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Cenda fundamenta por qué el Sexto Retiro AFP beneficia al pueblo trabajador y la economía

Fuentes: Rebelión

La presión popular por nuevos retiros va a continuar, que nadie se equivoque en ello. Es una demanda justa que confirma la ilegitimidad del sistema de ahorro forzoso AFP. El pueblo tiene toda la razón al exigirlos. No la tienen asesores gubernamentales que se oponen a los mismos. Tampoco quienes dirigen instituciones públicas y transgrediendo sus atribuciones funcionarias han presionado en contra. Para intentar frenarlos, quienes pretenden mantener y agravar este abuso exageran los aspectos negativos de los retiros mientras soslayan sus evidentes y masivos aspectos positivos. Todos ellos le dicen al pueblo que ese dinero es “ahorro” que le pertenece ¡Pues bien, dice el pueblo, que lo devuelvan!

Uno de los temas calientes en la agenda pública tiene que ver con la discusión legislativa respecto de la eventualidad de aprobar o no un sexto retiro del 10 por ciento de los ahorros previsionales del fondo acumulado por los cotizantes durante más de 40 años, desde el imperio del sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), impuesto por la dictadura cívico-militar en 1981. Lo siguiente es la presentación realizada por el economista Manuel Riesco a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara de Diputadas y Diputados, el pasado 30 de mayo.

Manuel Riesco es subdirector del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda), en tanto su director es el prestigioso investigador y autoridad económica nacional e internacional, Hugo Fazio, quien, además, fue autoridad máxima del Banco Central bajo el Gobierno de la Unidad Popular conducido por Salvador Allende, entre el 1970 y 1973.

El Cenda corresponde a una Fundación de derecho privado sin fines de lucro, que a través de la investigación, docencia y extensión, formula y promueve propuestas e ideas de alcance nacional, con un profundo contenido social, democrático y participativo para la sociedad chilena.

Se trata de una de las contadas entidades especializadas en materias económicas y políticas del país que han bregado por la producción de conocimientos al servicio de los intereses de las clases trabajadoras y populares en Chile.

He aquí la presentación.

Retiros AFP

Presentación ante la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la H. Cámara de Diputadas y Diputados

30 de mayo de 2023

Resumen

La presión popular por nuevos retiros va a continuar, que nadie se equivoque en ello. Es una demanda justa que confirma la ilegitimidad del sistema de ahorro forzoso AFP. El pueblo tiene toda la razón al exigirlos. No la tienen asesores gubernamentales que se oponen a los mismos. Tampoco quienes dirigen instituciones públicas y transgrediendo sus atribuciones funcionarias han presionado en contra. Para intentar frenarlos, quienes pretenden mantener y agravar este abuso exageran los aspectos negativos de los retiros mientras soslayan sus evidentes y masivos aspectos positivos. Todos ellos le dicen al pueblo que ese dinero es “ahorro” que le pertenece ¡Pues bien, dice el pueblo, que lo devuelvan!

De esa manera CENDA inició hace un año su presentación a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara de Diputados en la discusión del así llamado 5° retiro. La Comisión tramita ahora el 6º retiro de fondos, tras revisar varios proyectos de contenido parecido durante el año transcurrido.

Los retiros enfrentan el rechazo tenaz de la industria financiera y el gran empresariado y quienes representan sus intereses, poniendo en evidencia a quién beneficia el ahorro forzoso. Pero cuentan con respaldo de amplios sectores políticos y unánime en el pueblo, para quienes este sistema mal llamado “de pensiones”, implementado por la dictadura y mantenido en democracia, ha perdido toda legitimidad.

El fondo AFP no sirve de nada al pueblo trabajador. Las pensiones en Chile las financia el fisco en un 85 por ciento, gastando en ello el 17,2 por ciento de su presupuesto. Incluyendo el 60 por ciento de las que paga el sistema AFP, subsidio que ha subido en un 41 por ciento el último año con la pensión garantizada universal (PGU) (cuadro 1). El 15 por ciento restante del gasto nacional en pensiones lo financian las AFP con menos de un quinto de las cotizaciones corrientes (cuadro 2.1). El fondo AFP no ha financiado nunca ni financiará jamás pensión alguna.

Para la abrumadora mayoría, el saldo registrado a su nombre en el fondo ni siquiera mejora significativamente el cálculo de su pensión, cuya base es la PGU. Cada millón “ahorrado” agrega apenas cinco mil pesos al cálculo de su pensión mensual. ¡Mucho mejor tenerlo en el bolsillo!

El ahorro forzoso es un abuso gigantesco de un puñado de grandes grupos que controlan el sistema y gracias a ello se han hecho multimillonarios en dólares, contra el pueblo trabajador, y la  ciudadanía toda, incluido el resto de los empresarios.

