Se deben estar frotando las manos el Miami Herald, el Nuevo Herald, «el exilio» cubano en Miami, el establecimiento colombiano, «la oposición» venezolana y, como no, la máquina militar estadounidense, esperando una declaración del gobierno venezolano sobre el secuestro de Ricardo González (un miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, FARC-EP), […]
Se deben estar frotando las manos el Miami Herald, el Nuevo Herald, «el exilio» cubano en Miami, el establecimiento colombiano, «la oposición» venezolana y, como no, la máquina militar estadounidense, esperando una declaración del gobierno venezolano sobre el secuestro de Ricardo González (un miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, FARC-EP), acaecido recientemente en Caracas.
Y digo que se deben estar frotando las manos, porque esta operación encubierta tenía más por objetivo la Revolución Bolivariana que las mismas FARC-EP.
Desde hace mucho tiempo, una de las tantas sindicaciones que ha tenido que soportar el pueblo venezolano y su revolución, ha sido la de dar amparo en su territorio a los grupos guerrilleros colombianos. Cosa que, en innumerables oportunidades, el gobierno del presidente Chávez ha desmentido categóricamente. El hecho que el señor González se encontrara en Caracas no implica que el gobierno venezolano conociera de su presencia en el país. Pues bien es conocida la enorme y vulnerable frontera territorial entre Colombia y Venezuela. Que, incluso, los grupos paramilitares colombianos aprovechan impunemente para asesinar labriegos y líderes populares venezolanos.
Una protesta oficial del gobierno venezolano, sería la gran oportunidad para los enemigos -no pocos ni frágiles- de la revolución y de Chávez, para justificar una agresión a gran escala contra la patria de Bolívar. Ya que fue ese, fundamentalmente, el objetivo de la operación. No es casual el futuro Batallón Colombia -nombre característico de la tropa que se desplaza a conflictos en el nivel internacional- en la frontera con Venezuela.
Chávez debe ser muy cauteloso en no caer en esa provocación. El no es ningún tonto y no anda mal asesorado. El gobierno revolucionario de Venezuela sabrá, a su debido momento, en su debida forma y a quien corresponda, aclarar el hecho.
Flaco servicio se le presta a la Revolución Bolivariana, llamando públicamente al gobierno venezolano a hacer pronunciamientos, como lo han venido haciendo algunos columnistas de la prensa alternativa. Pues, precisamente, eso es lo que esperan quienes fraguaron el secuestro del señor Ricardo González.
Nota: Espero que mis palabras no desaten el frenesí de quienes se creen tener el derecho y la verdad de su parte, procediendo a censurar, a descalificar y a ofender a quienes no piensan como ellos. Como le ocurrió recientemente a Heinz Dieterich, quien fue llamado «idiota total». (Ver: IAR-Noticias / 17-Dic-04 Publicado en Aporrea, el Viernes, 17/12/04 04:10pm). Discrepar, disentir, es un derecho. Así no sea la misma percepción que tiene un medio o el director del mismo.