Las palabras no alcanzaran nunca para expresar el sentir de dolor por la partida de nuestros compañeros, mas allá de los que paso y mucho más allá del espectáculo comercial que los medios crearon por el acontecimiento, murieron tres compañeros, murieron tres estudiantes, tres docentes que soñaron con un mañana mejor, que nos acompañaron en […]
Las palabras no alcanzaran nunca para expresar el sentir de dolor por la partida de nuestros compañeros, mas allá de los que paso y mucho más allá del espectáculo comercial que los medios crearon por el acontecimiento, murieron tres compañeros, murieron tres estudiantes, tres docentes que soñaron con un mañana mejor, que nos acompañaron en esta ardua labor de luchar por otro mundo y que hoy sin estar acá nos hacen un llamado para no bajar las banderas, sino por el contrario alzarlas aún más en una búsqueda permanente de nuestra victoria.
No era de sorprender el oportunismo de los medios y de la administración de la universidad, a quienes hoy desconozco como algo respetable dentro de la sociedad. Por un lado nuestro rector le dio la espalda y justifico la arremetida que los medios emprendieron contra los estudiantes en general, porque hoy ya es peligroso estar al lado de uno de estos estudiantes revoltosos. Los dos no dudaron en llamar a los compañeros como últimamente lo han hecho con todos los estudiantes, terroristas. Ese día entendí que a las elites marionetas del país les da terror que pensemos, les da terror que nos unamos y les genera un infinito terror lo que podamos hacer guiados por nuestro pensamiento terrorista. Compas si pensarse la sociedad es terrorismo, ojala que esto nos sirva para ser mejores terroristas cada día, que académicamente nos destaquemos por ser los mejores terroristas y que nuestras acciones sean cada vez más terroristas que nunca.
Salgamos del conformismo en el que nos quieren meter de cualquier forma, cambiemos nuestra realidad, aprovechemos cada segundo para trabajar por un futuro digno e igualitario, destaquémonos por defender nuestra universidad desde cualquier tipo de manifestación, bien sea con excelencia académica, con marchas o como sea pero hagamos pedagogía sobre nuestra realidad.
Claro que estamos de luto, el dolor no se puede negar, pero que nuestro luto, sea un luto combativo que sea un llamado a que sin importar cual sea su posición dentro o fuera de la universidad, bien sea profesor, estudiante o trabajador, hagamos la tarea que tan excelentemente hacían nuestros compas, a pensarse un país diferente, a defender la universidad y la vida desde, donde y como sea necesario, a unirnos como un solo cuerpo y a luchar con amor y gallardía infinita, de tal manera que si mañana tenemos que despedir a otro compa no sea una parte de una facultad, sino toda una universidad la que se volqué a la calle a acompañar a nuestros compañeros, a recordar su memoria y a dignificar sus sueños.
Que la lucha de nuestros compañeros no se apague, sino que por el contrario se impulse aun más en una permanente e incesante rebeldía.
POR NUESTROS MUERTOS NI UN MINUTO DE SILENCIO, TODA UNA VIDA DE COMBATE!!!