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Entrevista a Claudia Torres, la voz de Radio Santa María y su balance de 40 días de lucha

Aysén señala el camino para Chile

Fuentes: Rebelión

Hace cuarenta días, Claudia Torres era sólo conocida en Aysén. Hoy, por su valiente labor en el micrófono de radio Santa María, se ha convertido en un símbolo de la comunicación alternativa, invaluable instrumento de los movimientos sociales para romper el cerco informativo del dócil y adocenado sistema mediático. De hecho, a través de las […]

Hace cuarenta días, Claudia Torres era sólo conocida en Aysén. Hoy, por su valiente labor en el micrófono de radio Santa María, se ha convertido en un símbolo de la comunicación alternativa, invaluable instrumento de los movimientos sociales para romper el cerco informativo del dócil y adocenado sistema mediático. De hecho, a través de las transmisiones por internet, su voz se hizo conocida a nivel nacional e internacional, al ritmo de la valiente lucha del movimiento social de Aysén. Tuvimos ocasión de entrevistarla, y nos encontramos con una mujer sencilla, valiente, de sonrisa ancha y conversación llana, comprometida con su comunidad y con notable claridad acerca de dónde debemos avanzar como sociedad. Estas son las impresiones de primera fuente de una de las protagonistas de una larga y exitosa lucha.

– Claudia, nosotros en Santiago conocimos el movimiento Aysén: Tu problema es mi problema cuando ya estaba el conflicto vivo, pero cuéntanos sobre su origen y gestación…

«El movimiento tiene una gestación que no es tan rápida, sino que viene de hace muchos años de abandono, de chutear tus problemas, de que no eres prioridad, de que viene el terremoto, que el tsunami no sé dónde, y que la reconstrucción por otro lado, que viene un conflicto con no sé quién, entonces era como ¿quién es el que puede esperar? Aysén, con sus cien mil habitantes; además, tienen un capital político que ha votado por ellos. Al final, como el hermano chico, el que no cuenta mucho, el que no alega tanto, ya, Aysén, históricamente. La gente se cansó, pero además se dio cuenta de que luchas aisladas no iban a tener la atención del gobierno, y menos del país.

Se unieron, partiendo por los pescadores, con la demanda histórica que ellos tienen, como sector, con otras luchas. Empezaron a ver que había otros que también estaban en las marchas, que iban, que mandaban cartas, que tenían reuniones con los Ministros.

Esto no es una pataleta; las pataletas son como cosa del momento… llamo la atención, me dan algo y me voy para la casa. Esto no es una pataleta, sino que era «oye, nos hemos reunido con los subsecretarios y con los ministros hace 20 años, también con la Intendenta, y con el propio Presidente de la República, le hemos entregado cartas y documentos, y no pasa nada. ¿Qué podemos hacer? Bueno unamos las luchas». La unión siempre ha hecho una fuerza, y por lo menos hace que te escuchen.

Entonces se logró ese consenso y se formó esta mesa social, que además tiene un mensaje bien interesante: Tu Problema es Mi Problema. En el fondo, yo me pongo en el lugar tuyo, y además de ponerme en el lugar tuyo, considero que lo que a ti te pasa y te afecta, me afecta a mí, lo que a mí me pasa y me afecta, te afecta a ti. Por lo tanto, cuando yo siento esto, lo entiendo, y además lo hago mío: si yo resuelvo mi tema, no me voy a quedar tranquilo hasta que además se solucione tu problema.

Surge este movimiento, con Iván, un pescador, como líder. No sólo porque fue el que invitó a todas las organizaciones, sino porque es un hombre que refleja todo el discurso que uno le escucha; él lo vive, él vive la situación precaria en su vida particular, con sus hijos, con problemas de salud. No es que se va para la casa, y al otro día se pone el discurso en la cabeza; entonces eso hizo que empatizara con toda la región, desde el hombre de campo, el urbano, el estudiante, el abuelo, el cabro chico se sintiera identificado con el discurso del movimiento a través de la voz de Iván.

