El único que no recibió el beneficio fue el ex albacea de Pinochet, Oscar Aitken, ya que no fue ubicado en su domicilio y por lo tanto no pudo ser notificado de su encausamiento. El ministro Cerda dijo que esta nueva decisión se ajusta a la Constitución y que no obedece a un «capricho». [Actualizada] […]
El único que no recibió el beneficio fue el ex albacea de Pinochet, Oscar Aitken, ya que no fue ubicado en su domicilio y por lo tanto no pudo ser notificado de su encausamiento. El ministro Cerda dijo que esta nueva decisión se ajusta a la Constitución y que no obedece a un «capricho». [Actualizada]
El ministro Carlos Cerda concedió este viernes el beneficio de la libertad provisional, con consulta a la Corte de Apelaciones, a los hijos y la viuda del general (r) Augusto Pinochet, además de los ex colaboradores del ex dictador procesados y detenidos en el denominado caso Riggs.
Del total de 23 encausados, el único que no recibió el beneficio fue el ex albacea de Pinochet, Oscar Aitken, ya que no fue ubicado en su domicilio y por lo tanto no pudo ser notificado de la decisión del magistrado.
Se espera que el sábado, cuando posiblemente se revisen los nueve recursos de amparo presentados ante el tribunal de alzada en favor de algunos de los detenidos, se dictamine además una decisión respecto de este otorgamiento de libertad.
Las libertades, de confirmarse, serán de carácter provisional y sujetas al pago de una fianza que será fijada por Cerda.
Cerda afirma que decisión «no es un capricho»
En tanto, fuentes judiciales señalaron que la última decisión del magistrado podría tratarse de una estrategia para quitarle fuerza a la gran cantidad de amparos presentados contra las resoluciones que ha dictado en este caso.
No obstante, fue el propio juez quien se encargó de aclarar que el otorgamiento de la libertad a los procesados responde al cumplimiento de los derechos que tiene toda persona, según lo estipula la Constitución.
El juez aclaró que la aplicación del beneficio habría esto limitada durante el jueves ya que así lo señala la ley en base a la penalidad asignada al delito que se les imputa, el de malversación de caudales públicos.
Por ello enfatizó que revertir la aprehensión de los procesados no es un «capricho» suyo, sino que responde a que sólo ahora puede estipular que no existen razones concretas para mantener la prisión de todos.
Consultado sobre cómo recibía las críticas que se han generado tras disponer los encausamientos señaló que lo que le dolía era que un sector de la sociedad chilena no se sentía representado por él en su calidad de juez.
«Tengo hambre de que todos los sectores de la sociedad reconozcan en mí a un juez y no a un persecutor», afirmó.
Si bien dijo estar consciente que hay un sector que lo ve como un juez imparcial «por razones históricas», Cerda señaló que esto no podía ser así ya que «con toda franqueza no persigo ni tengo animadversión con nadie».
Asimismo, defendió su dictamen señalando que era su deber como juez fallar los procesamientos toda vez que contaba con los antecedentes necesarios y eso la gente lo tenía que entender «por el bien de la cultura jurídica chilena».
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