En el final del siglo XX se proyecta en Cuba el acontecimiento del milenio: La Universidad para todos. Un proyecto de enseñanza general de cultura masiva; trascendente en el ámbito de la instrucción universal y la batalla de ideas. Se trata del aula más inmensa del cual se tenga noticia en el mundo. Para este […]
En el final del siglo XX se proyecta en Cuba el acontecimiento del milenio: La Universidad para todos. Un proyecto de enseñanza general de cultura masiva; trascendente en el ámbito de la instrucción universal y la batalla de ideas. Se trata del aula más inmensa del cual se tenga noticia en el mundo.
Para este proyecto se crea el Canal Educativo, el 9 de mayo del 2002, para apoyar la docencia, el sistema educativo nacional y el desarrollo de la cultura. El Canal se instala, en P y 23 en El Vedado capitalino. Hace unos meses fue creado un segundo canal que se proyecta con nuevos objetivos docentes y culturales en el edificio de 23 y M.
«El perfil del Canal – declaro el Jefe de Programación Juan Hernández- es apoyar a la docencia y el sistema educativo nacional. Esto no quiere decir que todos sus espacios sean didácticos, pero estamos orientados hacia la cultura integral. Contamos con una tecnología de punta y un cuerpo de 300 integrantes, entre profesores, realizadores, periodistas, locutores y técnicos».
Detrás de la pantalla, observamos un colectivo que se enfrenta a nuevos retos ante una tarea donde no existían experiencias. Lógicamente la teleaudiencia no tenía un hábito de este tipo de programas. Pero Cuba cuenta con un publico con un nivel escolar y educacional muy calificado; fruto de un movimiento de alfabetización y sistema educacional pocas veces visto. El Canal Educativo fue buscando caminos para crear hábitos y familiarizar al público con propuestas diferentes.
«Los cubanos estamos ávidos de conocer -explica la productora general Marta Julia Pérez-, nos llaman, envían cartas y correos electrónicos, opinando, sugiriendo, agradeciendo estas oportunidades culturales».
No cabe dudas que los dos Canales Educativos tienen ante si un verdadero desafío, en esta nueva experiencia, el de trasmitir clases por televisión. Históricamente la televisión ha sido un medio de recreación comercial, y en determinados momentos de educación indirecta. Existía en el mundo aquel famoso proyecto que apoyaba la UNESCO: Ábrete Sésamo, con el objetivo de enseñar divirtiendo. Captar la atención del gran publico, de las grandes masas, en lo educativo, es una verdadera proeza.
Los creadores cubanos tienen un campo infinito para experimentar y atraer a mayor cantidad de interesados. La diversión no esta reñida con la cultura; de la diversión proviene lo mejor de la cultura popular cubana. Yo estoy perfectamente convencido de que se pueden hacer maravillas en la radio y la TV, en el campo educacional. Hay que empezar por seleccionar y preparar a los buenos comunicadores. Ahora recordamos a aquellos maestros que fueron verdaderos artífices de la enseñanza. El apóstol José Martí pedía «enseñar conversando, como Sócrates, de aldea en aldea, de campo en campo, de casa en casa». El Canal Educativo va de casa en casa por los campos y ciudades. Una educación popular que no quiere decir de la clase pobre, sino de todos los estamentos, como quería el maestro y guía intelectual de la Revolución.
Cuba cuenta, como pocos países, con una trayectoria educacional, cultural y artística asombrosa. El país cuenta con un nivel de doce grados, escuelas para todos, instructores de arte, maestros en todos los dominios. Las condiciones están creadas para ese salto monumental, el pueblo cubano esta en el camino de ser una verdadera potencia cultural.
El director del Canal Educativo, Roberto San Martín ha dicho que lo artístico y lo educativo se concilian a través de un trabajo de equipo que parte de la elaboración de guiones con la asesoría artística de directores y productores de la TV. «aunque se trabaja con un plan temático anual de la programación, se chequea semanalmente todo en coordinación con un grupo de entidades».
Ya se han efectuado encuestas por el Instituto de la Radio y la Televisión y el Ministerio de Educación. En los Canales Educativos la dirección de la Revolución tiene puesto todo el empeño y el interés en que va a ser un aporte de enorme utilidad social, intelectual y educativo. Ahora se puede demostrar el potencial pedagógico de la educación cubana, y la fuerza popular de grandes masas interesadas en el aprendizaje.
Seguramente estos batalladores de la televisión dejaran una huella y una experiencia para las nuevas generaciones y para otros países que se interesen en la extensión de la educación a todo un pueblo