Además, en las comunidades, tú puedes ser pescador artesanal, pero tú también tienes un problema con la salud, con la educación, con la vivienda, no solamente con tu rubro. Patagonia sin Represas está compuesto por dueñas de casa, por intelectuales, por ambientalistas, por jóvenes, por abuelos, por campesinos, por lo tanto, lo que le pasa a la gente que apoya esa causa, también le importa a la junta de vecinos, al que está buscando el tema de salud.

Porque el movimiento social está compuesto por personas, que tienen problemas; entonces ese slogan que nació, que se le ocurrió a Misael Ruiz, un pescador artesanal, prendió enseguida, y nos dimos cuenta después que Mi Problema, de Aysén, era también el problema de Lota, de Coronel, de Magallanes, de Calama, de Arica, de Dichato, con la reconstrucción, y por ejemplo nos llamaba gente de distintos lugares, y los dirigentes decían dónde queda ese lugar que nos llama; un pueblito pequeño diciendo sí, nosotros tenemos el mismo problema. Entonces, lo hago mío, y ya no fue solamente solidarizar, sino que además, yo me pongo en el lugar de Aysén, porque Aysén se ha puesto en el lugar mío, y está sacando la voz incluso por regiones grandes.

Ahí el movimiento empezó a escalar, a visibilizarse, a conocerse, a difundirse la plataforma de once puntos, que no han variado. Son 24 dirigentes que nos representan, y que además nosotros le damos esa base social, que representan a la diversidad: camioneros, pescadores, ambientalistas, periodistas, campesinos, dueñas de casa, y esa es la sociedad, compuesta por todos en la Mesa. Incluso, en ella hay gente que está a favor de las represas, y no es un impedimento para conversar, porque se busca el bien común.

Y cuando tú sueñas en colectivo, y actúas en colectivo, la sociedad chilena como que no está acostumbrada a eso, y los gobiernos tampoco. El sistema que tenemos, apunta a mi problema es mi problema, y el tuyo es el tuyo, y por lo tanto yo veré si lo soluciono, y si no puedo, voy a sufrir yo, y si lo tuyo está funcionando qué bien por ti pero no me interesa. ¿Te fijas? Ese enfrascarse en lo que a uno le pase, esa indiferencia, acá se rompió, y esa señal es súper potente, y es una buena señal para el resto del país, también».

– ¿Cómo evalúas el tema de la represión? Pienso que para ustedes fue muy fuerte, muy duro, muy grave, casi rayando en lo criminal. Si acá en Santiago estábamos angustiados con lo que les estaba pasando, me imagino que en Aysén este tema habrá sido tremendo…

«Sí. Mira, había habido represión hace un año atrás, por la aprobación de Hidroaysén, pero fue localizado a nivel de Coyhaique. Los pescadores han tenido algunas experiencias, pero bien locales también, y no tan fuertes como ahora. Pero esta vez fue como una invasión; así lo sentimos, una invasión, en que llegaban y llegaban tropas, como cuando la desembarcan en un territorio de guerra, o sea, llegaban por el mar, llegaban los aviones, y era un avión, otro avión, y se movían en helicóptero, y estaban llegando vehículos, y entonces era como, si llegan cien, doscientos, trescientos, incluso más de trescientos llegamos a contabilizar, unos que se iban y otros que llegaban, pero más menos fue ese el número que se manejó. Era una invasión, para una población tan pequeña.

Nosotros fuimos parte, como medio de comunicación, en los enfrentamientos, con imágenes, con relatos, estar transmitiendo ahí en vivo; nosotros no inventamos la información, y además, escuchar los relatos de la gente, también, cuando tú escuchabas los disparos atrás, cuando la gente te llamaba, y no podía hablar con las lacrimógenas, con los niños llorando, conocer a las mamás y conocer a los niños, con la cara irritada por el gas, la gente golpeada.

Una transmisión que nosotros hicimos ¡durante el día!, durante esa tarde solamente, imagínate, a plena luz del día hubo 30 heridos, en un solo enfrentamiento. Eran tres, cuatro heridos, en la cabeza, en el ojo, al lado de uno, entonces, es información que uno vio, no inventó, y vimos también la actitud de Fuerzas Especiales cuando estaban en sus días libres, con una actitud muy despectiva respecto a la gente.

