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Chile en estado de sitio: el enemigo somos todos

Fuentes: Alter Infos

A mediados de octubre pasado, el Banco Security ubicado en pleno corazón de Santiago de Chile, sufrió un robo en el cual resultó muerto un policía que intentó detener a los asaltantes. Como primera cosa cabe destacar que cada vez que la ciudadanía sabe de algún asalto millonario, lo primero que piensa es «que nos […]

A mediados de octubre pasado, el Banco Security ubicado en pleno corazón de Santiago de Chile, sufrió un robo en el cual resultó muerto un policía que intentó detener a los asaltantes.

Como primera cosa cabe destacar que cada vez que la ciudadanía sabe de algún asalto millonario, lo primero que piensa es «que nos los pillen o que no comiencen a gastar el dinero enseguida» Nadie tiene sentimientos de solidaridad para un banco. Nadie siente pena o tristeza (Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón). Al contrario, la gente repite la cantidad sustraída y hace sueños y proyectos. Se pregunta insistentemente. «¿Qué haría yo con esa cantidad de dinero?»

En este asalto, las cosas no resultaron tan «limpias» como se debieron haber planificado. Resultó muerto un guardián del orden y eso no se puede dejar pasar por alto. Esto sirvió de base para realizar una caza de brujas en toda la capital y en otras regiones

El banco asaltado es una entidad especializada en seguros, aparte de sus jugosas inversiones en acciones de celulosa, bienes raíces y otras especulaciones varias. Cabe destacar que sus clientes son específicamente gente adinerada. No se admiten pobres, en otras palabras.

Entonces, unos millones más, unos millones menos, es lo de menos. Especialmente cuando los seguros ya deben haber funcionado. Súmese a esto, la cuantiosa propaganda gratis en todos los medios de comunicación.

La muerte del Carabinero en cuestión es una bicoca. No existe un interés real por la vida de estos peoncillos de poca monta. Si de verdad hubiese un verdadero interés, se les subirían los sueldos, y se evitaría ver a carabineros de Chile envueltos en tráfico, hurtos, contrabando, robos, coimas, untos y prebendas. Se les enviaría a algún curso de dicción o redacción para terminar de pasar los bochornos culturales que pasan todo el tiempo. Se rebajarían los años de servicio para tener la posibilidad de ascender en los escalafones policiales y no estar toda una vida como mayordomos de jovenzuelos que provienen de escuelas militares sólo para banqueros, terratenientes y empresarios.

A nadie del gobierno le interesa la muerte corporal del policía. Tampoco les interesa la pérdida momentánea del dinero. Entonces, sino es el dinero, sino es la muerte del policía ¿qué es?

Al bloque dominante le interesa dar un escarmiento a cualquiera que rompa las reglas del juego impuesto por ellos. Porque cualquiera se da cuenta que no existe la misma actitud del gobierno cuando los excesos son cometidos por el brazo armado con el que cuentan.

No existen allanamientos a poblaciones militares buscando especies robadas y hurtadas cuando han estado en servicio activo. No se buscan los cuadros de Neruda, no se buscan los objetos robados y hurtados a miles de personas bajo dictadura, por ejemplo.

Se busca amedrentar a la población, se busca intimidar, aterrorizar al país. Inmovilizarlo. Todos pueden ser los «terroristas» los «asesinos». En cada esquina hay un sospechoso. Siembra la duda y cosecha egoísmos y hermetismos.

Que mejor que los «delincuentes sean de Izquierda», de esos que tomaron las armas en contra de la dictadura.

Esto es una demostración de fuerza, de un «no te metas con nosotros, que nosotros tenemos el poder. Se obediente, sino atente a las consecuencias». Políticos, empresarios, diarios y sicarios piden y claman sangre y más sangre.

