La sobreexplotación de los recursos hídricos, el cambio climático y una mala administración de los recursos mantienen la sequía en la zona centro norte del país. A pesar de que se anuncian medidas las organizaciones dicen que no existe una real voluntad política para cambiar la realidad hídrica heredada del Código de Aguas. A pesar […]
La sobreexplotación de los recursos hídricos, el cambio climático y una mala administración de los recursos mantienen la sequía en la zona centro norte del país. A pesar de que se anuncian medidas las organizaciones dicen que no existe una real voluntad política para cambiar la realidad hídrica heredada del Código de Aguas.
A pesar de que el ministro de Agricultura Carlos Furche vaticina un 2015 donde la agricultura será protagonista de la economía chilena, expresó que uno de los problemas sigue siendo la escasez de agua, donde todo parece insuficiente, porque la situación sería «demasiado grave».
En este contexto el Pronóstico de Disponibilidad de Agua para la Temporada de Riego 2014-2015, presentado durante septiembre por la Dirección General de Aguas es lapidario, dejando a las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso como las más perjudicadas por el déficit de lluvias y nieve. Atacama en particular tiene un déficit hídrico de un 35 por ciento.
Miguel Vargas, Intendente de Atacama
El intendente regional Miguel Vargas Correa, asegura que los efectos se manifiestan principalmente en las cuencas del Rio Copiapó y el Rio Huasco donde el recurso esta sobrexplotado debido a las múltiples actividades económicas de la región. Como medidas para enfrentar la situación destacó la creación del Consejo Regional Hídrico y las iniciativas de la industria minera que están empezando a utilizar agua de mar para sus actividades entre ellas Minera Candelaria, Cerro del Pacífico y Manto Verde de Anglo American.
Pero uno de los temas preocupantes, explica el Intendente, es el abastecimiento de agua para consumo humano tanto en la Provincia de Copiapó como en la comuna de Chañaral, por lo que ya se inició la creación de un proyecto para desalinizar agua de mar destinada a la población.
«Se acaba de entregar por parte del gobierno el estudio de Impacto Ambiental, a la empresa Econsa, que es la empresa concesionaria de servicios sanitarios, que es una empresa que depende del Estado para que sea esta entidad la que presente el estudio al sistema. Esperamos que el estudio pueda ser evaluado en los próximos 5 a 6 meses. Esta planta debiera estar construida al 2017 y entrar en operaciones en el año 2018».
Pero para Lucio Cuenca, director de Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), estas medidas son aisladas y puntuales, y recursos de emergencia para un problema mayor que arrastra una mala gestión por parte de los gobiernos en democracia. El anuncio del ministro de Agricultura que informó que no se tocarán los derechos de agua ya entregados, es según Cuenca, una pésima noticia que muestra la falta de una verdadera voluntad política de cambiar las condiciones hídricas que vayan más allá de la sequía por falta de precipitaciones.
Lucio Cuenca, director de OLCA
«O sea, se habla de caducidad de derechos de agua pero solo para los nuevos derechos de agua y eso representa entre un 10 y un 15 por ciento del agua disponible que hay en el país, o sea el 85 por ciento del resto del agua disponible que ya fue entregada como derecho de aprovechamiento de agua a las empresas y a los particulares de manera gratuita y a perpetuidad…eso no se va a tocar. No hacer eso, es no intervenir en la situación del agua que el país tiene hoy día».
Un tema que toca de lleno a la zona de Petorca, donde Cuenca recuerda que esta mala gestión ha concentrado la propiedad de los recursos en empresarios e incluso ex personeros de gobierno evidenciando una mala fiscalización y poca voluntad política.
«Como el ex ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma, el señor Trivelli, el ex diputado Cerda que se vieron beneficiados para el desarrollo de la agroindustria ligada a los cítricos y a los paltos. Incluso se producen incentivos perversos puesto que son laderas de cerro que incluso reciben sin tener respaldo de derechos de agua, subsidio de los programas de riego, para el riego tecnificado en zonas incluso que no son aptas para la agricultura, pero sin embargo con la tecnología las adaptan y eso también ha sido subsidiado por el Estado. Entonces hay problemas de usurpación y de mala fiscalización donde el Estado ha hecho vista gorda sobre algo que se viene denunciando hace varios años».
A este panorama se le suma el tercer informe «Bajemos la Temperatura» publicado por el Banco Mundial en el que advierte que condiciones como las olas de calor y otros fenómenos extremos que se producen cada 100 años o más y que en la actualidad se consideran como inusuales, se convertirán en la «nueva realidad climática».
Vladimir Alarcón, académico UDP
El documento se centra en los riesgos para el desarrollo en tres grandes zonas: América Latina y el Caribe, Oriente Medio y Norte de África y partes de Europa y Asia central, donde se examinan los probables impactos del calentamiento actual de 0,8 °C y las proyecciones a 2 °C y 4 °C grados por encima de las temperaturas preindustriales, en la producción agrícola, recursos hídricos, servicios ecosistémicos y vulnerabilidad costera para las poblaciones afectadas. En Chile se advierte que los rendimientos de las cosechas de maíz se reducirían entre 5 y 10 por ciento y las de trigo entre 10 y 20 por ciento para el año2050.
Para América Latina y el Caribe se prevé la alteración de los ciclos de precipitación, con lluvias más intensas y sequías más prolongadas, junto con la pérdida de glaciares.
Vladimir Alarcón, académico de la escuela de Obras Civiles de la Universidad Diego Portales, quien se especializa en recursos hídricos, explica que si aceptan las hipótesis del Banco Mundial la densidad de los hielos disminuirá en todos los Andes de Sudamérica, tanto de la provisión de agua para beber como de riego. Además, no es solo la sequía la que termina afectando las economías locales, sino también los cambios extremos como las inundaciones.
«Se producen por ejemplo, arrastre de sedimentos, arrastre de contaminantes, etc. Que tienen un efecto mucho más grandes en el medioambiente ya que se hacen en condiciones muchos más extremas y entonces eso también repercute en la economía de la zona porque hay que tomar medidas para mitigar esos efectos en los ríos en los canales y en todo lo que significa el curso del agua».
El especialista también agrega que para efectos de la sequía, los efectos económicos radican en el aumento de los precios, debido a la necesidad de los agricultores de conseguir agua a un mayor costo de infraestructura y mucho peor, la desaparición de las zonas agrícolas.