En su campaña inter-americana para sentarse en el sillón de la Secretaría General de la OEA, el Ministro del Interior chileno José M. Insulza, se está presentando con una agenda en la cual la defensa y protección de los Derechos Humanos serían prioritarias. Sin embargo, sus antecedentes sobre la materia son abismantes. Como evidencia de […]
En su campaña inter-americana para sentarse en el sillón de la Secretaría General de la OEA, el Ministro del Interior chileno José M. Insulza, se está presentando con una agenda en la cual la defensa y protección de los Derechos Humanos serían prioritarias. Sin embargo, sus antecedentes sobre la materia son abismantes. Como evidencia de ello -la cual es más que abundante respecto a casos de DD.HH. chilenos-, incluimos a continuación un extracto de la carta que Olga Weisfeiler le envió al Presidente Ricardo Lagos con fecha 19 de Abril, 2004, a propósito de la desaparición -durante la dictadura militar chilena- de su hermano Boris Weisfeiler, ciudadano norteamericano:
«Estimado Señor Presidente,
Le escribo respecto de mi hermano, el profesor Boris Weisfeiler, quien desapareció en Chile en 1985, durante el régimen del general Augusto Pinochet. El 28 de marzo de 2001, le envié a Usted una carta preguntando qué medidas tomaría su gobierno en contra de la comunidad conocida como Colonia Dignidad, donde, según aseguró un informante de la CNI a la Embajada de Estados Unidos, Boris habría sido llevado tras ser arrestado por una patrulla militar. En diciembre de 2002, le envié otra carta, pidiendo su atención sobre el tema del «Estado dentro del Estado» en el que Colonia, hoy llamada Villa Baviera, evidentemente se ha convertido. Esperaba reunirme con Usted y conversar sobre este tema aquí en Boston, Massachusetts, cuando vino acompañando a la Primera Dama Luisa Durán para su tratamiento médico en octubre de 2003.
A la fecha, no he recibido respuesta a mis peticiones. La única respuesta que obtuve de su oficina fue una nota firmada por Domingo Namuncura Serrano, Asesor de Gestión del Gabinete Presidencial, en diciembre de 2002. La nota afirmaba que el Ministro del Interior José Miguel Insulza me respondería pronto. Ha pasado un año y medio desde entonces, y aún no recibo respuesta alguna.»
La carta y otros antecedentes sobre el caso están disponibles en http://www.weisfeiler.com/boris/
A la fecha de la carta y después de un año y medio, el Ministro José M. Insulza todavía no respondía a Olga Weisfeiler, ignorando completamente el caso de la desaparición de su hermano y haciendo caso omiso de las implicaciones internacionales de tal desaparición -un crimen condenado por la comunidad inter-americana. La circunstancia de que meses después se haya reunido finalmente con Olga Weisfeiler, presionado por múltiples gestiones a nivel internacional, no desmiente lo afirmado. De hecho, al terminar tal reunión, se despidió con un «Veré lo que puedo hacer…», lo que que hasta la fecha no se ha traducido en nada concreto de ninguna relevancia.
Como punto de referencia internacional, es posible afirmar que las autoridades vietnamitas, después de una larga y cruel guerra, han sido más sensibles respecto de la ubicación de los soldados norteamericanos desaparecidos en dicha guerra, de lo que ha sido el Ministro Insulza respecto de la desaparición de Boris Weisfeiler.
A pesar de que éste no es el único caso que se podría citar, es altamente ilustrativo de la real postura de José M. Insulza en materia de DH.HH.
Esta postura está en abierta contradicción con la agenda de DD.HH. que afirma suscribir, en un intento de ganar la Secretaría General de la OEA.
Actualmente, el Ministro Insulza está empeñado en promover el cierre de las causas de DD.HH. que están siendo investigadas por los tribunales de justicia chilenos. Dichas causas incluyen la relativa a la desaparición de Boris Weisfeiler que está a cargo del juez Alejandro Solís Muñoz. El argumento es que las investigaciones que se remontan a los años de la dictadura militar, están demorando demasiado…
Sin embargo, por lo visto, más de un año y medio fue poco tiempo para que en su calidad de Ministro del Interior respondiera siquiera con una carta pro forma, al ruego angustioso de una mujer que hasta el día de hoy -después de 20 años- sigue tratando de averiguar el destino final de su hermano desaparecido.
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(*) Germán F. Westphal es académico de la Universidad de Maryland, Sede Baltimore, EE.UU.