Sr. Presidente de la República. D. Ricardo Lagos Escobar. Presente.- Excmo. señor: El suscrito es historiador, especializado en investigar y analizar el proceso de las relaciones entre el pueblo mapuche, la sociedad y el Estado de Chile, relación que en distintas épocas se marca por el etnocidio en contra del primero y cuando no, se […]
Sr. Presidente de la República.
D. Ricardo Lagos Escobar.
Presente.-
Excmo. señor:
El suscrito es historiador, especializado en investigar y analizar el proceso de las relaciones entre el pueblo mapuche, la sociedad y el Estado de Chile, relación que en distintas épocas se marca por el etnocidio en contra del primero y cuando no, se define por distintos niveles de abusos, atropellos y exclusión que afecta al pueblo del cual descendemos casi todos los miembros de la llamada sociedad chilena.
Debo expresarle mi preocupación, por el cariz que toma esta relación en los últimos cinco años, en que se han agudizado los desencuentros que han significado dar por terminada la política de Nueva Relación comprometida en Nueva Imperial en 1989 entre el sr. Patricio Aylwin (en nombre de la Concertación y los futuros gobiernos democráticos) y las principales autoridades del pueblo mapuche y de otros pueblos originarios.
En concreto, no se han escuchado las reivindicaciones de tierras usurpadas por el Estado y elementos de la sociedad chilena, situación agravada por la ejecución de los Decretos-Ley 2.568 y 2.750, impuestos por la Dictadura de Pinochet sin sanción legal alguna, al no existir en el año 1979, de su dictación, el imperio del estado de derecho ni de constitución política alguna. De esta situación han dimanado todos los conflictos que se agudizan con la defraudación de las esperanzas y derechos del pueblo mapuche. De esta violencia original han surgido todas las situaciones en que el pueblo mapuche, en las personas de algunos de sus elementos más concientes e idealistas, se han enfrentado con el Estado y particulares que han abusado de ellos por largo tiempo.
Hoy debemos lamentar la muerte de cuatro jóvenes mapuche en los años de su gobierno, en un conflicto que podría resolverse política y administrativamente con la acción del Estado que ha ofrecido el Nuevo Trato, siendo sabido que V.E. ha puesto de su parte la voluntad para llamar a este Nuevo Trato o Nueva Relación, creando una comisión para este efecto. Debemos lamentar que la labor de la comisión no se haya traducido en acciones de beneficio hacia los pueblos originarios y que las políticas indígenas hayan estado tan mal conducidas, que los conflictos se han agravado y complicado, incluida la participación de agentes del Estado que V.E. preside, en la muerte del joven Alex Lemún, la cual, con la de los otros tres jóvenes, me duele e impacta de manera personal, por cuanto ellos eran de la edad de mis hijas.
Asimismo debo ver que otros mapuche, incluidas autoridades ancestrales como los longko Pichún y Norín, estén sufriendo condenas por una legislación que no solo recoge los criterios con que actuó la dictadura, sino los perfeccionó en la nueva ley Antiterrorista. Hoy, el director del principal medio de comunicación escrita del pueblo mapuche, Pedro Cayuqueo, está en prisión. Todos han debido sufrir el enfrentamiento del Estado que se hizo parte en contra de sus personas, dañando igualmente a sus familias y comunidades de origen. No fue para esto que muchos luchamos y otros dieron la vida, por reabrir las alamedas de la libertad de este país.
El poder ejecutivo no puede hacerse a un lado ante la judicialización de las demandas mapuche, ante los flagrantes abusos de la justicia chilena en contra de cerca de doscientos mapuche procesados por diversos delitos, cuando otros crímenes de agentes de este mismo Estado, han quedado impunes. El poder que V.E. preside se ha hecho parte en esta situación que es más conflictiva que al momento en que V.E. asumiera su jefatura.
Solicito a V.E un cambio considerable en la política del Estado chileno hacia los pueblos indígenas, que hasta ahora ha sido mal concebida y peor planificada. Pido a V.E. su intervención en cuanto tiene que ver el poder Ejecutivo con la gestión del legislativo y del judicial, especialmente respecto de este último, abogando por la libertad de todos los mapuche que sufren prisión por acciones que tienen que ver con la reivindicación de derechos de su pueblo. Esperamos ver signos claros de la prometida y anunciada Nueva Relación hacia los pueblos originarios.
Si se ha llegado a la situación actual, en que los derechos humanos y colectivos del pueblo mapuche han sido violados de manera sistemática, como ha denunciado no solo nuestro pueblo sino también organismos de derecho internacional, situación que lamentamos, también se ha debido al mal manejo de los escasos fondos con que el Gobierno ha tratado de paliar (ya que no de solucionar) las demandas materiales. Ello se agrava con la mala disposición de las autoridades destinadas (con cargo al Estado chileno, por ende a todos nosotros como ciudadanos y contribuyentes) a atender las políticas indígenas. La mala administración y la corrupción ejercida por mandos medios y subalternos se ha convertido en negligencia criminal, cuya consecuencia es el estado actual del conflicto que nos afecta, con la pérdida de vidas, la prisión y el daño material y moral en contra de los mejores luchadores de mi pueblo mapuche.
Espero que antes de concluir su mandato, se hagan efectivas las voluntades que hicieron posible el plantear el Nuevo Trato en el que V.E. comprometió el accionar de su gobierno y ello se concrete en lo inmediato, en la reconsideración de todas las causas que afectan a miembros del pueblo mapuche y en la pronta excarcelación de todos ellos, liberándolos de la prisión en que actualmente los mantiene la justicia de este país. Recuerde V.E. que el accionar de estos longko, comuneros, jóvenes comunicadores y otros mapuche, no es diferente al que llevaron a la práctica muchos de los miembros de la coalición gobernante, no pocos de ellos altos funcionarios de su Gobierno, a su vez acusados de terrorismo por la Dictadura, sus aparatos y sus poderes.
Saluda respetuosamente a V.E.,
Carlos Ruiz Rodríguez
Doctor en Filosofía y Letras
Ex-funcionario estatal, exonerado político
RUN 6.865.692-3
Rawson 196, Recoleta, Santiago.