Por la presente quiero expresar algunas dudas e inquietudes que tengo sobre el curso que está tomando una organización revolucionaria en la que he militado y a la cual entregué mi juventud y mi vida toda. Lo que quiero es que los revolucionarios se den cuenta que el proceso no ha sido ni tan claro […]
Por la presente quiero expresar algunas dudas e inquietudes que tengo sobre el curso que está tomando una organización revolucionaria en la que he militado y a la cual entregué mi juventud y mi vida toda. Lo que quiero es que los revolucionarios se den cuenta que el proceso no ha sido ni tan claro ni tan transparente como se le mira. Espero que la gente se dé cuenta para poder corregir errores y más adelante, en otros procesos revolucionarios, no se comentan los mismos errores de esta experiencia.
Como decía Simón Bolívar, uno de los más grandes problemas de los revolucionarios es que nunca permitan que sus armas se vuelvan contra el pueblo. Eso lo hemos vivido en los meses pasados. Yo he sido miembro de las FARC, Ejército del Pueblo, en el Putumayo y en Caquetá, y en este último departamento hemos vivido una situación muy angustiante.
Desde principios de enero de 2017 comenzó una represión por parte de la Columna Teófilo Forero en contra de compañeros que militan en la región de San Vicente del Caguán. Algunos compañeros fueron desplazados, algunos fueron retenidos hasta por 4 y 5 días, en la Novia, otros en Tailandia, otros en Ciudad Yarí, otros en Berlín. Algunos guerrilleros que decían actuar a nombre de la Teófilo, llegaron a las veredas mencionadas, sacaron de sus casas a los compañeros encañonados frente a sus familias y sus niños, los tendieron boca abajo en el suelo, y se los llevaban porque eran supuestamente auxiliadores de grupos disidentes. Los conocíamos a todos estos guerrilleros, pero no los podíamos reconocer. Sus acciones no eran propias de guerrilleros sino que de otro tipo de tropas. En Tailandia, estos guerrilleros de la Teófilo, asesinaron cobardemente a quemarropa a Lida, compañera sentimental de Alexander Mojoso, comandante disidente del Frente 14, mientras ella trabajaba en su finca. Eso ocurrió el día 10 de enero.
En esos días, fueron vereda por vereda, contactando a compañeros, diciéndoles que había que señalar a los disidentes y matarlos si era posible, que la ley no les iba a hacer nada. Hicieron el mismo llamado a las células del partido, del PCCC. Toda esta movilización se hizo mientras estaban en la zona de preagrupamiento, con el permiso del ejército. Esto acabó con el trabajo político en la región, porque además ocurrió cuando todos los pueblos de la región se estaban militarizando.
Por una parte, la Teófilo decía que ellos estaban en cese al fuego y que por eso no podían tomar acciones frente a los rateros y atracadores, como se los pedía el pueblo, pero sí actuaron contra los disidentes. Estos disidentes hasta hace poco estuvieron en la misma organización que ellos, pero ahora los tratan de encochinar diciendo que son narcos y extorsionadores, cuando ellos buscan una revolución para los campesinos y para los trabajadores.
Quisiera saber si el secretariado considera estas acciones aceptables. Si lo consideran así, saber por qué razón y de qué manera esto ayuda al proceso revolucionario en Colombia. Si no las consideran aceptables, saber qué medidas se tomarán para acabar esta persecución que beneficia al estado y perjudica a las comunidades. No creo que personas que obran de esta manera sean dignas de estar en una organización verdaderamente revolucionaria.
Seamos honestos. No todos los farianos estamos de acuerdo con los términos y las condiciones del proceso de paz. Eso no nos convierte ni en enemigos de la revolución ni de las FARC como movimiento político legal. Hay legítimas diferencias que debemos discutir de forma argumentada, no usando las armas en contra de compañeros que buscan una transformación social. No es aceptable decir que con la oligarquía nuestra única arma será la palabra, cuando hemos usado las armas contra compañeros revolucionarios con el visto bueno del ejército.
Más de 50 compañeros fueron afectados por esta situación. Esto no es un error. Esto fue algo sistemático y por eso merece una respuesta y acciones efectivas para evitar que se siga dando esta clase de situaciones que hemos vivido en el Caquetá.
Atentamente,
Un exguerrillero de las FARC, Ejército del Pueblo.