Todas las iniciativas de paz nacidas del seno de las organizaciones sociales y populares se dieron cita en Bogotá al primer Foro de la Agenda Común para la Paz. Con la firme convicción de convertirse en un bastión de apoyo a las diálogos que iniciarán el próximo 19 de noviembre en La Habana, Cuba, entre […]
Todas las iniciativas de paz nacidas del seno de las organizaciones sociales y populares se dieron cita en Bogotá al primer Foro de la Agenda Común para la Paz. Con la firme convicción de convertirse en un bastión de apoyo a las diálogos que iniciarán el próximo 19 de noviembre en La Habana, Cuba, entre el Gobierno Nacional y la insurgencia de las FARC-EP, las organizaciones sociales y populares de todo el país instalaron la urna que pretende recoger todas las propuestas de paz del pueblo colombiano y entregarlas a las comisiones negociadoras.
La participación de las organizaciones sociales, populares y gentes del común resulta vital en la legitimidad y en el anhelo de la inmensa mayoría de colombianos que le apuestan a una salida política al conflicto colombiano. «Los ciudadanos son los que pueden enriquecer la agenda de diálogo en la Habana y el Gobernó Nacional no puede impedírselo», explicaron voceros de Marcha Patriótica, en la instalación del primer Foro de paz de la Ruta Común.
La defensa del territorio, la educación pública y de calidad, la salud para todos los colombianos y la democratización del bienestar fueron algunas de las propuestas expuestas ante dos centenares de personas que acompañaron la jornada. Organizaciones de mujeres, víctimas, sindicatos, jóvenes, afrodescendientes, periodistas y estudiantes reclamaron la presencia de sus reivindicaciones en la mesa de negociación. «La paz se construye a partir de la solución de los problemas sociales que agobian al pueblo colombiano», explicaron los asistentes del Foro.
De esta manera la Ruta Común para la Paz, da comienzo a una serie de actividades que se multiplicaran en todas las regiones del país en la intención de agrupar todos los colombianos en la tarea de construir la paz con justicia social y rodear el proceso de paz, que sin comenzar, muchos lo califican de frágil.