De un lado, los empresarios y la derecha con sus columnistas de sus diarios concluyeron que, tras la encuesta CEP, hay un Chile moderado que rechazaría las reformas, que la herencia de la dictadura perdura en «la gente», y que las demandas del movimiento estudiantil serían expresión de una minoría. Pragmáticos, autocomplacientes, dan por ganada […]
De un lado, los empresarios y la derecha con sus columnistas de sus diarios concluyeron que, tras la encuesta CEP, hay un Chile moderado que rechazaría las reformas, que la herencia de la dictadura perdura en «la gente», y que las demandas del movimiento estudiantil serían expresión de una minoría. Pragmáticos, autocomplacientes, dan por ganada la batalla. Pero sigue abierta. Y no ganaron.
De otro lado, el jueves 21 nuevamente los estudiantes salieron a las calles. El viernes 22 se conocieron los resultados de la votación de los docentes sobre la «Agenda corta» consensuada entre el Colegio de Profesores y el Mineduc, rechazándola. La desaceleración económica es más profunda de lo que se preveía, el resultado más importante está en otro lado: otra encuesta señala que los responsables son los empresarios. Un ánimo de repudio al régimen heredado de la dictadura sigue activo y lo recorre todo molecularmente. Pero perdió la iniciativa, que retomó el Gobierno y sobre lo que se montó la derecha: ¿por qué la perdió y cómo recuperarla?
Se profundiza la desaceleración económica
La economía creció sólo 0,8% en junio, el PBI en lo que va del año tiene un crecimiento de apenas 1,9%. A igual fecha del año pasado, era del 5%. Se estima que para todo el año, alcanzaría un crecimiento de apenas el 2%.
Esto viene ya desde el gobierno de Piñera: en el último trimestre del 2013, la inversión se desplomó, cayendo un 12%.
El crecimiento en lo que va del año, descansa principalmente en la minería, y los sectores que más cayeron son industria manufacturera, agropecuario-silvícola y comercio. Los efectos ya se sienten en el empleo, comenzando a aumentar el desempleo, y a disminuir los asalariados.
Los empresarios pretenden descargar la crisis sobre los trabajadores: las ganancias siguen aumentando, como la de los bancos e Isapres, pero los empresarios están despidiendo. No se quedan contentos con esto: aprovechan para declarar que nada debe ser tocado, que ninguna reforma puede hacerse, rechazando tanto la educacional como la laboral.
Chantajistas, amenazan. Envalentonados con el protocolo de la reforma tributaria, se ponen a la ofensiva. Autocomplacientes con los resultados de la encuesta CEP (ver CPS nº 205), dan por ganada la batalla. Aunque encontraron puntos de apoyo, no la ganaron.
Un ánimo de cuestionamiento al régimen: Lo nuevo de las movilizaciones
El 21 de agosto más de 50.000 estudiantes salieron a las calles nuevamente. Prevalecen las ilusiones posibilistas: que con movilizaciones de presión se podrán obtener las demandas, que muestran su vitalidad en cada marcha. Pero hay nuevos procesos moleculares: las distintas organizaciones de izquierda, más activas, ganan peso y sus consignas en lienzos, papelógrafos, banderas, se multiplican. Las dirigencias que reemplazaron a las JJCC son crecientemente cuestionadas haciendo malabarismos para explicar su política: la subida a la Mesa de Participación Ciudadana no lleva a ningún lado, las «ganadas concretas», si ayer eran una comedia, hoy son una farsa: el DFL 2 no asegura nada al movimiento estudiantil, y solo se reafirma su política con maniobras de corto aliento. Pasados 3 años del 2011, un ex diputado UDI saca hoy como balance que perdieron el gobierno por la fuerza del movimiento estudiantil.
No termina allí. La dirección burocrática de la CUT con su Presidenta PC Bárbara Figueroa es cuestionada por la negociación del salario mínimo, obligándola a intentar reubicarse con la marcha del 4 de septiembre, por la que no mueve un dedo, algunos, equivocadamente, se restan, pero otro se suman, como los mineros, convocando a un paro ese día.
Sigue: los profesores de base, consultados por la «Agenda corta» entre el Mineduc y el Colegio de Profesores, la rechazan, expresando un malestar profundo, y cuestionando así a su dirigencia burocrática, el también PC Gajardo.
Las actuales dirigencias burocráticas están siendo puestas en cuestión: debilitadas en su política de contención y mera presión, ¿qué seguirá?
Sigue: una reciente encuesta registró que un 52% de los encuestados culpa a los empresarios del bajo crecimiento, y sólo el 20% culpa a la reforma tributaria.
Este malestar, y este ánimo de cuestionamientos al régimen, sin embargo, perdió la iniciativa que había conquistado imponiendo su agenda. ¿Por qué se perdió, y cómo recuperarla?
