Esta es una carta – reflexión, a propósito de un artículo publicado el 23 de Diciembre en www.rebelión.org, de autoría de Manuel Guerrero Antequera, bajo el título «Confesiones de un payaso». Un tema que he estimado de interés analizar lo más a fondo posible, con el ánimo de aportar elementos de juicios que puedan ayudar […]
Esta es una carta – reflexión, a propósito de un artículo publicado el 23 de Diciembre en www.rebelión.org, de autoría de Manuel Guerrero Antequera, bajo el título «Confesiones de un payaso». Un tema que he estimado de interés analizar lo más a fondo posible, con el ánimo de aportar elementos de juicios que puedan ayudar a tomar una decisión más informada frente a las elecciones del 15 de Enero próximo.
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Manuel Guerrero Antequera, no te conozco personalmente ni tampoco al destinatario a quien contestas. Tu carta respuesta me ha llamado la atención, tanto por su tenor como por su tono. Creo que tu respuesta a Ramón Nuñez, por decir lo menos, ha sido demasiado auto flagelante. En mi opinión has exagerado la nota, la cuestión no daba para tanto. En ningún momento, en el párrafo que transcribes, el autor ha mencionado la palabra «traidor» para referirse a tu persona. Lo que si ha dicho es que tu «padre Manuel jamás estaría en las posiciones actuales de su hijo». Y ese es un juicio de valor inserto dentro de un contexto cuyos alcances deben entenderse al fragor de la actual coyuntura política, a propósito de quien votar para el próximo balotaje del 15 de Enero próximo.
Demás está decir que el voto responde a la conciencia de cada cual. Incluso, el mismo Partido Comunista, que ha adherido a Michelle Bachellet, deja claramente establecido que, pese a ello no es, ni mucho menos, dueño de las conciencias de los que votaron por el Podemos, y por tal corresponde a cada uno de nosotros votar ese día en consecuencia con nuestras propias convicciones. Y no deja de tener razón, pues cualquiera haya sido la posición del P.C., lo cierto es, que los que votamos por el Junto Podemos votaremos divididos entre el voto nulo y la Bachellet. No creo, que alguien del Podemos vaya a votar por Piñera, aunque en política, y en el contexto del desconcierto que existe en este mundo, nadie puede ya asegurar nada con certeza.
Y si bien cada opción es respetable por las respectivas razones que las sustentan, debo confesarte que yo, al igual que tú, soy de la opinión de que la opción Bachellet «supuestamente» sería más cercano al mundo nuestro. Sin embargo, con la misma sinceridad debo confesarte que yo, a diferencia tuya, pese a este juicio de valor, no tengo estómago para votar nuevamente por un candidato de la Concertación cualquiera que éste sea. Las explicaciones serían largas de explicar, y puedo asegurarte que también son muy de fondo.
Dijo una vez un filósofo que «el hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra». Yo pienso que aplicado para el caso de la política chilena este filósofo se quedó corto. ¿Cuántas más veces la izquierda tendrá que tropezarse con la misma piedra? Hasta donde yo sepa, con esta ya serían tres veces. Primero votando por Aylwin, (aquel conspirador y golpista, enemigo de la Unidad Popular, y cuchillo para el compañero Allende). Después votó por Lagos, aquel que ha logrado colocar a Chile con una de las peores distribuciones de ingresos en el mundo; aquel que ha logrado privatizar todo lo poco que quedó como bien público después de la dictadura; aquel que logró imponer la «flexibilización laboral»; aquel que ha logrado mantener en calamitoso estado la educación y la salud privilegiando la línea neoliberal mercantilista, aquel que ha votado sucesivamente en contra del generoso pueblo de Cuba, aquel que precipitadamente se apresuró a reconocer el fallid o golpe fascista en contra de Chávez, aquel que se ha entregado a la voluntad del principal terrorista del mundo, George Bush, y a los dictados de las instituciones monetaristas internacionales; aquel que ha desnacionalizado, como el que más, nuestra independencia y soberanía, amén de tantas otras cosas más que sería lato seguir enumerando..
