La palabra disidente viene del verbo latino «dissidere» que se puede traducir como sentarse lejos, pero que modernamente ha tomado varios y complejos significados tanto individuales como colectivos, tales como: Estar separado, discrepar, alejarse, disgregar, distanciarse, abandonar, desprenderse de un criterio, de una opinión, de una organización o de una creencia. Es usado como sustantivo […]
La palabra disidente viene del verbo latino «dissidere» que se puede traducir como sentarse lejos, pero que modernamente ha tomado varios y complejos significados tanto individuales como colectivos, tales como: Estar separado, discrepar, alejarse, disgregar, distanciarse, abandonar, desprenderse de un criterio, de una opinión, de una organización o de una creencia. Es usado como sustantivo aplicado a personas, o colectividades. Se usó inicialmente en Inglaterra medioeval como una palabra peyorativa y estigmatizaste para aquellas personas que no admitieron la religión oficial anglicana y posteriormente ya en el siglo XX, se desenterró del vocabulario añejo con un carácter eminentemente político e ideológico que con la misma intención estigmatizarte y peyorativa se usó contra la Unión Soviética y cualquier país socialista para englobar en una sola palabra a cualquier adversario individual o colectivo del socialismo, fuera europeo, asiático o latinoamericano. Su uso moderno tiene pues, origen en el anticomunismo.
De ahí, dado el carácter colonizado y anticomunista de la ciencias sociales y de la política en Colombia, a finales del proceso de paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de la Farc-EP, cuando un grupo de guerrilleros de esa organización no estuvo de acuerdo con las orientaciones de sus comandantes, las que finalmente se impusieron como parte del Acuerdo de noviembre de 2016, y se regresaron a continuar la lucha armada originaria, todos los aparatos contrainsurgentes del Estado los estigmatizaron, demonizaron y catalogaron de inmediato como «disidentes» ilegales y monstruosos criminales; y así nacieron las Farc-Disidentes. El eje estratégico esencial por la legalidad y la legitimidad que estuvo detrás de la larga lucha contrainsurgente (tanto militar como política) para despojar de esos dos atributos a las insurgencias, había obtenido una nueva victoria.
Pero el asunto no quedó ahí. Como las cosas se mueven debido a la sempiterna lucha de clases tanto dentro del Estado como hacia abajo hacia el pueblo que esperaba y ansiaba la «Paz de Santos y Londoño » que no llegaba «rápidito» como se había prometido en la euforia mediática de la firma del pacto de la Habana; debido principalmente a la perfidia planificada del gobernante quien no movió un dedo para que se ganara el plebiscito refrendatorio de tal Acuerdo, y se diera inicio al prolongado vía crucis de su burla, incumplimiento, mutilación y al «perfeccionamiento acordado con los opositores»; empezaron a surgir dentro del reciente creado partido político de la Farc-Rosa, voces discordantes, incluso abiertamente discrepantes sobre la forma como se estaban dirigiendo las cosas por parte de la dirección de ese nuevo partido político. Pero como la contrainsurgencia es insomne, entonces se dio un paso más en la estrategia contrainsurgente para despojar de la legitimidad y la legalidad otorgada a los desarmados que estaban creando problemas con sus críticas discordantes, creándose una «Disidencia Política» dentro del partido Farc-Rosa. Así surge la «disidencia política» del grupo de Iván Márquez, Santrich, el Paisa, Romaña, etc, entre los más conocidos, que dio como resultado el montaje del aparato contrainsurgente de la Fiscalía General de la Nación contra el íntegro Santrich que lo tiene al borde de la muerte, y el operativo militar para capturar a los demás disidentes políticos que los llevó a su repliegue de las zonas donde se encontraban, forzándolos a una actividad política «semiclandestina».
