En el mes de julio del año en curso, más de 15 mil campesinos e indígenas del departamento amazónico del Putumayo realizaron una potente y organizada movilización entre los municipios de Puerto Asís y Mocoa para exigir la solución de los difíciles problemas que el conflicto social y armado ha provocado en toda la región, […]
En el mes de julio del año en curso, más de 15 mil campesinos e indígenas del departamento amazónico del Putumayo realizaron una potente y organizada movilización entre los municipios de Puerto Asís y Mocoa para exigir la solución de los difíciles problemas que el conflicto social y armado ha provocado en toda la región, uno de los principales escenarios de la guerra contrainsurgente del gobierno contra la resistencia campesina revolucionaria.
Miles de indígenas y campesinos de Putumayo marcharon en verano de 2012 hacia Mocoa,
en protesta por la declaración del departamento como distrito minero,
las fumigaciones y para exigir la salida de los actores armados.
La Asociación de Campesinos del Sur Oriente/Acsomago, es la cabeza de esta amplia manifestación popular que se expresa con disciplina, cohesión y claridad en sus objetivos sociales, políticos y ambientales.
El pliego de peticiones de la Marcha campesina incluyó los siguientes elementos:
a) El cese definitivo de la guerra y de toda su infraestructura bélica;
b) Sacar a los civiles del conflicto armado y plena vigencia de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, eliminando los actos violentos contra la población civil;
c) Desactivación de las minas anti persona que en lo corrido del año han provocado cerca de 50 víctimas entre niños, estudiantes, mujeres y ancianos;
d) Regulación democrática de la minería y suspensión del Distrito Minero, parte de la Locomotora minera santista, que impide la titulación de tierras a campesinos e indigenas, porque todo se le ha entregado a las multinacionales de la draga y la explotación a cielo abierto con abierta afectación del medio ambiente amazónico;
e) Suspensión de las fumigaciones con glifosfato que daña los cultivos de pan coger e ignora la reducción real de los
cultivos de coca (1000 hectareas despues de que existian 10 mil), particularmente en Piñuña Negro, Piñuña Blanco, San Miguel, Puerto Nuevo, Puerto Asis y Teteye;
f) No a la desaparición forzada, a los falsos positivos santistas, a las masacres, a las torturas, a los atropellos de la tropa estatal en contubernio con los paramilitares reactivados desde los batallones en las localidades de Puerto Garzon, Santiago y Teteye;
g) Ampliación de la inversión pública en salud, educación, vías, servicios públicos, empleo, recreación e infraestructuras sociales; y
h) Castigo a la corrupción de la clase politiquera liberal/conservadora santista del señor Rivera, que manipula a su amaño los recursos estatales para enqriquecer familias y clanes de contratistas.
Han transcurrido 6 meses de este importante evento democrático/popular y el señor Santos, de la mano de los corruptos jefes politiqueros liberales (del moribundo partido liberal), ha viajado hasta el Putumayo para ofrecer unas limitadas acciones que no reconocen la plenitud de los derechos y soluciones reclamadas.
Altos funcionarios del régimen anunciaron este 9 de diciembre en Mocoa unas medidas de corto alcance como el Plan Departamental de Organizaciones Campesinas para entrar en la repartija clientelar de las regalías petroleras; un Foro Minero ambiental para legitimar la explotación de las multinacionales que destruyen los recursos naturales de la amazonia; y la creación de unos comités de veeduría ciudadana que estarán bajo el control del Directorio Liberal Departamental y su propietario, el conocido gamonal de apellido Rivera.
En el fondo, estas politicas hacen parte de un plan de operaciones militares contrainsurgentes que pretenden legitimar la continuidad de la guerra y el exterminio de la población agraria de la región. Son las conocidas operaciones cívico/político/militares que, con financiación gringa, se ejecutan en otros puntos del territorio nacional en el marco de las denominadas zonas de consolidación y recuperación estratégica del territorio que cuentan con el Plan Espada de Honor de las militares implementado para destruir la Mesa de Conversaciones de La Habana.
Es que el neoliberalismo de choque de la clase dominante constituye la prioridad en los objetivos de control de la sociedad porque la paz está en un cuarto lugar. La élite dominante quiere mantener el dominio total sobre el Estado y la sociedad. Sus reformas demagogicas, como las que contiene la Ley de restitución de tierras y reparación de vicitmas es una mascarada para apalancar los politiqueros liberales, conservadores y de otras marcas electoreras, quienes reparten desde sus podridos directorios las reparaciones autorizadas en valor de 20 millones de pesos . A eso se reduce la famosa revolución agraria del autor de los «falsos positivos». Se necesita mirar lo que ocurre en Cúcuta para confirmar toda esta farsa redentora de la Prosperidad Social.
Los campesinos e indigenas del Putumayo exigen con dignidad al Señor Santos y sus Ministros, el reconocimiento de sus derechos politicos, economicos, sociales y ambientales. Obviamente, sin la vulgar manipulación de los politiqueros que coordina el Cacique Rivera.
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