Catorce meses después de la muerte de Íñigo Cabacas, peritos de la Policía española realizaron ayer una exhaustiva medición del callejón de María Díaz de Haro, por orden del juzgado. La Ertzaintza no participó. Meses después de la muerte de Íñigo Cabacas, en el callejón María Díaz de Haro se practicaron Ya mediciones relacionadas con […]
Catorce meses después de la muerte de Íñigo Cabacas, peritos de la Policía española realizaron ayer una exhaustiva medición del callejón de María Díaz de Haro, por orden del juzgado. La Ertzaintza no participó.
Meses después de la muerte de Íñigo Cabacas, en el callejón María Díaz de Haro se practicaron Ya mediciones relacionadas con la investigación de los hechos, pero en ningún caso fueron tan exhaustivas como las practicadas ayer a cargo de peritos de la Policía española, según confirmaron trabajadores de los establecimientos de la zona. En las pruebas de ayer no tomó parte la Ertzaintza, según informó Efe citando fuentes del Departamento de Seguridad de Lakua.
Trabajadores de Kirruli Kultur Elkartea precisaron que «en su día estuvieron midiendo, pero se centraron más en la zona en la que se desplomó Íñigo. Nada que ver con las mediciones que están haciendo hoy [por ayer], ni siquiera precintaron la zona», señaló uno de los jóvenes que había sido citado para tomar parte en la prueba pericial.
El acceso al callejón estaba acordonado desde el martes. Fue antes de las 11.00 de ayer cuando se presentaron en el lugar efectivos de la Policía española. Tres furgones policiales cerraron el acceso al callejón por María Díaz de Haro y otra dotación más se situó en la otra salida del mismo. Por orden judicial, solo se permitió el acceso al lugar a los vecinos de los bloques de viviendas y empleados de negocios de la misma calle.
Durante horas, además de los efectivos de vigilancia alrededor del perímetro, efectivos de paisano con el rostro cubierto, entre los que se encontraban varios peritos, realizaron las mediciones en distintas zonas del callejón, que fue fotografiado al detalle. En el lugar se encontraba también personal judicial, así como la abogada de la familia, Jone Goirizelaia.
El objeto de la investigación no era realizar una reconstrucción de los hechos, como rápidamente difundieron algunos medios de comunicación y se extendió por las redes sociales, sino realizar una prueba pericial centrada en la descripción milimétrica del lugar y la recomposición del espacio como se encontraba en el momento de los hechos. Según explicaron testigos a GARA, «no querían que hiciésemos una reconstrucción de lo que pasó, sino que dijésemos dónde estábamos cuando se produjeron los hechos». «El problema es que ha pasado más de un año desde aquello», señalaron las mismas fuentes.
De hecho, se citó a testificar en la prueba pericial a las personas que la noche del 5 de abril de 2012 se encontraban trabajando en los dos bares del callejón, Kirruli y Octoberfest, a quienes les comunicaron que serán citados en otra ocasión, esta vez sí, para la realización de una auténtica reconstrucción de los hechos.
A los responsables de ambos establecimientos se les pidió que colocaran las barras exteriores y otros elementos tal y como estaban dispuestos aquella noche -en la que miles de personas se encontraban en las inmediaciones de San Mamés celebrando la victoria del Athletic sobre el Schalke o4- y que lo hicieran con la máxima precisión, hasta en lo referente a detalles como la posición en la que se encontraba el toldo de Kirruli Kultur Elkartea.