Hoy, vemos inexorablemente como la industria de celulosa Nueva Aldea (perteneciente al grupo Celco Arauco) finaliza la construcción del ducto en el mar, dando inicio así a la destrucción de uno de los litorales más puros y libres de contaminación de la zona centro sur de Chile. Este proceso comienza con la aprobación y puesta […]
Hoy, vemos inexorablemente como la industria de celulosa Nueva Aldea (perteneciente al grupo Celco Arauco) finaliza la construcción del ducto en el mar, dando inicio así a la destrucción de uno de los litorales más puros y libres de contaminación de la zona centro sur de Chile. Este proceso comienza con la aprobación y puesta en marcha del CFI Nueva Aldea, y posteriormente con la autorización para la construcción de este emisario submarino.
«Salvemos Cobquecura» en dos años de lucha ha enfrentado a un enemigo sedicioso, acostumbrado a actuar de manera prepotente, corrupta e inescrupulosa, que se aprovecha de las carencias materiales de la población para posicionarse en el ámbito local, comprando las conciencias de los más débiles y desintegrando a la sociedad.
Sostenemos que esta industria de celulosa y forestal no actúa sola, con ellos trabaja el Gobierno de Chile, con quienes conforman la «mesa de diálogo» en conjunto con dirigentes de los sindicatos de pescadores y la colaboración siniestra de Hugo Arancibia, Presidente de FEREPA Bío Bío, la Universidad de Concepción, el equipo de Tironi y Asociados y muchos más agentes de Celco Arauco distribuidos en el territorio de la región del Bío Bío, Maule y Los Ríos.
La complicidad del Gobierno se puede observar en las múltiples acciones realizadas junto con la industria: presentaciones, lanzamientos, visitas a terreno, entre otros. Mientras tanto, la Comisión Nacional del Medio Ambiente no ha sido capaz de dar una respuesta al recurso de reclamación, presentado por los vecinos de la comuna de Cobquecura el día 30 de marzo del año 2006, es decir, han transcurrido más de 622 días, lo que nos ha dejado entrever las irregularidades que sufre esta institucionalidad y el precario proceso de Participacion Ciudadana.
Declaramos la amenaza de este emisario submarino, el cual considera al Océano Pacífico como un basural. Celco Arauco y el Gobierno de Chile siguen violando el «derecho constitucional de vivir en un medioambiente libre de contaminación», derecho que lo estipula la Constitución Política de la República de Chile. Y más aún, lo que señala el articulo primero de la ley de bases del medio ambiente: «El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, la protección del medio ambiente, la preservación de la naturaleza y la conservación del patrimonio ambiental…»
Denunciamos que han hipotecado el desarrollo de miles de habitantes de Cobquecura y de los sectores de Boca Itata y Perales. A lo anterior, señalamos que jamás se realizó un estudio de línea base para nuestra comuna, ya que consideraron que Cobquecura no sería impactada por encontrarse fuera del área de «influencia» del proyecto.
Repudiamos a los senadores y diputados de la región por permitir la construcción de la industria de celulosa y la instalación del emisario submarino en la desembocadura del río Itata. Por otra parte, las comisiones de medioambiente del senado y la cámara de diputados se comprometieron a recorrer la zona de «influencia», pero no fueron más que promesas incumplidas. Por tanto, seguiremos denunciando a esta empresa, a sus secuaces, sus aliados políticos y a cualquier «agencia» que intente espiarnos.
Si bien la construcción del emisario submarino está llegando a su etapa final, aún no ha comenzado a descargar su basura en el mar, lo que intensifica nuestro rechazo a su puesta en marcha, por tanto, Salvemos Cobquecura seguirá defendiendo el derecho a vivir en un entorno Natural, Cultural y Social libre de contaminación para nosotros y las futuras generaciones. Sin embargo, esperamos que de una vez por todas el Gobierno de Chile se ponga los pantalones y deje de velar por los intereses de empresas con conductas no amigables con el medio ambiente.