Adiós o al diablo, da lo mismo, porque en carta que escribimos hace apenas tres meses denunciamos que iba a incendiar el País mapuche cuando su primer viaje fue a La Araucanía. Acabaremos con aquellos violentos para que aquí hay paz, señaló con rabia.
Al poco tiempo civiles atacaron y golpearon a mapuches en horas de toque de queda, Carabineros nada hizo, el entonces ministro Pérez nada hizo. Porque como declaró en ese mismo periplo, “los chilenos merecen vivir en paz y tranquilidad”. Y para que los chilenos, sus chilenos de las tres comunas que votaron “Rechazo” en el plebiscito del 25 de octubre vivan en un oasis de quietud, tal vez un cabo de Carabineros arrojó sin piedad a un joven de 16 años al río Mapocho. No lo sabemos. Ese vuelo del horror fue respaldado una vez más por usted ciudadano Pérez. Es que como declaró prístinamente para que a nadie le quedara duda: “el Gobierno respalda la necesaria y fundamental labor de Carabineros, en cumplimiento de su mandato constitucional de resguardar el orden público y la seguridad ciudadana de todas las personas, dentro del marco de sus protocolos”.
¿Cuáles serán esos protocolos, ciudadano Pérez? Misteriosos, escurridizos, inasibles, desconocidos. ¿Es que sabes? exministro trimestral, si los miles de heridos, torturados, asesinados, abusados sexualmente, detenidos, los millares de personas, niños y adultos mayores incluidos, gaseados; además de miríadas de baleados y golpeados, son parte de dichos protocolos, entonces el país no sólo debe estar preocupado, sino aterrado. Es más, ciudadano Pérez, el abogado Gabriel Zaliasnik, quien lo defendió en la Cámara de Diputados ante la acusación constitucional, proclamó sin inmutarse que “es el momento de mirarnos todos a los ojos” ¡Qué burla, que irrespeto para los 450 chilenos y chilenas a quienes Carabineros les destrozaron los ojos! ¡Qué manera más cruel de mofarse de aquellos que tuvieron el coraje de salir a la calle para luchar contra un sistema abusador, para decir ¡Basta! y volvieron a sus casas ciegos o semiciegos. Por esos protocolos de Carabineros que el exministro del Interior respalda con tanta vehemencia. Más aún, el abogado penalista escribió en enero de este año acerca del campo de concentración de Auschwitz indicando que lo sucedido debería servir “para mirar la historia a los ojos…” Esa fijación con metáforas oculares cuando ya se habían destruido la vista y la vida a centenares de jóvenes con balines o lacrimógenas es, por decir lo menos, cuestionable. ¿No le importa el dolor de las víctimas o sus familiares, puesto que ahora lo dijo impúdicamente en el Parlamento? Lo desconocemos, sólo sabemos que terminó esa particular oración, se sacó la mascarilla y bebió calmadamente un vaso de agua para proseguir la defensa de Víctor Pérez.
Era defender lo indefendible, porque el ciudadano Pérez que llegó para incendiar el Wallmapu acabó incendiándose solo al apoyar incondicionalmente a Carabineros, al igual que sus antecesores y todo el Gobierno. En territorio mapuche optó, al igual que todos los gobiernos en los últimos 30 años, por la represión, sin embargo cuando los camioneros se fueron a Paro, optó por el dialogo porque, según decía, es el modo como se resuelven los conflictos en democracia. Se me ocurren varias cosas que preguntarle al ciudadano Pérez en esta carta de despedida que seguro no le importan, pero da lo mismo, porque me intrigan, y de ciudadano a ciudadano supongo que estamos al mismo nivel, digo yo, aunque no vivo en las tres comunas más ricas de Chile.
Primero, ciudadano Pérez, tú fuiste alcalde designado de la dictadura en Los Ángeles entre 1981 y 1987, es decir en un periodo cuando se asesinaba, torturaba, se violaba a hombres y mujeres. ¡Mira los símiles! Cuando desaparecían los desaparecidos, cuando no había diálogo, de ese diálogo del cual tú hablas ¿Sabes por qué? Porque no había democracia, sino dictadura de la cual tú eras parte.
Segundo, fuiste elegido diputado y senador, estando en el Congreso por 16 años gracias a la Constitución de la dictadura y al sistema electoral binominal. Nada de democracia aquí tampoco, ningún diálogo ni participación popular en el proceso de elaboración de la constitución.
Tercero, dices que las medidas coercitivas utilizadas en territorio mapuche se deben a la amenaza de que se tomaran 130 mil hectáreas de tierras ¡130 mil hectáreas! Pero si siempre el Gobierno dice que los que denomina violentistas son una minoría, unos cuántos delincuentes comunes o unas pocas comunidades ¿Cómo van a recuperar 130 mil hectáreas? Si en el Wallmapu se encuentran desplegados casi 2 mil efectivos policiales -entre Carabineros, PDI y personal de Inteligencia- o sea el equivalente a casi dos regimientos de cualquier ejército.
Cuarto, los gremios de los camioneros recurrieron tanto a la amenaza y a la acción, bloquearon las carreteras, provocando desabastecimiento y temor en la población. Ellos, mientras tanto, se iban de fiesta en plena vía pública sin que el ministerio del Interior se preocupara de ello. Porque, por cierto, ciudadano Pérez, estaban distribuidos para proteger a las marchas por el “Rechazo” o reprimir a aquellas por el “Apruebo”. ¿A esto te refieres con actitud dialogante y forma democrática de resolver conflictos? Lo pregunto ya que me parece más bien un recurrente modo discriminatorio y selectivo del concepto y práctica del diálogo. Es más, nada hay de democrático en la sistemática criminalización y violación de los derechos humanos del pueblo mapuche y del movimiento social chileno. Por ello fue sancionado Andrés Chadwick y reemplazado por Gonzalo Blumel quien continuó con la represión. Nada cambió contigo, jamás dejaste de apoyar a Carabineros y, por ende, al general director Mario Rozas.
Quinto, última pregunta, de ciudadano a ciudadano, y esto es lo que más me intriga ¿Puedes contarnos cómo es posible que el general Mario Rozas todavía permanezca en el poder después de todas las atrocidades cometidas por sus subalternos? Después de todo tú eras su jefe, aunque hace poco dijiste que no lo eras, que Carabineros dependía del ministerio de Defensa. El ministro de Defensa lo desmintió. O sea Carabineros se manda solo, nadie conoce los protocolos. En el intertanto se siguen violando los derechos humanos y por todo lo anterior adiós o al diablo ciudadano Pérez