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Cartagena de Indias al desnudo

Fuentes: IPS

Pobreza y riqueza extremas emergen en la caribeña ciudad colombiana de Cartagena de Indias, declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en 1984. El metro cuadrado en la Ciudad Vieja cartagenera es el más caro del país, 2.700 dólares, según la Lonja de Propiedad Raíz de Cartagena, entidad que agrupa al sector empresarial […]


Pobreza y riqueza extremas emergen en la caribeña ciudad colombiana de Cartagena de Indias, declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en 1984.

El metro cuadrado en la Ciudad Vieja cartagenera es el más caro del país, 2.700 dólares, según la Lonja de Propiedad Raíz de Cartagena, entidad que agrupa al sector empresarial de bienes raíces. En la zona turística hay 67 proyectos inmobiliarios en construcción, con 6.000 unidades de vivienda.

Entre 2005 y 2006, los metros cuadrados edificados aumentaron 35 por ciento, según informe del Instituto Colombiano de Productores de Cemento.

La expansión inmobiliaria obedece, entre otras razones, al Acuerdo 016 de agosto de 2005 emitido por la alcaldía mayor de la ciudad, que exime del pago del Impuesto Predial Unificado y del de Industria y Comercio a los inversionistas que contraten personal local en una proporción mínima de 70 por ciento.

Pero los trabajadores no siempre llegan a percibir el salario mínimo, equivalente a 194,4 dólares, y tampoco las prestaciones sociales obligatorias. «A destajo» se denomina en este país la contratación de una persona para realizar trabajos sin vínculo laboral legal.

Un ayudante de construcción gana un jornal de 5,8 dólares, equivalente a un salario mensual de 116,5 dólares a los que deben restarse los gastos de transporte y alimentación, de por lo menos 2,2 dólares diarios.

Esta información fue recogida por IPS dialogando con obreros de la construcción en el sector de Bocagrande, un barrio de clase media acomodada. Pero no fue posible conseguir datos oficiales sobre la cantidad o proporción de este tipo de contratos.

«Es una de las formas de esclavitud moderna», dijo a IPS el sacerdote jesuita Efraín Aldana, director de la Fundación Centro de Cultura Afrocaribe, quien ha dedicado más de 20 años a acompañar a la población cartagenera más vulnerable. «Después de cuatro siglos la situación sigue siendo la misma».

Aldana se refiere así a la historia de Cartagena de Indias, que fue puerto principal de la América meridional para el comercio de esclavos africanos durante la época de la colonia española.

Fundada en 1533 por el español Pedro de Heredia, Cartagena tiene una ubicación y una belleza natural que la hicieron apetecida por reyes y corsarios a lo largo de su historia.

Al noroeste de la ciudad, el mar abierto. Al este, caños (arroyos) y lagunas, al sur la península de Bocagrande y la bahía de Las Ánimas que se abre a la de Cartagena, y en ella, la isla de Tierrabomba.

Para España, Cartagena fue un puerto fundamental al que protegió del asedio de indígenas y de británicos, rodeándola con un cerco de murallas y fortificaciones, como los castillos de San Felipe y San Fernando, parte del conjunto de la ciudad amurallada declarado monumento por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).

La provincia de Cartagena de Indias fue la primera en lograr su independencia el 11 de noviembre de 1811. El español Pablo Morillo intentó reconquistarla y, tras un asedio de varios meses del que salió victoriosa, el libertador Simón Bolívar la denominó «Ciudad Heroica».

Hoy es un centro turístico y cultural nacional e internacional, y aloja, entre otros, el literario Hay Festival, en el mes de enero, el Festival Internacional de Cine, en marzo, y el Campeonato Internacional de Vela, en julio. En noviembre, en conmemoración de la independencia, se celebra el concurso Reinado Nacional de Belleza, y en diciembre, Jazz Bajo la Luna.

En Cartagena está la Casa de Huéspedes de la Presidencia de la República, y habitan por temporadas el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, diseñadores de moda y artistas famosos.

