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Bush, el «aliado» de Uribe ¿a juicio?

Fuentes: Rebelión

¿A usted no se le hace raro que ese man esté como calladito? ¿Y perdido? Me dijo el mesero mientras deslizaba una taza de café sobre la mesa al tiempo que posaba su mirada sobre una foto de George Walker Bush que aparecía en un artículo de revista que me encontraba leyendo. Y, sí, pensé. […]

¿A usted no se le hace raro que ese man esté como calladito? ¿Y perdido? Me dijo el mesero mientras deslizaba una taza de café sobre la mesa al tiempo que posaba su mirada sobre una foto de George Walker Bush que aparecía en un artículo de revista que me encontraba leyendo. Y, sí, pensé. Pero en todo caso, no debe ser casual su silencio. Es un silencio inevitablemente derivado de la expectativa causada por el inicio de la administración del Presidente Obama, pero también, por algún tipo de cautela que él mismo se debe haber impuesto luego de que cada acto político o administrativo del actual mandatario es casi un estremecedor recordatorio de las desastrosas gestiones gubernamentales de su antecesor. Y es que como van las cosas, la gestión presidencial de Bush aparece cada día con mayor claridad como lo que pudo haber sido lo más próximo a lo que nuestro Presidente Uribe -su aliado incondicional que llegó incluso a meternos en una guerra que se daba por allá en un país asiático… *- dio en llamar «hecatombe», o sea, lo que puede ocurrir si prescinden de mí, pero lo que le iba a ocurrir a los Estados Unidos si no prescindía de aquel.

Cada día descubrimos más y más yerros suyos. Escogió a tenebrosos personajes como sus colaboradores cercanos; en la economía, la seguridad social, el empleo, la vivienda, la reforma migratoria y la industria, en particular la automotriz, no dio pie con bola. Y en cuanto a los sectores bancario y financiero, y al mismo Wall Street, su falta de ojo avizor pudo haber acelerado la crisis económica mundial que todos conocemos. Y qué decir de su desastrosa política exterior con su intervencionismo militar y su unilateralismo fabricándose guerras -Irak y Afganistán-, y birlando a la ONU, mientras rechazaba el Protocolo de Kioto mostrando su desdén por la reducción de los gases contaminantes y el calentamiento global. Errores, como los llama Salman Rushdie, que han llevado a Washington a perder toda credibilidad y a los Estados Unidos como nación emblema del sistema democrático y las libertades individuales y políticas, a ver minado su prestigio.

Razón tiene el Presidente Obama en pensar que la más abrumadora de sus tereas será la de recuperar el respeto para su país.

También habría que sumársele lo inevitable a las causas del silencio momentáneo en el que está enconchado: su juicio. No ya el histórico cuyo discurrir ya ha echado a andar, sino el juzgamiento penal al que lo conducen todos los caminos de la justicia universal.

El escritor y cronista de «The New Yorker», Jon Lee Anderson, avergonzado y herido como cualquier norteamericano que se respete y respete, decía hace poco: «Sin duda alguna, Bush ha sido el peor presidente en mi vida y posiblemente de la historia de los EE.UU., y será recordado como tal. Si hubiera justicia, él debería ser llevado a juicio por deshonrar a la patria. Merece aunque sea una amonestación histórica por parte del Congreso, como una especie de impeachment simbólico, y la privación de ciertas prebendas y favores. Su ex vicepresidente, Dick Cheney, debería ser sentenciado a cárcel por su abierto y vergonzoso activismo a favor de la tortura, y probablemente por otras ofensas adicionales. Donald Rumsfeld también, por su negligencia criminal como Secretario de Defensa, actitud que condenó a muchos soldados norteamericanos a la muerte e invalidez innecesaria, además de miles de soldados aliados iraquíes y afganos; ni hablar de las decenas de miles de civiles de ambos países muertos por las mismas razones.»

También se ha pronunciado sobre su eventual juzgamiento por los crímenes perpetrados desde la invasión de Irak, el Fiscal General del Tribunal Penal Internacional, el argentino Luis Moreno Ocampo, animando a los árabes a adherirse con su rúbrica a la autoridad del Tribunal para poder presentar la denuncia correspondiente. Y es que hasta la farándula gringa se vio afectada. El multimillonario Donald Trump, dueño de Miss Universo, aseguró recientemente que en su opinión fue hasta ahora el peor presidente que hayan tenido los Estados Unidos. Y el cantante irlandés Bono, no dudó en repetir: «El peor presidente de la historia. Malo con ganas. Tal vez el gestor responsable de la peor política económica de la historia de EE UU.»

Como dijo recientemente el editorialista del diario EL TIEMPO de Bogotá: «aumentan la presión sobre Obama para promover una investigación sobre el gobierno de Bush… ya son muchos los huesos que cloquean en el armario».

¿Estaremos los colombianos consintiendo -en ambos sentidos- a un clon de Bush?

* y ahora, como si el Plan Colombia y todo lo demás en materia de dependencia de los gringos fuera poco para el presidente Uribe, éste les cede la soberanía nacional autorizando la instalación de 7 bases militares estadounidenses en territorio colombiano.

Blog: http://german-uribe.blogspot.com/