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Cambio de ministros ¿Luna de miel o de hiel?

Fuentes: Rebelión [Imagen Internet. Caricatura Osuna El Espectador]

El actual cambio de ministros dentro de la llamada “gobernanza” de Colombia, refleja una de las múltiples contradicciones antagónicas que mueven la realidad sociopolítica colombiana: Antecedentes, contradicciones, personajes y consecuencias. La actual crisis se gestó desde el mismo momento en que el presidente Petro nombró sus primeros colaboradores y les asigno tareas en las diferentes “reformas” sociales y económicas que había prometido realizar durante la campaña presidencial, junto con las diversas fuerzas políticas que estarían detrás de estos representantes ministeriales en la alta burocracia institucional del Estado colombiano, así como los compromisos prácticos que estas fuerzas políticas adquirían en el Parlamento para hacer mayoría y aprobar las reformas prometidas, a cambio de la jugosa burocracia y los millonarios contratos estatales. Tres reconocidos tránsfugas políticos sacadas de la médula corrupta de los partidos tradicionales, Barreras, Prada y Benedetti, fueron los encargados de armar dicha “gobernanza” pegada, como dicen en mi tierra, con “alas de cucaracha”.

 Pronto comenzaron las desavenencias en este maridaje. Los ministros con antiguos vínculos institucionales partidistas con el gran capital, en especial el capital Financiero, inmediatamente fueron aplaudidos por la gran prensa adicta: “Dan tranquilidad a los mercados. Es la voz de la experiencia en el gabinete. Transmiten el sosiego que dan los años que no vienen solos”, etc. Fueron  algunas de las zalemas con las cuales celebraron el nombramiento de Ocampo, de Cecilita López, de Alejandro Gaviria y hasta del intangible Jorge Iván González. Los tres, coordinados por el ambicioso exministro de salud de Santos, el ex candidato presidencial Alejandro Gaviria (puesto en ese gabinete como una cuña del mismo palo dados sus amplios conocimientos sobre el sistema de salud neoliberal y privatizadora  que se montó en Colombia a partir de la ley 100/ del 93 por Uribe Vélez), lograron ponerse de acuerdo en que las dos ( 2)  amenazas más importantes al capital Financiero  contenidas en el  “paquetazo Petro”, puesto por el presidente sobre la mesa ministerial eran : Primero que todo, la reforma a la salud elaborada por la ministra Corcho, que como punto central consideraba la eliminación de las EPS o entidades financieras aseguradoras de la salud, y en segundo lugar, la reforma pensional que reorganiza los fondos privados de pensiones, ambas instituciones verdaderas langostas colombianas, filiales exportadoras del implacables de  capital Financiero trasnacional o langosta Global. El argumento de fondo fue muy simple: Esa reforma a la salud NO se puede financiar por el tesoro (¿?) colombiano,  pues no tiene fondos con qué. Las otras reformas ( política, laboral, educativa, etc.) ya veremos como  enredarlas, como en efecto viene sucediendo.

En la escaramuza inicial o primera crisis ministerial, salió Gaviria señalado de haber filtrado (a la gran prensa que lo apoya) las desavenencias con la ministra Corcho, con la idea ilusa de que así se allanaría el camino a la derogación de la EPS propuesto por la ministra. Pero como en las novelas de Rubem Fonseca, sucedió todo lo contrario: Gaviria aupado por la gran prensa que lo apoya, y con la ambiciosa pretensión de ser el próximo presidente de los colombianos, arreció su campaña contra la ministra, llegando a motivar al mismo artífice de la gobernanza, el quintacolumnista de JM Santos, Barreras, quien simplemente desautorizó a la ministra de manera rastrera, muy Santista por cierto: “La ministra Corcho rompe el diálogo, impone sus decisiones, no escucha ni siquiera a sus pares en el gabinete, no escucha a los gremios y los descalifica y alimenta una especie de reforma revanchista contra lo que llaman la oligarquía”.18.02.2023 (https://www.infobae.com › colombia › 2023/02/18 › roy). Con esta satanización, los jefes de los tres partidos “tradicionales”, Liberal, Conservador y La U, involucrados en la gobernanza pactada, encontraron la posibilidad de aumentar el chantaje burocrático al presupuesto nacional por más puestos y contratos, en el juego perverso del cual es maestra la oligarquía (que menciona Barreras) a través de la casta política parlamentaria, hasta desembocar en la situación actual:  

En la cual, el capital Financiero criollo tumba a la principal amenaza en el alto gobierno la señora Corcho, y el gobierno, responde rompiendo la gobernanza traída, tumbando o sacando a los ministros inconvenientes y, nombrando otros ministros nuevos del círculo estrecho del presidente con la idea de elaborar o construir una “posible” nueva gobernanza; abriéndose así, un escenario contradictorio y abierto: 1-O el pacto histórico se radicaliza en su propuesta reformista y busca apoyos en toda la Movilización Social Étnico y Popular, hasta ahora la gran ausente de esta “nueva escaramuza palaciega”. 2-O los nuevos ministros logran maquillar los textos originales de las reformas, para lograr otra gobernanza que continue la brega en el “compás de espera” dado por Washington a través del  editorial del diario El Tiempo del 23 de abril /23 (Ver mi articulo https://rebelion.org/es-la-pequena-burguesia-la-clase-social-que-hara-la-paz-en-colombia/ )  

Pero la tierra se mueve, decía Galileo ante la inquisición. También, ha empezado a surgir con fuerza la posibilidad de la convocatoria a una nueva Constituyente Democrática y Popular, desmintiendo a aquellos pretendidos analistas de la “burguesía nacional” que en días pasados tildaban esta idea no de descabellada (ofensa leve a la que estoy acostumbrado) sino “de no saber dónde estar parado, ni tener idea de lo que se propone”.  Sin embargo, si el Movimiento Social, Étnico y Popular (en todas las  formas en las que se expresa), aprovechando el impase que ha abierto la contradicción que venimos comentando, y  entra vigorosamente en escena haciendo suya esta propuesta constituyente, es muy probable que se abra, ahora sí definitivamente, una oportunidad Histórica de llegar hasta las bases estructurales que subyacen o dinamizan el llamado conflicto colombiano, para  abrir las grandes alamedas de una verdadera paz con Justicia social, Democracia verdadera y Soberanía patria en la atormentada Colombia actual.  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.