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El académico Hervi Lara denuncia la "guerra preventiva" contra los movimientos sociales críticos

«Chile es un estado policial que no respeta las libertades democráticas»

Fuentes: Rebelión

El académico cristiano Hervi Lara, integrante del equipo ejecutivo de la Comisión Etica Contra la Tortura, afirmó que en Chile se está viviendo la lógica de una «guerra preventiva» en la que los jóvenes que protestan por no tener futuro, los estudiantes que se oponen al lucro en la educación, los trabajadores que luchan por […]

El académico cristiano Hervi Lara, integrante del equipo ejecutivo de la Comisión Etica Contra la Tortura, afirmó que en Chile se está viviendo la lógica de una «guerra preventiva» en la que los jóvenes que protestan por no tener futuro, los estudiantes que se oponen al lucro en la educación, los trabajadores que luchan por un salario digno y los mapuche que exigen la restitución de sus tierras ancestrales han sido declarados enemigos y son objeto de una brutal represión. Se está configurando, agregó, un estado policial similar al existente en tiempos de la dictadura militar

La conferencia de prensa del organismo tuvo lugar en la mañana del 6 de agosto en la flamante sede de la Conferencia de Religiosos CONFERRE, de calle San Ignacio, en Santiago. La Comisión Etica Contra la Tortura, organismo integrado por personalidades de destacada trayectoria en la lucha antidictatorial y por organizaciones cristianas y de derechos humanos, sostuvo que en el país están desapareciendo los indicadores de un sistema democrático: la libertad de expresión y reunión, el respeto a la integridad física y síquica y el respeto a la vida.

Hechos recientes como la represión a los trabajadores del holding Santander Banefe, la expulsión de la estudiante María Música Sepúlveda de su liceo, los constantes casos de torturas y maltratos al pueblo mapuche, y la muerte de dos jóvenes de 26 años Matías Catrileo y Johnny Cariqueo como resultado de la violencia policial en el campo y la ciudad, se citan como fundamentos de esa afirmación. La organización advierte que informará de estos hechos al Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, ya que Chile es signatario de la Convención Contra la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos y Degradantes.

Policía de mala calidad

Monseñor Alfonso Baeza, actual vicepresidente de Cáritas y ex Vicario de la Pastoral Obrera, que integra la Comisión, denunció que en Chile la tortura se manifiesta a través de la violenta represión que se descarga «cada vez que trabajadores o estudiantes salen a la calle». El sacerdote sostuvo que hay una «mala calidad» de la policía, y reivindicó el uso de la calle como «el único lugar de expresión que tienen los más débiles», recordando que las movilizaciones sindicales de trabajadores de empresas como el Banco Santander, Telefónica y Copec no aparecen en la televisión que sólo informa de crímenes. Agregó además que las condiciones que se viven al interior de las cárceles son de gravísima violencia tanto para los gendarmes como para los presos.

El pastor luterano Helmuth Frenz por su parte, también miembro de la CECT, afirmó que el Estado de Chile y nuestra sociedad están enfermos, porque los mecanismos democráticos no funcionan. Dijo que para los gobernantes ha sido más fácil gobernar dentro de un sistema «casi dictatorial» y por eso han aceptado la herencia pinochetista. Frenz, uno de los fundadores del Comité Pro Paz, nacionalizado chileno por gracia como homenaje a su rol en la defensa de los derechos humanos en dictadura, aseguró: «La parte sana de la sociedad es la que protesta, es la juventud que reclama y el pueblo mapuche «. Deploró al mismo tiempo la criminalización de las demandas de los movimientos sociales. Demandó de las autoridades otro tipo de entrenamiento para los carabineros y reiteró que la calle «es nuestra, es de los ciudadanos libres».

Testimonio de la Hermana Cristina

En representación de la Conferencia de Religiosos, la Hermana Cristina Hoar, recordó los deberes que tienen los Estados respecto del cumplimiento de los Derechos Humanos, y citó párrafos marcados de la Constitución chilena sobre los derechos ciudadanos, interrogándose públicamente: «¿Qué informes hacen los países a Naciones Unidas? ¿Algunas mentiras más o la verdad?»

Dio un emocionado testimonio de la represión vivida cuando caminaba junto a enfermeras en una marcha pacífica por sus derechos y fueron agredidas por un guanaco que lanzó agua tóxica, y llamó a respetar la dignidad y el valor de las personas, incluyendo a los más desfavorecidos, tales como los indígenas que vivían en estas tierras antes que llegaran los colonizadores. Citó palabras de Gandhi sobre el poder del dolor y concluyó clamando «bienaventurados los no violentos».

La periodista Lucía Sepúlveda se refirió a los montajes mediáticos y policiales que se utilizan para aplastar las luchas sociales, remitiéndose al informe elaborado por la Comisión sobre 55 casos de prisión política a luchadores mapuche en el período de la Presidenta Bachelet, en que se relata el abuso de medidas cautelares y prisión preventiva, y la práctica de allanamientos similares a los vividos en dictadura. Recordó la existencia de dos querellas por tortura: de Waikilaf Cadin, y de Elena Varela, condenada sin juicio a través de los medios, que aún permanece en prisión preventiva en una Cárcel de Alta Seguridad sometida a trato inhumano, cruel y degradante.

Los derechos del Niño y Música

El tratamiento dado por la prensa y televisión a la estudiante María Música Sepúlveda fue señalado como otra muestra de la desinformación. Los medios exaltaron una interpretación descontextualizada del episodio del jarro de agua lanzado contra la Ministra, ignorando la violenta agresión policial a que había sido sometida previamente la niña y que era precisamente lo que ella intentó explicar a la Ministra en el inexistente diálogo ciudadano al que fue convocada. También se rechazó la medida de expulsión de la estudiante en un proceso que no respetó los Derechos del Niño, y se hizo un llamado a la Ministra a retirar la demanda judicial entablada contra Música.

Hervi Lara, parafraseando a Monseñor Romero, concluyó el encuentro con la prensa con un solemne llamado: «¡En nombre de Dios, paren la represión!»