La gente de hecho los ayudó en algún momento; el zorrillo que quedó atrapado en Coyhaique, la gente los ayudó a salir de ahí, los trató de ayudar a sacar el micro que después fue quemada, y ellos se burlaban de la gente. Entonces la gente les dijo «sabís, qué más, quédate ahí con tu micro».

Hubo localidades que, creo, nunca más se van a olvidar de lo que pasó, como Puerto Cisnes, que tiene dos mil habitantes, que al bajarse del muelle, ellos avisaron; vamos a darles tiempo para que se retiren, eran unas 15 personas que se unieron de los brazos, para que no pasaran, y a los tres segundos ya los tenían con lacrimógenas, con chorro de agua, cosa que nunca habían visto.

Hubo un enfrentamiento muy fuerte en Mañihuales, que deben ser unos 800 habitantes, o sea imagínate, con 50 efectivos de Fuerzas Especiales, que son casi de guerra, que van al choque, y balines por todos lados, a nuestro corresponsal, a las casas, lacrimógenas, fue terrible. Y todo por proteger que no vayan a Puerto Aysén. Lo que hizo la gente de Aysén fue autodefensa. Las Fuerzas Especiales se alojaban dentro de Aysén, y si la gente fuera mala, si hubiese vandalismo, o extremismo, habrían quemado ese cuartel, con carabineros y todo adentro, perfectamente, si eran minoría, eran miles de ayseninos que estaban defendiendo, pero ellos solamente salían cuando entraban Fuerzas Especiales a las dos de la mañana, a las cuatro de la mañana, a invadir las poblaciones. La gente se defendía y defendía a su gente, porque no tienen a nadie más que los defienda. Es así de simple.

– Claudia, respecto al mismo tema de la represión, cuéntanos un cómo lo viviste tú a nivel personal, porque los que te pudimos escuchar por Radio Santa María siempre te notamos muy entera, muy calmada, pero pudimos verte muy emocionada en el teatro Caupolicán…

«Bueno, en la Radio uno tiene que estar tratando de llamar a la calma, y no dejar de informar, por un lado, y de darle un poquito de calma a la gente, porque igual uno se siente un poco impotente cuando la gente te dice que le están pegando, o que están invadiendo ahí donde hay niños. Hay hay gente que arrancaba con sus niños, y tú estás a dos horas, o a 60 kms, en el caso de Puerto Aysén, o el mismo Coyhaique, y no puedes hacer mucho, no puedes salir tú corriendo, para ir a hacer qué, entonces, esa sensación de impotencia era bien fuerte, emocionalmente fuerte.

Nos tocaron cuatro noches seguidas en Puerto Aysén, después cuatro noches seguidas en Coyhaique; fueron noches hasta las seis y media, siete de la mañana de relato, y de estar ahí tratando de contener muy fuerte, y yo no podía dormir después, o sea, me iba a acostar, a tratar de dormir algo en la mañana, y me costaba. Fueron noches y días muy pesados. Y mucha rabia, rabia de que no respondiera la autoridad, de que el Gobernador de Coyhaique, por ejemplo, te diga que no, que él no puede hacerse parte ahora, porque era muy tarde; o sea respuestas que uno dice, «bueno, ¿pero qué espera, que haya una persona muerta?».

Ya te da para pensar cualquier cosa, entonces es muy fuerte, y además, lo más fuerte es cuando uno iba a hacer radio en terreno, y la gente se acercaba; una persona llena de parches, y me decía «Yo la llamé, ¿se acuerda? Este es el resultado», o «muchas gracias por escucharme, porque gracias a eso me soltaron los carabineros, porque escucharon que me tenían ahí, o porque alguien relató eso, y no me mataron, porque parece que iban a eso».

Entonces esa cuestión era súper fuerte, o las mujeres que daban las gracias a la radio, a los reporteros que estaban en la calle, porque gracias a eso soltaron a su hijo o a su hija, o porque estábamos preocupados de los que estaban detenidos en la Comisaría. Momentos súper fuertes, porque uno es una persona de la comunidad, no es un robot que contesta el teléfono y que después te vas y dices, qué lamentable, pero te vas tranquila a tu casa. Eso a nosotros, como Radio Santa María, y en lo personal, no nos ocurre. Al contrario, somos parte, y por eso mismo teníamos más compromiso aún de informar, y de no acallar lo que estaba pasando».

