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Chile y el mercado mundial del cobre

Fuentes: Rebelión

 Es falsa la idea que las transnacionales del cobre y Codelco constituyen una actividad tomadora de precios internacionales. El carácter oligopólico de las empresas endogeniza los precios del mercado internacional y es la base a partir de la cual se crean condiciones especulativas de inestabilidad en los mercados financieros del cobre. Los problemas de tributación […]

 Es falsa la idea que las transnacionales del cobre y Codelco constituyen una actividad tomadora de precios internacionales. El carácter oligopólico de las empresas endogeniza los precios del mercado internacional y es la base a partir de la cual se crean condiciones especulativas de inestabilidad en los mercados financieros del cobre.

Los problemas de tributación y de naturaleza jurídica del goce de la pertenencia son factores condicionantes de la explotación minera en los países en los que se han implantado las transnacionales. Sin embargo este enfoque es parcialmente correcto. Lo fundamental es su organización en conglomerados de empresas integradas, que abarcan producción minera, refinación, fundición, transporte, ingeniería, bancos, finanzas, seguros, comercialización…En síntesis, son las cadenas de valor según la noción de Michael Porter (1991). [1]

En operaciones de futuros y opciones en Bolsa se transa poco más de 23% del metal y en operaciones fuera de Bolsa, se transa poco más de 76%. El resto, una proporción ínfima del metal se transa en las Bolsas de metal de Londres y Nueva York (Comex). 94% de los instrumentos financieros representativos del metal se transan en la bolsa de metales de Londres. En dicha Bolsa en el año 2006 se transaron un total de 20,7 millones de contratos de futuros y opciones lo cual en términos de TM equivale a, aproximadamente, 519 millones de TM de cobre. Su potencial de desequilibrios se evalúa del hecho que esta cifra significa alrededor de 30 veces la oferta física estimada.

¿Qué hace subir o bajar el precio de corto plazo? Las variaciones en inventario nos dan una clave acerca de la fijación de precios. En el curso de dos semanas suceden dos fenómenos contradictorios. Con un alza de 1,2% de los inventarios en bolsa se registra una caída de 3,9% en la cotización del metal (Semana del 17 al 21 de agosto). Con un alza de inventarios de 2,7% se produce un incremento de 5,8% en el precio del metal (Semana del 24 al 28 de agosto). Es decir los inventarios subieron de 422,4 miles de TM a 433,6 miles de TM, lo cual significa pasar de 8,7 días de consumo global de cobre a 8,9 días. ¿Qué denotan estos movimientos contradictorios de precios?

En su origen están las expectativas de consumo y producción manejadas globalmente por las empresas integradas a la cadena de valores. A través de las políticas de alianzas, convenios, reparto de mercados y ganancias, las empresas logran (ó acuerdan) su participación en el mercado global. Sin embargo, el «ímpetu (global) de las fluctuaciones», la tendencia del mercado está dada por las apuestas de los especuladores, que ya hemos visto monopolizan casi el 100% de las transacciones en el mundo. Dichas apuestas se organizan según lo que los especuladores estiman es, ó será, la política de las empresas. No es posible descartar que en períodos de fuerte depreciación del dólar en los mercados internacionales, especialmente frente al euro, los inversionistas incorporen como alternativa, al cobre en sus portafolios de inversión.

Lo que oficialmente maneja la industria del cobre es el llamado «precio incentivo», es decir aquel precio que toma en cuenta el rendimiento que deberá cubrir (o hará posible) la demanda futura. Precio que ignora el «ímpetu de las fluctuaciones especulativas» citado en el párrafo anterior. Estos cálculos deben ser tomados con precaución. Todos podemos equivocarnos en el largo plazo y es posible que muchos de aquellos que lo previeron ya estén muertos para apreciar su error. Lo que sí se puede sostener es que en base a la apreciación de la rentabilidad futura – o deseada – se pueda mantener ó planificar – bien o mal – la producción actual [2] . Si la previsión tiene éxito estaremos en paz con nuestros cálculos y nuestra conciencia. Si falla tendremos que comprobar que, al igual que los precios de corto plazo de mercado del mineral, los cálculos de rentabilidad están «viciados» por el «ímpetu» que los especuladores traspasan a las operaciones del corto plazo. En conclusión, el «precio incentivo» no se habrá librado así de la lógica de los precios especulativos del mercado de corto plazo.

En el presente, la falta de chatarra a nivel mundial así como stocks con abastecimiento para no más allá de 9 días preludian alzas de precios en el caso que se recupere la economía norteamericana. Previsión de largo plazo que en el ínter tanto esconde operaciones especulativas de corto plazo, donde al proceso de inventarios en alza se acopla un incremento de precio de corto plazo. Esto tiene un efecto multiplicativo. En la incertidumbre de lo que vendrá, las posiciones largas se cierran y los precios a futuros (curva forward) se desplazan hacia abajo. Con lo cual circula en el mercado la opinión que por el momento se acotarán las ganancias dentro de márgenes moderados. De hecho el contango [3] describe una pendiente moderada acorde con posiciones cercanas de precios oficiales moderados en relación a un pasado de precios altos. El proceso de recuperación de la crisis será determinante para aumentar las importaciones desde China y la India y con ello el incremento de la demanda de cobre a nivel global. Por el momento China importa menos de cobre refinado, apelando a internaciones de chatarra, mencionándose la cifra de 90 TM de cobre contenido en ella en el mes de junio, lo cual a esa fecha fue considerado como la mayor cifra del año.