Por cierto, no puedo dejar de recordar el inequívoco juicio de los empresarios chilenos: «Lagos ha hecho el mejor gobierno de derecha en los últimos años» (Sergio Melnick, en el programa televisivo «tolerancia cero»); «Los empresarios aman a Lagos» (Hernán Sommerville, presidente de la CPC), etc. Y no dejan de tener razón, pues… ¿alguien pone en duda que como nunca antes las multinacionales y grupos empresariales criollos como los de Luksic, Angellini, Matte, y los de las bancas y financieras habían ganado tanto con el gobierno de Lagos?… Y no es que eso esté mal. Ojalá a todos los empresarios les vaya bien. Lo malo está, que esas grandes ganancias han privilegiado a unos pocos, y lo que es peor, a costa de la mayor plus valía y explotación lograda del trabajo y esfuerzo de los trabajadores chilenos. No escapará a nadie que este último hecho ha sido la cuestión central a la que nos hemos opuestos férreamente los que adherimos al Pacto Junto Podemos. Es decir, nuestra razón de ser tenía, y tiene, su centro en esa política maligna en contra de los trabajadores, promovida y sustentada tanto por la derecha como la Concertación en los últimos 16 años.
Y no podría dejar de recordarte los derechos humanos, una materia tan sensible para ti y para el que fue tu padre. Sobre este tópico Ricardo Lagos se ha comportado como el mejor de los tartufos. Mientras su discurso público aparenta defender los derechos humanos, en los hechos ha implementado una política que juega a disfavor de los mismos. No otra cosa significó, por ejemplo, la cacareada «mesa de diálogo». Los abogados y organizaciones relacionados con la defensa de los derechos humanos alertaron en la ocasión de que todo esto era un puro cuento, una vulgar faramalla; y tuvieron razón porque sus resultados terminaron por caer en el más grande de los descréditos. También están las llamadas «leyes de enlaces», que en concomitancia con la espuria Corte Suprema, se la quiso hacer prevalecer, justo en el momento que dicho alto tribunal dictaba una resolución dando 6 meses de plazos para poner término a los juicios de derechos humanos. Y más aún, «de taquito», Ricardo Lagos a través de la presidenta del Consejo de Defensa del Estado, pretendió imponer la tesis de la «amnistía impropia», abortada esta última gracias a la férrea oposición de abogados y grupos ligados a la defensa de los derechos humanos. Debo recordarte además, que Lagos indultó a uno de los peores asesinos de Tucapel Jiménez, a cambio de nada, porque esa bestia nunca se arrepintió y negó cínicamente su participación hasta el último momento. Es más, te recuerdo que los encauzamientos de Pinochet se han debido gracias a Gladys Marín (la primera querella) y gracias al Senado norteamericano y al gobierno inglés. La Concertación nunca ha movido ni un dedo para condenar a Pinochet. Al contrario, la Concertación lo rescató de las garras inglesas gracias al generoso paraguas brindado, primero por Frei, y después con el sin par de Ricardo Lagos.
¿Qué diría tu padre de todo esta hipocresía de la Concertación en materia de derechos humanos? No sé. Ni tú ni yo podríamos asegurar algo al respecto, pero sospecho, por lo que el fué y luchó, que de ningún modo dejaría a la vera del camino a aquellos compañeros que todavía claman por verdad y justicia y no han sido escuchados en su clamor por los insensibles oídos de la Concertación. Por eso mismo, es que quizá el compañero de la carta tenga razón en su juicio cuando indirectamente deduce que tu padre no votaría por la Concertación, por el permanente ninguneo de dicho conglomerado hacia aquellos que claman por verdad y justicia en nuestro país. Estimo que este juicio de valor no tendría por qué molestarte, a lo menos, en los desmedidos términos que lo has hecho.
Ahora bien, tú podrás alegar que la Bachellet es distinta de Lagos. Y eso está bien nadie, es lo mismo que otro. ¿Pero esa diferencia, será para bien o para más mal? ¿Puedes tu asegurar que lo hará mejor que Lagos?. Lo que es yo, tengo mis serias dudas. Fíjate tú, que lo mismo se nos dijo la elección pasada: Lagos es distinto de Frei; ¡Ah!, y además era socialista, era de los nuestros, todo aquello se decía para convencernos a los de izquierda que votáramos por él. Y mira lo que resultó. Un carajo, un cara dura que engañó a todos los trabajadores y se pitó todos los anhelos de la izquierda. Quizá, pensando en esto también el compañero de la carta te haya señalado que «tu padre Manuel jamás estaría en las posiciones de su hijo». Y si bien es claro que esto es una pura hipótesis, existen razones fundadas para que dicha hipótesis pudiera ser cierta. No niegues esa posibilidad o, a lo menos, otórgale una razonable duda.