«Es una ciudad con invaluables joyas coloniales y riqueza natural que no se utilizan a favor de las mayorías. Ni siquiera en beneficio de la economía nacional, porque, según el informe ‘La ciudad de los espejos’, del Observatorio de Cartagena hace dos años, los excedentes productivos benefician a las grandes multinacionales propietarias de los restaurantes y hoteles», afirma el sacerdote Aldana.

«Existe la Cartagena de inmensa pobreza. En los barrios de la zona sudoriental he visto derramar lágrimas a un alto comisionado de Derechos Humanos y a un africano que vino a filmar una película sobre la vida del ‘esclavo de los esclavos’, San Pedro Claver», el sacerdote jesuita (1580-1654) declarado santo por haberse dedicado a aliviar el sufrimiento de los africanos que llegaban al puerto, añade.

Según trabajos realizados en 1997 por la no gubernamental Corporación Viva la Ciudadanía y en 2005 por la Universidad del Sinú, la pobreza afectaba a 75 por ciento de los cartageneros y la indigencia a 40 por ciento.

El proyecto Cartagena Cómo Vamos (CCV), del que participan universidades estatales, los diarios El Tiempo y El Universal y organizaciones no gubernamentales, asevera que en 2005, 49 por ciento de los habitantes se manifestaban pobres, según una encuesta realizada por la consultora Ipsos, a mayores de edad repartidos en 13 por ciento de estrato alto, 36 por ciento de medio y 56 por ciento de estrato bajo.

La ciudad contaba entonces con 1.030.150 habitantes.

«El objetivo del CCV es hacer visible la realidad de Cartagena para tomar medidas pertinentes en busca de solución. Porque las cifras que tantas veces se han divulgado no tienen un soporte confiable», dijo a IPS Fabio Rueda, asistente técnico del proyecto que nació en 2002.

El documento analiza la pobreza y la indigencia desde distintas miradas, y asevera que 34 por ciento de los menores de 5 años no consumen una de las tres comidas diarias. Esa proporción aumenta según la edad, y así 53 por ciento de las personas de entre 18 y 25 años soportan ese régimen alimentario deficiente.

«La falta de oportunidades de ingreso es un factor determinante de la situación económica», afirma el documento. Entre los factores de la pobreza se señalan la falta de empleo, los costos de los servicios públicos y de la alimentación.

Según estadísticas oficiales, la pobreza alcanza hoy a 49,2 por ciento de la población colombiana.

Para Aldana la situación de Cartagena descrita una década atrás por Viva la Ciudadanía «ha recrudecido por el crecimiento de los barrios populares, las mal llamadas limpiezas sociales, la ausencia de Estado, la falta de políticas que lleguen a la mayoría y, como todo el país sabe, por la presencia de paramilitares».

Según artículo publicado el domingo 25 por el periódico El Espectador, «un reciente informe de la Defensoría del Pueblo de Bolívar arroja pistas contundentes sobre ‘el lento e imperceptible incremento del homicidio’ en Cartagena: los asesinatos aumentaron 21 por ciento y las muertes derivadas del sicariato se incrementaron en un 39 por ciento».

La crisis de seguridad es atribuida por la Defensoría a los «efectos de la etapa posdesmovilización del paramilitarismo», en referencia al parcial proceso negociado por el gobierno de Álvaro Uribe y esas milicias ilegales, acusadas de crímenes atroces.

Por otra parte, afirma Aldana, «en esta ciudad turística y cultural no se promueve el turismo social, el del medio ambiente, sino principalmente el de los grandes rascacielos que sin planificación conllevan el aumento de factores como la inseguridad y el turismo sexual, que es muy grave, y afecta a jóvenes de ambos sexos especialmente de sectores marginales. Sus teléfonos celulares suenan durante las reuniones barriales, salen, y todos sabemos a qué van», puntualizó el sacerdote.

Con más de dos décadas de trabajo constante «a veces sentimos que la situación desborda nuestros esfuerzos. Pero estamos haciendo alianzas con otras ONG y la misma ciudadanía en la construcción de una sociedad más equitativa», afirmó.