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Atenas, Aysén, la cultura y la papa

Fuentes: Generación 80

Atenas y Aysén son dos puntos distantes y distintos en el mapa del desprecio. Atenas es la capital de lo que hoy conocemos como Grecia, cuna de la civilización y creadora de ese monstruo de mil cabezas, que hoy se conoce como democracia. Aysén es un pueblo del sur de Chile dividido por un río, […]

Atenas y Aysén son dos puntos distantes y distintos en el mapa del desprecio. Atenas es la capital de lo que hoy conocemos como Grecia, cuna de la civilización y creadora de ese monstruo de mil cabezas, que hoy se conoce como democracia. Aysén es un pueblo del sur de Chile dividido por un río, sus habitantes apenas suman 35, 500 personas, oficialmente se fundó apenas el año 1957. Atenas tiene una historia de más de tres mil años. Los primeros ensayos de eso que tenemos por democracia se realizaron allí, cuando el pueblo eran solamente los dueños de miles de esclavos y cuando trabajar era una deshonra. Nos cuenta la historia que en aquella época los primeros esclavos libertos se ganaban el pan enseñando a los hijos de los esclavistas y se llamaban cátedras. Da le impresión que la historia se repite. Ahora nos quieren hacer creer que democracia es el acto de ir a un lugar de votación y elegir a unos cuantos Perikles que nos han de acosar con leyes injustas. Como que la democracia es un asunto de iguales ante el banco: los que trabajan para sobrevivir no son parte de ese pueblo que lo decide todo.

Tanto Atenas como Aysén han sido en estos días la punta del Iceberg. En ambos casos se han dado enfrentamientos del sistema contra la gente y de la gente contra el sistema. En ambos casos se pueden sacar enseñanzas para los futuros pasos, en ambos casos hay un parlamento dominado por una cáfila de ineptos, prestos a servir los intereses del imperio a cambio de unas migajas.

En el primer caso es mejor que Mikis Theodorakis, el músico de Zorba el Griego y del Canto General, el diputado a sus 87 años, nos diga que piensa. En la plaza Sintagma, el 12 de febrero, dijo lo siguiente:
«Existe una conspiración internacional cuyo objetivo es darle a mi país el golpe de gracia. El asalto se inició en 1975 contra la cultura griega moderna; luego continuó con la descomposición de nuestra historia reciente y nuestra identidad nacional y, ahora, trata de exterminarnos físicamente con el desempleo, el hambre y la miseria. Si los griegos no se sublevan para detenerlos, el riesgo de extinción de Grecia es real. Podría ocurrir en los próximos diez años. Lo único que sobreviviría a nuestro país sería el recuerdo de nuestra civilización y de nuestras luchas por la libertad.»

Casi lo mismo se puede decir de Chile, «El asalto se inició en 1973 contra la cultura Chilena y su intento de transformación social, luego continuó con el exterminio físico de quienes se atrevieron a desafiar al riquerío y siguió con la descomposición de nuestra historia hasta cambiarnos la identidad nacional, amoldándonos culturalmente a los intereses de las transnacionales.»

Lo de Atenas y lo de Aysén son escaramuzas en que de una parte el estado muestra su esencia, ser un aparato represor para imponer la voluntad de la clase que lo gobierna, pero también se muestra que hay estados en vías de desaparecer y en apariencia son tragados por otros estados. Lo que se hace en Grecia se decide en Alemania, en acuerdo con Francia. Lo que se hace en Chile se decide en Estados Unidos.

Volviendo a lo que dijo Theodorakis, lo de ahora es la gota que ha rebasado el vaso, pero tuvo su inicio muchos años antes con unos militares a la cabeza y fue un asalto contra la cultura, esto en chile se conoció como apagón cultural. Veinte años de Concertación no mejoraron en nada, al contrario el gobierno que más abrió las puertas a las compañías extranjeras y mas desmanteló el poder económico del estado chileno fue el de un tal Frei.

Theodorakis agrego en su carta-discurso del 12:
«Hasta 2009, la situación económica en Grecia no era muy grave. Las grandes heridas de nuestra economía fueron el excesivo gasto militar y la corrupción de una parte del mundo político, financiero y de los medios. Pero también son responsables algunos países extranjeros, entre ellos Alemania, Francia, Inglaterra y USA, que ganaron miles de millones de euros a costa de nuestra riqueza nacional vendiéndonos año tras año equipamiento militar. Esta hemorragia constante nos impidió avanzar mientras que enriquecía a otros países. Lo mismo se podría decir en lo que respecta al problema de la corrupción. Por ejemplo, la empresa alemana Siemens tenía una agencia especial dedicada a corromper a los griegos con el fin de que éstos diesen preferencia a sus productos en nuestro mercado. Así, hemos sido víctimas de este dúo de depredadores, alemanes y griegos, que se enriquecieron a costa del país.»

¿Alguién puede asegurar que en lo de Pascua Lama no está metida la mano de la corrupción?

La guerra la han dado ellos (los de uniforme y los de civil, que están en el negocio) contra la cultura, para cambiarnos el alma. La batalla nuestra nada saca con darse en las calles, si no logramos que también se de en el alma de la gente para cambiar la cultura del desprecio, de vivir el momento, de salvarse solos, de luchar por su metro cuadrado y dar paso a una cultura de participación en las decisiones y en la acción, una cultura de cambio que ponga como centro del quehacer económico social al ser humano en armonía con la naturaleza.

En la calle se lucha por algo inmediato, como quien dice para sacarnos la piedra del zapato, pero es que ahora lo que necesitamos son otros zapatos, otra forma de ganarnos los zapatos, en suma simple y compleja, cambiar el sistema social que ha posibilitado estas desigualdades y en base al cual los medios justifican lo injustificable.

Ya basta de tanta joda. La gente ya no puede seguir viviendo como vive. Lo que indican Atenas y Aysén es que la gente ya no quiere seguir viviendo como viven. Ahora hay que armarse de razones y de valor para continuar en la lucha, ya no desde la que es urgente, sino también desde lo que es importante. Ya no por un pedazo de pan sino por toda la panadería. El cobre de Chile debe servir al pueblo de Chile, la constitución de Chile debe se discutida con la participación de todos los chilenos, los fondos de Chile depositados en bancos extranjeros, deben servir para paliar la necesaria reconstrucción luego de los daños que dejó el último terremoto. Los salarios deben ser no solamente dignos, deben servir para que quien trabaja cubra todas sus necesidades.

En Atenas los políticos perdieron su momento de gloria, en Chile también. El asunto es quien asume la ardorosa tarea de salvarse con todos. Ya no se puede seguir por el camino de que cada cual luche por lo suyo, es hora de unir todas las luchas, pues el sistema ya no puede dar soluciones de parche: la solución de ellos es reducir el salario, aumentar los precios, es decir condenar a muerte a miles de personas, pero ellos siguen bien. Ha llegado la hora de luchar no por ganar una diputación, sino por ganar el poder y cambiar de raíz la cultura, para lograrlo hay que hacer las cosas de otra manera.

La lucha actual es por la vida, por recuperar prácticas humanas, por educación para todos, por salud para todos, por salario signo, por decidir en cada país de acuerdo a los intereses del país. Nada de esto es posible sin el control del aparato del estado ni sin la unificación de las luchas. Todos en los suyo, pero trabajando por el cambio de sistema. Otra vía es movernos sin avanzar, hoy se requiere moverse para avanzar. Los problemas ya los conocemos, ahora emprendamos la tarea de las soluciones para hoy, que mañana puede ser demasiado tarde.

– Fuente: http://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=14619