Los pueblos americanos en la última década han conquistado grandes reivindicaciones, sin recurrir a la toma del poder por la vía armada. ¿Ésta sigue siendo necesaria en Colombia? El plan de Estados Unidos y de las elites colombianas de guerra sucia contra las reclamaciones populares obligó al alzamiento armado de 1964, año en que nacimos, […]
Los pueblos americanos en la última década han conquistado grandes reivindicaciones, sin recurrir a la toma del poder por la vía armada. ¿Ésta sigue siendo necesaria en Colombia?
El plan de Estados Unidos y de las elites colombianas de guerra sucia contra las reclamaciones populares obligó al alzamiento armado de 1964, año en que nacimos, las FARC el 28 de mayo y el ELN el 4 de julio. Dicha agresión persiste y en consecuencia nuestra respuesta insurgente, es una de las formas con que el pueblo colombiano sigue luchando para lograr paz, con justicia y soberanía.
¿Cree usted que Obama cambiará su plan de guerra en Colombia?
No da muestras de ello. Por el contrario, mientras allá en EEUU reconocen por primera vez de manera oficial el fracaso de cuatro
décadas de «guerra anti drogas», los funcionarios estadounidenses que a diario pasan por Bogotá siguen recitando los lemas de Bush, para justificar el terror de Estado hecho por esa oligarquía, encabezada ahora por Santos, el campeón de los asesinatos extrajudiciales y las desapariciones de oponentes y de miles de ciudadanos comunes y corrientes, que no tienen que ver nada con la disidencia o la rebeldía.
¿Valora posible quitar el plan de Estados Unidos para Colombia?
Si las demás naciones americanas están cambiando el plan trazado en Washington, por uno propio y consensuado con pueblos
hermanos, es indudable que nosotros también seremos capaces.
Pero Santos triplicó en votos al candidato centrista, lo que asegura por cuatro años más la aplicación de la agenda de Estados Unidos para Colombia.
Sí, es así. Pero quienes votaron por la opción de centro quieren un cambio y se niegan a que el lema «todo vale», impuesto por
el capital mafioso, siga rigiendo el destino de los colombianos.
Esa franja centrista también los rechaza a ustedes, los insurgentes.
Rechaza a la insurgencia y sobre todo, cualquier camino de izquierda. Es el resultado de ocho años de gobierno de extrema
derecha, de crudo terror de Estado, que silenció toda oposición y acalló a los revolucionarios al calificarlos de «terroristas». Así…
¿quién iba a votar por la izquierda?
¿Cómo acercarse a los centristas para acordar un único programa de cambios, si ellos no se consideran interlocutores de los revolucionarios?
Ningún candidato o movimiento es el dueño de los sueños de cambio de gran parte de los colombianos. El futuro para nuestro país,
está en salir de la polarización actual, superando la agenda colonialista de Santos, para abrir una vía de democratización de la
sociedad, sin que por ello se piense, que entonces se van a hacer transformaciones socialistas.
En esa futura democratización, ¿dejaría de existir la guerrilla?
Sigamos con las suposiciones optimistas. Si un día cualquiera, esta oligarquía cesa en su voluntad genocida, dejarían de existir las
condiciones para el alzamiento armado del pueblo colombiano. Pero para llegar a esa tierra prometida, hay que forzarlos a que cambien su adicción a la guerra, la imposición y la exclusión, y la reemplacen por una conducta de debate, acuerdos, cooperación e inclusión, que hagan posible los cambios estructurales que exige el pueblo colombiano. Y lo que muestra la vida, es que tanto Obama como Santos siguen muy hundidos en la primera y lejos de la segunda.
Si la sociedad colombiana impone una salida de paz para el conflicto interno, ¿ustedes la acatarían?
Nuestra guerrilla lleva más de dos décadas aportando a crear conciencia en el pueblo sobre la necesidad de una salida política para
el conflicto social, político y armado que vive Colombia. Nunca nos la van a imponer, porque nosotros la promovemos.
Me está diciendo que hacen campaña por la paz, ¿así ella traiga la desaparición de la guerrilla?
Así es. Las contradicciones mueven la vida. Con lo que me acuerdo de un pensamiento del gran Camilo Torres, el cura guerrillero,
quien nos enseñó que el ELN sólo dejaría las armas cuando el poder estuviera en manos del pueblo.
¿Coinciden entonces con Santos, quien también quiere que la guerrilla desaparezca?
La oligarquía quiere desaparecer todo rastro de oposición y para ello, cuando hace propaganda diciendo que llama al diálogo, debe entenderse que te están diciendo, escoja entre rendirse o entregarse. Nosotros decimos otra cosa: cesen en su bicentenaria guerra en contra del pueblo y sólo entonces, acabaran las condiciones que reproducen el alzamiento armado popular. Porque este es un asunto histórico, que va más allá del último medio siglo de lucha armada revolucionaria.
Al encontrarse contrapuestas dos visiones para conseguir la paz, ¿existe algún camino viable para Colombia?
A él le apostamos. Estamos comprometidos con la configuración de una propuesta de nuevo país, democrático y soberano, en el que sea posible llegar a una solución política del conflicto. Camino que debe imponer la sociedad colombiana y en cuya construcción venimos haciendo nuestro aporte, en contravía de una elite que se aferra a sus privilegios y de un imperio que quiere seguir saqueando y agrediendo, pero que ahora pide que lo llamen de otra forma.
Entonces, ¿habrá guerrilla para largo rato?
Habrá guerrilla mientras haya colonialismo e imperialismo. Surgirán guerrillas en todo el continente, ante cada golpe militar
oligárquico y para enfrentar cada invasión imperialista. El sabio Marx ya lo enseñó: el pueblo en armas reemplazará a la
maquinaria burocrática militar estatal.
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