En entrevista a Camila Vallejo, publicada en el diario La Segunda el 30 de diciembre pasado, la carismática líder estudiantil chilena expuso algunos puntos de vistas estratégicos que revelan el modo de pensamiento de su generación estudiantil, epicentro social con replicas en otros sectores de la sociedad civil chilena. Dijo Camila: «lo que hemos vivido […]
En entrevista a Camila Vallejo, publicada en el diario La Segunda el 30 de diciembre pasado, la carismática líder estudiantil chilena expuso algunos puntos de vistas estratégicos que revelan el modo de pensamiento de su generación estudiantil, epicentro social con replicas en otros sectores de la sociedad civil chilena. Dijo Camila: «lo que hemos vivido durante estos meses, me hace sentir muy orgullosa, al igual que a muchos otros dirigentes estudiantiles. Hemos sido protagonistas y testigos de un cambio cultural muy importante en la sociedad chilena. Hemos corrido los límites de lo que creíamos posible y ese es claramente un triunfo del movimiento. Creo que contribuimos a que la gente superara el conformismo, el individualismo, la apatía, la despolitización y la creencia de que nada es posible y que tenía que conformarse con el modelo existente. La ciudadanía tomó conciencia y ya no tolera las injusticias, las desigualdades ni tampoco la exclusión o que se lucre con sus derechos. Eso es cada vez más intolerable. Y la capacidad de indignarse ha llevado a tomar acciones más concretas, a buscar formas de organizarse y a plantear propuestas en relación a las cosas que no nos gustan.»
Hacia años que no se observaba un movimiento social de tal magnitud en Chile. Contra todos los pronósticos, los jóvenes chilenos se convirtieron en una poderosa locomotora social que arrastró tras de si, por compromisos, simpatía o sentido de responsabilidad, a cientos de ciudadanos que apoyaron sus justos reclamos y facilitó la tribuna para otros. «Si bien, no logramos cambios estructurales en el orden de nuestras demandas (dijo Camila), no podemos negar que hubo avances en cuanto a la organización de base, la forma de entender la democracia y más recursos en algunas áreas. En otras palabras, constatamos que Chile cambió, ya no es el mismo, y eso se ve en las calles, la gente quiere discutir, quiere ver las vías para solucionar sus problemas. Eso nos da esperanzas de alcanzar el éxito en nuestros objetivos y estoy convencida de que el 2012 el trabajo del movimiento estudiantil va a dar sus frutos»
Cerraba así el año 2011. Habiendo participado en la «Rebelión de los Pingüinos» en 2006, fue 2011 el año más revolucionario del movimiento estudiantil chileno. «El movimiento estudiantil chileno (había dicho Camila en octubre pasado a la BBC Mundo) no es un movimiento espontáneo, sino un proceso largo basado en un análisis profundo de lo que sucede en chile, de la injusticia…ahora asumimos que los cambios en educaciones realizarán por la acción conjunta de múltiples organizaciones sociales, capaces de aunar sus fuerzas a favor de nuestro objetivo y no solo con el actuar asilado de los estudiantes, pues dichos cambios son hoy una preocupación nacional y no solo gremial», apuntaba al periódico «La Calle del Medio».
Este órgano de prensa le formuló varia preguntas que vinculan y ponderan la historia del chile de los años 70 con la actual generación: – Por las consignas que los estudiantes enarbolan, es evidente el regreso de Salvador Allende, de sus sueños truncos, ¿los jóvenes chilenos empiezan a revalorizar el pasado?, ¿como sería el Chile de sus sueños?-. «…entre muchos integrantes del movimiento hay una alta valoración de Allende como el único presidente que llevó a cabo un proyecto popular de gobierno. Eso es algo muy emotivo, pues ahí se produce un punto de encuentro entre las nuevas generaciones y las generaciones pasadas, que vivieron aquel hermoso esfuerzo de construir la vía chilena al socialismo, brutalmente coartado por la dictadura. Sin embargo aquellos gestos que nos permiten recordar, reflejan a la vez la actual necesidad de tener un gobierno ligado estrechamente a la gente, que lleve un programa ciudadano y no funcional a los grandes conglomerados de poder nacionales y trasnacionales que hoy dominan el país. En ese sentido, mas allá de tan solo revalorizar el pasado, yo creo que hoy somos parte de la construcción de un futuro distinto, a cargo de presentar un proyecto social para la educación y para todas las otras necesidades con las que carga nuestro país».
En Concepción, en el mes de agosto de 1971, en su mensaje a la XX Conferencia de la Juventud Socialista de Chile, Salvador Allende al intervenir en el foro juvenil, delineó para aquellos tiempos y aquellos jóvenes, estrategias, y dio algunas indicaciones y reflexionó entorno a la misión de la juventud socialista y de toda la juventud chilena en aquel original y trascendente proceso de cambio que fue trágicamente cercenado. Había en sus ideas mucha razón, para creerle, para seguirle. Dijo Allende: «La juventud debe ser base y motor del proceso de cambio en la sociedad chilena» . Tal pareciera que sus palabras evalúan el actuar de la juventud en el 2011. Tantos años después, ahora la juventud chilena en las calles llevan, por aprendido o naciendo en sus luchas y justos reclamos, idéntico sentimiento. Dijo Camila Vallejo a nombre de ese poderoso movimiento juvenil: …»tenemos el deber de no abandonar este proceso que está en ascendencia, lo que hoy llamamos la primavera del pueblo de chile».
En aquel memorable discurso Allende reflexionaba sobre el concepto y el alcance de una Revolución: «…la «revolución» no es una palabra… tentativas revolucionarias ha habido cientos y miles, en distintas latitudes, y son pocos los países que han alcanzado la Revolución». «La juventud debe entender que el socialismo no se impone por decreto, que es un proceso social en desarrollo. Y la juventud sabe que no hay posibilidad de acción revolucionaria sin teoría revolucionaria. De allí, entonces, que mi gran preocupación e interés es que los cuadros juveniles enfrenten la realidad tal como la vivimos y comprendan que ellos deben ser esencialmente el motor movilizador de las masas para el cumplimiento del programa. Prepararse políticamente para ser guías de los sectores populares».
Camila Vallejo ha proyectado: …. «espero que el 2012 podamos avanzar en el fortalecimiento de la organización social. Va a ser un año de gran debate, no solamente sobre educación, sino también acerca de otros temas como cambios tributarios o reformas políticas. Eso va a ser muy sano para la política chilena».
En Salvador Allende fue la razón el pilar de sus luchas por la justicia social, la verdadera soberanía y el rescate de la dignidad nacional. La razón lo asistió siempre Todo su accionar político estuvo sustentado en ella, en los valores éticos, en principios morales. Una conducta basada en el ejemplo, buscando el mejoramiento humano, un Chile mejor para todos.
«Por la razón o la fuerza», reza en el escudo patrio chileno y aunque la razón no siempre sale victoriosa aun siendo la primera condición y fundamento esencial de toda idea libertaria y de todo justo reclamo, los jóvenes chilenos de hoy, convencidos y profundamente motivados, llevarán la Razón adelante como bandera y en el pensamiento de muchos de ellos acompañándolos en sus luchas, marchará Salvador Allende.