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Chávez y la «contra» chilena

Fuentes: Rebelión

A  los dueños del capital en Chile, Chávez les parece sin duda el mismo demonio. Están claros pues si algo debemos reconocerles a los reaccionarios chilenos es su capacidad de ubicarse  correctamente siempre frente a sus enemigos de clase. Para estos reaccionarios es que la Bachelet da muestra de buena conducta y trata de tener […]


A  los dueños del capital en Chile, Chávez les parece sin duda el mismo demonio. Están claros pues si algo debemos reconocerles a los reaccionarios chilenos es su capacidad de ubicarse  correctamente siempre frente a sus enemigos de clase.

Para estos reaccionarios es que la Bachelet da muestra de buena conducta y trata de tener opinión «propia» frente a Chavez, sin darse cuenta de que tener opinión propia frente a Chavez  es estar a lado de los contra chilenos y naturalmente de los contra venezolanos. Indudablemente hay una gran diferencia entre un Chavez  que se dice socialista y actúa en consecuencia y una Bachelet que se dice socialista y gobierna para los empresarios.

Así las cosas, para la «contra» chilena Chavez, haga lo que haga, llame o no llame a elecciones, sea  un sea un dictador o no lo sea, debe salir del poder porque no sirve  los intereses de la burguesía, sea en su parcialidad o en su totalidad.

La contrarrevolución en Chile y la venezolana actúan igual. La verdad no les interesa, harán lo que sea, incluido el crimen para mantener su dominio de clase. Esto es lo que históricamente han hecho y siguen haciendo.

Aquí y allá es en su rol de defensores de la hegemonía del imperialismo estadounidense donde su quehacer como clase  muestra su total desarrollo, es a este a quien sirven, no por un afán desinteresado, sino porque forman parte del entramado donde ejercen su explotación del trabajo ajeno. Por tanto reciben y esparcen los libretos con los deberes que se les asignan. Hasta hoy en Latinoamérica lo han hecho bien con  una sola excepción: Cuba. Allí hasta hoy  la «contra» no ha podido. Les sale espuma por la jeta pero no han podido.

A  los reaccionarios chilenos les da lo mismo si el pueblo venezolano está mejor o peor. Se trata de aplicar el libreto, aparecerán los traidores y hay que levantarlos como los nuevos guías. Baduel y Cia  hacen lo que hacen como sujetos históricos, independiente incluso de sus  intenciones, los trotskistas (para desgracia de Trosky) forman comparsa con los airados hijos de las pontificias universidades católicas, que ven atropelladas sus libertades y propiedades por este  mestizo y sus huestes, por esos «pelientos» como nos llamaban aquí en un soez escupitajo de clases. A los primeros sólo los une su enorme estupidez e ignorancia (y los hilos del Departamento de Estado yanqui) y a los  segundos el olvido del antimaquiavelismo que les enseñan en las pontificias aulas de que el fin no justifica los medios.

La jerarquía pontificia arropada en sus trajes de seda violetas y oro, vistiendo las faldas, viejos remedos de las que no se atreven a usar en la vida civil, también condenan, a pesar del declarado cristianismo de Chavez, sus avances hacia la igualdad humana. Todos hijos de dios ¿recuerdan? No les gusta este tipo de medio pelo que intenta arrojar a los mercaderes del templo. La misma escena de hace dos mil años, y se repite la historia en otras circunstancias: la posición que tuvo la jerarquía judía frente al que no se callaba nunca diciéndoles: «Antes un camello por el ojo de una aguja que un rico por las puertas del cielo». Esto tipos vuelven a crucificar al nazareno cada vez que pueden y se necesita.

Y no es que yo esté haciendo la apología de Chavez, todos tenemos nuestros más y nuestros menos. El tema es que él como decía una muchacha que vino a la cumbre de los pueblos:»El Presidente nos representa hoy en lo que hace. Nosotros hemos luchado por este estado de cosas antes que hubiera llegado Chavez. Y seguirá estando allí mientras luche y realice aquello por lo que nosotros hemos luchado durante tanto tiempo.

