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Chile, otrora considerado la niña bonita del capitalismo neoliberal

Fuentes: AIP

Chile país del cono sur latinoamericano, otrora considerado la niña bonita del capitalismo neoliberal, se ha comenzado a envejecer, ha venido perdiendo su atractivo y ya no concita el interés de los medios de prensa económico a escala global. Es más, estos mismos medios suelen emitir juicios muy críticos con respecto a lo que han […]

Chile país del cono sur latinoamericano, otrora considerado la niña bonita del capitalismo neoliberal, se ha comenzado a envejecer, ha venido perdiendo su atractivo y ya no concita el interés de los medios de prensa económico a escala global. Es más, estos mismos medios suelen emitir juicios muy críticos con respecto a lo que han sido los resultados que ha generado la implantación a sangre y fuego de los postulados económicos de la Escuela de Chicago.

Después de 17 años de una de las dictaduras cívico-militares más sangrientas de América Latina y casi más de treinta años de implementación del neoliberalismo económico, Chile aún no ha derrotado la extrema pobreza, la pobreza propiamente tal, y las grandes desigualdades sociales que ha generado el modelo instaurado, con una gran brecha entre unos pocos ricos y la gran mayoría del país, que vive de ingresos de sobrevivencia y altamente endeudados (73%).

De allí que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, más conocida como OCDE, de forma reiterada esta llamando la atención ha dicho país, por las grandes iniquidades económico-sociales que ha creado el capital neoliberal en el país. La OCDE recientemente le ha recordado a Chile, que el país continua siendo una de las sociedades con altos grados de desigualdad en materias de sueldos y salarios, salud, educación y lo mal que esta repartida la llamada riqueza nacional.

De allí que el organismo internacional de la cual forma parte Chile, le ha recomendado al país del cono sur latinoamericano, que mejore ostensiblemente la calidad del sistema educativo chileno y que continué con las reformas necesarias para superar las grandes deficiencias que existen en este sentido, en un sistema educativo mercantil, altamente privatizado, en donde más importa el lucro y la rentabilidad obtenida por los sostenedores del sistema, a los cuales poco les importa lo relativo a la calidad de la educación, y que no se encuentra al nivel de los países más desarrollado de la OCDE.

Otro aspecto sobre la cual la OCDE le tira las orejas a Chile, es en lo deficiente y vergonzante que es el sistema de pensiones, el cual se caracteriza por ser de sobrevivencia y creador de pobreza. Ahora los legisladores que en su gran mayoría abrazan las políticas económicas del capital neoliberal, no están en disposición de revertir esta situación.

En el estudio económico Chile 2015 de la OCDE, también se le indica al país, que en su desarrollo económico debe dejar de depender de forma excesiva de su principal riqueza natural que es el cobre. En este plano cabe destacar que Chile es una de las economías más vulnerables del planeta, pues es muy dependiente de las fluctuaciones y crisis que vive la economía capitalista mundial. Chile es un país que no es competitivo a escala internacional, pues no produce productos con valor agregado. Pero vaya un dato más, el Estado chileno ni los empresarios de este país, invierten en investigación científico-técnico, relegando al país al ostracismo en la región.

El organismos pertinente expresa además que en Chile existe unas de las tasas más baja de sindicalización en comparación al resto de los países que conforman este conglomerado. Pero no solo eso, el modelo económico neoliberal ha establecido la mayor desigualdad salarial existente hasta ahora, y el que cuenta con los salarios mínimos más bajos de la OCDE, al margen de eso, Chile es el país donde más horas se trabaja, lo que refleja que la superexplotación del mundo laboral es bastante alta.

Por eso decimos que son recurrentes los llamados de atención que hace a Chile este organismo. En el plano de la política propiamente tal, aún el país y su «autodenominada clase política» ha sido incapaz de elaborar una Constitución representativa de todos los sectores de la vida nacional, en donde la soberanía resida en el pueblo chileno. Ello debido en gran parte a que la gran mayoría de los legisladores chilenos se han transformado en los «guardianes del modelo económico vigente», y que solo beneficia a la minoría más rica del país, de allí las grande desigualdades sociales existentes, en un país donde se vive la seudo democracia, y aún bajo la institucionalidad establecida por la dictadura pinochetista.

Si bien es cierto que se han dado algunos pasos positivos en el término del sistema electoral antidemocrático más conocido como «binominal», por uno proporcional, lo cierto que este último también dista de ser lo más representativo y democrático posible.

Otra de las incidencias que ha tenido el modelo económico vigente, es en esta autodenominada clase política, que se desenvuelve en base del tráfico de influencias, el nepotismo político y la corrupción. Estos señores se han transformado en verdaderos vasallos de la oligarquía nacional, en perjuicio del país y de todos los chilenos, además muchos de ellos se han transformado en los nuevos ricos de la nación. De allí que el pueblo chileno ha perdido la confianza y se sienten profundamente decepcionados y engañados con todo el espectro político existente sin excepción, desde la extrema derecha hasta los sectores de la izquierda más radical. Al respecto cabe destacar que menos del 5% de los chilenos se sienten identificados con alguna entidad política.

La gran mayoría de esta clase política corrupta, además ha pretendido hacerle creer a los chilenos, que son un país desarrollado en comparación al resto de los países de América Latina, así como también suelen decir que no hay alternativa al modelo económico de la dictadura. Sin embargo las investigaciones y estudios de la OCDE señalan lo contrario de lo que opina la casta política chilena.

La OCDE sin profundizar en ello, también ha llamado la atención acerca de la seguridad ciudadana, pues el modelo económico ha contribuido ha que se disparen los índices de delincuencia y criminalidad. Es más los chilenos de los barrios residenciales y populares se han visto en la obligación de tener que «blindar sus viviendas», para vivir relativamente tranquilos.

Para culminar tendríamos que señalar que Chile a pesar de formar parte del la OCDE, continua siendo un país tercermundista, subdesarrollado, y con muchas carencias en diversas áreas de la vida nacional, y que esta lejos de competir con los países más desarrollados de esta agrupación de naciones, y que por cierto no es un ejemplo a seguir, pues continua siendo el pariente pobre de este organismo internacional.

Después de 43 años, entre dictadura y seudo democracia, la verdad que constituye toda una vergüenza que la clase política chilena, sea incapaz de llevar al país a un auténtico nivel de desarrollo, en donde el PIB del país pueda ser repartido de forma justa y equitativa para todos, terminando así con la brecha entre unos pocos ricos y la gran mayoría que vive de migajas, soluciones de parche y un poder adquisitivo de sobrevivencia.

Eduardo Andrade Bone – Corresponsal de prensa / [email protected]