Noticiarios ávidos de elevar sus patéticos rating con algún «subversivo reventado a balazos» y que ojala tengan alguna exclusiva con algún close-up de la sangre corriendo por la pantalla. Los auspiciadores pagan más si sale algún crucificado a balazos en sus espacios.

«La muerte anda con ellos» exclamó el General de la Guardia Pretoriana-Cristiana. No, la muerte no anda con ellos, La muerte los está buscando a ellos, la muerte aparece todos los días en la televisión, canta desde las radios, escribe desde los diarios. Del Banco al Banquillo de los sentenciados. Se ha instaurado un Patíbulo público.

El gobierno de la Concertación, atiborrado de mediocridad, errores e ineptitud propia e inherente de gerentes, quiere demostrar lo eficientes que pueden ser. Especialmente defendiendo la propiedad privada. No logró capturar a los asaltantes, entonces, tienen que capturar a quien sea. Porque la idea es no mostrarse incompetentes como siempre. Ojala asesinar a los inculpados, para evitar las preguntas y los abogados.

Antecedentes fehacientes e indecentes

En Chile más del 80% de los trabajadores, (unos 3.5 millones) viven con un sueldo que bordea los 120 mil pesos al mes. Entre los 7 y 10 dólares diarios.

A la par, el Gobierno de forma fraudulenta esconde, tergiversa y cambia las guarismos económicos para hacer pasar a los ciudadanos como viviendo en el Edén. Obviamente, el Estado de Derecho no funciona aquí y no se puede demandar al Estado por estafa y prevaricación.

Mientras tanto la cesantía, que es la mano de obra barata y de reserva del sistema capitalista, aumenta cada día.

La mercantilización de la educación, su empeoramiento, mediocridad, falta de recursos técnicos y de un cuanto hay. La farsa presentada por el gobierno para maquillar superficialmente las leyes pinochetitas educacionales, que hasta el día de hoy rigen y mandan a la hora de estudiar, pero que suministran caldosas ganancias a los dueños de colegios, escuelas y universidades.

A la par, la empresas privadas cuentan con directorios llenos de mutantes repulsivos que son siameses públicos y privados. La Concertación de Partidos por la Desgracia usa la institucionalidad impuesta a sangre y metralla por la Dictadura de Pinochet para enriquecerse, no sólo ilícitamente, sino que inmoralmente. Todo esto, cuando, la gran mayoría de los que hoy nos gobiernan no hicieron nada más que discursillos en contra del reinado Militar.

Así encontramos a los hermanos Zaldivar de la Democracia Cristiana, inmiscuidos en acciones y suculentas cuentas en el área de pesca marítima de las grandes empresas. Votan en el senado por leyes a favor de sus propios intereses. Y cuando los pescadores artesanales reclaman, valientes marinos émulos de Arturo Prat, salen en barcos fiscales a dispararles a los humildes hombres de mar.

El vicepresidente del país, Belisario Velasco, usa a la policía para reprimir las manifestaciones en contra de la destrucción de los glaciares de Pascua Lama. Proyecto en el cual sus hijas tienen suculentos contratos de publicidad por parte de la minera carnívora.

José Antonio Viera-gallo, senador de la República, abogado de las empresas a cargo del cobro del TAG (impuesto que se cobra cada vez que un vehículo pasa por una calle privatizada) es miembro del Directorio de la Administradora de Fondos de Pensiones, Provida.

El gerente general del Administrador Financiero del Transantiago es Enrique Méndez, ex marido de Viviane Blanlot (PPD), actual ministra de Defensa del gobierno de Chile. El asesor comunicacional del administrador Financiero es Marcelo Trivelli (DC), ex Intendente de Santiago. Andrés Navarro H.(Concertación) junto a su socio, Sebastián Piñera (Derecha) se adjudicaron la licitación de todo el soporte técnico del proyecto.