Entonces en esta parodia interminable el presidente de Renovación Nacional nos espeta desde su alta jerarquía «contra»: «La hegemonía socialista (en Chile) está asfixiando la libertad política». Y lo está diciendo en Chile paraíso del modelo neoliberal y donde los socialistas a los que se está refiriendo sólo les queda una deteriorada etiqueta que como en esos productos fraudulentos no corresponde en absoluto al contenido. Lo que está diciendo este tipo, tras su  sus sonrisas bonachonas de patrón de fundo, es un mensaje que nuestros «traidores» deberían tomarse más en serio. Este tipo se siente en términos de clase asfixiado. Nunca este tipo se sintió asfixiado  frente a la dictadura terrorista y defraudadora de Pinochet. ¿Por qué iba a sentirse así? Era ‘su’ gobierno.

Entonces ¿Qué es lo que ahoga políticamente al Presidente de Renovación Nacional, que es como decir el Presidente de una parte de los reaccionarios de este país. Bueno  lo ahoga que existan socialistas, aunque sean seudo socialistas. Le ahoga que les cobren impuestos, le pone frenético que las autoridades del Servicio de Salud le enseñen a los niños el uso de preservativos (Horror de horrores: «las autoridades se pasean por los consultorios con un emblema fálico…»), le molesta que en las escuelas no se enseñe «la teoría del  diseño inteligente» y que el mundo se construyó en siete días, le molesta el uso de métodos anticonceptivos y secretamente debe pensar que la mujer debe dedicarse al hogar y a lo más aprender «economía doméstica». Estos tipos son los que defendieron por años  a los senadores designados, la autonomía de las FF.AA., la inamovilidad de los comandantes en Jefe, para no hablar de su defensa de los criminales de lesa humanidad.

El tema es que en Chile neoliberal, entre la dictadura y la concertación han construido una país de semianalfabetos funcionales. Las encuestas señalan que a un 71,1 % de los chilenos no les interesa ni conocen como se administra sus propias vidas, es decir, no les interesa, como dicen, la política. Creen que deben refugiarse en sus propias vidas y sus casitas sus trabajitos, en sus autitos. Ya conocemos las característica de este sagrado refugio: basta  ver las encuestas de drogadicción y alcoholismo entre los jóvenes, la maternidad juvenil y el comportamiento sexual desenfrenado que emerge de las páginas de Internet, la delincuencia entre jóvenes y adolescentes, que  hace aparecer a hijos de ministros de estado y al nieto de Pinochet, como asaltantes a mano armada. ¿Pensarán que esto los librará de males? ¿Creen que no afectará sus vidas la dictadura de quienes piensan que la educación, la salud, la locomoción y todo debe ser manejado según las leyes de la oferta y la demanda? ¿No les interesa que la explotación y depredación de la riqueza más importante del país, y del cual ahora algunas migajas, será arrasada en poco tiempo por las grandes transnacionales mineras? Es claro que ninguno recuerda el efecto que tuvo el fin de la riqueza del salitre y su consecuencia entre los trabajadores del tipo que fuera. No les interesa que el modelo haya construido, como lo dice un ex ministro de Pinochet como Juan de Dios Vial, «un país rico lleno de pobres», sin mencionar, claro, que él contribuyó a crearlo, porque lo mira horrorizado desde su mansión en uno de los exclusivos barrios de Santiago donde sigue disfrazado de filósofo, católico, apostólico y romano.

Entonces todos los medios de comunicación de la contra chilena, que salvo un par  de excepciones, les preocupa la «dictadura de Chavez» e informan con toda la mala leche que pueden de su estruendosa derrota, o que perdió «por más del 50 % o que se «jugaba el todo o nada».  Informan latamente de que estaba en juego la presidencia, un proyecto que los venezolanos no queremos dice Petkoff (del Movimiento al socialismo, vaya qué socialismo querrá este tipo), echándose al bolsillo al casi 50 % de los venezolanos que ignoraron la campaña del terror de los «académicos de la Universidad Católica Andres Bello, de  los empresarios de Fedecámaras y los gritos angustiados de los estudiantes hijitos de sus papis y mamis y votaron si.

El Consejo Nacional Electoral compuesto de cinco personas, cuatro de las cuales eran «chavistas» dio a conocer el resultado total y no pasó la idiotez pregonada desde nuestro diario El Mercurio: «La crisis que viene a partir del lunes será gigantesca, pierda o gane Chavez. Si pierde, porque él ha repartido fusiles entre su gente…» (El Mercurio, domingo 2 de diciembre 2007).

¿Le interesa la verdad a la contra chilena? Para nada y al parecer a los chilenos semianalfabetos tampoco.

Patricio Malatrassi A. es miembro de Frente Profesionales de Izquierda (FAPI)