Señor Juan Manuel Santos Presidente de la República de Colombia Palacio de Nariño Mediante esta carta le saludamos atentamente y valoramos sus recientes manifestaciones, entre ellas su mensaje de navidad, en la que se ha referido a la paz, y la de funcionarios del Gobierno respecto a este derecho de las y los colombianos. […]
Señor
Juan Manuel Santos
Presidente de la República de Colombia
Palacio de Nariño
Mediante esta carta le saludamos atentamente y valoramos sus recientes manifestaciones, entre ellas su mensaje de navidad, en la que se ha referido a la paz, y la de funcionarios del Gobierno respecto a este derecho de las y los colombianos. Consideramos que esas expresiones son un signo que reconoce el clamor por la paz creciente en sectores de la sociedad colombiana y en la comunidad internacional.
La gravedad de la confrontación militar sin pausa, arroja grandes sufrimientos, un hondo desgarramiento y pérdida irreparable en cientos de familias de Colombia. Tanto de los combatientes, como de la población civil en los entornos sociales de los territorios nacionales y fronterizos donde se comprueban enfrentamientos permanentes y una insoslayable tensión.
Al tiempo del mantenimiento de las decisiones militares por encima de las del diálogo, se opaca con el conflicto armado la grave situación social y económica del país, cada vez más calamitosa, como lo reflejan los informes de organismos internacionales que nos sitúan como el tercero con más desigualdad del mundo, sólo superado por Angola y Haití, y la grave situación que viven millones de colombianos y colombianas por las graves inundaciones y pérdidas que han padecido.
La suma de dolor que genera la encrucijada de múltiples violencias y la devastación económica, social y moral que afecta a las inmensas mayorías, así como la posibilidad de abrir la puerta para alguna aproximación constructiva, nos lleva a concluir y a exigir, de manera urgente, que debe pararse ya la guerra fratricida. Hemos escuchado con gran interés sus recientes declaraciones en las que señala perspectivas de diálogo para la paz.
En consecuencia, le planteamos respetuosamente como representante y máxima responsabilidad del Estado, las siguientes propuestas:
1) Frente a la decisión de las FARC-EP de proceder a unas nuevas liberaciones, como fue anunciado el pasado 27 de diciembre, expresamos nuestra disposición total para contribuir al desarrollo de la operación humanitaria que las facilite y garantice, tal y como un grupo de Mujeres del Mundo por la Paz de Colombia lo ha manifestado y ha pedido a dicha organización. En tal sentido, reiteramos nuestra disposición a colaborar para que la totalidad de los cautivos en poder de la guerrilla sean puestos en libertad y retornados sanos y salvos a sus familias.
2) Tomar medidas imperiosas en las filas de las Fuerzas Armadas y de Policía para que el derecho internacional humanitario se aplique en toda situación y se investiguen infracciones a tal normativa.
Con este mismo carácter, adoptar medidas para la observancia derivada del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, respecto de la salvaguarda de la integridad de las presas y los presos de las FARC, del ELN y del EPL, de las y los presos de conciencia, y de millares de personas acusadas del delito de rebelión por el hecho de defender los derechos humanos, por ejercer un liderazgo social o simplemente por habitar en zonas de conflicto, cuyos derechos hemos conocido en muchas ocasiones se ven violados, de manera permanente, extendida dicha situación en las diversas cárceles del país.
3) Adoptar de su parte la decisión encaminada a una tregua bilateral o cese al fuego, de la mayor extensión temporal posible, al menos por noventa (90) días, prorrogables. Esta misma petición la elevamos a las organizaciones guerrilleras FARC-EP y Ejército de Liberación Nacional, ELN. Será así el marco adecuado para dar inicio a aproximaciones orientadas a diálogos y acuerdos humanitarios.
Sabemos que ha expresado su voluntad de construir una salida política al largo y profundo conflicto social y armado. Todos esos pasos serán sin duda altamente valorados como signos de disposición para diálogos hacia la paz con justicia, por la sociedad colombiana y la comunidad Internacional.
Quedamos a la espera de una pronta, pública y positiva respuesta.
Atentamente,
Colombianas y Colombianos por la Paz
¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨
Bogotá D.C., martes 17 de enero de 2012
Comandante Timoleón Jiménez
Señores
Secretariado del Estado Mayor Central de las Farc-Ep
Montañas de Colombia
Queremos en esta carta reconocer en ustedes los últimos gestos de buena voluntad que han tenido, no sólo al responder positivamente el pedido que en el pasado mes de agosto hiciera el grupo de Mujeres del Mundo por la Paz de Colombia sino los sucesivos mensajes, entre ellos, su cartas del 1º y 27 de diciembre, del 10 de enero de este 2012, en el que reiteran su disposición al diálogo con el gobierno nacional.
Registramos con esperanza sus comunicaciones, a pesar del doloroso hecho de la muerte de cuatro compatriotas miembros de la Fuerza Pública que se encontraban cautivos. Este hecho lo hemos lamentado y repudiado con transparencia, conocedores de su intención de liberar ese grupo de personas privadas de su libertad. Que no se haya podido llevar a cabo por tal desenlace, demuestra la gravedad del ascenso, sin pausa, de la confrontación militar, que lo único que arroja es grandes sufrimientos, un hondo desgarramiento y pérdida irreparable en cientos de familias tanto de los combatientes, como de las personas civiles en los entornos sociales de los territorios nacionales y fronterizos donde se comprueban enfrentamientos permanentes y una insoslayable tensión.
