En nada sorprenden las andanzas del ex presidente Uribe para favorecer a sus cómplices, por ello asumir su responsabilidad intelectual en el asilo de María del Pilar Hurtado en Panamá y del fallido asilo de Sabas Pretel en Costa Rica, sigue siendo parte de la conducta delincuencial del ex mandatario para eludir la justicia. Cabe […]
En nada sorprenden las andanzas del ex presidente Uribe para favorecer a sus cómplices, por ello asumir su responsabilidad intelectual en el asilo de María del Pilar Hurtado en Panamá y del fallido asilo de Sabas Pretel en Costa Rica, sigue siendo parte de la conducta delincuencial del ex mandatario para eludir la justicia.
Cabe recordar el homenaje que le hiciera al carnicero de Urabá General Rito Alejo Del Río, para encubrir su conducta criminal cuando se hizo evidente ante el país; así como la defensa a ultranza del paramilitar y director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) Jorge Noguera cuando fue denunciado.
Estos son sólo unos ejemplos, que muestran la conducta ilegal y reiterada del ex mandatario cuando sus cómplices deben responder a la justicia.
Con rebuscadas argucias, se da ropaje político a los delitos y así caminan por las sendas de la impunidad los delincuentes anidados en la clase política y en los estrados del poder.
No deja de generar asombro que la ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado, se haya exiliado alegando falta de garantías y persecución política, cuando ni siquiera fue detenida por su clara responsabilidad en prácticas ilegales de persecución a contradictores políticos y organismos de la rama Judicial, entre otros delitos.
Si el ex presidente Uribe, promotor del asilo de María del Pilar Hurtado y otros, alega falta de garantías y persecución política a miembros de su gobierno, ¿qué pueden decir los contradictores políticos, los defensores de Derechos Humanos, los líderes sindicales, los dirigentes populares, los campesinos, los trabajadores, los maestros, los estudiantes, las ONGs, etc. que han tomado partido en contra de las políticas de la «Seguridad Democrática», que el señor Uribe impuso con mano de hierro?
Ahora sí «los pájaros están tirándole a las escopetas».
Es absurdo, ridículo y cínico que los argumentos de persecución política y falta de garantías, sean alegato de Uribe, cuando su gobierno produjo millares de asesinatos, desplazamientos, encarcelamientos sin fórmula de juicio, ataques militares a otros países y otros delitos similares, sobre los que se calcula más del 95% de impunidad para los responsables materiales e intelectuales.
No cabe duda, esta maniobra de Uribe y sus cómplices, es el camino que pretende aumentar el manto de la impunidad que protege a los delincuentes de cuello blanco de gravísimos delitos que están en mora de aclararse y juzgarse de manera ejemplar.
La maniobra de Uribe se presenta cuando cientos de organizaciones que luchan por la defensa de los Derechos Humanos, contra la impunidad y para que en Colombia haya Verdad, justicia, reparación y no repetición, han sido reiterativas en que el ex presidente Uribe debe ser juzgado por su responsabilidad en monstruosos crímenes de lesa humanidad a lo largo de su carrera política.
Si Fujimori fue condenado por sus crímenes en Perú, Uribe debe ser juzgado y condenado por sus crímenes en Colombia. Pero, si en Colombia se obstaculiza e impiden los procedimientos judiciales, todos estos criminales de guerra deben comparecer ante los tribunales internacionales.
La conducta del gobierno panameño, al prestarse para estas maniobras políticas causa graves daños a la causa de la paz y una verdadera justicia en Colombia.
Llena de indignación la actitud desafiante de Uribe, al ir personalmente a Panamá, a darle las gracias a su socio el presidente Martinelli, por la protección a sus compinches. Las mafias siempre son altaneras, y mucho más cuando han logrado entronizarse en el poder político.
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