– Radio Santa María jugó un papel fundamental durante el conflicto; tú misma jugaste un rol muy importante y reconocido, y por eso están siendo cuestionados por el gobierno. ¿Cuál crees que es el rol de los medios de comunicación, y de los comunicadores sociales, en el mundo social y sus demandas?

«Bueno, la comunicación, y además social, ya es un acto social. Nosotros decimos que para comunicar se necesitan dos. La radio es uno, con el equipo de prensa, con el que está detrás de los micrófonos, y el equipo técnico, y el que escucha, es el otro, y por lo general uno habla y habla, informa e informa, y la gente escucha.

Cuando tú das la posibilidad de que la gente ya no sólo te escuche, sino además te pueda contestar, cosa que no tiene la televisión, se produce la comunicación que es la conversación, y eso es lo que nosotros tratamos de hacer, como una forma de darle un escape emocional, por lo que estaban pasando.

El programa nació justamente, después de la primera o segunda noche de represión muy fuerte, y que la gente de Aysén nos rogaba que Coyhaique haga algo para descomprimir la violencia que ellos estaban sufriendo. Y como radio, dijimos, tenemos que hacer algo en la noche, porque es en la noche cuando Fuerzas Especiales actúa, después de las 24:00 hrs.

Había momentos en que empezaba a las once de la noche, y terminaba al otro día a las diez de la mañana; así fueron las jornadas: 12 horas, 27 horas, o sea, terrible. Y el programa empezó a abrir micrófonos para eso, pero también para gente que trató de comunicarse y gente que igual nos decía que éramos unos mentirosos, que estábamos incitando…también, abierto para todo el mundo, y algunos me decían «pero para qué escuchan a esas personas», y yo decía porque también tienen derecho a expresar la visión que ellos tienen, que aquí es un mundo de comunistas, que eso es una mentira, que lo que nosotros estamos relatando, o lo que relata la gente es una mentira.

Tienen derecho a decirlo también, pero la gente logró conversar, entre una persona que vive a 800 kms de distancia con la otra, y contarse lo que estaban haciendo. «Dentro de la ciudad estamos en una barricada, o estamos haciendo esto». O sea, yo te digo, qué delincuente te llama para decir que va a hacer un acto delictivo, yo nunca he visto eso, que te digan «estoy aquí, y voy a ir a saquear», no.

Entonces la gente lo consideró tan normal, el hacer medidas de presión como una barricada, como una fogata, que iban las familias, conversaban, tomaban mate, como también la autodefensa que hizo Puerto Aysén, y la que hicieron muchos muchachos en Coyhaique, como también las localidades, que tenían su toma de muelle, su corte de caminos, y nos informaban lo que estaban haciendo, que estaban ahí con el movimiento, entonces ellos mismos no lo hicieron criminal, y nosotros no lo criminalizamos tampoco, con excepciones de actos que fueron delictivos, o sea, un saqueo, un robo, que siempre nos han achacado que la Radio Santa María avaló eso, y no, nunca. Hay mucha gente de testigo, están nuestras noticias, hay registros de eso, y que se trate de achacarnos ese tema, es cuestión de estrechez mental.

De hecho, en Coyhaique trabajamos con los planes cuadrante. Yo llamaba al oficial o al suboficial a cargo, y le decía mire, aquí hay unos muchachos que están tratando de entrar a una bodega, por favor vayan. De repente me pescaban, de repente no, pero no tuvimos mayores problemas en ese sentido, y con la PDI también, en Coyhaique y en Puerto Aysén. Entonces, cuando te dicen, «pero es que ustedes y carabineros», no. Con el carabinero nuestro, el que sirve para cuidar a la gente, no hubo drama; con las «visitas» sí tuvimos muchos problemas. Entonces la radio abrió los micrófonos y cumplió su rol: comunicación social.

La radio nunca ha ocultado la verdad de lo que pasa, aunque a muchos les moleste. En Chile, cuando un medio de comunicación habla lo que le molesta a aquellos que han impuesto la mordaza a los medios, los que siempre han tenido el poder de comprar el silencio de los medios, las líneas editoriales completas…¡para qué estamos con cosas!…los medios que fueron golpistas en Chile, esos medios no tienen moral para decirnos nada. No los periodistas, quiero hacer esa diferencia; no los periodistas, sino los editores, los dueños de los medios.

