Aunque los parámetros internacionales indican que una cárcel no debería tener más de 1.600 reclusos, La Modelo de Bogotá está acondicionada para tener a 2.200. Sin embargo, actualmente su población es de 4.320 presos, es decir, casi el doble. Pero antes las cosas eran peores, pues esa cárcel llegó a tener más de 5.000 presos, […]
Aunque los parámetros internacionales indican que una cárcel no debería tener más de 1.600 reclusos, La Modelo de Bogotá está acondicionada para tener a 2.200. Sin embargo, actualmente su población es de 4.320 presos, es decir, casi el doble.
Pero antes las cosas eran peores, pues esa cárcel llegó a tener más de 5.000 presos, como ocurre con las principales cárceles de Medellín y Cali.
Recientemente una serie de publicaciones de la oficina de la alta comisionada de Naciones Unidas para los derechos humanos sobre las cárceles en Colombia dejaron en evidencia graves problemas en las prisiones de este país.
Esos problemas se resumen en una gran congestión y hacinamiento de presos, deficiencias en salud y agua potable, mezcla de sindicados y condenados, dureza del régimen disciplinario y restricción de derechos de los prisioneros, entre otros.
«El panorama en las cárceles colombianas es de violación perpetua y permanente a los derechos más básicos de los reclusos», le comenta a la BBC el abogado Michael Reed, quien trabajó en el proyecto de Naciones Unidas, pero quien habla a título personal.
«De la teoría a la práctica»
Las autoridades responden que las cosas no son tan graves, consideran que los reportes de Naciones Unidas están desactualizados y dicen que el hacinamiento y la violencia en las cárceles se han reducido.
«He dicho que tenemos mucha teoría y he ordenado, en forma respetuosa, cerrar cuidadosamente todos los tratados, todos los libros de derechos humanos y vamos a pasar de la teoría a la práctica», afirma, en diálogo con la BBC, Eduardo Morales, un ex general del Ejército que dirige hace siete meses el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia (Inpec).
Morales pregona el lema «tu dignidad humana y la mía son inviolables» y promete que «en dos años no habrá más hacinamiento» en las cárceles.
El oficial admite que las cárceles colombianas tienen 61.225 presos, 8.500 presos más de los que pueden albergar, y subraya que el gobierno está trabajando en la construcción de nuevos centros de reclusión, en los que invertirá más de US$400 millones.
Problema adicional
Reed cuestiona que en Colombia exista un grado creciente de poner en prisión a la gente por muchos motivos y dice que, de esa forma, no habrá cárceles suficientes para tanta gente.
«En Colombia se hace un sobre uso de la prisión», añade y dice que antes que pensar en edificios hay que observar la actitud del personal que maneja a los presos.
Y aunque Reed critica otros aspectos, como «la disciplina militar» que se han impuesto en el personal de guardia y entre los reclusos, el general Morales dice que eso no es cierto y que simplemente se trata de imponer el orden.
Finalmente, Reed señala que no hay que olvidar que aunque las prisiones colombianas comparten problemas similares con las de otros países latinoamericanos, en este país existe el problema adicional del conflicto armado, que también se refleja en las prisiones.