Hoy, 11 de noviembre de 2007, nos lo han robado. Hoy los fascistas se han llevado la vida de un compañero, de un amigo, de Carlos. Un chico vallecano de 16 años hoy no volverá a casa sólo por rechazar el racismo y plantar cara a las agresiones xenófobas que estos últimos días hemos visto […]
Hoy, 11 de noviembre de 2007, nos lo han robado. Hoy los fascistas se han llevado la vida de un compañero, de un amigo, de Carlos. Un chico vallecano de 16 años hoy no volverá a casa sólo por rechazar el racismo y plantar cara a las agresiones xenófobas que estos últimos días hemos visto en diferentes medios de comunicación, entre ellas, un hombre congoleño que quedó tetrapléjico en Alcalá de Henares, varias palizas más a inmigrantes en Pío XII y en Las Rozas, la agresión en el metro de Barcelona…
Esta mañana había sido convocada una manifestación de ultraderecha y de claro corte xenófobo en la zona obrera de Usera. Nuestro compañero, al igual que el resto de antifascistas que nos montábamos en ese metro, sólo necesitaba demostrar a esos fascistas que el lugar de nacimiento de una persona no es motivo suficiente para juzgarla y que en los barrios obreros las actitudes racistas no son bienvenidas.
Con este comunicado queremos denunciar que a día de hoy en Madrid, con la supuesta democracia en la que vivimos, hay manifestaciones racistas permitidas y protegidas por las «autoridades», pero no sólo eso sino que sus asistentes son sujetos armados con puñales de caza, como lo era el asesino de Carlos.
Por desgracia no ha sido todo. En la misma agresión otro compañero antifascista ha sido apuñalado en el pulmón y actualmente se encuentra en el hospital en estado grave, pero estable. Por si esto fuera poco, la Policía ha decidido proteger a los racistas cargando con porrazos y pelotas de goma. Durante esa carga otro antifascista más ha sido atacado por los agentes de la «Ley y el Orden» que han procedido a detenerle posteriormente, negándole la asistencia médica hasta que toda la manifestación fascista hubiera podido pasar delante de él ridiculizando sus heridas e incluso tomando imágenes con sus teléfonos móviles. Esperamos también su pronta recuperación, al igual que la puesta en libertad de otr@s dos compañer@s antifascistas que también han sido detenid@s.
Los medios de comunicación insisten e insistirán en intentar hacer ver que sólo ha sido una reyerta entre bandas opuestas. La realidad es bien distinta para l@s que nos atrevemos a mirarla de frente. Estas agresiones vienen a sumarse a la lista de víctimas que el fascismo y el racismo ha ocasionado en toda la Historia. La herida entre las dos españas está hoy muy viva para much@s, a pesar de que la intenten disimular con alguna ley tibia e incompleta.
No ha sido un muerto por pandillismo, Carlos ha sido asesinado por defender a la clase trabajadora, sin pararse a mirar el color de su piel o su país de procedencia.
Hoy hemos estado llorando su muerte y el dolor nunca lo podremos borrar de nuestra memoria.
Por último agradecer a tod@s l@s compañer@s que durante el día de hoy han sufrido y han permanecido unid@s y organizad@s. Agradecer a l@s compañer@s de fuera de Madrid que desde la distancia han hecho llegar su solidaridad al movimiento antifascista madrileño, pero sobre todo agradecer a l@s vecin@s del barrio de Usera porque se han echado a las calles, porque cuando han visto a los racistas frente a sus casas no se han callado. Porque con su ejemplo legitiman nuestra lucha.