Después, en forma muy somera los encontramos entrelazados y unidos en más negocios privados a Sergio Espejo Ministro del Transporte, Eduardo Bitrán en Obras públicas, Alejandro Foxley, Fernando Flores, Bruno Phillipi, Agustín Edwards (Dueño del Mercurio y regalón de la CIA), Francisco Vidal y una telaraña de favores, intereses y corrupción más larga que todo el país junto.

La privatización ilegal de las empresas estatales (y el obvio encarecimiento y lucro de las mismas) bajo Dictadura, pero usufructuadas tanto por derechistas como Concertacionistas en la actualidad, sigue como siempre.

Los 50 mil millones de dólares utilizados por compañías privadas que administran los Fondos de pensiones de los trabajadores. Dinero usado para la especulación, el lujo y el boato por parte de los empresarios que relegan y maldicen a los trabajadores a pensiones de hambre y penuria.

Así suma y sigue, suma y prosiguen los miles de ejemplos de arreglos y movidas, tanto de la derecha y la concertación, que a la fecha ya son un único corazón.

El nepotismo, el hurto, el desfalco y la corrupción están institucionalizados en Chile. La desvergüenza de la clase política no tiene coto. Diputados, Senadores, Ministros, Alcaldes, Presidentes son mitómanos compulsivos. Deshonestas personas que han visto la política como un trampolín de ganancias, sólo eso. Favores, prebendas, compadrazgos es la espina dorsal del sistema imperante en Chile.

Después de casi 20 años de gobierno por el mismo conglomerado, la inmensa población se da perfecta cuenta que los políticos son meros parásitos aprovechadores.

En el caso de los partidos de la Concertación, a excepción de la Democracia Cristiana, (Que es un partido de Derecha neta) todos se han vendido como putas baratas de la peor calaña al cliente-amo capitalista.

Caída la catedral del comunismo, en el 90 coincidió con el advenimiento de la democracia a la Chilena. Es decir. Sinvergüenzas, inmorales y ladrones al mando.

La izquierda o los parásitos que usan sólo el nombre, más la derecha y la centroderecha en el país han hecho de las suyas una y otra vez, robándose lo que han podido.

El andamiaje institucional de la Dictadura está incólume en sus raíces más funestas.

Las leyes laborales coercitivas y primitivas, como la Ley laboral que violan los pobres dictámenes de la OIT. Los mismos despidos que en dictadura, sin causa, «por razones personales de la empresa», la política antisindical, el uso de militares y policías como esquiroles para hundir huelgas legales, coordinarse con los dueños de empresas privadas a la hora de, cómo reprimir a los trabajadores es pan de cada día.

El asesinato de obreros, pobladores, mapuche, trabajadores y mujeres son efectos colaterales que el sistema debe borrar o destruir para seguir viviendo.

La falta de oportunidades reales para la juventud, no cursos de mano de obra barata que tanto les gusta a los empresarios. La drogadicción con índices alarmantes e insostenibles. El más completo alejamiento y conocimiento de la cultura, substituida por políticas culturales machistas, superficiales, vacías, huecas y consumistas.

El adeudamiento de la gran mayoría de la población en productos de plástico e innecesarios.

Trabajar sólo para pagar los intereses sangrantes de las grandes compañías que colocan sus alfiles senatoriales a redactar leyes y ordenanzas a favor de sus propios intereses.

La destrucción del medio ambiente en forma brutal, inservible y sólo comercial. La entrega de extensas parte del territorio nacional a la banca privada. El vergonzoso latrocinio territorial a la Nación Mapuche.

La impunidad reinante en cientos de casos de violaciones a los derechos humanos.

La justicia en la medida de lo posible. La corrupción legislativa. Las farsas judiciales, las condenas que sólo dan pena y vergüenza contra de los militares

El encarecimiento constante de los productos básicos. El Pan, las verduras, la locomoción, la electricidad, el agua. Los Cargos fijos vitalicios. Alza más alza. Una y otra vez.

Y la gente se desespera y comienza a caer en la misma dinámica que tan bien usa el gobierno en cuestión.

