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Chile discute sobre la nefasta Ley Orgánica Constitucional de Educación

Fuentes: Rebelión

En su llamado a una actividad de paro, los estudiantes han llamado a generar un gran debate nacional y de reflexión, sobre la nefasta Ley Orgánica Constitucional de Educación más conocida como LOCE, que fuera promulgada por la dictadura militar un días antes de dejar el poder. La LOCE es conocida como una de las […]

En su llamado a una actividad de paro, los estudiantes han llamado a generar un gran debate nacional y de reflexión, sobre la nefasta Ley Orgánica Constitucional de Educación más conocida como LOCE, que fuera promulgada por la dictadura militar un días antes de dejar el poder. La LOCE es conocida como una de las tantas leyes de amarre del régimen militar y que consagra a la educación como una mercancía más del modelo económico capitalista neoliberal, imperante en Chile.

La movilización de los estudiantes secundarios chilenos por sus reivindicaciones más sentidas, ha concitado la más amplia simpatía y solidaridad, de vastos sectores del pueblo chileno. De allí que más de 800 mil estudiantes se movilizan en todo el país, en rechazo a las propuesta de parche del gobierno de Michelle Bachelet.

Ahora, dentro de las organizaciones que se suman a las propuestas estudiantiles se encuentran 400 mil estudiantes universitarios, 140 mil profesores, los funcionarios del Ministerio de Educación y los padres y apoderados. Además tenemos que agregar las más de cien organizaciones sociales y sindicales que han expresado su apoyo y solidaridad a los estudiantes secundarios chilenos.

El problema del sistema educativo nacional es serio. A partir de demandas puntuales, los escolares plantearon otras peticiones que ya estaban y que tienen que ver con la derogación de la LOCE y que además cuestiona la esencia misma, de la Constitución de la dictadura, aún reinante en Chile. Jamás ha existido voluntad política, para llamar a la conformación de una Asamblea Constituyente que elabore una nueva carta magna, que intérprete a todos los chilenos, para superar definitivamente el pasado oscuro del régimen militar y su engendro legal, que beneficia al mundo empresarial y los sectores más retrógrados de la sociedad chilena, en donde la problemática de la educación ocupa un lugar de vital importancia.

Sin embargo cabe destacar, que la movilización de los estudiantes encierra dos hechos de la máxima trascendencia. Uno es el cuestionamiento al modelo económico neoliberal, que ha dado como resultado un sistema educacional mercantilista, de pésima calidad y que profundiza las diferencias entre los diversos estratos sociales del pueblo chileno, con una educación para ricos y otra para pobres.

En otras palabras, la lucha es entre el capital neoliberal y el proletariado chileno, que no ha percibido para nada, los grandes éxitos obtenidos por la economía chilena, según se dice, y las grandes expectativas que han credo los gobiernos de la Concertación al respecto, para luego aplicar durante 16 años soluciones de parche.

El otro aspecto, es el de la democratización real del país, y que está relacionado con la esencia misma de la legalidad heredada de la dictadura y que está impidiendo que el pueblo chileno, pueda participar soberanamente en la solución de los grandes problemas que los afectan. La democracia representativa formal está en crisis, y la clase política en el poder ha perdido la confianza del pueblo chileno. Chile necesita una nueva Constitución ahora, pues en el país existe una «democracia» para unos pocos. La lucha por la democracia sigue siendo una tarea pendiente, y en el actual marco de la Constitución de la dictadura, es imposible seguir avanzando. Los estudiantes han abierto las puertas de la inclusión, de la participación y de la lucha por la democracia, ahora el resto de los actores sociales y políticos tienen la palabra.

La lucha de los estudiantes secundarios chilenos, nos muestra claramente que en el seno de la clase trabajadora y el pueblo chileno, se está acumulando cada día más frustración , más rabia, más descontento, más decepción, antes las promesas incumplidas. Después de 17 años de dictadura y casi 17 años de cogobierno entre la extrema derecha (UDI-RN) y la coalición de partidos llamada Concertación, no se han producido cambios de fondo y que beneficien a la gran mayoría de los chilenos.

El modelo económico imperante y la Constitución de la dictadura, se encuentran en pleno proceso de putrefacción, se encuentran prostituidos, y hoy el clamor, es por cambios profundos. El pueblo chileno quiere vivir y sentir los «éxitos y las maravillas de la economía chilena». Los chilenos están cansado de tanta desigualdad social y de una mala redistribución de los ingresos. Las demandas estudiantiles dejan al desnudo un sistema económico y social, que sólo beneficia a los grandes empresarios y el 10% más rico de los chilenos.

En el seno de la clase política en el poder, no hay voluntad política para producir los cambios, que el pueblo chileno requiere, producto de sus amarres con el pinochetismo, de allí que la lucha de los estudiantes, es la lucha por un sistema educacional igual para todos, es la lucha por la democracia y contra el modelo capitalista neoliberal.

Frente a la masiva movilización de los estudiantes, Michelle Bachelet y su gobierno neoliberal, han apostado por la división del movimiento estudiantil, han desplegado grandes esfuerzos por desactivar la lucha de la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios. La desesperación del gobierno y del ministerio de Educación, ha llegado al extremo de ejercer la persecución contra los líderes estudiantiles que hacen de vocero del movimiento, los han acusado de politizar sus demandas e intervenido sus teléfonos móviles.

Bachelet y su gobierno, han entrado en la etapa de desacreditación de las demandas estudiantiles, tratan de montar una campaña del terror contra el movimiento de los estudiantes, son los nuevos Ángeles y demonios, son el «eje del mal» de la política chilena, para la actuales autoridades La mandataria chilena, pretende salir de la crisis prácticamente «sin quebrar un huevo» y sometida a los dictados de la derecha y el mundo empresarial, la presidenta sólo habla de mejorar la calidad del negocio de la educación.

Mientras tanto la campaña en contra del movimiento estudiantil, es monitoreada por el órgano oficial de la CIA en Chile, el diario El Mercurio y su cadena de pasquines, el diario La Tercera, el diario gobiernista La Nación y el bodrio llamado Televisión Nacional de Chile, el canal «de todos los chilenos».

Sin embargo, los estudiantes se han propuesto avanzar sin transar y manteniendo la cohesión y la unidad del movimiento estudiantil, buscando diversos caminos, hasta alcanzar sus objetivos más importantes, entre los cuales se encuentra la derogación de la LOCE.