Las cifras relativas a la producción, exportación y demanda mundiales señalan una posición líder de Chile. Los informes estadísticos señalan que el principal exportador de cobre en el mundo es lejos, Chile, con una participación de un 41,3% en el total de exportaciones de cobre; seguido por otro país la­tinoamericano, Perú, con un 8%. En tercer lugar se encuentra Indonesia, con un 6,8%; en el cuarto puesto se sitúa Australia, con un 5,6%; y en el quinto lugar está Canadá, con un 4,9%. Con relación a la importación y consumo China es el principal país importador y consumidor de cobre. Según datos de COCHILCO (2006) China tiene una participación decisiva de un 20% del total de importaciones de cobre en el mundo. Según el mismo estudio, «le siguen más atrás Japón y Estados Unidos, con un 11,8% y un 9,4% de la participación del total de importaciones, respectivamente. El cuarto lugar lo ocupa Alemania, con un 8%; y en el quinto lugar se sitúa Corea del Sur, con un 6,8%» (Ibidem). Sólo en 26 países del mundo se concentra el 97,5% de las importaciones de cobre alrededor del globo. Sin embargo, no por ello pueden controlarse las fluctuaciones del mercado. La existencia de los TLC con bajas en los aranceles no coadyuvan fundamentalmente para generar un control en los precios del metal. Como ya hemos dicho, la base de la estrategia en la oferta se encuentra en las manos de las transnacionales, pero la fijación definitiva está en las manipulaciones de derivados en el mercado financiero mundial del metal.

El liderazgo de Chile en el mercado del cobre dependerá en el futuro de los costos. Pues las oscilaciones tanto de las operaciones financieras como del consumo en un período largo son volátiles de año a año y en ello las previsiones tienden a fallar. Dividiendo un período largo de 62 años (1946-2007) en períodos de veinte años se verifican oscilaciones en el consumo entre un mínimo de 1,2% y un máximo de 5,4%. En las condiciones de precio de mercado, manejado fundamentalmente por las operaciones financieras de tipo derivado, la defensa frente a oscilaciones extremas es en base a costos bajos. El análisis de un período reciente de 28 años (1980 a 2007) no es precisamente optimista pues señala fuertes oscilaciones. En el período señalado el costo neto a cátodo [4] promedio de la industria minera del cobre tuvo un mínimo de 71,2 c/lb y un máximo de 184,8 c/lb. Precisemos que la manera más común de vender cobre es en forma de cátodos. «Los cátodos, son laminas de cobre de una alta pureza (99,99%) que, a diferencia de otras formas de cobre (blister, ánodos, concentrados, etc.), presentan un mercado terminal en donde son transados diariamente (como la Bolsa de Metales de Londres o la Commodity Exchange en Estados Unidos de América)».


[1] El grupo de empresas (cluster) al cual se refiere Michael E. Porter conforma en el ámbito nacional una situación de ventaja competitiva. Porter define cuatro atributos genéricos en la nación los cuales conforman el entorno en que han de competir las empresas locales y que fomenta o entorpece la creación de ventajas competitivas, a saber: las condiciones de los factores; las condiciones de la demanda; los sectores conexos y de apoyo, y la estrategia, estructura y rivalidad de la empresa (Porter, Michael E., La ventaja competitiva de las naciones. Ed. J. Vergara, 1991, p. 110)

[2] La rentabilidad está basada en el valor presente, donde se prefigura la venta total de las reservas mineras evaluadas. El cálculo se basa en una situación trivial – exenta de avatares y fluctuaciones – de valor presente de la inversión con flujos de ingresos descontados según el costo de oportunidad de la inversión inicial, o tasa de interés del mercado. El valor, o precio de corto plazo del metal, así obtenido se evalúa en mérito de señales de precio – ingresos futuros y tasas de interés – que determinan temporalmente y según un horizonte determinado de años los flujos reales de caja. El flujo de caja a valor presente, se basa en una serie de ingresos, Y1, Y2, Y3…Yn-1, Yn, que deberán ser descontados según una tasa de interés, «i», o costo de oportunidad de la inversión inicial, a saber 1+i; (1+i)2; (1+i)3…(1+i)n-1+ (1+i)n.

[3] Contango es el término usado en mercados de derivados o de futuros para describir una curva decreciente de precios en el tiempo para un mismo contrato o vencimiento fijo. Normalmente se confunde con la situación en la que el precio para entrega inmediata es inferior al precio a futuro o también posiciones cercanas más baratas que las posiciones lejanas.

[4] El costo neto a cátodo es una medida de costo unitario por libra de cobre producido. Incluye los costos operacionales, los costos indirectos y los intereses («costo total») y descuentos por la producción de subproductos como el molibdeno o el oro.

 

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.