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Fuentes: Argenpress

El desenvolvimiento acelerado del llamado «conflicto interno colombiano», dinamizado por una intensa e intrincada lucha de clases, está configurando una situación (escenario para los postmodernos) cada vez más compleja e impredecible, que parodiando a Lenin podría describirse como «los de arriba se dividen y no pueden a pesar de todo su armamento, mientras los de […]

El desenvolvimiento acelerado del llamado «conflicto interno colombiano», dinamizado por una intensa e intrincada lucha de clases, está configurando una situación (escenario para los postmodernos) cada vez más compleja e impredecible, que parodiando a Lenin podría describirse como «los de arriba se dividen y no pueden a pesar de todo su armamento, mientras los de abajo no quieren y se organizan». Lo cual, obviamente, configura una clara situación «propicia» para tomar la iniciativa y avanzar hacia la imposición vía movilización de masas, de su Solución Política.

Veamos:

En la parte de arriba, el bloque de clases dominante y dirigente conformado por la oligarquía Trasnacionalizada, sustentada en todos sus aspectos por los Estados Unidos, está dejando al descarnado que la contradicción (tensión para los postmodernos) va más allá de una grieta o un simple desacuerdo en la forma de gobernar: el atentado (repudiable) contra el héroe de Invercolsa Londoyos y la inmediata onda expansiva en la política colombiana muestra que:

1 – el problema de la renta de tierra, puesta al orden del día por la ley de restitución de tierras del gobierno Santos, devela una clase dominante enfrentada entre sí por el proyecto de país y su inserción definitiva en la economía global, que avanza vertiginosamente sin resolver los graves problemas del Militarismo y la pre- modernidad, el atraso y la dependencia imperialista. Todo concentrado en el problema de la distribución de la tierra, la re-definición de su uso, sus repercusiones en la economía rural, alimentaria y ambiental, y en la forma de cómo proteger «legal, militar y paramilitar» la riqueza y acumulación de capital producidos por el despojo de las últimas décadas, y se debate entre la impunidad total (anzuelo de la ley de paz +Fuero militar), frente a los parámetros jurídicos internacionales señalados por Amnistía Internacional.

2 – Pero también ha aflorado la contradicción larvada y ocultada por mucho tiempo en el seno de las Fuerzas Armadas, entre los beneficiarios directos de la guerra y «la unidad antiterrorista de las fuerzas vivas de la nación» (empresarios, contratistas, alto mando militarista, para- políticos y demás delincuentes de cuello blanco) quienes siguiendo el llamado hecho desde la cama hospitalaria por el héroe de Invercolsa Londoyos, pretenden cambiar al gobernante elegido ( Santos) porque » la situación se le salió de las manos » ; enfrentados a los militares de más baja graduación y rasos (carne de cañón) quienes sufren directamente la crueldad de la guerra y están preocupados por su futuro, incluso el pensional.

3 – Pero no es solo esto, como se trata de un asunto geoestratégico y económico, no podía faltar el componente de las fronteras (Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá) donde últimamente se ha intensificado el conflicto social armado y, que muestra no diferentes formas de desarrollar una diplomacia de Estado con sus vecinos, sino como en el caso de Venezuela (y un poco menos con Ecuador) una clara riña, entre quienes pretenden manipular las condiciones políticas ( no deseo referirme a ello) causadas por la enfermedad del presidente Hugo Chávez para intervenir internamente y desestabilizar el gobierno de ese país, e incluso derrocar a quien se califica de dictador; y quienes haciendo gala de su finura y sagacidad de jugador de póquer, esperan una mejor oportunidad para hacerlo y resarcir las perdidas que los exportadores colombianos tuvieron con el gobierno de Uribe y cumplir también los compromisos con el gobierno de los Estados Unidos.

Por otra parte, es decir desde el otro polo de la contradicción, abajo se ha dado un proceso de confluencia y unidad programática y organizativa de más de 1700 organizaciones sociales, indígenas, afrodescendientes, sindicales, estudiantiles y, políticas, entre de los cuales se menciona al partido comunista colombiano, algunos sectores del polo democrático junto con la Izquierda liberal conducida por Piedad Córdoba, que ha hecho una irrupción política masiva y novedosa por la Solución Política al conflicto social armado y por la segunda y definitiva independencia de Colombia, bajo el nombre de Marcha Patriótica, refrendada con una enorme manifestación popular este 23 de abril pasado en Bogotá, y anuncia para Colombia (si no es ahogada en sangre) una gran movilización social consiente y protagónica, para avanzar y conseguir una verdadera paz con justicia social, con verdad, justicia y reparación, como la queremos todos los colombianos.

Con todo, más lo que se está viendo, ya no es difícil ver la tendencia social: «los de arriba se dividen y no pueden a pesar de todo su armamento, mientras los de abajo no quieren y se organizan», para tomar la iniciativa y avanzar en la movilización popular para imponer la paz.

Fuente: http://www.argenpress.info/2012/05/colombia-avanzar.html