Consiste en desviar el grueso de las cotizaciones obligatorias al mercado de capitales para disfrute de estos grandes empresarios. El fondo así acumulado financia la mayor parte de los créditos y buena parte del capital bursátil de las empresas que operan en el país, especialmente las de los cuatro grupos que controlan este sistema a partir de las compañías de seguros que constituyen el corazón del mismo. La mitad financia gobiernos y empresas en el extranjero.

Las ganancias brutas apenas cubren las abultadas comisiones y primas cobradas por sus administradores, y en reiteradas crisis financieras ni siquiera alcanzan para eso. Desde enero de 2021 hasta el 28 de mayo de 2023, por ejemplo, el fondo perdió cerca de un tercio de las ganancias brutas acumuladas desde su creación en 1981 hasta la primera fecha, un monto cercano a 50.000 millones de dólares calculado en esa moneda, lo mismo que los tres retiros, por lo cual estos evitaron en parte que esa pérdida afectase a los fondos recuperados (cuadro 3.3, 3.2 y 3.1). Hasta octubre de 2022 recién pasado, dichas pérdidas sumaban 80 mil millones de dólares y las ganancias brutas no alcanzaban para cubrir las comisiones y primas acumuladas (gráfico 3).

Desde hace cuatro décadas en Chile, las cotizaciones previsionales, segunda fuente de ingresos estables del fisco en todos los países y que en Chile equivalen al 16 por ciento de la recaudación fiscal total, se restan al presupuesto del fisco, al que  permitirían financiar con holgura las pensiones de los padres y abuelas de los forzados “ahorrantes”. Dicho desvío es la causa exclusiva de las bajas pensiones, el origen principal del déficit y endeudamiento fiscal y de la regresividad del sistema tributario (cuadro 12.2).

El gobierno no está haciendo lo necesario para acabar con el abusivo ahorro forzoso. Al igual que dos proyectos similares en los gobiernos precedentes, la reforma presentada está estancada en el Parlamento. Esta mejora aspectos de su administración, pero no acaba el ahorro forzoso sino que lo agrava. Esa es la causa del problema político que enfrentan los dos últimos gobiernos con la demanda popular de retiros. La solución no es demonizarlos, tampoco denostar a sus promotores ni menos al pueblo por exigirlos, sino acabar con el ahorro forzoso. ¡Ahora!

En lo que sigue, se presentan a la consideración de la H. Cámara de Diputados las principales cifras y razones que demuestran estos asertos. Confiamos que las mismas serán consideradas al momento de votar los retiros.

Ahorro forzoso

En todos y cada uno de los 503 meses transcurridos desde la puesta en marcha del sistema AFP tras la dictación del DL3.500 en 1981, las cotizaciones recaudadas han más que duplicado el monto total de las pensiones pagadas por el sistema AFP en su conjunto.

Por añadidura, el fisco ha financiado el 59,5 por ciento de todas estas, incluyendo el 57,8 por ciento de las pagadas en los últimos 12 meses a marzo de 2023, y el 64 por ciento de las pagadas ese mes.

Aun descontando de cotizaciones y subsidios el costo total de esas pensiones, cada mes, cada año, se ha generado un excedente corriente a favor del sistema AFP, que en total suma bastante más que el valor actual del fondo AFP. La única excepción son los años 2020 y 2021, cuando por única vez el pueblo trabajador ha retirado dinero en términos netos del sistema AFP, en virtud de los retiros autorizados por el anterior Parlamento (Gráfico 1 y cuadro 1, CENDA 2022 a,b).

El ahorro forzoso beneficia principalmente a cuatro reconocidos grupos nacionales que controlan el sistema AFP. Mediante las compañías de seguros que conforman el corazón del mismo, se han embolsado primas brutas por compra forzosa de seguros AFP, equivalentes a la mitad de las cotizaciones recaudadas desde 1981. Asimismo, a otros dueños de empresas nacionales, el 70 por ciento de cuya deuda y 20 por ciento de su capital bursátil en el caso de las mayores, se financia con el fondo AFP y las “reservas técnicas” de rentas vitalicias (CENDA 2022 a,b).

Retiros

Parece grave que desde que se iniciaron los retiros, funcionarios que dirigen importantes instituciones públicas y que también se oponen a los mismos, hayan venido transgrediendo de modo sistemático, flagrante e impune, sus atribuciones, presentando una visión absolutamente unilateral al respecto.

Exageran sus aspectos negativos, que son discutibles y se pueden morigerar extendiendo los retiros en el tiempo, de manera alarmista y muchas veces falsa, al tiempo que simplemente olvidan sus evidentes e importantes aspectos positivos como los recién mencionados. Todo ello con el burdo propósito de inducir al Parlamento a rechazarlos.