Todos son enemigos, a todo y a todos se le puede sacar algún provecho. La política del arreglo y el aprovechamiento corre como sangre por los cerebros atrofiados y maleados con el asqueroso ejemplo que dan las mismas autoridades.

¿Solidaridad, hermandad, fraternidad? Si, pero ¿a cómo, cuánto?

Todo vale para obtener algún producto. Dinero, casas, televisión plasma, Internet inalámbrico, automóviles, vacaciones etcétera. Y la gente no entiende que ese tipo de cosas deberían ser inherentes, obvias, esenciales a cualquier ser humano digno que trabaje honestamente, parte indispensable de los derechos humanos de un Estado y un Gobierno.

Pero no, hay que cagar al que sea, como sea, a quien sea. La ley de la selva de cemento y los excrementos pulula por doquier.

Ser obrero es una deshonra, ya nadie habla de proletarios, ya nadie se siente como tal. Proletarios no, propietarios si, y en ese ir y venir de ambiciones se respira una brisa de sálvese quien pueda y como pueda.

Pero, y aquí en este pero radica una diferencia abismal e infernal para los explotadores y el séquito de saprótrofos que se arrastran y bailan al compás de los organilleros empresariales. Hay una muchedumbre que lucha contra la podredumbre que maneja todo a su alrededor.

Cientos de jóvenes, viejos, niños y mujeres lindas se organizan en contra de un sistema injusto y opresor.

No se han vendido, no piensan venderse. Les han ofrecido, el oro, la meca y becas, puestos y monumentos. Y nada. Firmes y asidos a sus convicciones por un mundo mejor se quedan a la veda del camino y de esa línea férrea que lleva un ferrocarril repleto de seres humanos vencidos, vendidos, derrotados, maleados y enajenados hacia un norte de ambiciones y consumiciones. Sobre dos líneas férreas descansa ese tren. La derecha y la Concertación. Supuestamente dos líneas distintas, pero hermanados y sustentados por la misma dirección. La ambición. Rebosantes viajan sobre el cuerpo de los durmientes los nuevos-viejos dueños de Chile. Durmientes que son todos aquellos que no saben o no entienden de dónde viene tanta injusticia.

Y en ese escenario de un viaje preconcebido, la única izquierda que nos queda, espera como peoncito sentado en un andén a que le dejen subir al elegante y rentable tren.

Son pobladores, son trabajadores, son estudiantes, son mujeres valientes, son los Mapuche, son los anarquistas, son los ambientalistas, los vegetarianos, los punkys, los pingüinos, los trotskistas, los comunistas, los colectivos, las asambleas, hijas e hijos de una realidad que impera más que cualquier discurso venido y parido desde cualquier matriz electoral o partidista.

Entonces, el robo del banco es situación usada y abusada como un caballo de Troya colmado de represión gubernamental. Una piñata llena de ratas que apuntan sus seguimientos, padecimientos y pesquisas «accidentalmente» en contra de todos aquellos que se organizan.

Que se organizan en contra de la explotación y por un mundo mejor. A ellos se les estigmatiza.

Los Asaltantes del Banco eran «ex-subversivos». Terroristas indultados por la infinita misericordia de la derecha y la concertación. Y se olvida ese ovillo de carteristas que gracias a esos supuestos «terroristas» la dictadura pinochetista temblaba en sus cuarteles. Que debido a eso no se extendieron más órdenes de fallecimientos.

Y ahora, entre allanamiento y allanamiento. Se sienten a sus anchas nuevamente.

Que situación más repulsiva, Un Monigote vestido de verde tocando con sus manos repugnantes la ropa de los niños, las prendas de las mujeres, robándose los libros, saciando morbosamente todos sus complejos.

«…Como tos maligna, como ronquido del infierno. Como flema turbia de tuberculoso traído de algún cementerio abandonado. Un espectro verde gris civil nos despierta.