Obviamente, las discrepancias fueron en aumento y sobrepasaron los aspectos puntuales en la dirección del nuevo partido, para abarcar aspectos más generales de la política y la ideología que se habían planteado en las tesis de abril 2017, preparatorias al congreso de las Farc y su conversión en partido político legal (http://www.cedema.org/
Por ejemplo, no estaba previsto el triunfo electoral de Duque/ AUV en junio 2018 como presidente de Colombia, o de lo contrario la Farc Rosa no hubiera lanzado candidato presidencial propio. Tampoco se sabía con la nitidez actual que el triunfo electoral de Trump como presidente de EEUU ocurrido seis meses atrás (nov 2016) y el llamado brexit inglés de junio 2016, fueran los puntos de partida de un rediseño radical de la economía financiera trasnacional y de todo el Sistema Global Imperialista que englobando las economías y los Estados de EEUU, Inglaterra, Canadá y Australia-Nueva Zelanda, en lo que se ha dado en llamar el Imperialismo Anglosajón, diera inicio al proceso de abandono del «aperturismo» y substitución por un «proteccionismo», cerramiento de fronteras, y rechazo a la emigración (Brexit, América First, muro con México, ruptura del acuerdo trans-pacífico, etc) , que ha sido respondido por China, Rusia, India y otras potencias emergentes en sentido contrario; hacia un multilateralismo global como remplazo del hegemonismo de potencia única de los EEUU y hacia un mayor aperturismo, originando las guerras de sanciones comerciales EEUU/ China y contra otras potencias económicas. Tampoco la agresión militar estadounidense-israelí- saudita al Pueblo de Siria había sido derrotada. Ni la guerra global por el petróleo mundial había llegado a la situación de «caos global organizado» a la que ha sido llevado actualmente con la guerra de «todas las opciones sobre la mesa» contra Venezuela Bolivariana por apoderarse de sus ingentes reservas de petróleo, y, con la reactivación de las acciones de desestabilización y guerra en el Magreb norafricano (Túnez, Argelia, y Libia) en donde se encuentran las reservas de gas y petróleo para Francia, Italia y España, que recién comienzan.
Tampoco la renuncia voluntaria a los legados teóricos y prácticos de Marx y Bolivar abrió a los antiguos guerrilleros las puertas de la Hegemonía contrainsurgente dominante que no vio en esto una entrega innecesaria de principios políticos e ideológicos mil veces suplicada de hinojos, sino una maniobra subversiva de camuflaje para «infiltrar los movimientos y partidos legales» que se tradujo en mayores incumplimientos a los pactos en materia política de la Habana, mayores trabas y obstáculos a su actividad política legal y un mayor aislamiento político social que solo le permitió obtener a Timoleón Londoño el enfermo candidato presidencial de las Farc-Rosa 50 mil votos en todo el país.
Después de que la dirección del partido de la rosa, arrogantemente calificando a quien hiciera una crítica de «guerrerista» y se negara a realizar un verdadero congreso de partido que corrigiera la serie de errores de dirección y aclarara las denuncias presentadas contra ella como lo pidieron insistentemente varias seccionales y regionales; una pesada y densa cortina muy oscura cayó sobre el edificio político, teórico-práctico del nuevo partido llevándolo a un aislamiento social deplorable, y a una pérdida de las perspectivas en su voluntad de poder. La tesis central de pretender llegar a ser «un partido para la superación del orden social capitalista y la construcción de una nueva sociedad» había quedó solo como formulación en un papel: el estruendoso fracaso del llamado post conflicto de Santos, la falta de financiación a los proyectos pactados en la Habana con su escasa para no decir nula implementación de todo lo acordado, así como la ofensiva de todo el aparataje contrainsurgente, bien fuera legal, extralegal o abiertamente ilegal y genocida con el fin de «hacer trizas ese maldito papel». Así como el anuncio del gobierno Duque de reactivar «la guerra militar y química contra las drogas»; acrecentaron, muy en serio, las dudas sobre la corrección de la tesis sobre la excepcionalidad histórica y contradicción principal del «Acuerdo Final» que se suponía: «Abriría la posibilidad de tramitar los conflictos que le son inherentes al orden social vigente por la vía exclusivamente política, y la posibilidad de un ciclo reformista que de llevarse a cabo podrá desencadenar procesos hacia la mayor democratización política, económica y social del país».