Asesores fundamentan su rechazo a los retiros exagerando su efecto al elevar la demanda agregada presionando sobre los precios, cuya alza general atribuyen a una economía supuestamente “sobrecalentada” por esta causa.

Eso nunca fue cierto ni mucho menos hoy cuando el propio BC ha pronosticado una recesión y las propias cifras de la Superintendencia de Pensiones, que son un censo a las planillas de pago en el caso de las cotizaciones y de los despidos en el caso del seguro de desempleo, y constituyen de lejos el mejor indicador del empleo, registran una recesión a partir del primer trimestre de este año (CENDA 2023a).

Por otra parte, es obvio que los retiros afectan la “profundidad del mercado de capitales” local, pero se exagera su eventual efecto sobre la tasa de interés, cuya trayectoria sigue en Chile su movimiento internacional.

Intencionadamente confunden la necesaria igualdad entre ahorro e inversión, con causalidad de la primera sobre la segunda. De este modo, alegan que los retiros afectaron la inversión. Esta última, sin embargo, no se determina por el ahorro sino por la rentabilidad de los proyectos, la que depende de la estabilidad política, la que ha sido gravemente afectada por el rechazo popular al ahorro forzoso. Para comprender la falacia de este argumento basta preguntarse en cuánto estiman el impacto del 18-O sobre la inversión.

Los retiros también inciden en el cálculo de pensiones al reducir los saldos adeudados a los jubilados, pero ello no afecta a la abrumadora mayoría de afiliados cuyos fondos agregan poco y nada a la PGU. Aseguran que sería una medida regresiva, puesto que las personas más pobres no disponen de saldos significativos para retirar, si tienen alguno, ocultando que las que retiran no son personas ricas sino millones que conforman el pueblo trabajador y que los que devuelven la plata son los súper ricos del país, precisamente por ello se oponen a ellos del modo que lo hacen.

Los aspectos negativos señalados son más que compensados por impactos positivos de los retiros, asimismo evidentes, que sus críticos desdeñan y cuya dimensión ha sido bien extraordinaria.

Lejos de ser una “mala política pública” como se los ha calificado, los retiros han sido la medida de reactivación económica más importante en registro y de lejos el principal estímulo a la rápida recuperación de la economía chilena tras la profunda paralización COVID. Los más de 700 mil empleos adicionales registrados en febrero de 2023, respecto del máximo anterior registrado en marzo de 2020, son en medida no menor el resultado de este estímulo.

En la actualidad los retiros pueden evitar que la recesión ya iniciada se agrave, lo que sería muy peligroso en circunstancias que el país vive una crisis política nacional.

Se trata de un estímulo a la demanda financiado con recursos reales, en buena medida repatriados, no con emisión desmedida que puede envilecer la moneda. De hecho el peso se fortaleció, al bajar la cotización del dólar de 840 a 770 pesos por dólar entre septiembre de 2020 y 2021, el período de mayores retiros (gráfico 2).

Los retiros AFP han sido sin duda la medida redistributiva singular más importante en registro. Han restituido el equivalente a la mitad de la masa de salarios de un año completo, desde los mercados financieros y un puñado de grupos súper ricos que tienen ese dinero en su poder, a 13 millones de personas del pueblo trabajador afiliadas al sistema, que conforman casi toda la población activa y la mitad de la jubilada, del país.

Los retiros favorecen a 11,6 millones de personas afiliadas activas al sistema AFP, que conforman la totalidad de fuerza de trabajo real y concreta, que entra y sale constantemente de las casi 7 millones de planillas de pago censadas mensualmente en el registro de cotizaciones. También al millón y medio de personas jubiladas por este sistema.

Los saldos en las cuentas individuales de las personas activas son modestos. La mitad tiene menos de dos millones de pesos, lo que resulta en una pensión de 10 mil pesos por mes, y un sexto no tiene nada. El 86 por ciento tiene menos de 20 millones, que resultan en una pensión de $100 mil, el 94 por ciento tiene menos de 40 millones, que resultan en una pensión de $200 mil, similar a la PGU. Sólo el 1,2 por ciento tiene más de 100 millones, que resultan en una pensión de $500 mil, equivalente a los ingresos salariales promedio de los afiliados activas en los últimos 15 años. Ninguna “ahorrante” forzada es una persona rica, los ingresos mensuales sobre $2,8 millones no cotizan. Los afiliados a las AFP son el pueblo trabajador de Chile identificado con RUT, nombre y apellido. Todo retiro en su favor es muy progresivo (SP 2022).