Al tiempo del mantenimiento de las decisiones militares por encima de las del diálogo, se opaca con el conflicto armado la grave situación social y económica del país, cada vez más calamitosa, como lo reflejan los informes de organismos internacionales que nos sitúan como el tercero con más desigualdad del mundo, sólo superado por Angola y Haití, como ustedes lo reflejan en uno de sus últimos mensajes. Situación agravada por la afección desastrosas consecuencias que las inundaciones y el invierno han causado a millones de colombianos y colombianas.
La suma de dolor que genera la encrucijada de múltiples violencias y la devastación económica, social y moral que afecta a las inmensas mayorías, así como la posibilidad de abrir la puerta para alguna aproximación constructiva, nos lleva a concluir y a exigir, de manera urgente, que debe pararse ya la guerra fratricida.
En consecuencia, les planteamos las siguientes propuestas:
1) Frente a su decisión de proceder a seis nuevas liberaciones, como fue anunciado hace pocos días, expresamos nuestra disposición total para contribuir al desarrollo de la operación humanitaria que las facilite y garantice, tal y como un grupo de Mujeres del Mundo por la Paz de Colombia ha manifestado. En tal sentido, saludamos y nos alegra profundamente esa decisión, al tiempo que reiteramos nuestro pedido y clamor para que la totalidad de los cautivos en su poder sean puestos en libertad y retornados sanos y salvos a sus familias.
2) Tomar medidas imperiosas en sus filas para que el derecho internacional humanitario se aplique en toda situación y se investiguen infracciones a tal normativa.
3) Adoptar de su parte la decisión encaminada a una tregua bilateral o cese al fuego, de la mayor extensión temporal posible, al menos por noventa (90) días, prorrogables. Esta misma petición la elevamos al Gobierno nacional representado por el presidente Juan Manuel Santos, y a la organización insurgente Ejército de Liberación Nacional, ELN. Será así el marco adecuado para dar inicio a aproximaciones orientadas a diálogos y acuerdos humanitarios.
Sabemos de su voluntad de construir una salida política al largo y profundo conflicto social y armado. Todos esos pasos serán sin duda altamente valorados como signos de disposición para diálogos hacia la paz con justicia, por la sociedad colombiana y la comunidad Internacional.
Quedamos a la espera de una pronta, pública y positiva respuesta.
Atentamente,
Colombianas y Colombianos por la Paz
¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨
Bogotá D.C., martes 17 de enero de 2012
Comandante
Nicolás Rodríguez Bautista y Comando Central
Ejército de Liberación Nacional – ELN
Montañas de Colombia
Queremos en esta carta saludarles y expresarles que apreciamos con confianza y esperanza su mensaje al pueblo y a la nación, del pasado 26 de diciembre, en el que reiteran su disposición en la búsqueda del diálogo para la solución política del conflicto social y armado que vive Colombia hace más de medio siglo.
Por el valor que damos a toda aproximación para esas posibilidades, les pedimos una respuesta a nuestra última misiva del mes de agosto pasado, en la que les señalábamos elementos de diálogo y encuentro para avanzar tanto en la aplicación del derecho humanitario como en escenarios de resolución negociada.
Sabemos de su voluntad para la salida política basada en la búsqueda de la justicia y equidad social, tal y como lo manifestaron en su comunicación a la Cumbre de la CELAC, reconociendo que es un proceso en el que es indispensable que se escuchen los clamores del pueblo y la nación. Expresan ustedes que «No es un acto ni un decreto, es un proceso consensuado, donde las partes nos escuchemos y nos coloquemos de cara a las mayorías, como el sujeto de cambio y de futuro».
Efectivamente, al tiempo del mantenimiento de las decisiones militares por encima de las del diálogo, se opaca con el conflicto armado la grave situación social y económica del país, cada vez más calamitosa, como lo reflejan los informes de organismos internacionales que nos sitúan como el tercero con más desigualdad del mundo, sólo superado por Angola y Haití. Situación agravada por las desastrosas consecuencias que ha generado a millones de colombianos y colombianas las inundaciones y la ola invernal.
La suma de dolor que genera la encrucijada de múltiples violencias y la devastación económica, social y moral que afecta a las inmensas mayorías, así como la posibilidad de abrir la puerta para alguna aproximación constructiva, nos lleva a concluir y a exigir, de manera urgente, que debe pararse ya la guerra fratricida.
En consecuencia, les planteamos las siguientes propuestas:
1) Tomar medidas imperiosas en sus filas para que el derecho internacional humanitario se aplique en toda situación y se investiguen infracciones a tal normativa. En ese sentido, en esta materia, les pedimos responder a las cuestiones planteadas en nuestra pasada carta del mes de agosto.
2) Adoptar de su parte la decisión encaminada a una tregua bilateral o cese al fuego, de la mayor extensión temporal posible, al menos por noventa (90) días, prorrogables. Esta misma petición la elevamos al Gobierno nacional representado por el presidente Juan Manuel Santos, y a la organización insurgente FARC-EP. Será así el marco adecuado para dar inicio a aproximaciones orientadas a diálogos y acuerdos humanitarios.
Sabemos de su voluntad de construir una salida política al largo y profundo conflicto social y armado. Todos esos pasos serán sin duda altamente valorados como signos de disposición para diálogos hacia la paz con justicia, por la sociedad colombiana y la comunidad Internacional.
Quedamos a la espera de una pronta, pública y positiva respuesta.
Atentamente,
Colombianas y Colombianos por la Paz
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