El sensible tema de la salida de Bolivia al mar comienza a verse en el horizonte político con aspecto de prontitud y eficacia: habrá salida boliviana soberana al Pacífico. El asunto no da para más, y es apropiado que así sea. Aquellos chilenos que gusten de hablar de un nacionalismo digno de discusiones de bares […]
El sensible tema de la salida de Bolivia al mar comienza a verse en el horizonte político con aspecto de prontitud y eficacia: habrá salida boliviana soberana al Pacífico.
El asunto no da para más, y es apropiado que así sea. Aquellos chilenos que gusten de hablar de un nacionalismo digno de discusiones de bares y borrachos, quedarán sólo trasnochados.
En auténtico nacionalismo consiste en hacer crecer la patria, con desarrollo y riqueza. No hay duda de que una alianza estratégica entre los inmensos recursos naturales bolivianos y el management chileno constituye una gran apuesta. Perú carece de esa capacidad gerencial o «know how» que ostenta Chile, en tanto que Argentina está abocada a su propio y amplio territorio.
Los indicios provienen de las actuaciones de la Ministra de la Defensa de Chile, Vivianne Blandot, quien ha sostenido numerosas conversaciones sobre este tema, que en definitiva será zanjado por la Presidenta Bachelet.
Sin duda que este evento colocaría a la Presidenta chilena en la historia del continente americano y en los anales políticos del mundo. Estaríamos en presencia de un gesto político de tremenda envergadura y de un desafío estratégico para la diplomacia y el empresariado chileno de proporciones incalculables.
Ha jugado un rol importante en este empeño un gran amigo de Chile, Brasil. El Presidente Lula da Silva cree que este proyecto estabilizará energéticamente a su socio chileno; y para Brasil un Chile estable y fuerte siempre ha sido una buena noticia.
Al mismo tiempo, Evo Morales está urgentemente necesitado de buenas y trascendentales noticias para su gestión. Esta puede ser la más importante de siglo para Bolivia. Ello generaría la cohesión, aunque sea por ahora emocional, de los bolivianos. Nadie podrá cuestionara un gobernante que le da mar a Bolivia.
La empresa canadiense Cititrust Group Ltd., de Halifax, ya dispone de un acabado estudio respecto de las infraestructuras portuarias y de autopistas que Bolivia requiere, igualmente que de un sistema de comunicaciones de fibra óptica para avanzar hacia una mayor modernidad, y estarían dispuestos a proveer el financiamiento. Así, los expertos canadienses demuestran no sólo su aprobación y viabilidad a un gran proyecto chileno-bolibiano, sino apuestan e invierten en su indudable éxito. Cititrust ha mostrado cifras de 12 mil millones de dólares de sus proyecciones y estudios de evaluación y son gigantescas las ganancias que el sector privado chileno podría tener con una salida soberana al mar y la inclusión de Chile con privilegios de inversión y gerencia en Bolivia. El gas, las maderas, la minería, e incluso los servicios chilenos podrían obtener en Bolivia utilidades mayores incluso que las que amasan dentro de Chile, según el informe de la multinacional canadiense.
El sector educativo chileno, continúa el estudio, dispone de amplias posibilidades en el país vecino (hay que pensar en la instalación de universidades chilenas en Bolivia), lo mismo que el sector salud y la banca. Proponen la creación de un Banco Binacional de Desarrollo, el «BBD», dedicado a financiar proyectos binacionales concretos y asesoraría en temas de integración y complementación, el cual recibiría fondos del Banco Mundial y de Banco Interamericano de Desarrollo, BID. La Unión Europea ha mostrado interés en participar, según declaraciones de Javier Solana y miembros de la Comisión Europea.
Este nuevo mundo está a la vuelta de la esquina; su concreción sólo depende de nuestras mutuas actitudes y de pasar de las desconfianzas y provincianismos pequeños a la grandeza de un mañana en común y en beneficio de nuestros hijos.