Otras personas, incluida la mayoría de economistas que opinan en los medios, rechazan los retiros porque están convencidos de las virtudes del desvío de parte de los salarios al ahorro forzoso, porque incrementa el ahorro nacional. No comprenden o no consideran que ello constituye una violación flagrante del pacto social secular en su norma más esencial: los salarios son sagrados, no se tocan. Sólo pueden destinarse al bienestar, directo e inmediato de las familias trabajadoras, incluidos sus mayores. Jamás forzarlos a financiar negocios de empresarios. Financiar el ahorro nacional es responsabilidad exclusiva de estos, con cargo a las ganancias y rentas que se apropian (CENDA 2022b).

Ahorro forzoso y déficit fiscal

Acabar con el ahorro forzoso resuelve por añadidura y en buena medida el déficit y endeudamiento fiscal, puesto que es su principal causa. Mantenerlo es una gran irresponsabilidad fiscal e incrementarlo aún peor.

Las cotizaciones equivalen a más de un sexto de los ingresos fiscales y desde 1981 hasta marzo de 2023 sumaron 258.557 millones de dólares que se han restado de los mismos. Adicionalmente el fisco ha debido subsidiar con 64.706 millones de dólares el 59,5 por ciento de las pensiones pagadas por las AFP, que en ese período sumaron 107.275 millones de dólares, incluyendo el 57,8 por ciento de las pagadas por el sistema en los últimos 12 meses (cuadro 22.2, CENDA 2022a).

El excedente corriente de cotizaciones más subsidios menos pensiones pagadas por el sistema AFP, suma 215.989 millones de dólares desde 1981, incluyendo 11.627 millones en

los últimos 12 meses (cuadro 2.2). Dicho excedente corriente a favor del sistema AFP es la medida precisa del monstruoso déficit fiscal acumulado por el sistema AFP, puesto que sin AFP, recaudando y pagando lo mismo, hoy sería excedente fiscal neto.

Ahorro forzoso y regresividad tributaria

El monto de este gigantesco subsidio al empresariado, a costa de los jubilados y el fisco, equivale en los últimos 12 meses a 3,4 por ciento del PIB, monto similar a la recaudación fiscal estimada por la reforma recientemente rechazada por el Parlamento. Acabarlo restablecerá la neutralidad del sistema tributario, que es actualmente uno de los más regresivos por este motivo.

En el resto del mundo las cotizaciones previsionales son un impuesto neutro desde el punto de vista distributivo, puesto que son una imputación a los salarios de personas activas que se destina íntegramente, de modo directo y “sobre la marcha” como lo define la academia, a pagar pensiones a sus padres y abuelas, cada uno a su respectivo nivel de ingreso. Permanece en el seno de la familia trabajadora, por así decirlo.

En Chile, en cambio, el DL3500 transfirió el grueso del mismo al gran empresariado. La OCDE en su reciente evaluación tributaria comparativa solicitada por Hacienda (OCDE 2022), consigna ésta y otras parecidas como “transferencias forzosas al sector privado” y correctamente las suma al resto de la carga tributaria, la que sube así 7 puntos, de 19,6 a 26,9 por ciento del PIB. Es aún así una carga baja, pero en Chile resulta profundamente regresiva precisamente por este motivo. Acabar con esta transferencia y recuperarlas para pagar pensiones “sobre la marcha” es la verdadera reforma tributaria que Chile necesita.

Palabras finales

Los retiros han constituido el cuestionamiento más importante desde el fin de la dictadura al abusivo ahorro forzoso, por parte del sistema político democrático impulsado por la presión popular.

Su principal virtud fue relegitimar la institucionalidad democrática en su momento más oscuro. El Parlamento anterior impuso su autoridad a los poderosos y limitó uno de sus abusos más graves contra el pueblo trabajador, recuperando así en parte su legitimidad.

Equivocadamente, los asesores del nuevo gobierno se opusieron a los retiros en 2022, ayudando a que este y la Convención fueran también deslegitimados en el plebiscito del 4-S, agravando la crisis política nacional. Hoy persisten en esta postura equivocada e irresponsable cuando los resultados del 7 de mayo recién pasado evidencian que esa crisis política ha alcanzado un nivel peligroso. La recesión económica iniciada en el primer trimestre de este año, misma que los retiros pueden evitar, agravará este peligro a un nivel crítico.

La legitimidad del sistema democrático no se va a recuperar mientras no sea capaz de acabar el ahorro forzoso de una buena vez. Esto es lo que el país necesita y el pueblo exige. Avanzar en esa dirección se hace imperioso. El parlamento tiene la oportunidad de hacerlo ahora.

Manuel Riesco, 30 de mayo de 2023

Ver aquí Presentación, texto y anexo

Fuente utilizada para la redacción de la nota: https://docs.google.com/document/d/1yfASgX1BM9bwbinKyaWAuLLeMgZnnWoYqcrUuJ5WUZE/edit