas que para el tiempo eran radicales en el movimiento plebeyo de los artesanos, lo que prueba una vez mas la posición y carácter que para esta inaugural movilización mantendrían los trabajadores; con lo anterior Guzmán culminaría su discurso aquella tarde, el cual sería reproducido por el periódico El Domingo el 3 de mayo.

En el momento de la oratoria obrera también se encuentran posiciones proclives a las gestas libertadoras que se enuncian anteriormente y las cuales van a jugar un papel determinante en esta primera movilización, pues se le rinden homenajes en el parque de la independencia a los próceres de la patria y la culminación oral del evento los va a revivir de nuevo con las siguientes palabras,

Libres porque los padres de la patria nos legaron una República democrática donde todos somos iguales ante la ley, en derechos y en condiciones.

Para terminar, compañeros, acompañadme en dos únicos vivas:

¡Vivan los libertadores de Colombia!

¡Viva el pueblo libre y soberano! (Vega, 2002, p. 47)

Como antecedente histórico así se vivió el primer Primero de Mayo en Colombia, movilización de los y las trabajadoras que significará para el país, una conquista simbólica propia de las prácticas endógenas del movimiento obrero colombiano, que se prolongará en el tiempo y que a través de la acumulación de experiencias de lucha en el campo por la disputa hegemónica, se radicalizará y expresará discursivamente posiciones propias de los saberes de la clase obrera nacional e internacional.

Con esta experiencia, se le dio origen a un movimiento obrero y popular que será determínate el la vida política, económica y social del país, movimiento el cual ha sido fuertemente golpeado, quizá como muy pocos en la historia de la humanidad y que con este antecedente se le permite reafirmar sus posiciones frente a su historia y a sus luchas, demostrando que el proceso histórico de la clase obrera del país ha sido cambiante y el movimiento para si, se ha ido transformando, logrando con ello dilucidar que los trabajadores y trabajadoras no son huérfanos históricamente y que sus repertorios propios y endógenos de la lucha obrera y popular han trazado un camino de resistencia y combate por la dignidad laboral de la clase desposeída y vilipendiada.

Referencias

Vega, R. (2002). Gente muy rebelde, Tomo IV. Bogotá, Colombia: Pensamiento Critico.


[1] El presente articulo intenta sintetizar lo investigado por el profesor Renán Vega Cantor, quien dedica una parte del Tomo IV de su libro Gente muy rebelde, a este suceso histórico.