«Estamos en el proceso de creación de un movimiento político, social y cultural que exprese la diversidad del pensamiento de izquierda, sus distintas aproximaciones y la capacidad de ellas de convivir en una misma fuerza», dijo Jorge Arrate el sábado 22 de enero al inaugurar la Asamblea denominada «Chile sería otro Chile con una Izquierda […]
«Estamos en el proceso de creación de un movimiento político, social y cultural que exprese la diversidad del pensamiento de izquierda, sus distintas aproximaciones y la capacidad de ellas de convivir en una misma fuerza», dijo Jorge Arrate el sábado 22 de enero al inaugurar la Asamblea denominada «Chile sería otro Chile con una Izquierda política, social y cultural protagónica». La reunión, que se extendió por casi cinco horas, contó con la participación de unas 200 personas, la gran mayoría representantes de movimientos políticos, sociales y culturales de izquierda de Santiago y regiones.
El principal objetivo de la asamblea ha sido colocar las bases de lo que será un nuevo referente para la izquierda nacional, el que ha comenzado a esbozarse con unas primeras líneas programáticas, su constitución, su estructura, orgánica y su más próximo itinerario.
La Asamblea, convocada por numerosos grupos, referentes y personalidades de la izquierda chilena, contó con la adhesión de la Izquierda Cristiana, Por Más Izquierda, Nueva Izquierda, Partido del Socialismo Allendista, Asamblea Democrática, ASA y el diputado ex socialista Sergio Aguiló, junto a numerosos independientes y dirigentes sociales. Todos ellos han manifestado su compromiso de formar parte de un nuevo referente político que aglutine diversas expresiones y sensibilidades de la izquierda chilena.
Entre las numerosas ideas y propuestas, el ex candidato presidencial Jorge Arrate, de Por Más izquierda, planteó generar un modo de convivir en un movimiento en el que legítimamente subsistan identidades políticas ya constituidas. «Tenemos que entender que en esta fuerza tienen que haber identidades específicas. Pero no sólo político partidistas, también identidades sociales. Muchos de ellos han hecho de la lucha social una militancia y por lo tanto también tiene que estar reconocida en esta fuerza».
Como ideas y líneas de acción, dijo que «esta fuerza que invitamos a conformar rechaza las alternativas neoliberales y su marco institucional, que fue dado por la dictadura. Somos partidarios de una nueva constitución, participativa, democrática, que surja de una Asamblea Constituyente».
Tras las declaraciones de apertura de Arrate, participaron Víctor Osorio, presidente de la Izquierda Cristiana (IC), Carla Moscoso, de Nueva izquierda, Manuel Cabieses, de por Más Izquierda, la periodista Paulina Acevedo, el antropólogo Rodrigo Ruíz, Gonzalo Taborga, Presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, Carlos Moya, Socialista Allendista, la antropóloga Marcela Díaz, Gonzalo Rovira, de la Asamblea Democrática, Jonathan Serracino, dirigente universitario de Nueva Izquierda, Tatiana Hernández, feminista, Luis Sierra, socialista allendista, Eduardo Giessen, dirigente ecologista, José Aravena, de Urracas de Emaús y la fotógrafa Kena Lorenzini.
La Asamblea ha concordado en la necesidad de emprender un proceso generoso de encuentro, que permita la construcción de una Nueva Fuerza Política de Izquierda que rechace las alternativas neoliberales, que priorice una plataforma popular que recoja las demandas de la sociedad en la perspectiva de profundos cambios y transformaciones sociales, y que contribuya a la unidad de la izquierda chilena.
Con este propósito, ha resuelto conformar un Equipo Coordinador por una Nueva Fuerza de Izquierda, que será encabezado por el compañero Jorge Arrate, y que expresa la diversidad amplia de la convocatoria realizada.
Este Equipo Coordinador asumirá el desafío de promover el proceso de constitución de la Fuerza Política en el país, generando los espacios de diálogo e intercambio de todas y todos los que asuman este desafío para definir en forma democrática su organización, su estrategia y sus proposiciones mediante una Asamblea Nacional Fundacional que se concretará en el corto plazo.
Esta Nueva Fuerza Política se constituye para imaginar y crear otro Chile. Por tanto, se constituye para ejercer la legítima oposición democrática al Gobierno de Sebastián Piñera y su propósito de profundizar el neoliberalismo; se constituye comprometida con las demandas de la ciudadanía, con su organización y movilización. Además, nace para construir una nueva propuesta de país que permita un Chile más igualitario, libertario, respetuoso del medio ambiente y democrático con sus ciudadanas y ciudadanos.
Víctor Osorio, presidente de IC, dijo que «esta izquierda que queremos construir debe tener un carácter democrático, necesitamos que aquí se expresen los movimientos sociales, ciudadanía, se exprese pueblo. Este no es un experimento de carácter cupular, este movimiento está comprometido con una concepción comunitaria de la política».
Para el director de Punto Final, Manuel Cabieses, «de esta reunión deberán salir hechos concretos, grupos de trabajo, que preparen el camino para una asamblea mayor, constituyente de este instrumento de trabajo político, social y cultural. Hay una coincidencia de un sector importante de la izquierda chilena, fragmentada, dividida, golpeada, de levantar la cabeza. Hay condiciones nacionales, regionales e internacionales que hacen favorable, posible y necesario que en Chile también vuelva a existir una izquierda potente, imaginativa, audaz. Ya no es solo una necesidad local de avanzar hacia formas superiores de la organización política y social. Es hoy una necesidad de existencia de la humanidad misma».
Gonzalo Taborga, Presidente Comisión Chilena de Derechos Humanos, presentó una propuesta para desarrollar doctrinas y programas sobre la base de los derechos y libertades ya establecidos en el sistema internacional. Debemos, dijo, exigir derechamente los valores y principios que ya son indiscutidos y tienen una fuerza vinculante por sobre el propio Estado. «Tenemos que recordar que está establecido en los acuerdos básicos que por escrito conforma la declaración universal de los derechos humanos. Nuestra aspiración como pueblo debe ser el establecimiento de un estado de derecho basado en los derechos humanos».
Carlos Moya, del Partido Socialista Allendista, reforzó las ideas de colaboración y unión dentro de las diferencias. «Para nosotros este proceso de unidad significa la construcción de una casa común, la que se construye sobre la base de la cultura de acogida. Todos llegamos de distintas partes y todos traen a la casa común lo que tienen. Una casa común se construye para unirnos en la diversidad. Estamos aquí para proponer un nuevo proyecto de país. Una proyecto que se construye por las ansias de la emancipación».
Página web : pormasizquierda.cl