Acá es el vicariato el dueño del medio, y eso puede cambiar en cualquier momento; nosotros jugamos ese rol, además porque la radio es comunidad, es parte de la comunidad. Nuestros trabajadores radiales viven en la población, son mujeres, son papás, o sea ellos han vivido la represión; tuvimos un compañero golpeado porque llevaba la tarjeta de Radio Santa María, él mostró su tarjeta, y con mayor razón le pegaron, y además le dijeron «ustedes son los que nos tiran piedras», así que con mayor razón lo detuvieron y lo golpearon.

Entonces, ese rol, del que no nos arrepentimos, lo vamos a seguir jugando. No nos vamos a autocensurar porque a algunos no les parezca. Es un rol importante, y lo reconoce la misma gente, y para nosotros eso es lo mejor. Cuando la gente reconoce tu rol, quiere decir que lo estás haciendo bien, o relativamente bien; eso fue todo lo de la radio. A mí me reconocen, y me dicen «usted es una activista», y yo digo sí, yo soy comprometida con muchas causas, y yo no lo voy a negar, y no me encapucho, y no me pongo un nombre falso en mi cuenta de twitter, no, yo soy Claudia Torres, y soy opositora a Hidroaysén y a Energía Austral, que son los megaproyectos; no me gusta este sistema político y económico, que lo manejó la Concertación, y que ahora lo está administrando muy bien Piñera. Ellos saben eso, pero yo les digo a todas las personas: nadie anda en medias aguas, todos tenemos una posición en la vida, frente a todos los temas; eso de que yo no soy de aquí ni soy de allá, es una mentira, tú siempre eres de algún lado, y siempre tienes alguna tendencia, una forma de mirar la vida, y creo que eso no puede ser castigado. Incluso, siento que soy bastante tolerante, o sea, yo he entrevistado a mucha gente de derecha, que yo podría decir no, no lo entrevisto. No, esto es abierto, la gente de la derecha y del gobierno tiene programas pagados en la Radio, tiene espacios de media hora, donde hablan lo que quieren, entonces no me vengan a decir que la Radio censura al gobierno y a la gente de derecha, porque no es así».

– Respecto al viaje de ustedes, que fue bastante sorpresivo ¿por qué crees que cambia tan radicalmente su postura el Gobierno? Un día está reprimiendo a fondo y al otro día los llama para conversar. ¿Qué impresión tienes de eso?

«Mira, creo que se impuso la intención de descomprimir, no sé si el conflicto, ojalá sea eso, pero yo creo que se trató de descomprimir la acusación contra Hinzpeter, y como estaba como Vicepresidente, era su oportunidad política, y está bien, si ellos tienen que jugar ese rol, tienen que tener olfato político, que es lo que estamos pidiendo hace rato, al menos un tino político de querer sentarse a conversar, y no mandar Fuerzas Especiales para tratar de dialogar. Creo que ahí tuvo su momento de lucidez Hinzpeter y dijo «bueno, me van a acusar constitucionalmente, se dan las condiciones, y hay mucha presión social nacional e internacional, por lo tanto, se puede dar, y frente a eso, se puede ceder», y eso es olfato y tino político, e invitó, vinieron los dirigentes, y creo que ahí también se demuestra otra ganancia del movimiento social. El movimiento social con humildad, porque los dirigentes podrían haberse quedado allá, como algunas personas de base también querían; decían «no, no viajen, por qué tienen que viajar». Sin embargo lo hicieron, y además, no solamente venir a conversar, sino que mostrar que la gente de la Patagonia siempre ha tenido la disposición a conversar.