El límite de las direcciones burocráticas
La dirigencia de la CUT convocó a una movilización para el 4 de septiembre. Pero no mueve un dedo. A pocos días, no tiene ni hora ni lugar. Sectores críticos se restan, y así, en vez de generar un clima para desplazar a la actual cúpula burocrática, movilizándose en las calles, llevando un clima de deliberación a las bases, el resultado es que todo sigue igual. Y los empresarios, envalentonados pasan a la ofensiva y declaran que no debe realizarse ninguna reforma laboral, no deben tocarse las Isapres, ni el sistema de AFP. Bárbara Figueroa, actúa como vocera del Gobierno.
La nueva dirigencia de la CONFECH, debe medirse por los hechos: se subió a cambio de nada a la Mesa de Participación Ciudadana, y ahí decidió quedarse. Le permitió al Gobierno ganar tiempo y mantener la iniciativa, más cuestionada por la derecha, los empresarios y la Iglesia que por el movimiento estudiantil. Los sectores críticos dentro de la CONFECH, también deben medirse por los hechos, no por sus declaraciones críticas: dirigiendo Federaciones no han dado un solo paso práctico, limitándose a hablar de un Congreso Educativo para discutir un «proyecto educativo», como si no estuviera ya puesto y expuesto, escrito y re-escrito, dicho y peleado, desde el 2011. Declararon, de hecho, una tregua. Y así, desde abajo, fortalecieron la política de usurpación del Gobierno con sus promesas de reformas que abrió expectativas que pasivizaron la lucha. Pero, cada vez más, solo se sostiene con maniobras, de corto aliento. La embestida de la derecha, las hace insostenibles. Es hora de prepararse para retomar la iniciativa.
Las demandas se arrancan con los métodos de la lucha de clases
Hay que transformar las movilizaciones en un trampolín para pasar a la ofensiva
Por un Congreso Educativo de Lucha para impulsar un Plan de Lucha
La solución para la educación superior es simple: 100% financiamiento para todas las universidades estatales, con ingreso irrestricto, co-gobierno y verdadera autonomía, y sin subsidios a los privados. La derecha dice que no alcanzará la plata: es cierto, la reforma tributaria es más que moderada, y no alcanza: hay que financiarla con la re-nacionalización del cobre y todos los recursos naturales, bajo control de los trabajadores. Para poner las Universidades al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre.
Será una lucha dura. El movimiento estudiantil tiene que hablar este lenguaje claro y simple, agitar con sus propias «gigantografías» y movilizaciones, pero no de presión una vez cada tanto, sino como parte de un Plan de Lucha. Sumar a todos los estudiantes con un Congreso Educativo de Lucha con delegados elegidos en asambleas. Forzando a una negociación y no un mero «diálogo incidente».
Las Federaciones, organizaciones y colectivos que rechazaron el Consejo de Participación Ciudadana, deben actuar unitariamente por esta lucha. No basta con declaraciones de rechazo, hay que pasar de las palabras a los hechos, convocando a Asamblea General por Universidad, como paso a un Congreso Educativo de Lucha con delegados elegidos en asambleas de base.
Poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora para la lucha de clases
La derecha y los empresarios, auto-complacientes, dan por ganada la batalla. Se adelantaron. Los nuevos procesos que van emergiendo en las movilizaciones, en las consultas, en las encuestas inclusive, como vimos, muestran que la tendencia es a un choque abierto. Se está por pasar de los preliminares a la batalla misma, fuertes choques políticos ya están produciéndose. Hay señales de polarización, aunque se han trasladado a las alturas del régimen. Pero de no retomar la iniciativa para retomar la lucha hasta imponer todas las demandas, se irá imponiendo la salida de la derecha y los empresarios. Que el Gobierno no está dispuesto a enfrentar, sino al revés, a buscar nuevos protocolos.
El movimiento estudiantil, debe luchar por la unidad con las fuerzas de la clase trabajadora. El 4 de septiembre debe unir sus fuerzas a las fuerzas de los trabajadores.
La principal tarea, en cada paro, huelga y movilización, será unificar las filas de los trabajadores bajo las banderas de una política de la clase trabajadora independiente de toda variante patronal, con los métodos de la lucha de clases, y basado en la democracia directa de los trabajadores.
Para esto, hay que poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora para la lucha de clases, como el que lucha por construir nuestra joven liga el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR).
Y prepararse para luchar -removiendo todos los obstáculos como el PC, sus direcciones burocráticas y los antineoliberales que sólo echan polvo sobre sus ojos-, para que la clase trabajadora, capaz de paralizar y poner en jaque a la clase patronal, una detrás de sus fuerzas, a todas las fuerzas de los estudiantes, pobladores y mapuche. Y abra el camino de una salida de los trabajadores, independiente de toda variante patronal, a las contradicciones del conjunto del régimen terminando con toda la herencia de la dictadura que sigue en pie.
http://www.ptr.cl/cps/comentario-politico-semanal-del-ptr-ccc-n-206-chile-disociado/