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El presidente del PDA niega que los paramilitares se hayan desmovilizado

Carlos Gaviria asegura que Uribe ha «pervertido» la democracia

Fuentes: EFE

El ex candidato presidencial y líder del Polo Democrático Alternativo (PDA) , Carlos Gaviria DÍaz, afirmó hoy que en Colombia se ha instalado una suerte de «ceguera política» que no permite ver lo que ocurre en el paÍs. «A mi me parece que la ceguera que hay, la visión unilateral, no nos deja apreciar cabalmente […]


El ex candidato presidencial y líder del Polo Democrático Alternativo (PDA) , Carlos Gaviria DÍaz, afirmó hoy que en Colombia se ha instalado una suerte de «ceguera política» que no permite ver lo que ocurre en el paÍs.

«A mi me parece que la ceguera que hay, la visión unilateral, no nos deja apreciar cabalmente lo que en el país pasa» , dijo el político en su intervención en la Tribuna Iberoamericana, foro organizado por la Casa de América en Madrid y la Agencia EFE.

Gaviria, ex presidente de la Corte Constitucional y ex candidato presidencial, denunció que bajo la presidencia de Álvaro Uribe, que fue alumno suyo durante su larga trayectoria docente universitaria, se ha producido una «perversión» de la democracia.

«Se ha sustituido la realización de la democracia por una estrategia perversa de simulación de la democracia» , argumentó el líder del PDA, quien consideró que desde que Uribe es presidente se ha consolidado una versión del ejercicio democrático orientada a que las «élites tradicionales» no pierdan sus privilegios y beneficios.

Frente al convencimiento de Uribe de que en Colombia hay una «democracia profundizada» , Gaviria manifestó que no hay democracia cuando el pueblo está «marginado, discriminado y segregado» .

«A no ser que el pueblo colombiano sea una comunidad un tanto extraña y masoquista, que haya determinado ella misma vivir en este estado de cosas» , añadió con ironía.

En tono más serio, relacionó el respaldo popular del que disfruta Uribe a la «fatiga y el temor por la violencia abrumadora que padecemos desde hace mucho tiempo» , que ha permitido al presidente «cambiar justicia y equidad por una promesa de seguridad» .

Eso ha significado «dar una carta blanca al presidente» , según Gaviria, para quien el caso de Colombia es «un fenómeno extraordinariamente interesante de psicologÍa colectiva» , en el que «no vivimos en una democracia, pero asumimos que vivimos en una» .

«Como si fuera democrático el Gobierno que nos rige» , continuó, cuando «los gobernantes incurren en desafueros, en transgresiones claras al Estado de Derecho y la gente no se da por enterada» .

El problema de fondo, concluyó Gaviria, es ético, porque «la gran mayoría de los colombianos no parecen estar en posesión de un claro criterio distintivo de lo que es lo correcto y lo que es lo incorrecto, de lo que es lo bueno y lo que es lo malo» .

«Uno se sorprende de que conductas absolutamente censurables sean aplaudidas» , dijo el líder izquierdista, que puso como ejemplos que el ministro de Justicia «calumnie a un juez y siga siendo ministro» o que el presidente «seduzca a dos o tres congresistas renuentes a dar el voto para su reelección, y se aplauda» .

Y que no pase nada tampoco cuando luego «se aprueba un proyecto de ley que da un auxilio especial a un municipio del que es oriundo alguno de esos congresistas. Es absolutamente escandaloso» , dijo.

«En Colombia, en este momento, el presidente puede incurrir en cualquiera de esos desafueros y nada ha ocurrido. Al día siguiente es muy posible que las encuestas revelen un apoyo mayor» , señaló.

Gaviria, que fue el segundo candidato más votado en las elecciones de 2006 con un 22% de los votos (Uribe ganó con el 62,2%) y desbancó como segunda fuerza al Partido Liberal, fue muy crítico también con la polÍtica de desmovilización de los paramilitares de las AUC.

En su opinión, en este proceso se está muy lejos de los principios de «justicia y reparación» , a causa de una ley que tachó de «precaria» y de propiciatoria de «un paramilitarismo camuflado, que es más peligroso incluso que el explícito».

La desmovilización es un proceso «oscuro» y «fallido» , afirmó Gaviria, porque ha quedado claro que muchos narcotraficantes se han sumado al proceso y confiesan delitos de paramilitarismo para beneficiarse de sentencias de cárcel más benévolas.

Sólo así se explica, señaló, que frente a las cifras que siempre se habían manejado de la existencia de 11.000 paramilitares, el Gobierno diga ahora que se han desmovilizado unos 40.000.

Sobre las sospechas de vínculos de miembros del Gobierno y de miembros del Congreso con las AUC, recordó unas palabras de un líder paramilitar en las que aseguró que un tercio del Congreso estaba de su lado, y volvió a preguntarse: «¿puede ser eso una democracia?».