Viene vestido de hiel, huesos, escamas muertas y el C. Intelectual en la mano

Patean las costillas de la esquelética puerta que nos daba un poco de dignidad.

Rompen las ventanas premiadas con vidrios, de las otras arrancan el plástico humilde.

Con morboso placer revisa, tantea, hurga, trajina, viola la intimidad. Sus ojos brillan como una rata en celo. Su mano no tiembla, los antidepresivos han hecho efecto…»

El Gobierno ha bajado su pulgar en dirección al averno y el veredicto está hecho. Culpables. Cadena Perpetua.

Belisario Velasco, el cíclope de la corrupción y su fiel asistonto el Señorito Felipe Harboe han hablado.

«Se presumen culpables hasta que se pruebe su Inocencia»

Por otro lado, en una expresión flatulenta llena de halitosis institucional, el Director General de Carniceros de Chile, José Bernales, les envía una corona y epitafio enigmático a los atracadores del banco por las pantallas de televisión.. «No se duerman, los vamos a encontrar.»

El Gobierno aún no se pone de acuerdo en los afiches con las caras de los asaltantes.

Unos insisten en que hay que ser duro contra la delincuencia, pero también honestos. Una foto simple y una leyenda que diga: «Se busca, Muerto o Muerto».

En el caso de Belisario Velasco, éste, siempre duerme con un ojo abierto. Pero, tanto para Felipe Harboe, y el valiente Director de Carabineros Bernales, yo les comentaría el mismo consejo.

«No se duerman, los vamos a encontrar»

Así están las cosas. Seguimientos a los dirigentes poblacionales, estudiantiles, sindicales y vecinales. Soplones en las calles, acusaciones por testigos invisibles, cámaras de video al granel contra los manifestantes.

Toda la televisión al son marcial, militar y mega-empresarial de los dueños de Chile enseñando y apuntando que opinar y que pensar. Estigmatizando y catalogando como delincuentes o terroristas a cualquiera que no acepte el orden imperante.

Las comunicaciones como estafetas de las trasnacionales.

El constante aumento de presos políticos Mapuche. El robo descarado de sus tierras ancestrales. La continúa represión de sus comunidades.

El abuso, el saqueo, la muerte y el baleo impuesto por el Gobierno. Niños, mujeres y hombres expuestos a la irracionalidad constante de los patrones y el saqueo.

Criminales que operan a sus anchas bajo leyes arbitrarias.

Diputados rechazando el proyecto de acuerdo aprobatorio relativo a la Convención Interamericana sobre desaparición forzosa de personas, por lo que esta figura jurídica no podrá ser parte del ordenamiento legal chileno. O sea, detener y desaparecer.

Fiscales militares para causas civiles. Los mismos que trabajaban para Pinochet, ahora se pasean desafiantes encarcelando a cualquier manifestante.

Cárceles mazmorras para los acusados y condenados, y resort de lujo para los militares.

Es un hecho indiscutible, el gobierno de Chile ha decretado veladamente, con el puñal bajo la manta, con el arcabuz entre las faldas, la guerra declarada contra la nación completa.

Todo aquel que no esté de acuerdo con la imposición del sistema económico sobre su vida, es culpable. Así de sencillo, así de simple. Todo aquel que no ostente una actitud de borrego o de oveja obediente será expuesto al cepo-concepto llamado Estado de Derecho. El cual rige y estipula lo siguiente.

Se presume culpable hasta que se pruebe su inocencia.

Es decir, todo aquel que no esté de acuerdo con la dictadura de terciopelo que impera en Chile será sancionado con las desgracias y falacias consiguientes.

Contra nosotros está la ley. Con su inmensidad de fuerza y poder contra nosotros está la ley.

La policía sabe como hacer a un hombre culpable o inocente (Balada de Sacco y Vanzetti)

«Es más fácil pedirle a un muerto que se levante a que un capitalista sea justo».