Lo del Catatumbo representa una de las peores atrocidades en el conflicto colombiano desde la irrupción paramilitar en esa misma región. Con lista en mano, minando las rutas de escape, los amigos del “amor eficaz” patrullaron los pueblos dando cacería a miembros o personas cercanas al frente 33 del EMB. Con esta acción, planificada desde hace meses, el ELN se consolida como el único grupo armado con hegemonía en la zona fronteriza y expone el flanco débil de una organización que pese a que tenía gran legitimidad con las organizaciones campesinas y un trabajo social que jamás el ELN tuvo en la región, había descuidado su flanco militar. Y toda guerrilla, bien se sabe, es una entidad de carácter político-militar. El desmoronamiento de este frente, la unidad militar más fuerte con la que contaba el EMB, en un par de días, es una derrota aplastante que tendrá efectos en las negociaciones adelantadas por esa organización y en su capacidad de resistir en otras partes del país, sin considerar que pierde el aparato financiero que la sostenía con el impuesto al narco. La lucha armada es un medio darwinista en el que solamente sobreviven los más fuertes. Es curioso cómo el frente 33 pudo pensar que tendrían una alianza estable y duradera con la misma organización que los atacaba en Arauca y que luchó contra ellos mismos, antes de que se fraccionaran, en Cauca, donde el ELN fue contundentemente derrotado. Ya es muy tarde para las lecciones y aprendizajes, y podríamos decir que el 33 es ya cosa del pasado. Su incapacidad militar y la falta de moral de su tropa, que contrasta con la determinación de las estructuras del EMC FARC-EP en Cauca o Arauca habrá que analizarla en otro espacio.
El blitzkrieg de Catatumbo no hubiera sido posible sin la participación decidida de Venezuela. Hay que hablar claro y que no me digan que uno es un plumífero a sueldo de la CIA. Digo lo que toda gente que conoce el Catatumbo y el movimiento popular en la frontera dice. Es muy poco creíble que más de mil combatientes hayan pasado desde Arauca a Catatumbo sin que nadie los viera. El apoyo logístico, militar y financiero al ELN fue decisivo. Eso también explica porque a los mismos elenos que les fue tan mal en Cauca, el Chocó o el sur de Bolívar les va tan bien en la frontera donde los protege el ejército venezolano. Lo clave es que el ELN perdió la guerra en Colombia, ha salido del interior y con este movimiento se asienta firmemente en el control de la frontera venezolana. Se retirarán hacia la frontera venezolana, Arauca, Catatumbo y no sería raro que a mediano plazo busquen asentarse en la Guajira, para desde ahí ser la fuerza de choque de Venezuela ante cualquier plan aventurerista del uribismo de invadir a Venezuela. Al fin, después de seis décadas de estar perdidos en el monte buscando su razón de ser más allá del anti-comunismo infantilista de sus fundadores, el ELN ha encontrado su razón de ser.
Para Venezuela, el cálculo es sencillo. Se les simplifica la gestión de la frontera al dejar tan solo a un grupo, a un grupo que ha demostrado además ser fiel y leal al madurismo, sin otra agenda de momento más que servir de tropa de choque para su defensa. Así, buscan blindarse de la posible intentona golpista auspiciada por el uribismo. Catatumbo queda como tierra de nadie: con su población desplazada, amedrentada y masacrada, más cuando el gobierno de Petro, en medio de su conmoción interior, ordena erradicar la coca, lo que termina de acabar con el único sustento a disposición de los campesinos de la región. La excusa es quitarle al ELN los fondos del narcotráfico, pero es que el ELN no depende de los fondos del narcotráfico, sino de sus influencias al otro lado de la frontera. Acabaron con el Catatumbo, ahora sí. Será una región sin gente, de amortiguamiento para el conflicto entre dos naciones hermanas peleadas por la miopía de sus dirigentes. Nada, la defensa de ningún proceso, puede justificar este crimen contra la población del Catatumbo.
Curiosamente,
los amigos del “amor eficaz” pasaron años en una campaña para denunciar,
sin
ninguna prueba o con cuentos de ciencia ficción de supuestos opinólogos
prepago, a las estructuras disidentes de las FARC-EP en la frontera
colombo-venezolana como “paramilitares”. Resulta ridículo, pero esta
propaganda
caló en sectores de las fuerzas armadas venezolanas que se decidieron a
dar
apoyo irrestricto al ELN. Y con esa propaganda, son los que justificaron
las
atrocidades del ELN. Felicidades, 40.000 desplazados les agradecen sus
buenos
oficios compañeros propagandistas de cuarta. Pero los que llegaron
actuando
como paramilitares no fueron los “disidentes” sino los ELN. Igual que
las
tropas de Castaño hace dos décadas, y con apoyo estatal, pero de otro
estado esta vez. El ELN ya hace rato que ha dejado de ser una guerrilla
colombiana y
ha pasado a operar como un grupo paramilitar venezolano. Ya no tiene
sentido
una mesa de negociaciones con el ELN porque ellos no son los que
deciden. El
problema es la negociación con Caracas y cómo se normalizan las
relaciones con
un país fronterizo que, pese a todo el romanticismo que aun envuelve a
la
mistificada y desgastada revolución bolivariana, ha demostrado la
capacidad de
hacer muchísimo daño a Colombia en respuesta a las amenazas fuera de
lugar del
uribismo. Como siempre, la gente de a pie es la que queda al medio de
este holocausto
disfrazado de “amor eficaz”.
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