Ningún lugar impedirá que continuemos nuestra lucha por la segunda y definitiva independencia. Compañeros prisioneros políticos: Hermanos en la lucha por una Colombia en paz y con justicia social. Igual que hemos compartido sueños y aspiraciones de una Colombia y un mundo mejor, hoy compartimos una situación por nosotros no deseada. Con muchos no hemos […]
Ningún lugar impedirá que continuemos nuestra lucha por la segunda y definitiva independencia.
Compañeros prisioneros políticos:
Hermanos en la lucha por una Colombia en paz y con justicia social. Igual que hemos compartido sueños y aspiraciones de una Colombia y un mundo mejor, hoy compartimos una situación por nosotros no deseada. Con muchos no hemos tenido nunca contacto personal: no nos hemos visto. Aun así nos hemos mantenido unidos en la lucha y en la esperanza.
Muy seguramente, uno de los propósitos del régimen oligarca y criminal colombiano, es minar nuestra confianza en la lucha por las transformaciones sociales y someternos mediante las cadenas y las rejas. Es nuestro deber, impedir que logren sus objetivos.
Tenemos el deber de continuar en la lucha: en el lugar y las condiciones que las circunstancias nos impongan. Las razones que nos llevaron a abrazar la lucha popular e integrarnos al Movimiento Político y Social Marcha Patriótica, no han desaparecido. Allí está la pobreza cada vez mayor de sectores de la población. Tampoco hemos superado la exclusión política, el marginamiento económico ni la represión estatal.
Siguen vigentes las causas de la tragedia nacional y sus consecuencias se sienten a diario en los hogares de millones de familias empobrecidas, por un modelo económico inhumano y un gobierno indolente.Como pueden ver, las razones de nuestro descontento y de nuestra lucha siguen vigentes. Por lo tanto, nuestra disposición para continuarla debe seguir intacta; es más, debe acrecentarse con la ignominia y las vejaciones de que somos testigos y víctimas, todos los días en nuestro cautiverio.
Estamos en medio de una población carcelaria de cerca de ciento cincuenta mil personas privadas de la libertad, lo que quiere decir, que tenemos un campo de acción, un sector social a trabajar bastante amplio. Eso sin contar sus familiares y personas cercanas, una población que sufre todos los días las condiciones más humillantes de existencia.
Como dije anteriormente, somos luchadores sociales, condición que no perdemos con el hecho de ser prisioneros. ¿Qué quiero decir con esto? Que nos encontramos en el deber de continuar con nuestro trabajo. Entendiendo que ahora debemos seguir apoyando el trabajo político, organizativo que teníamos afuera y participar del trabajo organizativo dentro de la prisión.
La población reclusa en el país vive un problemática muy compleja. La padecemos todos sin importar el delito ni las circunstancias que nos llevaron tras las rejas: dificultades con la alimentación, la atención en salud, dotación en el llamado mínimo vital, hacinamiento, malos tratos del cuerpo de custodia hacia internos y visitantes, demoras injustificadas en trámites judiciales y administrativos, falta de programas reales de resocialización, etc. Para toda lucha social esta problemática debe llevarnos a construir con ello una plataforma de lucha.
Esta plataforma debe ser expuesta y representada por un movimiento de la población carcelaria en el cual estén representados todos los sectores que convivimos al interior de las prisiones: me refiero a prisioneros políticos, sociales y paramilitares.
Por razones obvias, los prisioneros políticos por nuestra experiencia somos los llamados a tomar la iniciativa en este proyecto. Con este objetivo los prisioneros políticos de la Picota elaboramos una propuesta organizativa que sometemos a consideración de toda la población carcelaria. Esperando sus aportes y por supuesto contar con su apoyo para materializar esta idea.
No olvidemos compañeros que aun en prisión seguimos siendo seres humanos, que seguimos siendo colombianos y nuestros derechos deben no solo reconocidos sino respetados. Seguimos siendo sujetos políticos, ejerzamos esa condición y hagámosla respetar.
Un abrazo grande y fraterno.
HUBER BALLESTEROS GOMEZ
PRISIONERO POLITICO
CARCEL LA PICOTA
BOGOTÁ D.C