Y así, mientras se daba todo este proceso de aislamiento político social y de lucha de ideas interna dentro del partido Farc-Rosa, en paralelo, el columnista oficial del portal Las 2 Orillas, Gabriel Ángel, antiguo guerrillero subordinado y muy cercano al «comandante Timoleón», daba la lucha ideológica sumándose al proceso contrainsurgente de deslegitimación e ilegalización de sus antiguos compañeros de armas sin ser nunca oficialmente desmentido; iniciándolo con un escrito (en abril 2018) justo un año después de publicadas las tesis del partido mencionadas arriba y a raíz del montaje judicial que hicieron contra Jesús Santrich dos enemigos declarados de la paz en Colombia, el juez de los EEU Geoffrey S. Berman amigo personal de Donal Trump, y el reconocido personaje de la contrainsurgencia colombiana Fiscal Martínez Neira: (https://www.las2orillas.co/
Fallada la caracterización material de la contradicción principal, todo lo demás quedó sin sustento. No se produjo el tan esperado ciclo progresista con todo lo demás, y una parte importante de los conflictos sociales y políticos siguieron sin tramitarse por la vía exclusivamente política. Por el contrario, un nuevo tipo de conflicto armado difuso y más complejo aún que el anterior se empezó a desarrollar en las zonas abandonadas por las antiguas Farc-EP. Se reinició una nueva etapa del genocidio político social sistemático, gota a gota, que ya lleva más de 500 líderes sociales y guerrilleros desmovilizados fusilados. Y la creciente movilización social, estudiantil, profesoral, y campesina, étnica popular, han sido reprimidas inmisericordemente y a bala, por ese monstruo policial del ESMAD, apoyado por los servicios de inteligencia del terrorífico ejército colombiano; generando como era de esperarse una reacción inusitada y persistente de respuesta popular con múltiples resistencias al Poder Contrainsurgente dominante, que con su potencial Constituyente ha rebasado cualquier «dirección política centralizada», y ha configurado un verdadero escenario cuasi-insurreccional autógeno que impone o hace necesario un nuevo planteamiento político alternativo sobre el Estado contrainsurgente colombiano, su economía, y su sociedad actual en trasformación acelerada, sus clases sociales con sus luchas intensas en desarrollo en todos los niveles, la reconstrucción de las múltiples resistencias populares y sociales destruidas y liquidadas; con la finalidad estratégica de desarticular mediante las diversas formas de lucha y movilización popular el poderoso y complejo aparataje contrainsurgente dominante en Colombia desde hace tantos años y que ahora, completamente en manos de la embajada de los EEUU en Colombia, se ha convertido en una punta de lanza para una eventual guerra Geoestratégica de grandes proporciones contra el Estado soberano y legítimo de la Venezuela Bolivariana.
Mientras todo esto sucedía, el Twitter, canal principal de comunicación y de dirección del jefe del partido Farc-Rosa, cuya máxima aspiración programática era la superación del orden social capitalista y la construcción de una nueva sociedad, encabeza las tímidas denuncias de papel sobre la coacción contrainsurgente en curso con el siguiente trino, que parece ser el máximo objetivo estratégico y central de toda su direccionalidad política y su programa para el momento actual, poniendo en evidencia la necesidad de su superación:
Rodrigo Londoño @TimoFARC
Y que sea el momento oportuno para repetirlo: El acuerdo de paz nadie, nadie lo va a hacer trizas y si así lo hacen, recogeremos cada pedacito y lo reconstruiremos. @PartidoFARC
Estamos como cuando en el ingenioso presidente conservador Marroquín, al retirarse del poder en 1904 después de la guerra de los mil días y de la amputación de la provincia de Panamá por el gobierno de los EEUU, declaró con sorna «yo no sé de qué se quejan. Recibí un país y les devuelvo dos». Timoleón Londoño recibió un partido comunista en armas y un movimiento social amplio o Movimiento Bolivariano por una nueva Colombia, golpeados por la lucha y la guerra, es verdad, pero unidos férreamente y sin ser derrotados después de más de 50 años de resistencia de todo tipo, y ahora, pude decir balbuceante y estuporoso, parodiando a Marroquín: No sé de qué se quejan. Recibí unas Farc, y les devuelvo tres: La Farc-Rosa. La Disidencia de la Rosa. Y la Farc-Disidencia.
