La frasecita del ministro de Justicia Teodoro Rivera de que «no son unas blancas palomas» para referirse a seres humanos encarcelados, uno de los cuales fue muerto a balazos por gendarmes, retrata de cuerpo entero a la derecha criolla, clasista, prepotente y con un profundo desprecio por la vida humana. La malhadada referencia es similar […]
La frasecita del ministro de Justicia Teodoro Rivera de que «no son unas blancas palomas» para referirse a seres humanos encarcelados, uno de los cuales fue muerto a balazos por gendarmes, retrata de cuerpo entero a la derecha criolla, clasista, prepotente y con un profundo desprecio por la vida humana. La malhadada referencia es similar a lo dicho por el inefable «Mamo» Contreras en entrevista de comienzos de los 90 del periodista Pablo Honorato. Mal maestro. Los dichos del secretario de Estado coinciden con la creación de una «subsecretaría de derechos humanos» que estará bajo su mando y que, según dice Piñera, tiene por objetivo crear «una cultura de respeto a los derechos del ser humano». Ya podemos calcular como será esa «cultura»…
Lo peor es que el ministro – que rechaza retractarse – forma parte de un equipo de gobierno en que la mayoría no son precisamente «blancas palomas». Hay desde luego al menos unos 3 o 4 ministros que hace años le juraron amor eterno en Chacarillas al dictador más sangriento de la historia y en La Moneda hay quienes tuvieron alguna relación con procesos penales que no pasan la «prueba de la blancura».
Hace pocos días un tribunal condenó en costas a la Fiscalía por la falsedad del llamado «caso bombas», un montaje represivo fracasado. Con razón se señaló entonces que en estricto rigor esas sumas no debe pagarlas el Fisco, es decir todos nosotros, sino los responsables de esa cruel engañifa ; el ministro Hinzpeter y el ex fiscal Peña. ¿Blancas palomitas?
El doble rasero con el que los sectores políticos más reaccionarios miden los temas de derechos humanos es insoportable.
Muy recientemente una delegación de la UDI viajó al exterior para que, ante el fracaso de sus empeños en Chile, se obtenga de instancias internacionales la extradición del compañero Sergio Galvarino Apablaza, ejemplar luchador por la democracia radicado hoy en Argentina y al que el fascismo criollo pretende endilgar la muerte de Jaime Guzmán. Los mismos que apoyaron todos y cada uno de los brutales crímenes de la dictadura militar se presentan ahora como amigos de la legalidad con el único propósito de persistir en su enfermiza cruzada contra los verdaderos demócratas. Desde luego, los de la UDI tampoco pasan la prueba de la blancura.
Hace una semana, la agencia AP informaba que el sargento de infantería de marina, Frank Wuterich, cuyo escuadrón mató en Irak a 24 civiles inermes, luego de 6 años de proceso judicial, fue condenado por un tribunal de California a sólo 3 meses de cárcel por la muerte de 19 de esas 24 muertes. ¿ El imperio pretende ahora erigirse en mentor de los DDHH?
Circula profusamente en el ciberespacio un texto emanado de alguien que evidentemente sufre una psicopatía. Se trata de un ex militar, el hijo del jefe supremo de la Dina general Manuel Contreras. Allí se amenaza abiertamente al destacado funcionario de la PDI Sandro Gaete que encabezó la brigada de esa institución en la aprehensión del Mamo, de Paul Schaeffer, de Iturriaga Neumann y de otros criminales ; como denunciaron en su tiempo las organizaciones de DDHH, el policía sufrió la persecución del mando de la época y se le alejó de esas funciones. El autor de las amenazas tampoco es blanca paloma.
Es de esperar que los ejemplos dados lleven a quien corresponda a una reflexión acerca de aves, limpieza, transparencia y honestidad en la política y en la vida.