Esto nos demostró que todo el gabinete regional, lamentablemente, aunque puede haber excepciones; los subsecretarios y los ministros que fueron a la región de Aysén, no fueron, parece, con la intención de dialogar y solucionar, porque cuando llegaron acá, los dirigentes nos dijeron, la disposición del propio Hinzpeter y del ministro Larroulet ayer fue otra, fue dialogar. Hinzpeter también lo dijo, y espero que lo haya dicho de corazón. Dijo, «realmente nos encontramos con gente, y fue otro el tema, otro el tenor de la conversación, son personas que están pidiendo algo digno», y se sentaron a conversar, y fue todo. ¡Imagínate, dos días para destrabar un conflicto que llevaba cuarenta días!, cuando iban subsecretarios y ministros, que llegaban a patear la mesa, a ponerte condiciones, y cuando la gente cumplía las condiciones, te volvían a patear la mesa porque «ahora me levanté atravesado».

O sea, fue una falta de respeto, y una falta de olfato político tremenda la que tuvo el Gobierno. Yo creo que esa jugada del movimiento social, de demostrar que la humildad importa; si tú crees que yo te estoy ganando el gallo, qué importa, si tenemos que buscar la salida y el bien común; si yo tengo que ceder, como lo hizo el movimiento, bueno, cedamos, siempre se planteó así, pero lleguemos a la salida, no vengas otra vez y me golpees, y en la noche me mandas otra vez Fuerzas Especiales, eso no se hace.

Yo creo que lo de estos días, y ayer, principalmente, fue un respiro, una salida para comenzar recién, eso también hay que dejarlo súper claro. Aquí no nos vamos para la casa, aquí recién comienza nuevamente el diálogo, con propuestas concretas al menos en dos puntos, y con el compromiso de trabajar todos los puntos. ¿Te fijas? Ya la otra semana esto comienza. Entonces, eso se lleva para la casa el movimiento social: el logro de descomprimir, el logro de poner al Gobierno a negociar, porque si ya Hinzpeter, como Vicepresidente entendió eso, quiere decir que ya de ahí para abajo el Gabinete tiene que ponerse a disposición del diálogo y las soluciones».

– ¿Te llama la atención que este diálogo, y estos acuerdos, se produzcan precisamente cuando el Presidente Piñera no está en el país?

«Bueno, en realidad, poco llama la atención en estos momentos, ya cualquier cosa se puede esperar aquí, porque este Gobierno nos dejó de sorprender. Pero yo creo que fue el momento para que Hinzpeter, que estaba a cargo del país, como figura política, lo hiciera, justamente para un poco por lo que podía venir contra él, ya que esta no es la primera acusación constitucional, igual tiene varias cosas a su haber.

Y creo que ahí se muestra lo que pasaba en otros gobiernos: cuando se iba el Presidente titular y queda el Ministro del Interior, muestra que a lo mejor, el que se negaba al diálogo era el propio Piñera; puede ser, perfectamente, y se tomó la atribución, que la tiene, en este caso el Ministro del Interior. Puede ser que Piñera no se atreva a decir que quería dialogar; él es bien tozudo, y cuando hay gente que no se atreve, y no quiere, siempre le deja la pelota a otro, para que mediáticamente no quede como el que no quiso dialogar, sino para que digan «no, pero si el gobierno dialogó». Pero aquí se ha personalizado bastante el conflicto, en el caso del gobierno; qué ministro ha sido más llano al diálogo, qué subsecretario llegó a conversar, y cuál no llegó a conversar, sino que llegó a desunir, como el subsecretario de Pesca, que además es patagón, más doloroso aún, que trató de aplicar estrategias por separado con los pescadores, pensando que le iba a funcionar porque a lo mejor le ha funcionado en otros momentos.

Alvarado fue, por lo que vimos, un poco más conciliador, o arregló bastante más que incluso la propia Intendenta Regional, que sencillamente no tuvo ni un atisbo de solucionar el tema.

Pero yo creo que es eso, puede ser que el Presidente nunca quiso solucionar, o no quiso dar su brazo a torcer, y a lo mejor Hinzpeter sí, a lo mejor encontró que había que hacerlo, porque ya eran 40 días, y la región demostró que iba a seguir en pie. El desgaste iba a ser para el gobierno, más que para la gente».

– Tú estuviste en La Moneda, cuando se tomaron algunos acuerdos. ¿Nos puedes dar algunos detalles de la reunión?