La situación Geoestratégica en el norte del continente suramericano donde se encuentra Colombia, a la fecha se ha tornado inestable e impredecible y no puede pasarse por alto, así extrañamente se crea que, metiendo la cabeza en la arena, como el avestruz, o haciendo declaraciones retóricas de papel o sacando trinos anodinos y repetitivos sin ninguna credibilidad, se va a remontar. Somos parte de la contradicción que está dinamizando toda la situación y el Pueblo Bolivariano de Colombia tiene y debe asumir sus responsabilidades frente a los dos escenarios posibles que se pueden presentar: Uno Paz en Venezuela, o Dos, Guerra en Venezuela.
Uno: El Imperialismo estadounidense se da por vencido, retira la presidencia del autoproclamado Guaidó y se llega a una solución política gobierno oposición guarimbera, iniciándose un período pacifico en el hermano país que indudablemente tendrá repercusiones en el Estado colombiano comprometido en la aventura militar estadounidense. Escenario que todos esperamos. Pero ¿Cuál sería entonces la actitud política del pueblo colombiano (no solo el bolivariano) sino también el que se ha expresado en la potente movilización social pasada?
Dos: El Imperialismo estadounidense con sus aliados lacayos profundiza la guerra de «todas las opciones sobre la mesa» para derrocar a N Maduro, el presidente legítimo y legal del Estado venezolano e imponer vía militar a su títere Guaidó en el Poder, lo que llevaría a una eventual guerra civil de grandes proporciones, que sin duda implicaría al Estado contrainsurgente de Colombia. Entonces se repite la pregunta: ¿Cuál sería entonces la actitud política del pueblo colombiano (no solo el bolivariano) sino también el que se ha expresado en la potente movilización social pasada?
Responder en la teoría y en la práctica todos estos interrogantes planteados en el presente escrito: Reconstruir lo destruido o arteramente liquidado y prepararse para cualquiera de los dos escenarios planteados en la dinámica situación del hermano pueblo Bolivariano de Venezuela, pasa necesariamente por hacer lo que en el juego de billar se llama simplemente «Borrón y cuenta nueva». Se hace necesario entender que la contradicción en el seno del partido Farc-Rosa ha madurado completamente y se debe pasar a su superación dialéctica (aufheben marxista) creando una organización propia, distinta, nueva, que se reclame Marxista y Bolivariana como fue creada originariamente, con objetivos CONSTITUYENTES concretos no contemplados en el planteamiento de la dirección actual del partido de la Rosa, por ejemplo, sobre una VERDADERA la SOLUCIÓN POLITICA no solo al conflicto social histórico, sino como también al conflicto armado que se ha reproducido y persiste en Colombia, llámese Farc-Disidencia, ELN o EPL.
La manzana está madura y si no se recoge a tiempo se pudrirá sola. Es entonces necesario realizar (donde sea) un congreso constitutivo de la nueva organización lo más amplio, deliberativo y democrático posible que analice seriamente la realidad realmente existente. Produzca unas conclusiones políticas, las de a conocer para trabajar sobre ellas con dedicación, convicción y voluntad indoblegable de militantes curtidos en tantos años de adversidades recordando siempre la insignia de Gramsci: Pesimismo de la inteligencia. Optimismo de la voluntad.
Es pues la tarea del momento. A realizarla entonces. Alguien tiene que poner el cascabel al gato
Berlín.12.04.2019.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.