A titulo no se de qué, dejas lanzada en tu carta expresiones demasiado lastimosas e impropias para hacer defensa de la decisión de tu voto. Bien sabes tú que la defensa de posiciones, en este como en otros asuntos, se hace en base a fundamentos y razones. El hecho de que la única razón que exhibes es de que vas a votar por Bachelet para que no salga Piñera, es una razón de temor, pero en ningún caso corresponde a un fundamento que tenga como base la sustentación de tus principios de izquierda progresista, entre los que cabe distinguir oposición al fundamentalismo neoliberalista promovida y sustentada por la Concertación, la férrea defensa de los derechos de los trabajadores hecha tabla raza por la Concertación, y la defensa de los derechos humanos ninguneada por la Concertación, entre otros tantos anhelos que estoy seguro, tanto tú como yo, compartimos y luchamos en contra de ello.
Ahora bien, en el momento cuando le espetas al compañero «Yo te ayudaré en tu trabajo justiciero respecto de este payaso que se entrega tan fácil, payaso que no acepta sin embargo que le sigan poniendo la música para que haga su función de costumbre», te pones demasiado melodramático. Y lo que es peor, usas términos y palabras que al final te rebotan en tu propia cara. Digo esto, porque ¿No será la Concertación la que te está poniendo «la música» para que se reproduzca la misma función de siempre?… Una vez fue Aylwin, otra vez fue Lagos y ahora la Bachellet… La misma música de siempre bajo el expediente de infundirte temor. Entonces… ¿Quién es el que verdaderamente te está colocando la misma música? Es una pregunta- reflexión para que no la eches al saco y la analices en lo más íntimo de tu conciencia.
De otra parte, si seguimos correspondientemente la línea de esta nota, quiero recordarte que tu ahora candidata, Michelle Bachellet, a quien quiera escucharla se ha encargado de dejar bien claro que en su hipotético gobierno ella continuará la «exitosa» obra del presidente Lagos. ¿Te das cuenta del significado de este público compromiso? O sea que, en los hechos, tú seguirías votando más de lo mismo. Es decir, votarías ahora por aquello que te oponías cuando votaste por el Junto Podemos…. ¿Cómo se llama eso?… Por cierto, yo no voy a decir que eres un traidor pero, a lo menos, concede la posibilidad de que muchos compañeros estén desilusionados y contrariados de que ahora estés votando, justamente, por aquellos que siempre han negado tus más sentidos anhelos, aquellos que estaban representados, en su parte gruesa, en el Junto Podemos.
De otra parte, tu que eres sociólogo bien sabes en política como se baraja el naipe. Nos han trastocado todos los valores, Antaño en política se votaba por el Partido, por las ideas, por la ideología y concomitante con ello se producía todo un movimiento social en pos de ello. Ahora, en nuestro tiempo, debemos reconocer, que la reacción mundial ha triunfado en todos los frentes. En política su mayor triunfo es que han logrado transformar el tradicional voto de conciencia por el de conveniencia. Tú con tu apoyo a la Bachellet, estás reafirmando esa condición. Y esto te lo digo convencido de que tú no has cambiado tus principios, pero votas por la Bachelet por temor, para que no salga Piñera. Es decir, el mismo cuento de siempre, que se repite de elección en elección. A fin de cuentas el sistema no te deja ser tú mismo, siempre vistiéndote con ropa ajena. Por temor o conveniencia, da lo mismo, lo importante para los poderes dominantes es que no se exprese el voto de concienc ia. Por eso, yo a diferencia tuya, no cambio mi voto de conciencia por uno de conveniencia. Eso sería la negación de mi mismo, de lo que he sido y de lo que soy. Si me comportara distinto no podría mirar directamente a los ojos de mis hijas ni menos de mis nietas que están rápidamente creciendo. Pero yo no soy tú, y tú no eres yo. Eso marca la diferencia.
Una última reflexión: el caso tuyo, y el de no pocos compañeros, te lo digo con respeto, se asemejan al de Winston Smith, personaje central de la novela de Orwell «1984». Winston Smith, en esencia el personaje más rebelde existente en Inglaterra, el más libertario que se haya podido conocer, llega finalmente a doblegarse, y más que eso, llega a convertirse en un entusiasta y fervoroso defensor del estado de domesticación y subordinación que le ha impuesto la sociedad inglesa en la localidad de Ingsoc. Tu entusiasta y fervoroso apoyo ahora a Michelle Bachellet, no puede dejar de apartarme de esta imagen. Pienso que, a fin de cuentas, las antiutopías literarias de Orwell, han dejado de ser ficción para convertirse hoy en una amarga realidad. Y eso, te lo confieso, me deja triste, muy triste… ¿Qué quieras que te diga? … por esta y otras razones es que comprendo la carta del compañero aquella que te ha producido, a mi juicio, una desmedida sobre reacción y enojo.
Hernán Montecinos es escritor ensayista en Valparaíso