«Mira, yo estuve transmitiendo desde La Moneda, esperando a los dirigentes, para ver si se lograba algún acuerdo, si se avanzaba, o sencillamente no se avanzaba. Y ahí el ambiente de espera, que fueron como cuatro horas, igual fue bien emocionante, verlos a ellos ya un poco más relajados, y decir «sí, nos vamos a volver a la región, y vamos a volver con algo concreto», y además la misión, descomprimir para abrir el diálogo.

Y dos temas muy importantes, que eran la misión del viaje hacia acá: que se avance en retirar la querella de las 22 personas, y hay una declaración del gobierno diciendo que se iba a estudiar. Quiere decir, y acá hay otra ganancia para el movimiento social) que esas 22 querellas no se hicieron a conciencia, quiere decir que el listado y el informe que hizo la Intendenta, porque ella lo hizo, con su Gabinete, no lo pensaron bien, lo aplicaron al voleo, lo aplicaron para poder asustar, y a lo mejor para golpear a los dirigentes, porque era gente de base, dueñas de casa. Eso habla bastante mal, o sea, yo voy a castigar al que se me ocurrió, el que parece que me dijeron que estuvo ahí, y yo parece que considero que debería estar en el listado. Si no, el gobierno podría cerrar filas, y decir que no va a retirar las querellas porque estos 22 son realmente unos extremistas; pero ellos no tienen la seguridad; ¿te fijas?, eso es una tremenda luz y una tremenda ganancia del movimiento.

Y lo otro es que Fuerzas Especiales efectivamente -he podido ver unas fotos- se están retirando. Iván Fuentes ayer dijo «está el compromiso, y el Ministro dijo que le tenemos que cobrar la palabra, y tienen que empezar a irse mañana (por hoy)». Y hoy ya vimos las fotos de que están en el aeropuerto, viajando, y espero que de verdad, porque el tenerlas ahí, aunque no salgan a la calle, no era la idea.

Esos son los primeros puntos que se están ganando, y después, el acuerdo, que pudimos conversar con los dirigentes, porque a nosotros como medio nos interesaba conversar con los dirigentes. Los medios de prensa nacional siempre buscaban conversar con Iván Fuentes, con los parlamentarios, con el gobierno, pero detrás de Iván, o al lado de Iván, hay varios dirigentes. Conversamos con la señora Rosa Navarro, que nunca la sacaron los medios, que representa a las Juntas de Vecinos, a la gente de base, a las familias.

Entrevistamos a una Concejal, también, que estuvo a ahí, María Inés Oyarzún, que ella fue de Renovación Nacional, si había mucha gente de gobierno ahí en la Mesa.

También sacamos a Alejandro Huala, que es de la mesa del Sector Público, que ha peleado muchísimo por el tema gremial y por los funcionarios públicos. Y a la gente de la CUT, con Patagonia Sin Represas, con la gente de base, con los pescadores. Eso nos interesó, estaban los cuatro parlamentarios ahí también. Quiero destacar que Horvath se la jugó bastante, Walker, un poco tibio, pero estuvo ahí. De los diputados, no puedo decir lo mismo. Fue vergonzoso. Como votante de esa región, y como pobladora de esa región, me dio vergüenza verlos en la foto, cuando no fueron ningún aporte; ver a un diputado que yo lo escuchaba criticando al movimiento, y criminalizándolo, después verlo ahí. Por eso yo no quise ni acercarme a ellos en realidad, pero sí que la gente escuchara a los dirigentes, que escuchara a ese dirigente que a lo mejor nunca salió en la televisión, y que estaba ahí, y que estaba contento además, y que le enviaba un mensaje a su familia, a su región de lo que estaban logrando.

Fue bonito, fue un momento histórico donde un movimiento social estuvo, trabajó en La Moneda, en la propia Casa de Gobierno, y salió con un tremendo triunfo que está comenzando. Ahora viene el control social de que las promesas se cumplan; esa es una etapa no menor, y larga, según creo».

– Tú has seguido transmitiendo desde acá, te has mantenido en contacto con la gente en Aysén. ¿Cómo está la gente allá, cuál es el ánimo que se vive en estos momentos en Aysén?

«Mira, la gente esta súper contenta, está muy emocionada, está con su bandera arriba, expectante al regreso de los dirigentes y a este control social de que, bueno, ahora nos vamos a sentar y vamos a avanzar en estos puntos. Pero están felices. Por ejemplo, en el punto de la zona franca, te puedo decir que la región de Aysén fue puerto libre, hace muchos años atrás, en los años setenta, y disfrutamos de ese puerto libre, de tener cosas importadas a un buen valor, y cosas que todavía funcionan….equipos, y un montón de cosas, la comida. El hecho de recuperar ese puerto libre, ahora como zona franca, para la gente más humilde es un tremendo punto, o sea que tu sueldo pueda rendir un poco más.

Lo mismo que el sueldo regionalizado, que es esa bonificación que aumenta, que ya no va para el empresario, sino que va para el trabajador, eso a la gente la tiene muy emocionada.

Y además, como te digo, ese logro de que un movimiento social vino a mostrarle a un gobierno cómo se negocia, cómo se dialoga, y cómo se puede llegar a acuerdo en dos días, imagínate, dos días. Entonces de eso, la gente está orgullosa, y está esperando a los dirigentes; claro, algunos son más escépticos, de ver la letra chica, porque este ha sido un gobierno bien de letra chica, pero están contentos, la gente está súper contenta con el logro, y con las ganas de seguir trabajando, y movilizados aún».

– Por último, Claudia, en este viaje que han hecho ustedes, además de reunirse con el gobierno y de destrabar el conflicto, se han podido juntar con distintos actores del mundo social. ¿Con qué sensación se van ustedes respecto a estas reuniones que han tenido?

«Bueno, los dirigentes estuvieron con los chicos de la CONFECh, con dirigentes sociales, del mundo laboral, y mira, uno de los planteamientos del movimiento social, y yo creo que ése es otro punto de presión, respecto a lo que tú me preguntabas respecto a por qué el gobierno cambió de actitud. El movimiento social viajó no solamente por la invitación del gobierno, sino que además, empezó a ver que tenía tanto apoyo a nivel nacional en forma transversal, y también a nivel internacional, que dijo «bueno, si el gobierno no quiere escucharnos, vamos a tener que conversar con Chile, con la gente que también está sufriendo, y que tiene abandono histórico». Arica hace días atrás tuvo una marcha de los 39 años de abandono, Calama está listo ya también, para ver si se va a cumplir con lo que ellos requirieron hace un año, Magallanes también, y otras regiones. Los pescadores están de Arica a Magallanes, y ellos se conocen muy bien.

Por lo tanto, esa conversación con Chile, que ahora se está haciendo, con dirigentes sociales, y que ahora se logró una red de contactos importante, era para decir «ahora ya no somos Aysén nomás, somos Aysén y todo el resto de Chile, así que vamos a exigir que nos escuchen, y que además trabajemos juntos», y que el gobierno haga su pega también, si los gobiernos tienen que hacer su pega, tienen que escuchar, no solamente proponer sin una retroalimentación, y acá vuelvo a la comunicación: yo escucho, trabajo, pero además te hago partícipe de eso.

Eso ha sido genial, ha sido que los dirigentes, como la señora Rosa, por ejemplo, que ella vivía ahí en su barrio, como Junta de Vecinos, y ver que puede conversar con otros dirigentes sociales, que tienen casi los mismo problemas, y hacer esta red, tú te sientes más protegido, y con más base aún, porque ya tu base social no es sólo Aysén, sino que ahora es el resto de Chile.

Nosotros como medio también nos reunimos con radios comunitarias que nos han dado el apoyo, periodistas, gente de las comunicaciones de otros medios, medios que yo sé que tienen una mordaza importante, pero que ellos en lo personal se acercan a hablar contigo y te dicen que tienes que tener fuerza, y que hay que seguir adelante, porque ya no podemos tener más periodismo cobarde, que se venda la línea editorial, y empecemos a mostrar unilateralmente lo que está pasando en el país.

Todas esas redes, y todo ese apoyo, ha sido increíble; el cariño de la gente además, no sólo la preocupación, sino que el cariño, para los dirigentes ha sido increíble; ellos se van muy, pero muy contentos de lo que ellos lograron. Yo creo que no pensaron….yo creo que algo creían, algo dimensionaron, pero ahora aquí lo pudieron ver, y eso ha sido un regalo al alma muy grande».